El documento describe el creciente poder de las mafias nigerianas en España, que se han diversificado más allá de la prostitución a otros negocios ilícitos como la heroína, el fraude y el blanqueo de dinero. Estas mafias se han formado en universidades peligrosas de Nigeria y ahora controlan mercados ilícitos en varios países europeos incluyendo España. Generan grandes ganancias mediante la explotación sexual de cientos de mujeres y el control de varios negocios criminales.
Mafias nigerianas controlan tráfico de personas y estafas en España
1. Diálogos de mística.
Interviene: Martín Gelaguer Ballester
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| Fecha: 09/22/2014 | Reprods.: 24
Interviene: Martín Gelaguer Ballester
Dirección: Juan Miguel Díaz Rodelas, Decano de la Facultad de Teología San Vicente Ferrer. Valencia. Juana Sánchez-
Gey Venegas, Directora del Aula de
Mafias y esclavitud sexual
08/04/2015
Se ha manifestado un creciente poder de redes provenientes de Nigeria, que de la prostitución han ‘ampliado negocio’ a
la heroína, las estafas, el blanqueo y el fraude. Un ejemplo más de las atrocidades que sufren los emigrantes
empobrecidos en origen y en destino; y el negocio que supone.
El capital inicial de la "pujante empresa" en la que se ha convertido la mafia nigeriana cabe
en una caja de galletas. Dentro está la recaudación semanal de cada una de las chicas: de 350 a 500
euros por cada esclava sexual, sin fines de semana de descanso ni parones por la menstruación.
Ese dinero, multiplicado por 200 o 300 chicas, constituye la primera inversión de una trama
que irá sumando ceros a esa cantidad gracias al dominio de varios negocios ilícitos, todos ellos
parte de un gran engranaje opaco y criminal, cada uno de un sector diferente.
La mafia nigeriana está recortando posiciones en todo el mundo, y en España la Policía
muestra cada vez una mayor preocupación por su creciente poder, e incluso está desplazando a otras
organizaciones clásicas como las colombianas o las turcas.
La propia Europol reconoce en varios de sus informes anuales cómo estos grupos se han ido
asentando en España, Italia, Países Bajos o Estonia, entre otros lugares, controlando los mercados
de la cocaína, el tráfico de personas (niños incluidos) y las estafas.
Formados en las élites
Estos potentes grupos criminales se han formado sobre todo al albur de las universidades de
Benin City, quizá la ciudad más peligrosa de África, donde sólo pueden acudir unos pocos
privilegiados.
Muchos de ellos acaban formando parte de sociedades secretas como la Supreme Eiye
Confraternity, cuyo símbolo es un águila. Esas sociedades se convierten, a su vez, en organizaciones
criminales, pero formadas por miembros de la elite social nigeriana.
Precisamente hace un mes se ha juzgado a varios miembros de ese grupo en la Audiencia
2. Provincial de Madrid dedicados a las extorsiones, entre muchos otros negocios. Este grupo del
águila tenía rituales como beber la sangre de todos sus miembros para entrar en él, y salir de ahí
sólo podía significar la muerte. Según la Fiscalía de Madrid secuestraron al menos a dos
compatriotas para extorsionarles, porque fundamentalmente eran una banda delictiva...
«Así es como la mafia nigeriana, una de las más potentes, se está implantando en España»,
dicen desde el Grupo 8 de la Brigada de Extranjería de Madrid, un grupo de investigación
especializado en redes africanas. «Son muy violentos y cada vez hay más. Son las bandas que más
crecen».
Las operaciones contra grupos nigerianos han aumentado de un 7% a un 15% en los últimos
meses y ya han conseguido usurpar negocios ilícitos a las bandas latinas, que están de retirada. «La
gran mayoría procede de Benin City, y se organizan mediante sociedades secretas cuyo símbolo en
España es el águila», recalcan estas mismas fuentes. El círculo delictivo nigeriano, que empezó con
la prostitución, ahora ya va mucho más allá del dinero que produce la esclavitud sexual.
Con el dinero que recaudan, estos grupos compran miles de números robados de tarjetas de
crédito y débito a hackers de Europa del Este, que son los mejores en este campo. Y gracias a esa
información adquieren, vía internet para no dejar huellas, todos los productos electrónicos que
pueden, siempre caros, saqueando las cuentas hasta que sus usuarios se percatan y anulan la tarjeta.
El viaje del dinero de esta particular sociedad anónima continúa con lo que se podría
denominar «vender para comprar». Con esos productos electrónicos ya en su mano, el objetivo es
venderlos por el máximo dinero posible. De nuevo internet es el mejor lugar para ello, según
explican los investigadores. Unos productos existen, y otros son un vulgar timo. «Su beneficio está
basado en la masificación», asegura la Policía.
Autor: Pablo Herraiz / Alberto Rojas
Una generación cegada por el oro
Los jóvenes burkineses abandonan los estudios por la promesa de un enriquecimiento rápido que nunca llega
C. Caballero / C. Villalba Burkina Faso 1 ABR 2015 - 11:46 CEST
3. La señora Sourabi busca oro. / Chema Caballero
Aparece Bouba en un bar junto a la carretera que atraviesa su pueblo, cerca de Houndé, ciudad del suroeste de Burkina
Faso. Tras los saludos, compartimos unas cervezas y unos trozos de carne de cabra asada. El joven trabaja en un taller
cercano como mecánico de motos y está a punto de casarse. Hemos quedado con él porque conoce bien el mundo de los
mineros artesanales que buscan oro en las proximidades del pueblo. Actividad ilegal de la que es peligroso hablar.
Lejos quedan los tiempos de Thomas Sankara, cuando el algodón era llamado oro blanco y representaba el 57% de las
exportaciones del país. A partir de 2009, el oro amarillo tomó el relevo. Solo en 2013, las minas de este metal han
aportado a las arcas del Estado, en términos de impuestos y tasas aduaneras, unos 198 mil millones de francos CFA
(unos 300 millones de euros). En la actualidad, el oro representa el 5% del PIB de Burkina Faso, uno de los países más
pobres de África (puesto 181, de 187, en el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas de 2014).
Hace años, Bouba tenía un huerto en las cercanías de Houndé. Tenía que trabajar duro pero no le importaba y sacaba
buen provecho de él. Estaba a punto de cumplir 20 años y soñaba con un futuro distinto; sin embargo, no tenía los
medios para iniciarlo y no le quedaba otro remedio que sembrar sus campos año tras año para mantener a su familia. Es
el precio de vivir en un país con una tasa de desempleo del 77%, de la que el 65% es menor de 30 años, y donde un
46% vive por debajo de la línea de la pobreza.
Un día empezó a oír hablar de jóvenes que parecían manejar mucho dinero, que tenían motos, teléfonos móviles, que
vestían bien. Un amigo le llevó hasta uno de ellos, el cual le condujo hasta uno de los hombres que controlaban las
minas de oro. Fue así como se convirtió en minero. En Burkina Faso existen 200 unidades mineras artesanales
reconocidas oficialmente. En una unidad pueden operar diferentes mineros a título individual. Junto a ellas hay otras 27
unidades semi-mecanizadas que produjeron 500 kilos de oro en 2013. La gran mayoría de la minería artesanal es ilegal
y el oro que produce sale de manera fraudulenta del país: se estima que en Burkina Faso existen más de 600 unidades
clandestinas, como la de Houndé. Algunas fuentes calculan que en estas unidades se extraen más de 20 toneladas de oro
al año. Evidentemente, las pérdidas son enormes para la economía nacional.
Los jóvenes de las motos encargados de contratar la mano de obra para las minas son los conseguidores. Con su
apariencia elegante deslumbran a los jóvenes y niños. A veces visitan las escuelas, hablan con los alumnos y al día
siguiente varios de ellos desaparecen para nunca más volver a asomarse por las aulas.
Cuando Bouba habla de su estancia en las minas pierde su sonrisa, baja la voz y mira de reojo a su alrededor para
asegurarse de que nadie escucha. Cuenta que estuvo trabajando muy duro, jornadas de sol a sol, pero siempre bajo
tierra, sin luz, sin casi aire. La única forma de soportar ese ritmo es consumiendo drogas. Asegura que una de las cosas
que más le impactó fue ver que niños y niñas de muy corta edad que trabajaban allí ya las tomasen: "de otra forma no
aguantarían", dice.
4. Entrada a un pozo artesanal cerca de las minas de oro de Houndé. / Carlos Villalba
Un par de días más tarde, Bouba vuelve a visitar hasta las minas. Le ha costado romper su reticencia a volver allí.
Carlos Villalba, coordinador de proyectos de Medicus Mundi CLM en Hundé, ya las ha visitado otras veces y conoce
bien el ambiente. Aconseja no sacar cámaras ni cuadernos y que en todo momento se sigan las indicaciones del joven.
Al llegar, reciben chabolas construidas con palos, plásticos, hojas de palmeras… Dan la impresión de que se van a caer
en cualquier momento. Entre la suciedad y el desorden, se descubre una ciudad donde parece que se puede conseguir
todo lo que se necesite: puestos de comida, pequeños bares donde comprar cervezas o alcohol local, televisiones con
antenas satélites retransmiten cualquier partido de fútbol del momento en un estadio español o inglés… Sorprende el
gran número de niños y niñas con los pies manchados de barro y la mirada perdida, como si nada de lo que sucede a su
alrededor importase. Bouba comentará más tarde que todos ellos han llegado al campamento en busca de dinero y
futuro. Los niños trabajan en las minas, las niñas terminan prostituyéndose.
Los que controlan esos poblados son conocidos como "los hombres del oro". Llegan hasta allí en grandes camionetas
nuevas para asegurarse de que no haya problemas. Hablan con sus hombres de confianza y desaparecen tan rápida y
silenciosamente como llegaron.
Más allá se divisan las minas, a primera vista aparece un mosaico de dunas y agujeros, algunos inundados. La mayoría
de los pozos son bastante estrechos, por eso los niños y los jóvenes, por su tamaño, son los más codiciados para
introducirse en ellos, sin más medida de seguridad que una cuerda anudada a la cintura y una lámpara de keroseno o un
frontal.
Bouba tiene prisa por salir, no le gusta recordar el año que vivió allí. Él es uno de los pocos jóvenes que decidió irse
lejos y comenzar de cero, y lo está consiguiendo, una excepción en el mundo de los mineros artesanales de Burkina
Faso.
La multinacional que quiere salvar a todos
Recientemente se ha otorgado una concesión minera a la empresa canadiense Endeavour Mining Corporation para
explotar una mina de oro en Houndé. La compañía espera obtener unas 180.000 onzas de oro al año durante los ocho
que calcula que la mina estará en activo. El contrato otorga el 90% de los beneficios a la multinacional y el 10%
restante al Estado.
5. Zona de extracciones en las minas de oro artesanales cerca de Houndé. / Felipe Juárez
La compañía anunció en su último informe, de diciembre de 2014, que los trabajos previos a la apertura de la mina ya
están en curso. Estos conllevan la expropiación de casas, pequeños negocios y tierras de cultivo de decenas de familias.
