Un rey enfermo tenía cuatro esposas a las que amaba en diferente medida. Cuando le quedaba poco tiempo de vida, le preguntó a cada una si estaría dispuesta a cuidarlo y ser su compañera para siempre después de su muerte. Sin embargo, sus tres esposas favoritas se negaron una tras otra, entristeciendo profundamente al rey. Solo su primera esposa, a quien apenas amaba, había permanecido leal.
4. El amaba a su cuarta esposa mas
que a las demás y la adornaba con
ricas vestiduras y la complacía
con la delicadeza mas fina. Le
daba lo mejor.
5. También amaba mucho a su tercera
esposa y siempre la exhibía en
los reinos vecinos vecinos. Sin
embargo, temía que algún día ella
se fuera con otro.
6. También amaba a su segunda
esposa. Ella era su confidente y
siempre se mostraba bondadosa,
considerada y paciente con el.
Cada vez que el rey tenia un
problema, confiaba en ella para
ayudar a salir de los tiempos
dificiles.
7. La primera esposa del rey era una
compañera muy leal y había hecho
grandes contribuciones para
mantener tanto la riqueza como el
reino del monarca.
8. Sin embargo, el no amaba a su
primera esposa y aunque ella
le amaba profundamente, el
apenas se fijaba en ella.
9. Un día el rey enfermo y se dio
cuenta de que le quedaba poco
tiempo. Pensó acerca de su vida
de lujo y cavilo: “Ahora tengo
cuatro esposas con migo pero,
cuando muera, estaré solo”.
10. Así que le pregunto a su cuarta
esposa: “te e amado mas que a las
demas, te e dotado con las
mejores vestimentas y te e
cuidado con esmero. Ahora que
estoy muriendo, ¿estarías
dispuestas a cuidarme y ser para
siempre mi compañera?
11. Ni pesarlo! Contesto la cuarta
esposa y se alejo sin decir mas
palabras. Su respuesta penetró en
su corazón como un cuchillo
agudo.
12. El entristecido monarca pregunto
a su tercera esposa: Te he amado
toda la vida. Ahora que estoy
muriendo, ¿estarías dispuestas a
cuidarme y ser mi compañera?
13. !No! Contesto su tercera esposa:
!la vida es demasiado buena!
!Cuando mueras, pienso volverme a
casar!” Su corazón experimento una
fuerte sacudida.
14. Entonces pregunto a su segunda
esposa: “siempre he venido a ti
por ayuda y siempre has estado hay
para mi. Cuando muera, ¿estarías
dispuesta a cuidarme y a ser para
siempre mi compañera?
15. Lo siento no puedo ayudarte esta
vez!”.Contesto la segunda esposa.
“Lo mas que puedo hacer por ti es
enterrarte”, su respuestas vino
como un relámpago estruendoso que
devasto al rey.