1. GREGUERÍAS
(Ramón Gómez de la Serna)
Las librerías en que todos los libros están flojos y medio tumbados son librerías
borrachas.
Al caer la estrella se le corre un punto a la media de la noche.
El reloj es una bomba de tiempo, de más o menos tiempo.
Trueno: caída de un baúl por las escaleras del cielo.
En el billete de ida y vuelta tememos que nos perforen la vuelta en vez de la ida,
obligándonos a volver al revés, comenzando por ir otra vez para poder volver de
nuevo.
Aquel tipo tenía un tic, pero le faltaba un tac: por eso no era un reloj.
Cuando se llega al verdadero escepticismo es cuando por fin se sabe que
escepticismo no se escribe con x.
Lo que pone más nerviosa a la ballena es que le llamen cetáceo.
El jugo pancreático es el jugo más griego que poseemos.
Lo más maravilloso de la espiga es lo bien hecha que tiene la trenza.
Cuando vemos que el director de orquesta dirige sin batuta le daríamos un lápiz.
Lo malo de los nudistas es que cuando se sientan se pegan a las sillas.
En la noche helada cicatrizan todos los charcos.
Carterista: caballero de la mano en el pecho… de otro.
Al cerrar una puerta con violencia, pillamos los dedos al silencio.
-Tráigame una botella de agua con agujeritos.
-¡Ah! –dijo el mozo- Ya sé.. De esa agua con calambre que sabe a pie dormido.
La verdadera plomada es una rata muerta agarrada por el rabo.
La gota es una enfermedad que viene horadando al hombre desde la época
cuaternaria.
Era tan moral que perseguía conjunciones copulativas.
En los museos de reproducciones escultóricas es donde los papás oyen a los
niños las cosas más insólitas:
-¡Papá, a mí no me ha salido aún la hoja!
2. Acabo de saber lo que es una botella de champán: un cañón antiaéreo.
Hay unas vallas que los niños creen que están hechas con grandes lápices.
El que bebe en taza, hay un momento en que sufre eclipse de taza.
Las parejas de cisnes parecen que señalan siempre una misma cifra, el 2, pero a
veces, cuando uno de ellos está entrado en el agua y el otro está en pié, a la
orilla, señalan el 24.
Cuando con la pluma se hace un garabato de líneas sale una masa encefálica.
La luna tiene un deseo voraz de gastar monóculo, y ya ha pensado en el anillo de
Saturno, que ella no sabe que le iba a venir grande.
El bebedor con paja se va tornando pájaro, y hay un momento a últimos de
verano en que ya lo es realmente.
El 4 tiene la nariz griega.
Los bostezos son oes que huyen.
La T está pidiendo hilos de telégrafo.
La A es la tienda de campaña del alfabeto.
La S es el anzuelo del abecedario.
La niña con el aro en la mano va al jardín como al colegio, a jugar con la
circunferencia y la tangente.
Los ceros son los huevos de los que salieron las demás cifras.
El rayo es una especie de sacacorchos encolerizado.
El camello lleva a cuestas el horizonte y su montañita.
Cuando se dice “asteriscos” parece hablarse de diminutos pedazos de estrellas.
La i es el dedo meñique del alfabeto.
Los aviones, al caer, tienen el gesto de estrellarse con los brazos en cruz.
La ü con diéresis es como la letra malabarista del abecedario.
La cebra es un animal que luce por fuera su radiografía interior.
Cuando se calla la chicharra de pronto, parece que ha habido una avería
eléctrica.
3. Al gato no le alcanzó la piel para forrar las orejas por dentro.
La pulga hace guitarrista al perro.
El oso blanco está siempre envuelto en su albornoz de baño.
Cuando la mariposa que se ha posado abre y cierra las alas, es que está leyendo
el perfume de la flor.
Se ve que el viento no sabe leer, porque cuando pilla un libro en su camino, pasa
las páginas al revés.
Cuando escarba el toro en la arena parece estar cavando la fosa del torero.
Cuando la luna se pasea por el paisaje nevado parece la novia de larga cola
camino del altar.
Las pasas son uvas octogenarias.
Amapola: el forro de papel de seda de una carta de amor.
Flores de almendro: notas blancas en la flauta de primavera.
Las hojas que caen son participaciones que el otoño no regala para su cifra.
Las gotas de rocío son unas lágrimas anticipadas por lo efímero que es el día que
nace.
La fresa es exquisita aunque sea un fruto picado de viruelas.
Lo tropical es que las raíces se suban por los árboles.
Las palmeras no tienen tronco; tiene laringe.
Los días de viento, los juncos tienen clase de esgrima.
Los chinos escriben las letras de arriba abajo como si después fuesen a sumar lo
que han escrito.