La propia empresa ha establecido un fondo de compensaciones y colabora con el Comité provincial de recolocación y
compensación de personas afectadas por el proyecto aurífero de Houndé. Los afectados pueden solicitar la construcción
de una nueva casa, nuevas tierras o una compensación económica más una indemnización adicional por las perdidas en
los negocios o los cultivos que resulten del cambio de ubicación.
En Houndé dicen estar satisfechos con las ofertas recibidas aunque piensan que será muy difícil cuantificar el impacto
emocional y sobre todo económico que supondrán las mudanzas de las viviendas, negocios y tierras de cultivo, que
quizás han pertenecido a la familia durante décadas.
Algunos grupos de la sociedad civil, como la Red Nacional de Promoción de Evaluaciones Medioambientales
(RENAPEE-BF), intenta llamar la atención de los políticos y concienciar a la población sobre los riesgos que las
explotaciones mineras suponen sobre el plano económico, social y medio ambiental del país. Uno de los aspectos que
más preocupa a los ecologistas es la gestión de los residuos que producirá la mina, muchos de ellos tóxicos que pueden
filtrarse a los acuíferos de la zona y contaminar el suelo de cultivo, lo que castigaría aún más la empobrecida economía
de la región. Esta asociación también lucha para que las comunidades locales donde se encuentren las explotaciones
mineras reciban un 1% de los beneficios que estas generen.
Generación perdida
Las autoridades locales prevén que la multinacional canadiense cree 430 puestos de trabajo directos y ponga fin a la
minería ilegal. Los jóvenes de la zona, sin embargo, alegan que el número de contratos ofrecidos es muy bajo para una
localidad en la que conviven unos 22.000 habitantes.
Carlos Villalba habla de una generación perdida de chicos que han abandonado sus estudios y optado por buscar fortuna
en las explotaciones mineras ilegales, a los cuales la llegada de los canadienses no les va a mejorar la vida ni ofrecer
nuevas oportunidades. Al cabo de los años, se encontrarán sin fortuna y sin formación, enganchados al alcohol y a las
drogas y sin fuerzas para cambiar de vida por falta de salidas.
Varias veces nos hemos acercado hasta el poblado donde viven los mineros, siempre con mucha precaución. Hoy
es domingo por la tarde y este aparece casi vacío. "La mayoría de los trabajadores se habrán acercado al pueblo a pasar
el día de descanso y gastar los pocos francos que hayan conseguido durante la semana", comenta nuestro
acompañante.
6. El pequeño de la familia Sourabié muestra su batea. / Chema Caballero
Cerca de las excavaciones, una mujer inclinada sobre la tierra excava con un pequeño azadón. Junto a ella descansa un
balde de plástico en el que deposita, con mucho cuidado, arena y algunas piedras. La señora devuelve el saludo con
mucha desconfianza e, inmediatamente, llega un joven seguido de un niño que porta una batea en la que también se ven
algunas piedras y algo de arena, los dos embarrados de pies a cabeza, sobre todo el más pequeño.
La mujer, llamada Sourabié, explica que es viuda y junto a sus dos hijos buscan oro para poder sobrevivir. Ellos
rebuscan en los pozos abandonados y en los montones de arena. El hijo mayor toma las riendas de la conversación en
un francés muy rudimentario y asegura que trabajan desde la mañana a la noche. El hermano pequeño es el que
desciende a los pozos, se pasa el día dentro de aquellos agujeros sujeto por una cuerda a la cintura que es atada a un
árbol por seguridad. El trabajo les produce justo lo necesario para comer, pero que no tienen otro remedio que trabajar
allí porque no poseen tierras que cultivar ni otro medio para vivir.
La ganancia de cada día depende de la suerte, asegura el chico, pero muchas veces se vuelven a casa sin ni siquiera
haber conseguido el dinero para comer. "Los que realmente hacen dinero son los que nos compran el oro, les ves por ahí
con sus coches enormes, sus casas grandes, divirtiéndose todo el día", añade. ¿Por qué no intentan vender lo que
consiguen a otras personas que paguen más o en otro sitio?. Y dice el joven: "No es posible, las cosas son así, tenemos
que venderles el oro a ellos si queremos seguir trabajando aquí".
El aceite de palma está matando la selva
Por: Chema Caballero | 09 de abril de 2015
Muchas de las tierras acaparadas por multinacionales o gobiernos extranjeros en África se destinan a la plantación de
palmeras de aceite (Elaeis guineensis), un gran negocio. Pero científicos pertenecientes a la Society for Conservation
Biology (SCB) advierten de que esta práctica puede resultar en la pérdida de grandes cantidades de selva en el
continente con las graves consecuencias que eso acarrea para el medio ambiente.
Las personas, los bosques y la fauna del continente se verán gravemente afectadas si se sigue permitiendo la expansión
desenfrenada de las plantaciones de palmeras de aceite, sobre todo en África occidental y central, dice la organización
de científicos.
7. Talando la selva para plantar palmeras acceiteras. Beatrix Richards / WWF
A finales del pasado mes de enero, SCB hizo un llamamiento a los gobiernos africanos, compañías multinacionales y
conservacionistas para que tengan en cuenta los peligros que el crecimiento de las plantaciones de palmeras de aceite
representa antes de que sea demasiado tarde; como ya ha sucedido en el sureste asiático, donde se piensa que Indonesia,
por ejemplo, perderá la mayoría de su superficie de selva tropical para el año 2022. Similar es la situación de Malasia.
Según la organización, África contiene alrededor de 675 millones de hectáreas de selva, lo que corresponde al 17 % del
total mundial. Estos espacios dan cobijo a unos 1.5 millones de plantas y especies animales que, al mismo tiempo, dan
apoyo a las comunidades locales en términos de alimento, alojamiento, vestido y medicinas. Sin embargo, la
Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estima que entre los años 2000 y 2010,
el continente perdió 3.4 hectáreas de selva (una superficie mayor que la de Bélgica), de las cuales 572.000
correspondían a bosque primario. Este fenómeno se debe, principalmente, a la demanda de tierra para el cultivo, la
explotación comercial de la madera, la urbanización y la industrialización.
En los últimos años, este fenómeno se ha acelerado en gran escala debido a las grandes inversiones de las
multinacionales agrícolas en plantaciones de palmeras de aceite. Estas no solo llevan a la pérdida de la cobertura natural
de la selva, sino que también conduce a la muerte a muchas especies en peligro de extinción, como pueden ser los
orangutanes u otros grandes simios o al auge de epidemias como pueden ser el VIH/SIDA o el ébola.
Las plantaciones de palmeras de aceite se han convertido en uno de los cultivos que más rápidamente han crecido en
todo el mundo. Durante décadas, el sureste asiático fue el territorio favorito de los productores de este aceite. Sin
embargo, en los últimos años, a medida que la tierra se ha ido agotando en aquella región, las grandes multinacionales
del sector agrícola han puesto sus ojos en África. Por eso, se han lanzado a una carrera frenética para acaparar tierras
donde plantar las palmeras aceiteras, dando lugar a un fenómeno que algunos expertos han llamado la “última
fronteras” de la producción agrícola.
Es por eso que SCB aboga por un desarrollo sostenible de las plantaciones de palmeras de aceite que no ponga en
peligro la supervivencia de las selvas tropicales y la riqueza que contienen. Para ello pide un rol más activo de los
gobiernos africanos que deben regular un sector que carece de normas. Hasta el momento, solo Ghana ha realizado un
tímido intento de establecer algún marco jurídico para este asunto.
En 2004, se formó la Mesa redonda sobre aceite de palma sostenible (RSPO por sus siglas en inglés). En la actualidad
cuenta con unos 1.000 miembros que incluyen productores, procesadores, distribuidores, comerciantes o consumidores
de aceite de palma junto a bancos e inversores y ONG que trabajan en los campos del medioambiente o en aspectos
sociales o de desarrollo. Este organismo certifica el aceite de palma sostenible. Esto que puede verse como un gran
avance en este campo, no garantiza que el cultivo de las palmeras de aceite esté libre de deforestación.
Por eso, en 2013, más de 200 científicos pidieron a la RSPO que adoptase criterios más fuertes para dar solución a este
problema. Sin embargo, el organismo todavía no ha dado respuesta a la petición. Como alternativa a la deforestación de
las selvas africanas, estos científicos proponen que se planten las palmeras en tierras degradadas y en suelos minerales
en vez de aquellos que contienen turba. Además, sugieren que las plantaciones pueden aumentar su producción para
reducir la necesidad de nuevas aperturas.
Es curioso observar que durante tanto tiempo el sureste asiático haya sido, y siga siendo, el mayor productor mundial de
aceite de palma, cuando la palmera aceitera es originaria de África occidental. Hay noticias que testifican que en esta
zona se obtenía aceite del palma hace cinco milenios. De África pasó a América poco tiempo después de la llegada de
Cristóbal Colón a ese continente, para ser llevada a Asia en épocas más recientes. Ahora, mejorada, regresa al
continente del que salió.
Sin embargo, África, a pesar de ser la cuna de esta palmera, de que el aceite de palma sea esencial en la dieta
alimenticia de muchos pueblos del continente y de las grandes plantaciones que han surgido en los últimos años,
especialmente en los países de África occidental y central, tienen muy poco peso en el negocio mundial de este
producto. Solo destaca Nigeria, con una producción cercana al millón de toneladas de aceite al año. Es por eso que el
continente tiene, curiosamente, que importar aceite de palma en grandes cantidades para satisfacer las necesidades de su
población.
La demanda de aceite de palma está creciendo muy rápidamente en todo el mundo. Al ser uno de los aceites más baratos
del mercado, cada vez es más requerido para la elaboración de productos alimentarios (como margarinas, chocolates,
cremas de queso o para la fabricación de patatas fritas por parte de grandes cadenas de comida rápida, entre otros
muchos ejemplos), cosméticos y, cada vez más, para biodiesel.
De ahí que cada día se necesiten más tierras para plantar estas palmeras y que ante el agotamiento de las del sureste
9. las persecuciones y pruebas a las que ha sido sometido».
«Como dice el Evangelio –comentó el Pontífice argentino–, desde lo íntimo del corazón pueden desencadenarse las
fuerzas más oscuras, capaces de llegar a programar sistemáticamente la aniquilación del hermano, de llegar a
considerarlo un enemigo, un adversario o, incluso, un individuo sin la misma dignidad humana». Por ello el Papa llamó
a no hacer faltar en todos los pastores «el compromiso de educar a los fieles laicos a saber leer la realidad con nuevos
ojos, para llegar a decir cada día: “Mi pueblo no es solo el de los que sufren por Cristo, sino, sobre todo, el de los
resucitados en Él. Por ello es importante recordar el pasado, pero para extraer de él una linfa nueva para alimentar el
presente con el anuncio alegre del Evangelio y con el testimonio de la caridad. Los animo a sostener el camino de
formación permanente de los sacerdotes y de las personas consagradas. Ellos son sus primeros colaboradores: la
comunión entre ellos y ustedes será reforzada por la ejemplar fraternidad que ellos podrán descubrir en el seno del
Sínodo y con el Patriarca».
