George W. Bush muere y va al infierno, donde el diablo le dice que no hay espacio para él. El diablo le da a Bush la opción de reemplazar a uno de tres condenados: Bin Laden nadando eternamente, Hussein picando piedras o Chavez descansando con Lewinsky. Bush elige a Chavez y Lewinsky, pero el diablo engaña a Bush y lo hace reemplazar a Lewinsky.