1. El esqueleto de la web
Empezaremos definiendo la información que queremos ofrecer y la manera
cómo la vamos a agrupar. Es decir, crearemos el árbol de contenidos: se trata
de organizar los contenidos de una forma lógica e intuitiva para que el usuario
sepa rápidamente donde hacer clic para encontrar la información que está
buscando.
Cuando tengamos el árbol de contenidos medianamente cerrado (los árboles,
como pasa en la naturaleza, no paran de crecer y transformarse) decidiremos
cómo se mostrará y distribuirá la información en nuestra web. Una manera muy
práctica de hacerlo es “dibujar” cada pantalla: se trata de hacer esbozos
(también llamados wireframes) con un papel y un lápiz o utilizando programas
informáticos como Power Point, Visio, OmniGraffle, etc. Lo ideal es hacer
un wireframe para cada página del árbol de contenidos, de esta manera
tendremos una visión general de la futura web.
Los wireframes nos ayudarán a reflexionar sobre la mejor manera de mostrar
los contenidos, saber cuáles son las informaciones más importantes, cómo
2. navegará el usuario por nuestra web… Los wireframes tienen que ser realistas
y viables tanto desde el punto de vista técnico como económico y deben servir
para solucionar dudas o temas pendientes antes de pasar a la fase de diseño,
maquetación y programación.
Diseño y maquetación
Y finalmente llega el momento de ponerle cara al proyecto mediante un diseño
adecuado. Y decimos adecuado porqué el diseño debe ir más allá de la mera
función estética: debe apoyar y complementar las decisiones tomadas y seguir
los objetivos definidos.
Una vez tenemos el diseño, es el momento de encajar las piezas mediante la
maquetación. El maquetador se encarga de que las piezas de diseño se
ajusten bien las unas con las otras y de que todo se vea como ha sido
planteado previamente por los diseñadores. Si el azul es celeste, deberá verse
celeste y no marino, por ejemplo, o si hay 5 píxeles de distancia entre dos
fotos, deberán ser 5 píxeles y no 7.
¿Lo estamos haciendo bien? La usabilidad
El proceso ideal incluye aquí un alto en el camino: hemos definido los objetivos,
conocemos las expectativas de nuestros usuarios y con ello hemos hecho un
planteamiento estructural y de diseño, pero… ¿Lo estamos haciendo bien? Es
un buen momento para plantear una nueva reunión, una nueva puesta en
común con nuestra audiencia para saber si hemos comprendido lo que nos
querían transmitir, si hemos acertado en el diseño, en la manera de plantear la
navegación, en la organización de la información… Todo ello afectará a la
usabilidad (la facilidad de uso).
Hay diferentes manereas de testear la usabilidad de una web: test de
usabilidad, entrevistas en profundidad, análisis heurísticos… El objetivo es
detectar qué aspectos deben mejorarse para adaptarlos a la lógica de los
usuarios y garantizar que cuando visiten nuestra web puedan cumplir
rápidamente los objetivos que les han llevado a visitarnos.
Programación, lanzamiento y seguimiento
Una vez finalizados los retoques pertinentes, se pasa a la fase de
programación, la parte más técnica del proyecto, y se prueba el funcionamiento
antes de su publicación en Internet. A partir de este momento, empezarán las
tareas de difusión y promoción.
Y la tarea de difusión y promoción, pasa, obligatoriamente por
el posicionamiento en los distintos buscadores, especialmente en Google. Para
existir en Internet tenemos que estar en Google, para ello debemos elegir con
sumo cuidado las palabras clave (keywords) con las que queremos que nos
3. encuentren cuando algun usuario las teclee en un buscador y conseguir que
otras webs (blogs,Technorati, Del-ici-ous) enlacen a nuestra página. De esta
manera conseguiremos dos cosas:
Si estamos presentes en otras webs más, fácil será que nos conozcan y que
los usuarios que nunca llegarían directamente a nuestra web, lo hagan a partir
de una web que tenga nuestro enlace.
Cuántas más páginas enlacen a la nuestra, mejor será nuestro posicionamiento
en Google, y más fácil será hacernos visibles.
Una web nunca hay que “aparcarla” sin más: debemos estar pendientes de lo
que en ella acontece, observar el comportamiento de nuestros usuarios, ya sea
mediante una medición analítica (cómo se mueven los usuarios, qué páginas
visitan, cuánto tiempo están en cada página, qué contenidos no miran…) o
mediante el análisis de sus comentarios, intercambios, inquietudes,
sugerencias… y actuar en consecuencia: cambiando determinados elementos,
añadiendo contenidos, reorganizando la información, etc.
Hay que tener en cuenta que la vida de un una web no es eterna, necesita
evolucionar al mismo tiempo que lo hacen nuestros objetivos, las necesidades
de la audiencia, las herramientas y los comportamentos sociales. Por lo tanto,
es conveniente repetir periódicamente el proceso desglosado en este artículo
para no perder el impulso en este entorno tan dinámico y cambiante llamado
Internet.
Juan Carlos Ayala Medrano
http//www.estructuradearboles.com