El Papa recibe al Sínodo Patriarcal de la Iglesia Armenio-Católica
Ciudad del Vaticano, 9 de abril 2015.–El Papa Francisco ha recibido esta mañana a veinte obispos del
Sínodo de la Iglesia Armenio-Católica que participarán el próximo domingo en la Santa Misa que celebrará
para los fieles de rito armenio en la basílica de San Pedro y durante la cual proclamará a san Gregorio de
Narek, Doctor de la Iglesia.
En el discurso dirigido a los obispos, el Santo Padre recordó que el domingo todos juntos ''elevarán la
oración del sufragio cristiano por los hijos e hijas de vuestro pueblo amado, que fueron víctimizados hace
cien años'' e invocarán la Divina Misericordia ''para que nos ayude a todos, en el amor por la verdad y la
justicia, a curar todas las heridas y acelerar gestos concretos de reconciliación y de paz entre las naciones
que aún no llegan a un consenso razonable en la lectura de tales tristes acontecimientos''.
Francisco saludó a través de los prelados a todo el clero y los fieles laicos de la Iglesia Armenia Católica,
tanto a los que han acudido estos días a Roma como a ''aquellos que viven en los países de la diáspora,
como los Estados Unidos, América Latina, Europa, Rusia, Ucrania, hasta la Madre Patria''. ''Pienso con
tristeza en particular en aquellas zonas, como la de Alepo, que hace cien años fueron puerto seguro para los
pocos supervivientes. Estas regiones, en los últimos tiempos, han visto en peligro la permanencia de los
cristianos, no sólo armenios'', añadió.
''Vuestro pueblo, reconocido por la tradición como el primero en convertirse al cristianismo en el año 301,
tiene una historia bimilenaria y conserva un patrimonio admirable de espiritualidad y de cultura, junto con la
capacidad de levantarse tras las muchas persecuciones y las pruebas a las que se ha visto sometido
-señaló el Pontífice-. Os invito a cultivar siempre un sentimiento de gratitud al Señor, por haber sido capaces
de manteneros fieles a El, incluso en los momentos más difíciles. También es importante pedir a Dios el don
de la sabiduría del corazón: la conmemoración de las víctimas de hace cien años, nos pone, de hecho, ante
las tinieblas del mysterium iniquitatis''.
''Como dice el Evangelio -observó- desde lo más profundo del corazón humano pueden desencadenarse las
fuerzas más oscuras, capaces de llegar a programar sistemáticamente la aniquilación del hermano, a
considerarlo un enemigo, un adversario, o incluso un individuo privado de la misma dignidad humana. Pero
para los creyentes la cuestión del mal llevado a cabo por el hombre introduce también al misterio de la
participación en la Pasión redentora: no pocos hijos e hijas de la nación armenia fueron capaces de
pronunciar el nombre de Cristo hasta el derramamiento de la sangre o a la muerte por inanición en el éxodo
sin fin al que se vieron obligados''.
''Las dolorosas páginas de la historia de vuestro pueblo continuan , de alguna manera, la pasión de Jesús,
pero en cada una de ellas existe el germen de su Resurrección. ¡Que no ceda en vosotros, pastores, el
compromiso de educar a los fieles laicos a saber leer la realidad con ojos nuevos, para que puedan decir
todos los días: mi pueblo no es sólo el de los que sufren por Cristo, sino sobre todo, el de los resucitados en
El. Por eso es importante recordar el pasado, pero para sacar de él linfa nueva para alimentar el presente
con el anuncio gozoso del Evangelio y con el testimonio de la caridad. Os animo a apoyar el proceso de
formación permanente de los sacerdotes y personas consagradas. Son vuestros primeros colaboradores: la
comunión entre ellos y vosotros se fortalecerá con la fraternidad ejemplar que se refleje en el Sínodo y con
el Patriarca''.
El Papa manifestó su gratitud a aquellos que se habían esforzado para ''aliviar de alguna manera el drama
de vuestros antepasados'' y citó en particular al Papa Benedicto XV ''quien intervino con el sultán Mehmed V
para detener las masacres de armenios'' y ''fue un gran amigo del Oriente cristiano: estableció la
Congregación para las Iglesias Orientales y el Pontificio Instituto Oriental, y en 1920 inscribió a San Efrén el
Sirio entre los Doctores de la Iglesia Universal''. ''Me complace -reiteró Francisco- que nuestro encuentro
tenga lugar poco antes de que yo cumplo con alegría el mismo gesto con la gran figura de San Gregorio de
11. Mientras tanto, los medios de comunicación en la provincia de Baluchistán están en alerta máxima: hace un mese l
grupo militante Fidayan-e-Islam amenazó a la asociación de prensa local e impuso la expulsión de todos sus periodistas
cristianos. De no hacerlo habrá una masacre.
El público recuerda, entre los últimos atentados, el que sufrió el periodista y comentador Hamid Mir, del canal
televisivo GeoTv, asesinado en Karachi en abril de 2014. Mir había acusado en público al ejército y a los servicios de
seguridad paquistaníes de colaborar con los terroristas y con los talibanes. Raza Rumi, conductor televisivo y analista,
escapó de milagro a un atentado, durante el que falleció su chofer. Todos estos casos siguen sin culpables. Pero Rumi,
que se mudó a los Estados Unidos, sigue recibiendo amenazas.
El oficio del periodista es uno de los más expuestos a la violencia. Según la organización «Reporters sans frontièrs»,
Paquistan ocupa el sitio 159° de 180 países de la lista que evalúa la libertad de prensa. Durante las últimas décadas, han
sido asesinados 62 agentes de la información por terroristas y muchos otros han logrado escapar a la muerte.
Según el informe que difundió Amnistía Internacional en 2014 (“Hay una bala para ti”), los periodistas en Paquistán
viven bajo la constante amenaza e intimidación por parte de los grupos talibanes, de los servicios secretos y de algunos
partidos políticos. Esta violencia se verifica en la absoluta indiferencia de los magistrados. Describir los abusos y la
persecución contra las minorías es incómodo y daña al país. Es mejor callarlos.
Aumentan los sacerdotes en los Estados Unidos; un cuarto más con respecto a 2014
Ordenaciones sacerdotales
Las cifras actuales fueron recibidas con entusiasmo porque parecen confirmar la estabilidad de una inversión de
tendencia que se ha manifestado en los últimos años
Marco Tosatti
Roma
Noticias positivas para la Iglesia estadounidense. En 2015 se espera que sean ordenados 595 nuevos sacerdotes: un
aumento de casi 25% (24.7% para ser exactos) con respecto al año pasado. Dio la noticia la Conferencia Episcopal de
los Estados Unidos, que, de cualquier manera perfiere mantener una actitud prudente. Mons. Michael F. Burbidge,
obispo de Raleigh, Carolina del Norte, presidente de la Comisión para el Clero, la Vida Consagrada y las Vocaciones,
considera que los números pueden dar esperanza, e inauguran la reflexión sobre la posibilidad de aumentos en el futuro:
«Es muy esperanzador observar el ligero aumento en el número de las ordenaciones de este año en los Estados Unidos».
Observó también, con respecto a los futuros sacerdotes, «las influencias positivas halladas mientras llevaban a cabo el
discernimiento para la llamada», por lo que indicaron que «el apoyo de las familias, de los sacerdotes de la parroquia y
de las escuelas católicas había contado mucho».
En 2014, los sacerdotes ordenados en los Estados Unidos fueron 477. Las cifras actuales fueron recibidas con
entusiasmo porque parecen confirmar la estabilidad de una inversión de tendencia que se ha manifestado en los últimos
años, con algunas excepciones (en 2013 los candidatos fueron 499), y que parece haber puesto punto final a una
tendencia negativa permanente. Si en 1965 hubo 994 ordenaciones, fue disminuyendo drásticamente: en 1975 fueron
771, en 1983 fueron 533 y en 2005 hubo solo 454, según el Center for Applied Research in the Apostolate (CARA). En
2010 las ordenaciones diocesanas fueron 459.
12. En promedio, los futuros sacerdotes tenían alrededor de 17 años cuando consideraron por primera vez la posibilidad de
elegir esta vocación. La mayor parte (siete de cada diez) recibió el apoyo de un sacerdote de la parroquia para
emprender el camino, de los amigos (el 46%), de los fieles de la misma parroquia (45%) y de sus madres (el 40%).
Obviamente, las diferentes influencias no se excluían entre sí. En general, los futuros sacerdotes vivieron por lo menos
15 años en las diócesis o en la eparquía en la que después habrían llevado a cabo el recorrido hacia el sacerdocio.
Un problema característico de los Estados Unidos son lsa “deudas” para estudiar, es decir los financiamientos obtenidos
para cursar estudios y que los estudiantes tendrán que pagar cuando hayan acabado. «Más del 26% de los sacerdotes
ordenados había contraído una deuda educativa, a la hora de entrar al seminario: un promedio de 22.500 dólares»,
declaró el padre W. Shawn McKnight, director ejecutivo del Secretariato. En el futuro será necesario encontrar una
manera para ayudar a los futuros sacerdotes en la obra de reducción de la deuda.
La edad promedio de los sacerdotes ordenados en 2015 es de 31 años. Son unpoco más jóvenes con respecto a sus
colegas de 2014, pero se sigue confirmando el modelo de los años anteriores, es decir la entrada al sacerdocio con más
de treinta años.
Las dos terceras partes (el 69%) de los “ordenandos” son estadounidenses de origen caucásico-europeo; el 10 % tienen
orígenes asiáticos o de las islas del Pacífico, y el 14 % son hispanos. Un cuarto de ellos nació fuera de los Estados
Unidos: Colombia, México, Filipinas, Nigeria, Polonia y Vietnam. Han vivido, en promedio, unos 12 años en los
Estados Unidos. La mayor parte de ellos es católica desde la infancia y solo el 7% se convirtió más tarde.
Los padres del 84% de los futuros sacerdotes son católicos, y el 37% tiene un pariente que es sacerdote o religioso. Más
de la mitad fue a una escuela primaria, a una escuela superior o a un “college” católicos. Seis de cada diez tuvieron un
empleo antes de entrar al seminario. Siete de cada diez recitaban regularmente el Rosario y practicaban la adoración
eucarística antes de entrar al seminario.
El camino del discípulo
Seguir a Jesús según el evangelio de Marcos
13. Santiago Guijarro
La originalidad de esta obra consiste en invitar a leer el Evangelio desde la experiencia del seguimiento de
Jesús.
Es cierto que la situación actual del lector poco tiene que ver con las circunstancias de los primeros
discípulos. Posiblemente nadie se gane la vida pescando con artes rudimentarias en un pequeño lago, ni
tampoco hable la lengua de aquellos pescadores… Y sin embargo, fácilmente puede compartir con ellos la
experiencia de haber sido llamado o llamada por Jesús y el gozo de estar con él. Incluso puede saber de
primera mano cuán difícil es en algunas ocasiones perseverar en este seguimiento.
El camino recorrido por los primeros seguidores de Jesús, según relata el Evangelio de Marcos, permite
identificar los momentos fundamentales de la experiencia discipular y establecer un diálogo con ella. No en
vano, vivimos un tiempo en que es necesario revitalizar experiencias fundamentales de la fe, entre las que
se encuentra sin duda el discipulado.
Santiago Guijarro es catedrático de Nuevo Testamento en la Universidad Pontificia de Salamanca.
Presencia y profecía
Seguido de Notas sobre los ángeles
Paul Claudel
La realidad está repleta de presencias, aunque no todas pueden captarse de la misma manera. Para la
mayoría de ellas basta con usar adecuadamente, es decir, con inteligencia, la vista, el oído, el gusto, el
olfato y el tacto. Pero para las presencias esenciales el hombre debe implicar todo su ser.
La realidad no halla su sentido en sí misma, ni tiene tampoco en sí la clave para interpretarse. Al contrario,
necesita que se le anuncie proféticamente desde fuera, como una gracia, que al ser acogida permite
descubrir no solo su interna fecundidad, sino también la unidad y el destino de los elementos dispersos que
la integran.
A la luz de la Escritura Santa, el autor se adentra en la creación y en la historia de la mano de los ángeles,
14. compañeros de camino. Y al gustar cada página de los Libros Sagrados como un poema, aprende a mirar la
creación y la propia historia con ojos nuevos.
La Pasión según Van der Weyden
El Prado reúne por primera vez las mejores obras del pintor flamenco
• El Calvario resucitado
Borja Hermoso Madrid 24 MAR 2015 - 10:14 CET
'El Descendimiento' de Rogier van der Weyden (1435). / SAMUEL SÁNCHEZ
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Insuperables en la pócima mágica que cruza la maestría técnica y el vuelo espiritual, el naturalismo y la capacidad
evocadora, la matemática geométrica y la pasión religiosa, y sobre todo, rabiosamente vigentes después de más de 500
años, los primitivos flamencos han vuelto al Prado. Nunca se fueron. Así que habrá que hablar más bien de un eterno
retorno. De entre todos ellos, Rogier van der Weyden, o Roger de la Pasture, según se prefiera la denominación
flamenca o francesa (Tournai, 1399 o 1400- 1464) es la personificación de su cumbre, o de una de sus cumbres. En la
convulsiva Europa del siglo XV solo el magisterio de Jan Van Eyck estuvo (como poco) a su altura. Más tarde vendrían
más genios, El Bosco, Brueghel el Viejo, Rubens, Teniers, pero esa es otra historia. Como lo es la de extraordinarios
pintores del XV, anteriores a Weyden y Van Eyck que, habiendo alcanzado la excelencia absoluta, se quedaron en ella
sin saltar a la dimensión del artista que marca una era: Petrus Christus, Robert Campin, Van der Goes, Hans Memling…
La percha de esta muestra es la restauración de su obra cumbre El Calvario
La exposición de apenas 20 obras que la pinacoteca dedica desde este lunes y hasta el 28 de junio al creador de una de
las pinturas capitales de la Historia del arte –El Descendimiento que alberga el propio Prado- y a algunos de sus
discípulos y seguidores constituye un hito histórico. Primero, por el ilustre pretexto que la originó. La percha de esta
brevísima pero subyugante muestra –la primera de carácter monográfico sobre el artista en España- es la restauración de
otra de las cumbres del arte de Van der Weyden, El Calvario del Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial, devuelto
a la vida gracias a un largo y complejísimo proceso de restauración que arrancó hace cuatro años y se cerró, como quien
15. dice, anteayer.
Las dos personas que, acompañadas de sus respectivos equipos de colaboradores, han obrado el milagro son los
restauradores José de la Fuente, que reparó el maltrecho soporte de este cuadro dividido en 12 paneles e hizo de una
piltrafa medio muerta una obra de arte estropeada pero al fin manipulable y curable, y Loreto Arranz, que quitó la
porquería producto de sucesivas y desastrosas restauraciones anteriores (1567, 1892, 1945). El primero forma parte del
equipo de restauración del Prado, y la segunda trabaja para Patrimonio Nacional (propietario de la obra).
Detalle de 'El Descendimiento', una de las estrellas de la muestra.
Juntos, y en una relación de hecho que se ha prolongado en el tiempo desde junio de 2011, han logrado que El Calvario
reluzca en todo su esplendor, desde el dramatismo gestual de la Virgen y San Juan hasta las mismísimas lágrimas que
corren por la mejilla del Cristo, ya muerto, o las gotas de sangre que descienden de su corona de espinas. Prácticamente
imperceptibles en la contemplación directa de este descomunal óleo sobre tabla de 3,23 por 1,92 metros pintado entre
1457 y 1464, la visión de ese llanto y de esa sangre se hace real en el montaje audiovisual en alta definición instalado
por los comisarios de la muestra, Lorne Campbell (muy probablemente el mayor experto mundial en el pintor flamenco)
y José Juan Pérez Preciado y por el responsable del diseño museográfico de la exposición, Jesús Moreno.
Es imprescindible la visita a esta sala oscura para aprehender no solo la extrema complicación técnica de una
restauración así, sino también el propio detalle de la obra de Van der Weyden, quintaesencia del detalle a ultranza. En
las tablas de Rogier van der Weyden, como en las de sus otros colegas y competidores flamencos de la época, no es
cuestión solo de asomarse a la conmovedora alianza entre la arquitectura dispositiva de las personas y las cosas y la
intensidad del colorido en los ropajes. Una segunda aproximación con lupa permitirá adentrarse en los minuciosos
fondos de las pinturas del artista.
Esto alcanza su paroxismo en esas lágrimas del Calvario del Escorial, pero también en el detalle arquitectónico y en lo
que cabría llamar los personajes secundarios del Tríptico de los Siete Sacramentos, una joya procedente del
Koningklijk Museum de Amberes nunca vista antes en España. Es una de las obras mayores de Van der Weyden. De
hecho, una de las pocas que gozan de absoluta certeza en su autoría, pues, como sus contemporáneos flamencos, no
firmaba sus obras. Desde luego, es una de las más inverosímiles: aquí no hay canon compositivo posible, aquí la escala
salta por los aires, con los secundarios en pequeñito y los personajes centrales –Cristo, la Virgen San Juan y
Magdalena- enormes. El crucifijo roza casi la bóveda de la iglesia (quizá la catedral de santa Gúdula de Bruselas, donde
fue enterrado Van der Weyden), los personajes no encajan, el contenido no se adecúa al continente… y todo es perfecto.
El cuarto vértice de la exposición junto al Calvario, El Descendimiento y el Tríptico de los Siete Sacramentos es, por
supuesto, el Tríptico de Miraflores, que regresa a España desde que en 1810 el general francés Jean Darmagnac se lo
llevara de la burgalesa Cartuja de Miraflores, y que hoy duerme en el Museo Estatal de Berlín. “Es la primera vez, y
muy probablemente la última, en que se podrán admirar juntas estas cuatro obras”, advertía conmovido, el comisario de
la muestra. Un hito en El Prado gracias al genio de un artista, la dedicación de unos restauradores… y el retroactivo
flechazo de un tal Felipe II por la pintura de aquel flamenco de Tournai. En vísperas de la Semana Santa, la Pasión
según Rogier van der Weyden.
Patrimonio Nacional y El Prado: ¿la pipa de la paz?
B. H.
La restauración de El Calvario de El Escorial, merced a un convenio firmado hace cuatro años entre el Museo del Prado
y Patrimonio Nacional y costeado por la Fundación Iberdrola, da como resultado una exposición extraordinaria.
También paradójica. Porque de paradoja hay que hablar cuando una muestra histórica como esta —los cuatro weyden
mayores, juntos por vez primera; ni su creador pudo ser testigo de ello— llega en el contexto de litigio entre las dos
instituciones.
Hágase memoria. En julio del año pasado, el presidente de Patrimonio, José Rodríguez-Spiteri, remitió una carta al
director del Prado, Miguel Zugaza, reclamando para el nuevo Museo de Colecciones Reales, que se inaugurará en 2016,
16. entre otras, las siguientes obras depositadas en El Prado: La mesa de los siete pecados capitales, de El Bosco; El
lavatorio, de Tintoretto… y El Descendimiento de Rogier van der Weyden, una de las estrellas de la pinacoteca
madrileña y de la exposición inaugurada ayer.
Ante la lógica negativa de la dirección del museo, que alberga El Descendimiento en calidad de depósito desde 1936
(renovado por última vez en 1998), Rodríguez-Spiteri decidió congelar las relaciones con El Prado. Y tanto las congeló
que rehusó prestar varias de las obras que el museo había pedido prestadas para su exposición sobre Bernini del año
pasado.
Alicia Pastor, consejera gerente de Patrimonio Nacional —Rodríguez-Spiteri no acudió a la presentación—, y Miguel
Zugaza vivieron ayer una jornada histórica en lo relativo al arte, pero en lo relativo a la diplomacia cultural bien puede
decirse que fumaron por espacio de unas horas la pipa de la paz. “Prefiero quedarme con lo que nos une y esta
exposición es la prueba”, dijo Pastor. “Nada que añadir”, apostilló Zugaza.
Pastor sí quiso subrayar que, tras su restauración y exhibición en El Prado, El Calvario de Van der Weyden regresará al
Monasterio del Escorial, donde será expuesto en un marco creado ex profeso para él.
El pasado septiembre, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, selló la controversia Prado-
Patrimonio cuando, tras un Consejo de Ministros y al ser preguntada por EL PAÍS, sostuvo: “Esos cuadros se quedarán
en El Prado”. Para eventuales nuevos capítulos del litigio en teoría finiquitado, véase Presidencia del Gobierno, de
quien depende directamente Patrimonio Nacional.
En el taller con Van der Weyden
Cuatro años se ha tardado en insuflar nueva vida y curar las heridas de 'El Calvario', la monumental tabla del
maestro flamenco. El Prado lo celebra con una exposición histórica
• FOTOGALERÍA Un vistazo a la obra y sus entresijos
Andrea Aguilar 21 MAR 2015 - 00:03 CET
A la derecha, José de la Fuente, restaurador de soportes del Museo del Prado, y a la izquierda, Loreto Arranz,
restauradora de Patrimonio Nacional, encargada de la parte pictórica. / Gorka Lejarcegi
Sufrió un fuerte golpe en la rodilla, resultado de una grave caída. Sobrevivió a un incendio. Decenas de clavos, además
17. de un firme corsé de madera incrustado en su espalda, atestiguaban los sucesivos intentos de enderezar su postura. Las
cicatrices del maltrecho cuerpo que llegó al taller de restauración del Museo del Prado hace cuatro años eran profundas.
Afectaban a la misma estructura de la monumental tabla y se reflejaban en su anverso. De ahí la magulladura en la
rodilla, las grietas, los despintados y repintados en la penetrante imagen representada de un Cristo clavado en la cruz,
muerto y sin embargo lloroso, bajo cuyos brazos se yerguen con expresión contenida, a un lado, la Virgen y, al otro, san
Juan, envueltos en agitados y voluminosos paños blancos. El Calvario, de casi tres metros y medio de altura, pintado
por Rogier van der Weyden hacia 1460, había pasado por su particular vía crucis.
Su historia está hecha, entre otras cosas, de madera de roble báltico, de cola de conejo, de estopa, de yeso, de bermellón
de mercurio o de blanco de plomo. En ella participan desde unos monjes cartujos belgas hasta un rey enamorado de la
pintura flamenca, un pintor apodado El Mudo, el propio Velázquez o, más recientemente, uno de los seis únicos
especialistas en todo el mundo en restauración de soportes en el siglo XXI.
El primer y absoluto protagonista es el pintor flamenco cuyo apellido significa pastura —aunque parece que era hijo de
un cuchillero, dato sobre el que no existe una certeza absoluta, como no la hay sobre muchos otros aspectos de su
biografía—. Vivió en el convulso siglo XV entre Tournai y Bruselas, y el cambio de residencia fue acompañado de la
traducción de su apellido: en francés, De le Pasture; en flamenco, Van der Weyden.
Quizá el principio de esta historia arranque en los bosques de Polonia, de donde procedía el roble
Las dudas que rodean la biografía del artista son tan espesas como vivos los colores de su paleta. Su fecha de
nacimiento se sitúa entre 1399 y 1400; su muerte, a los 64 o 65 años. Y la confusión viene de lejos, porque ya en su
Vida de grandes artistas, Giorgio Vasari dividía (o multiplicaba, según se mire) a Rogier van der Weyden por dos.
A pesar del reconocimiento del que gozó en vida (fue nombrado pintor de la ciudad de Bruselas en 1436, y las copias de
sus cuadros fueron constantes), la biografía del artista —como la del resto de los maestros primitivos flamencos— se
mantiene en una zona de tinieblas y apenas despertó interés hasta el siglo XIX. El redescubrimiento e innovación de la
pintura al óleo de Jan van Eyck y el estilo realista con el que los artistas del llamado Renacimiento del Norte
redefinieron la pintura —estableciendo una perturbadora tensión entre el mundo real y el imaginado, entre lo sagrado y
lo profano— no pasaron desapercibidos a sus contemporáneos, pero su estudio tardó varios siglos en llegar. Para
entonces, las pruebas documentales eran escasas. Los archivos y registros de Bruselas ardieron en 1695, en el mismo
incendio de las dependencias del Ayuntamiento que arrasó las pinturas sobre la justicia que Van der Weyden hizo para la
ciudad. Unos cuantos siglos después, los bombardeos de 1940 en Tournai acabaron por arrasar el otro fondo donde es
probable que hubiera rastro del artista.
Durante su vida, el concepto de autoría no estaba tan implantado como hoy día, así que Van der Weyden no firmó
prácticamente ninguno de sus cuadros. Hoy solo hay tres sobre los que no se alberga ninguna duda de que son suyos: El
Descendimiento, El Calvario y el llamado Tríptico de Miraflores. El impactante trío se reunirá por primera vez en el
Museo del Prado desde el próximo lunes hasta el 28 de junio en una cumbre sin precedentes que celebra la conclusión
del largo proceso de restauración de El Calvario. La exposición contará con un total de 20 obras, que incluyen tablas,
tapices y dibujos.
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Quizá el principio de esta historia habría que situarlo en los bosques de Polonia, de donde procedía el roble báltico que
los comerciantes flamencos movían por Europa desde el siglo XIV hasta el XVII. Los cuadros pintados sobre aquellas
maderas permiten trazar el mapa de sus rutas por Inglaterra, Italia, Sevilla y Portugal. "El corte de la madera debía ser
totalmente radial, de manera que los anillos de crecimiento fueran perpendiculares al tajo, algo fundamental para la
estabilidad del cuadro", explica el restaurador José de la Fuente.
En el caso de El Calvario, parece probable que Van der Weyden empleara restos de la costosa madera para fabricar el
soporte. Su hijo mayor, Cornelio, había ingresado como cartujo, y este cuadro no fue un encargo, sino un regalo donado
en 1460 a la cartuja de Schuet, a las afueras de Bruselas. La capilla fue arrasada poco después de que el cuadro fuera
vendido en 1555 y sustituido por una réplica a cargo de Antonio Moro, el pintor de cámara de Felipe II. Aquel mismo
18. año, en octubre, el padre del monarca, Carlos V, había abdicado y todo apunta a que fue en casa de su tía María de
Hungría, gobernadora de los Países Bajos de 1531 a 1555, donde unos años antes vio por vez primera un cuadro de Van
der Weyden. El flechazo fue duradero, como lo prueban las múltiples copias de sus obras que encargó, una de las cuales
regaló a su niñera, Leonor de Mascarenhas.
La llegada a España de El Calvario probablemente fue menos atribulada que la de El Descendimiento. Según escribió
Karel van Mander en 1604, durante su traslado esa obra sufrió un percance marítimo: "El barco que lo transportaba
naufragó, pero el cuadro flotó y fue rescatado. Como lo habían embalado muy cuidadosamente, la pintura apenas
padeci". La veracidad del casi naufragio no está probada, pero lo que sí es cierto es que Felipe II ordenó la restauración
de ese cuadro en 1566, y de El Calvario, al año siguiente, poco después de que llegaran a El Escorial.
De las uniones abiertas de los paneles se encargó el maestre Giles; de la pintura, Juan Fernández de Navarrete, más
conocido como Navarrete el Mudo. Más de 400 años después, en los talleres del Prado, José de la Fuente ha
consolidado la tabla, trabajando estrechamente con la restauradora de Patrimonio Nacional encargada de la parte
pictórica, Loreto Arranz Gozalo. Lucio Maire ha restaurado el marco —del que destaca la calidad del bol original—
retirando todas “las actuaciones impropias”. Alicia Peral y María Moraleda —becarias de la Fundación Iberdrola y del
Ministerio de Cultura cuando empezaron a trabajar en el proyecto— completan el equipo que ha trabajado en los
talleres del Prado. Su coordinador jefe, Enrique Quintana, destaca el increíble avance que en los últimos 20 años ha
habido: "Ni en España, ni en Europa había formación en restauración de soportes, porque no era rentable", explica. Por
eso en los noventa se contó con la ayuda de un experto del Museo Metropolitano de Nueva York para acometer la
restauración de El Descendimiento. Hoy, el Prado cuenta con su propio especialista y difunde su conocimiento a través
del programa Panel Painting de la Fundación Getty, que aporta importantes fondos para la restauración de tablas y, a
cambio, involucra a becarios internacionales en estas tareas para que se formen.
Lucio Maire es el restaurador de Patrimonio Nacional que ha trabajado en el marco de 'El Calvario'. / GORKA
LEJARCEGI
El gran tamaño de la tabla de El Calvario volvía frágil su estructura horizontal. Originalmente, los 14 paneles de casi
dos metros de ancho de esta obra fueron montados con un marco en ranura y dos travesaños con puentes metálicos que
permitían la dilatación y contracción de la madera. El proceso en aquel tiempo era tan riguroso que, según apunta De la
Fuente, había un gremio especializado en realizar un control de calidad de las tablas y comprobar la estabilidad de la
zonas de unión. Él duda que esta estructura hubiera sido aprobada.
Lo cierto es que el asunto de los gremios resultó ser algo particularmente pertinente y delicado en la ciudad de Tournai.
Las disputas entre Francia y el Ducado de Borgoña por el control de la ciudad se tradujeron en revueltas y
enfrentamientos: la alta burguesía era proborgoñesa; los artesanos, profrance ses. Parece ser que, tras una primera
estancia en Bruselas, el pintor, casado con la belga Elisabeth Goffaert, regresó a Tournai y a la edad provecta de 27 años
ingresó en el taller de Robert Campin, el Maestro de Flandes. Los aprendices normalmente ingresaban a los 13 o 14
años, pero parece probable que él trabajara antes con Hubert van Eyck (hermano del gran Jan). Puede que a Van der
Weyden le pillara un cambio en las normativas gremiales de la ciudad, que obligaban a pasar un mínimo de cuatro años
en un taller, y que por eso volviera a trabajar por cuenta ajena. Sea como fuere, en 1432 recibió el título de maestro.
19. El cuadro no fue un encargo, sino un regalo donado en 1460 a la cartuja de Schuet, a las afueras de Bruselas
La profundidad y maestría de sus obras, donde sentimiento y forma, realismo y fábula cobran una intensa y
conmovedora vida, revalidan sin duda ese título siete siglos después de su muerte. Al naturalismo flamenco, Van der
Weyden, hombre pío y buen conocedor del dogma cristiano, añade misterio, volúmenes escultóricos y una puesta en
escena teatral de turbación barroca. Ese palio rojo que sirve de fondo a El Calvario tiene algo sereno, en comparación
con la agitación de El Descendimiento. Si frente a esa obra uno —como el personaje de la novela de Ben Lerner en
Saliendo de la estación de Atocha— debería llorar, puesto que casi todas las figuras representadas derraman lágrimas,
El Calvario quizá invite a rezar. En El Descendimiento nace la representación de la compasión —la pasión compartida
de la Virgen que reproduce la misma postura que su hijo muerto—, y en El Calvario sus monumentales figuras abren
espacio para una serena reflexión. Así lo sostiene el experto británico y comisario de la exposición del Prado, Lorne
Campbell: "Esta obra representa el último alegato de Van der Weyden. En ella plasma esas tres figuras sobre las que
había pensado durante años".
En la restauración acometida en los últimos tres años, el principio también ha sido el soporte. Hubo que retirar las telas,
limpiar e incluso desmontar los paneles. Se quitaron las rígidas estructuras añadidas en la restauración de mediados de
los años cuarenta del siglo XX en el Prado, los clavos, los puentes, todo. La madera respiró. Luego, José de la Fuente
ideó un sistema no invasivo para consolidarlo e introdujo milimétricamente injertos de maderas centenarias para
arreglarlo. "Las cuatro premisas de las que partíamos eran que había que adaptarse a la curvatura, a los movimientos
tridimensionales, a la deformación del cuadro y había que repartir el peso en un soporte secundario". Este último
elemento se ha convertido en un bastidor de madera de sitka —usada en la construcción de barcos— que, a través de un
sistema de tacos que a su vez sostienen tornillos de nailon y muelles, consolida la parte trasera como si se tratara de una
malla mágica. Luego, le llegó el turno a la pintura. Arranz limpió las resinas naturales y los añadidos, trabajó en la
entonación cromática con base de acuarela.
Felipe II ordenó la restauración de El Calvario, en 1577 poco después de que llegara a El Escorial
El Calvario y El Descendimiento permanecieron juntos durante siglos en El Escorial. Primero, en la sacristía; luego
Velázquez reordenó la colección y los llevó a la librería del coro en 1656; sobrevivieron al incendio de 1671 —que dejó
algunas diminutas pompas en su pintura— y acabaron en el museo del palacio. En 1939, cuando El Descendimiento
volvió de Ginebra tras la Guerra Civil, fue al Prado. El verano pasado, Patrimonio Nacional cursó una reclamación.
Pero mientras se resuelve esa cuita, los cuadros del maestro Van der Weyden volverán a encontrarse y se enfrentarán
con el Tríptico de Miraflores, que se llevó el general francés Jean Barthelémy Darmagnac durante la invasión
napoleónica y ahora viaja desde el Staatliche Museen de Berlín.
El escritor Tzvetan Tódorov, en su ensayo sobre la pintura flamenca, apunta que hay que fijarse en la individualidad de
lo que representaron (momentos muy concretos); en la individualidad de a quién representaron (rostro con barba de
varios días, ojos llorosos); y en el potente simbolismo de las imágenes. Pero el maestro flamenco de los dos nombres
apuntó aún más allá: "Rogier pinta la esencia, no una apariencia concreta".
Rogier van der Weyden (h. 1399-1464). Museo Nacional del Prado. Madrid. Del 24 de marzo al 28 de junio de 2015.
España / Historia
Felipe III de España, el Rey ludópata que no quería reinar
césar Cervera / Madrid
ABC
Día 09/04/2015 - 08.16h
20. El hijo de Felipe II perdió grandes sumas de dinero ante importantes cortesanos jugando a las cartas, entre ellos
el Duque de Lerma, quien convenció al Monarca de que trasladara la Corte a Valladolid, y de nuevo a Madrid.
El noble castellano se hizo millonario con la operación urbanística resultante
Museo del Prado
Alegoría de la educación de Felipe III por Justus Tiel
Con la llegada al trono de Felipe III, el único hijo varón que sobrevivió a la muerte de Felipe II, se interrumpió la
estirpe de Reyes españoles que gobernaron sin necesidad de delegar en validos o favoritos, cuyo recuerdo más
reciente en ese momento eran los accidentados reinados de Juan II y Enrique IV «El Impotente», que permitieron que
Álvaro de Luna y Juan Pacheco llevaran en su beneficio las riendas de Castilla. Dominado durante casi dos décadas
por el oscuro Duque de Lerma, Felipe III se reveló como un gobernante apático con muy poco interés en los asuntos
de estado, y sin la formación adecuada para ello, puesto que su educación había estado continuamente interrumpida por
sus problemas de salud. Además, al igual que otros miembros de la familia Habsburgo, desarrolló un comportamiento
compulsivo, en su caso con los juegos de azar.
ABC
Retrato de Felipe III por Frans Pourbus el Joven
La salud de Felipe III, que tenía un nivel de consanguineidad poco por debajo de su malogrado hermanastro el Príncipe
Maldito, fue siempre precaria. «Dios, que siempre me ha dado tantos reinos, me ha negado un hijo capaz de regirlos»,
afirmó en una ocasión Felipe II, consciente de que era poco probable que su último hijo varón llegara a la edad adulta.
Precisamente por ello, la educación del joven príncipe fue descuidada y el Rey Prudente prestó mucha más atención
en esos años de formación a su hija predilecta, Isabel Clara Eugenia. Así, la hija del Rey permaneció soltera hasta
21. poco antes de la muerte de su padre a fin de recurrir a un matrimonio beneficioso para la Monarquía hispánica en caso
de que hubiera sido la sucesora.
Frente a un padre extremadamente exigente, la indolencia de Felipe III se tradujo en un joven perezoso sin ningún
interés por los asuntos de Estado. El médico psiquiatra Francisco Alonso-Fernández lo describe en su libro «Historia
personal de los Austrias españoles» como una persona «de dotación intelectual escasa o mediocre, casi en el umbral de
la deficiencia mental. Si no fuera por su fervorosa entrega al divertimento, la imagen de Felipe III podría ser equiparada
a la de los monjes medievales atacados por una especie de pereza melancólica, la acedía».
El Duque de Lerma se beneficia del indolente
La abulia del Rey fue aprovechada, como nadie, por Francisco de Sandoval y Rojas, perteneciente a una familia noble
con más deudas que rentas hasta que Felipe III elevó su condado a Ducado de Lerma en 1599. Educado en la corte
como compañero de juegos del Príncipe Carlos, el Duque de Lerma pasó posteriormente a ocupar el cargo de
gentilhombre del Príncipe Felipe III –el otro hijo de Felipe II que llegó a la edad adulta– con el que hizo buena amistad
y sacó rico provecho. En el año 1601, el Duque de Lerma, nacido en Tordesillas, convenció al Rey para que trasladara
la corte de Madrid a Valladolid. Previamente, el noble castellano y su red clientelar habían adquirido terrenos y palacios
en Valladolid para después venderlos a la Corona. No conforme con unos beneficios que le convirtieron en el hombre
más rico del Imperio español, Francisco de Sandoval y Rojas volvió a persuadir a Felipe III para restaurar la corte a
Madrid solo seis años después. En la actual capital de España, a cuyo Concejo le tocó pagar un elevado coste por el
traslado, el duque repitió la operación urbanística y compró numerosos palacios y viviendas, que en ese momento
estaban a precios muy bajos.
Museo del Prado
Retrato ecuestre del Duque de Lerma, por Pedro Pablo Rubens
Mientras personajes como Francisco de Sandoval y Rojas o el dominico Luis de Aliaga conducían el reino sin timón
hacía sus aguas particulares, Felipe III ocupaba sus horas en fiestas, jornadas de caza interminables –afición que heredó
de su padre–, la cría de caballos, la danza, la música y los juegos de naipes. En el caso de esta última afición, el Rey
desarrolló una fuerte adición, que, según Francisco Alonso-Fernández, fue lo bastante pronunciada para ser
considerada una ludopatía adictiva. Jugando a las cartas perdió grandes sumas de dinero ante importantes cortesanos,
entre ellos el propio Duque de Lerma, y modificó de forma caótica sus horarios. No en vano, existen otros casos de
personalidades adictivas en la familia de los Habsburgo. Sin ir más lejos, el Príncipe Carlos, hermanastro de Felipe III,
era aficionado a apostar a la mínima ocasión: a los dados, a las cartas e incluso a las competiciones. Otros casos
reseñables son los de Felipe II, un obseso compulsivo y coleccionista enfermizo, y el de Felipe IV, un sexoadicto.
Felipe III murió a los 43 años, de unas fiebres causadas por una infección bacteriana de la dermis
Con el fallecimiento de la Reina Margarita de Austria-Estiria en 1611, que había asumido gran importancia política y
servía de obstáculo a quienes ambicionaban utilizar al Rey como mero títere, las luchas por hacerse con el control del
reino se intensificaron entre el Duque de Lerma y el confesor Luis de Aliaga. Con ayuda del Duque de Uceda –hijo del
Duque de Lerma– y del Conde-Duque de Olivares –futuro valido de Felipe IV–, Luis de Aliaga consiguió que el
hombre de confianza del valido, Rodrigo Calderón de Aranda, fuera ejecutado por corrupción en la Plaza Mayor de
Madrid en 1621. El mismo Francisco de Sandoval y Rojas tuvo que solicitar de Roma el capelo cardenalicio para
protegerse de cualquier proceso judicial, puesto que el clero gozaba de inmunidad eclesiástica.
Felipe III, que se había limitado a observar la contienda sin tomar completo partido por ninguno de los bandos, quedó
22. sumido durante aquellos años en un estado de melancolía que le hacía lamentarse de haber llevado una vida tan
superficial. Murió una década después que su esposa –a la que no había buscado remplazo, ni en la cama ni en el altar–,
a los 43 años, de unas fiebres causadas por una infección bacteriana de la dermis. A diferencia de sus antecesores y
de los últimos Austrias, Felipe III y su esposa sí dejaron una amplia descendencia a través de ocho hijos, de los cuales
cinco llegaron a una edad avanzada.
“Isabel de santo Domingo, discípula y compañera de Teresa de Jesús”
MJ /
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El libro
Las carmelitas descalzas del Monasterio de San José en Zaragoza acaban de publicar un libro sobre Isabel de Sto.
Domingo fundadora de ese convento y discípula directa de Teresa de Jesús.
Es una contribución más a este V Centenario del nacimiento de la santa. Para la redacción, se han servido de
documentos que figuran en su archivo, y de otros como las Declaraciones de Isabel de Sto. Domingo en los Procesos de
Beatificación y Canonización de Santa Teresa de Jesús, las cartas de Isabel de Sto. Domingo, los Recuerdos de Isabel de
Sto. Domingo sobre la Santa Madre y la biografía escrita por D. Miguel Bautista de Lazuna en el siglo XVII. La obra,
de 300 páginas, tiene un precio de 12 € + 2 € por gastos de envío. Puede pedirse a la comunidad:
Dirección:Avenida Cataluña, 161
50014 ZARAGOZA
TELÉFONO 976 471 464 FAX 976 471 464
cdmonasterio@gmail.com
23. Decía fray Luis de León: “Yo no
conocí a la Madre Teresa mientras vivía en este mundo, pero ahora que está en la gloria la conozco a
través de sus obras y sus hijas”. Isabel de Sto. Domingo es una de esas hijas donde en su vida y en sus
cartas se reconocea la Madre. Ahora, después de 500 años, Teresa de Jesús sigue estando presente en el
mundo en sus escritos y en sus hijas. Las carmelitas de hoy, como Teresa su fundadora, tienen a Cristo y
a su evangelio como centro de sus vidas y viven para la Iglesia con verdadera pasión apostólica por medio
de la oración: “Estando encerradas peleamos por El.”
Lucharnos junto a nuestros hermanos los hombres, llevando ante Dios sus alegrías, sus dolores y
esperanzas, mostrando el verdadero camino hacia Dios.
Carmelitas Descalzas de S. José
Zaragoza
Isabel de Santo Domingo
Isabel de Santo Domingo [Ortega] (1537-1623) Es una de las más aventajadas discípulas de la Santa. Nació en
Cardeñosa (Ávila) el 25 de marzo de 1537. Hija de Juan de Ortega Sedeño y de María de Vergas. Huérfana de madre a
los 4 años y de padre a los 14, se educó en casa de su tío Antonio de Vera Bracamonte, en Ávila, donde se confesó con
san Pedro de Alcántara, que fue quien la propuso a la Santa. Ingresó en San José de Ávila en octubre de 1563, tomó el
hábito al año siguiente (4.10.1564) y realizó su profesión el 21.10.1565. Viajó con la Santa a Toledo, donde quedó de
priora. A los pocos meses se trasladó a Pastrana como priora del nuevo Carmelo. “Es esta priora grandísima sierva de
Dios”, apunta la Santa (F 23,8), cuando narra cómo ella supo atraer al Carmelo al P. Gracián (que era por entonces
estudiante en Alcalá). A pesar de su gran tacto en el trato con la princesa de Éboli, a los cinco años escasos hubo de
emprender la retirada de toda la comunidad de Pastrana al recién fundado Carmelo de Segovia (1574).
También en Segovia, la madre Isabel quedó de priora de la comunidad: 1574-1588. Ahí conoció a fray Juan de la
Cruz. Después de muerta la Santa, la madre Isabel pasa a fundar el Carmelo de Zaragoza (1588). En 1598 fue nombrada
priora del Carmelo de Ocaña (Toledo), erigido apenas tres años antes, de donde regresaría a su antiguo Carmelo de
Segovia, y de este a San José de Ávila (1604), donde todavía ejerció el cargo de priora de 1606 a 1610, y donde falleció
el 13.6.1623, después de haber celebrado la canonización de la Santa.
La madre Isabel había depuesto dos veces en su proceso de beatificación: en Zaragoza, el 1595 (BMC 19, 75-101), y en
Ávila 1610 (BMC 19, 457-517). Conservamos una carta de la Santa a Isabel, en la que expresa su alegría al conocer a
Gracián en Beas: “él es cabal en mis ojos” (12 mayo 1575). Cuando en 1581 cada Carmelo envió a la Santa el memorial
destinado al capítulo de Alcalá, escribió ésta a Gracián: “solo el [memorial] de su amiga Isabel de Santo Domingo venía
bien” (21 febrero 1581).
Fuente: Diccionario de santa Teresa de Jesús. Ed. Álvarez, Tomás. Burgos: Monte Carmelo, 2000.
Visita virtual a la exposición de la BNE: “Teresa de Jesús. La prueba de mi verdad”
MJ / 20 horas ago
El 11 de marzo, los Reyes de España inauguraron ‘Teresa de Jesús. La prueba de mi verdad’, una magnífica exposición
organizada por la Biblioteca Nacional de España (BNE) y Acción Cultural Española (AC/E). La muestra,
comisariada por Rosa Navarro y Juan Dobado, cuenta con 120 obras pertenecientes a importantes colecciones públicas
24. y privadas, que muestran la vinculación de la escritora con importantes personajes de su época como la Emperatriz
María, la Casa de Alba, el Rey Felipe II, o Fray Luis de León, lo que da cuenta de la relevancia del personaje, por su
labor como fundadora y escritora, ya antes de su canonización.
La exposición permanecerá abierta hasta el 31 de mayo, con entrada gratuita para todos los que puedan acercarse y
visitarla. Ahora tenemos la posibilidad de leer una guía de la misma y también visitarla virtualmente. Para ello, haz
clic sobre la imagen:
¿Una Semana volátil?
Volátil, curiosa palabra. Aparte del sentido exacto que tiene en el contexto de la química, física y de la termodinámica
dícese de toda cosa que vuela o que tiene tendencia a la movilidad. Y su sinónimo más esdrújulo es sin duda “efímero”
que propiamente es algo tan volátil que dura solamente un día. Y además estarían movedizo, momentáneo, móvil,
movible, vaporoso, inestable, inconsistente y algunos más.
Y me parece que entre volátil y efímero están los rasgos más identificadores de casi todo lo que hoy somos, nos pasa
y hacemos. Los ejemplos son innumerables y forman parte de la insoportable levedad del ser… Y hoy traigo aquí
algunos que me interesan por los días en que estamos, pero cada uno puede hacer una larga lista en casi todos los
campos, desde la política hasta la comida pasando por la religión, la economía o el deporte. Sin olvidar ese matiz tan
senequista de que todo lo humano es de por sí absolutamente efímero y volátil.
Pero hay cosas que por su desarrollo y su final tienen una extraña y desesperante carga de volatilidad, hasta el punto
de que no pasan de ser una efeméride, cuando parece que debieran tener un alcance de mayor permanencia pues para
eso nacieron.
Es la impresión que uno tiene ante las franjas religiosas que dan marco y contenido a la cuaresma y a la Semana
Santa. Y espero ser bien leído y entendido. Lo veo por ejemplo en las Cofradías con un intenso y admirable trabajo de
organización y con una muy generosa dedicación a lo que el paso y su desfile exige, acompañados ambos de sincera
piedad y de mucha emoción religiosa, sin olvidar la riqueza humana y social que atraviesa toda esta experiencia
semanasantera. Pero lo mismo que casi de repente como a toque de arrebato las zonas clásicas de la ciudad se llenan
de idas y venidas de cofrades urgidos por tener todo a tiempo, también de repente como si hubiera habido una
estampida el Día de Pascua, a eso del mediodía desaparece apresuradamente todo y hasta las actitudes y sentimientos
y manifestaciones de fe se guardan en excesiva medida hasta el año que viene. Por eso lo de volátil y efímero… Y
quizás por eso mismo, por esa desaparición anunciada, hay en las cofradías cierto exceso, cierta sobreactuación que a
veces extraña al extraño.
Y eso mismo se da en otros campos religiosos. Quizás por eso de vez en cuando tengo la impresión (no sé si justa o
desajustada) de que muchos niveles diocesanos y parroquiales se están (¡perdón!) “encofradizando”. Y pido perdón a
25. las cofradías, pero pienso que, aunque parece juego pero es en serio, el desencofradizador que los desencofradice
buen desencofradizador será. Me explico. De un tiempo a esta parte tendemos a pasar por las cosas pastorales
atropelladamente y a amontonarlas unas sobre otras, repitiendo y duplicando unas tras otras de forma que más bien
acezando y a duras penas sale todo adelante con la calidad que en cada caso se alcance. Eso sí, una vez que pasa se
respira y, sin que literalmente sea verdad, aquí no ha pasado nada. Se cumple un recargadísimo programa cuaresmal,
se reparten, a veces con algo de sinsentido, las apretadas celebraciones de Semana Santa y llega el domingo a
mediodía y respiramos todos al doblar la esquina. Quizás la descripción es injusta pero cualquiera puede entender, eso
creo, a qué me refiero. Y veo también aquí lo de volátil y efímero.
Me recetaría, sin entrar ahora en las cofradías, un curso bien repensado y programado, una cuaresma a juego y con sus
pasos bien contados, un sabio rigor y austeridad en todo lo de la Semana Santa y un cuidado exquisito en los pasos
siguientes que tendrán que pasar un día y otro por los caminos de todo el año. Pero algo de todo esto nos falta y nos
amenaza una volatilidad creciente, como si nuestra pastoral tendiera poco a poco hacia una arquitectura efímera.
Interesante observación y, si fuera verdadera, grave amenaza.
Sea como sea y se piense lo que se piense, lo importante es que los que participemos en estas acciones de Semana
Santa lo hagamos con premeditación y con coherencia; que las cofradías pongan al frente las celebraciones litúrgicas
de la Semana y la vida que viene en todos los días que vendrán. Y que las acciones litúrgicas y similares no olviden a
la gente ni las calles y gozos y dolores y periferias por los que anda y todo el camino concreto, pensado y vivo que
abre la Pascua sin fin. Vale.
A los dos años de la muerte de José L. Sampedro, mi viejo vecino: “Os daré lo que me queda de lo que soy”
Juan Rubio |
abril 8, 2015
“Será lo que sea. Corto o largo, fácil o doloroso, pero hay que
vivir el sendero con dignidad. Os daré lo que me queda de lo que soy. Dadme la mano y adelante. En el umbral de los
ochenta años, ya va siendo hora de empezar de nuevo”. Así acaba su libro “Monte Sinaí” ( Circulo de Lectores), escrito
tras vencer el cáncer en la clínica norteamericana con ese nombre. Y tardó en irse 16 años, dándonos lo que le quedaba
de lo que era…y era mucho.
Fue tal día como hoy, el 8 de abril de 2013, en su casa de la madrileña calle Cea Bermúdez, esquina con Andrés
Mellado, en el séptimo piso, en Argüelles ( Desde hace poco , una placa lo recuerda en la puerta). Yo viví tres años en
el sexto piso, pero sus pisadas no se oían, pero si su voz en el ascensor en los meses que volvía a Madrid desde la costa
malagueña. En el ascensor, ya al final en la silla de rueda, coincidíamos….y le encantaba preguntar, saber, no
dejar de indagar en muchos porqués de mi vida. El interés espiritual de las personas atrajo su atención en los
últimos años.
Se murió y ni Juan Manuel, el portero, tan buena gente y discreto, se atrevió a violar el deseo del escritor fallecido, que
quiso morir como había vivido, sin estridencias, sin ruido, sin actos de homenaje. Por expreso deseo del autor, la
noticia de su fallecimiento no se conoció hasta días más tarde, porque quería “irse” de “manera sencilla y sin
publicidad“, aunque algo raro estábamos intuyendo los vecinos, pero creíamos que era la habitual visita del SAMUR
Esto decía en el eldiario.es a una pregunta del periodista Javier Gallego:
Estamos llegando al final de la entrevista y quería pedirle que hablásemos del final de la vida de la que, por
cierto, no tiene usted muchos problemas de hablar. Ha utilizado usted alguna vez la metáfora del “río abajo”, la
vida que llega al mar que es la muerte. ¿Cómo ve esa desembocadura suya?
La muerte que deseo la he contado muchas veces: el final del río, en una ría gallega, estoy pensando en Santa Marta
de Ortigueira, por ejemplo, donde pasé unos días excelentes… ¿Qué pasa cuando un río llega, no cuando se deja caer
de una roca como pasa en los fiordos noruegos, sino cuando llega apaciblemente hasta el mar? Si está uno en el agua
26. empieza a notar que el agua sabe de otra manera, que es otro gusto, y mientras lo piensa, cuando se da cuenta, uno ya
es mar, el río ya es mar, no es río. Esa es la manera más suave. Pero no se consigue siempre. Morir no es problema, el
problema es cómo. Por ejemplo, yo ahora salgo, me caigo por la escalera, me parto unos huesos, me llevan a un
quirófano y mi vida es una amargura. Eso es lo único que a mí me preocupa. Pero el hecho de acabar la vida… La
muerte empieza cuando nacemos. Recién nacidos hay células nuestras muertas que caen al suelo. Yo soy un partidario
definitivo de la unión de los opuestos. Si hay vida, hay muerte y la muerte colabora con la vida. Usted imagínese que
no se hubieran muerto los millones de personas que vivieron en la Tierra durante todos los siglos precedentes. No se
podría vivir.”
Fue un escritor, un humanista y economista que abogó por una economía “más humana, más solidaria, capaz de
contribuir a desarrollar la dignidad de los pueblos”. En 2010 el Consejo de Ministros le otorgó la Orden de las Artes y
las Letras de España por «su sobresaliente trayectoria literaria y por su pensamiento comprometido con los problemas
de su tiempo». Autor de varios libros…ya podemos disfrutar del póstumo: “La vida perenne”, de Plaza y Janés, es un
viaje a través de la filosofía vital del autor. En sus pensamientos y sentimientos se mezclan con las voces de los
sabios de Oriente y Occidente de los que aprendió, desde San Juan de la Cruz a los maestros sufíes o del taoísmo,
acompañados por las imágenes del fotógrafo Chema Madoz.
Un buen momento para releer alguna de sus novelas como: Octubre, octubre ; La sonrisa etrusca; La vieja Sirena ;
Real Sitio; El amante lesbiano ; Monte Sinaí
Precarias insumisas despatriarcalizando
Creado el 8 abril 2015 por Sonia Herrera
Sonia Herrera. [Dones en xarxa/eldiario.es] Ángela Figuera Aymerich se preguntaba en
uno de sus poemas lo siguiente: “¿Qué piedra de eternidad me hincaron en las entrañas?”. Y yo, desde hace algunos
años –desde que todo entró en crisis en este país–, no paro de hacerme la misma pregunta.
A mi generación se le vendió durante años un relato perverso sobre un ascensor que te permitía llevar una vida mejor
que la de tus padres si estudiabas mucho y te esforzabas al máximo. Esa ha sido nuestra “piedra de eternidad”. ¡Maldita
meritocracia! Se les olvidó añadir en el relato que dicho ascensor solo llegaba hasta un cierto piso si pertenecías a la
clase media y dos pisos más abajo si encima eras mujer.
Darnos cuenta de que todo era mentira ha sido sin duda la gran decepción compartida. Como generación hemos tenido
que aplicar el decrecimiento antes de aprendernos la teoría, hemos despedido en el aeropuerto a amigas y amigos que
tocaron techo (incluso el de cristal) y que no querían convertirse en esa juventud sin futuro de las pancartas, hemos
redibujado y postergado nuestros planes, hemos comprobado que los desahucios y la exclusión social no designan la
realidad del otro/a, hemos salido a la calle y hemos invadido las redes para construir ese otro mundo posible que ya no
puede esperar más. Pero todavía queda mucho por hacer…
Y es que si bien como generación nos hemos convertido en eso que Eduardo Rojo denomina “precarios permanentes” y
hemos vivido la cara más perversa de la desregulación, la deterritorialización y la “flexibilidad laboral” –menudo
eufemismo– que nos fronteriza y nos coloca cada día con los dedos de los pies asomados al despeñadero, en los
márgenes, también somos el precariado que lleva consigo la capacidad de transformarlo todo. Nos enfrentamos a una
sociedad atomizada y fracturada, no hay duda; desideologizada también hasta cierto punto; pero como comentaba hace
poco David Casassas en una sesión del seminario interno del centro Cristianisme i Justícia, las luchas comunes nos
pueden llevar también a revolucionar la esfera de los trabajos (así, en plural, como lo son nuestras propias vidas
pluriactivas) más allá del fordismo: revolucionar el trabajo asalariado, el trabajo reproductivo y de cuidados, el
voluntariado, el tiempo de ocio…
Así definían esta necesidad de revolución las integrantes del colectivo Precarias a la deriva en su libro A la deriva (por
los circuitos de la precariedad femenina) (Traficantes de sueños, 2003):
“Somos precarias. Lo que significa decir alguna cosa buena (acumulación de múltiples saberes, conocimientos y
capacidades a través de unas experiencias laborales y vitales en construcción permanente), muchas malas
(vulnerabilidad, inseguridad, pobreza, desprotección social) y la mayoría ambivalentes (movilidad, flexibilidad). Pero
nuestras situaciones son tan diversas, tan singulares, que nos resulta muy difícil hallar denominadores comunes de los
que partir o diferencias claras con las que enriquecernos mutuamente. Nos resulta complicado expresarnos, definirnos
desde el lugar común de la precariedad. Una precariedad capaz de prescindir de una identidad colectiva clara en la que
27. simplificarse y defenderse, pero a la que urge una puesta en común. Necesitamos comunicar las carencias y excesos de
nuestra situación laboral y vital a fin de escapar de la fragmentación neoliberal que nos separa, debilita y convierte en
víctimas del miedo, de la explotación o del egoísmo del sálvese quien pueda. Pero, sobre todo, queremos hacer posible
la construcción colectiva de otras posibilidades de vida a través de una lucha conjunta y creativa”.
Ya visualizamos esos nuevos horizontes. Casi podemos tocarlos. Pero para que sean reales, nos falta un elemento
esencial: despatriarcalizar. Porque además del ascensor social, a nosotras nos vendieron otra “piedra de eternidad” con
manzana envenenada y medias verdades: “el trabajo os hará libres”, decían, “el trabajo es emancipador”, pero ni media
palabra sobre la doble jornada, ni sobre la brecha salarial, ni sobre la relación entre desprestigio y feminización de
tantas profesiones, ni sobre la invisibilidad…
Dicen las compañeras de Mujeres Creando Bolivia que “no se puede descolonizar sin despatriarcalizar”. Y es cierto.
Parafraseándolas, cabe añadir un elemento más: “no se puede descapitalizar y desmercantilizar sin
despatriarcalizar”. Las ideas de democracia económica y rentas básicas de ciudadanía son música para nuestros oídos,
pero ¿qué hay de la corresponsabilidad?, ¿qué pasa con la equiparación de los permisos de maternidad y paternidad?,
¿qué hacemos ante la desigualdad laboral y las diferencias de género en los usos del tiempo?, ¿y con la feminización de
la pobreza?, ¿y con los salarios subsidiarios y la privatización de los cuidados?, ¿y con el retorno de tantas mujeres al
ámbito privado a causa de la crisis?, ¿y qué pasará en la vida laboral de las mujeres del Estado español si se aprueba el
TTIP? …
Para abordar este proceso de despatriarcalización que sacuda la conexión entre precariedad y cuerpos femeninos es
posible que necesitemos regulaciones de derechos (eso ya compete al Derecho del trabajo), pero previamente
necesitamos visbilizarnos como precarias -como aquellas “espigadoras” que retrató Agnès Varda con su cámara en el
año 2000- para articular un profundo cambio educativo y cultural.
En este sentido, apelando a Judith Butler y a Sayak Valencia y aún asumiendo la vulnerabilidad misma de nuestros
cuerpos, debemos ser capaces de fomentar las condiciones necesarias para vivir vidas “vivibles”, vidas donde
nuestros cuerpos no sean incorporados como “mercancía rentavilizable” e intercambiable dentro del
neoliberalismo más salvaje.
Nos quieren calladas, en casa, precarias y sumisas, pero su cultura de miedo construida a la carta de los mercados no va
a calar porque sabemos, tal como afirma Butler, que “cualquiera que sea la libertad por la que luchamos, debe ser una
libertad basada en la igualdad”. Y no se trata de utopías, ni discursos vacíos ni soflamas. El empoderamiento está en
marcha. Identificar la precariedad en la vida de las mujeres desde la interseccionalidad y la transversalidad (incluso
desde lo transnacional), nos da herramientas colectivas de acción política, espacios de diálogo e ideas para nuevos
modelos de trabajo más igualitarios y sostenibles. Solo nos falta encontrar las grietas necesarias para empezar a
despatriarcalizar desde abajo…
“72 mujeres”. Ilustración de Karina Cocq
Las muchas opciones políticas y sus
humores
28. Leonardo Boff
Una situación de crisis generalizada en el mundo y en nuestro país permite muchos humores y no pocas
interpretaciones. Toda crisis es angustiante y dolorosa porque desaparecen las estrellas-guía y nos da la impresión de un
vuelo a ciegas.
Como mostró el conocido pensador René Girard, uno de los grandes estudiosos de la violencia, todo grupo,
comunidad y sociedad necesita siempre crear un «chivo expiatorio» sobre el cual recaen todas las frustraciones y quejas
de las personas. Ahora son los comunistas, ahora los subversivos, ahora los homoafectivos, ahora los fundamentalistas,
generalmente los políticos y los gobernantes. Modernamente a este complejo fenómeno social le llaman bulling. Con
eso se alivian las tensiones sociales y la sociedad encuentra relativo equilibrio, siempre frágil e inestable. Pero se crean
también muchas víctimas, a veces inocentes, se deja de reforzar el valor de la convivencia pacífica y se abre espacio al
prejuicio y a las actitudes fundamentalistas.
Tal situación se está verificando claramente en Brasil. Prácticamente no hay persona que no exprese algún tipo de
malestar, hasta rabia y, en el límite, odio. Quien conoce un poco el discurso psicoanalítico no se admira. Sabe que en el
ser humano actúan al mismo tiempo dos fuerzas: la de sombra bajo la cual caben todas las decepciones y descontentos
ante una situación dada, ya sea la sanidad que no funciona, el transporte de mala calidad, los impuestos altos, la clase
política falta de escrúpulos y sin ligazón orgánica con los electores, la corrupción descarada que supone millones de
dólares, cosa que escandaliza, revuelve y exige castigos rigurosos. Pero está también la fuerza de luz que representa
todo lo que hay de bueno en el ser humano, la bondad, el amor, la comprensión, la amistad, y en la sociedad el
sentimiento de solidaridad en un accidente de carretera, la cooperación al asociarse a una ONG seria que hace un
trabajo coherente de rescate de los derechos humanos y la dignidad de los más invisibles, etc.
El desafío es siempre este: ¿a qué damos más primacía? ¿A la sombra o a la luz? Lo deseable y saludable es dar
mayor espacio a la luz. Pero hay también momentos en que los hechos perversos, hechos públicos, provocan la ira
sagrada, la protesta explícita y la manifestación pública. La sombra tiene también su derecho, pues no es un defecto sino
una marca de nuestra condición humana: iracundos y pacíficos, duros y flexibles.
El reto es buscar la justa medida que representa lo óptimo relativo, el equilibrio entre el más y el menos; o la
autolimitación que significa el sacrificio necesario para que nuestra acción no sea destructiva de las relaciones sino
buena para todos. Una sociedad que se ha civilizado busca siempre este equilibrio. En este grupo están las mayorías que
viven de su trabajo, empresarios correctos que llevan el país adelante. Son sensibles a los pobres y difícilmente
discriminan a causa del origen, del color o de la religión.
Actualmente se constata un gran abanico de expresiones políticas, digamos de derecha, de centro, de izquierda,
cada cual con sus matices. Están los que son conservadores en política, dan primacía al principio de orden, aunque
admitiendo que haya excesos sociales. Económicamente son hasta progresistas, abiertos a las novedades tecnológicas.
Están los que miran el escenario mundial, donde las grandes potencias dictan los rumbos de la historia y piensan:
no estamos suficientemente desarrollados y fuertes para tener un proyecto propio. Es más ventajoso caminar con ellos,
aunque sea como socios menores y agregados. Así no quedamos marginados. Estos temen los proyectos alternativos.
Están los que dicen que no debemos pisar en las pisadas dejadas por otros. Tenemos que hacer nuestra propia
pisada con los recursos de que disponemos. Somos grandes, tenemos un pueblo creativo, una naturaleza que nos
garantiza que la economía futura, de base ecológica, nos hará decisivos para el futuro del planeta. Estos son alternativos
y se oponen directamente a la perspectiva imperial de alineamiento con el proyecto de la globalización. Critican
duramente el proyecto neoliberal que acumula por un lado y empobrece por el otro, devastando bienes naturales.
Están los que no esperan nada de arriba, pues la historia ha mostrado que todos los proyectos elaborados por los
del piso de arriba han dejado siempre a las grandes mayorías del piso de bajo donde estaban o simplemente fuera.
Confían en las organizaciones de los movimientos sociales, articulados de tal forma que consiguan elaborar un proyecto
de Brasil de abajo hacia arriba y de dentro hacia fuera. Pretenden una democracia participativa y políticas públicas que
beneficien a los millones de personas históricamente dejadas atrás. Esos en Brasil, como en otros países de América
Latina, con sus partidos, han ocupado el poder de Estado. Han mejorado la situación de los más castigados y todos de
alguna manera han ganado. Esos luchan para asegurarse en el poder y llevar adelante el proyecto popular.
Pero no basta esta voluntad generosa. Tiene que venir acompañada de transparencia y de figuras de políticos
ejemplares que den cuerpo a lo que predican. Infelizmente eso no ocurrió o lo hizo de forma fragmentaria e insuficiente.
No pocos sucumbieron al arquetipo más poderoso en nosotros, según C. G. Jung, el poder, porque nos da la ilusión de
omnipotencia divina, de poder decidir el destino de las personas además de innumerables ventajas personales.
Max Weber, el maestro del estudio del poder, sentenció: sólo ejerce bien el poder quien toma distancia de él y lo
considera pasajero y servicio desinteresado a la comunidad.
Leonardo BOFF