3. Amenazas Título
Identificar las amenazas que se ciernen en torno a la institución constituye
el primer paso para enfrentarlas, la Policía Nacional ha identificado dos
tipos de amenazas; internas y externas, las primeras son aquellas que
tiene origen en los propios miembros de la institución, las segundas son
aquellas que afectan la seguridad ciudadana
18. PRIORIDADES Título
Microtráfico
Microtráfico
• Violencia escolar
• Violencia escolar
• Porte ilegal de armas
• Porte ilegal de armas
• Uso ilícito de documentación
• Uso ilícito de documentación
• Delitos contra la libertad y el pudor sexual
• Delitos contra la libertad y el pudor sexual
• Microextorsión
• Microextorsión
• Delitos contra los derechos de autor
• Delitos contra los derechos de autor
• Delincuencia juvenil
• Delincuencia juvenil
Violencia intrafamiliar
Violencia intrafamiliar
22. Preguntas ?
1.Identifica y define cuales son las
amenazas institucionales.
2.Enuncie 3 de las principales
prioridades que posee a futuro la
institución.
3.Defina que es un mito de
inseguridad ciudadana.
23. ESCUELA DE POSTGRADOS DE POLICÍA
“MIGUEL ANTONIO LLERAS PIZARRO”
GRACIAS
Agosto de 2011
Notas del editor
La indiferencia. Un policía no puede permanecer inerme ante el sufrimiento, necesidad, o dolor del ciudadano; en este sentido la institución ha realizado un gran esfuerzo de sensibilización con el fin de tocar el corazón de cada policía, generando un sentimiento de compasión que debe ser parte integral en cada actuación del servicio.
La corrupción. Los procesos para fortalecer la integridad policial y los valores internos del policía como ser humano han pasado a ser parte integral de la estructura académica en las escuelas de formación, permanentemente se desarrollan campañas de fortalecimiento de valores, con lo cual los índices de corrupción se han reducido.
La brutalidad. Respetar la integridad de los ciudadanos en el marco de los procedimientos de policía es la base fundamental para ganar el respeto y la confianza ciudadana, el uso de la fuerza debe ser proporcional a la resistencia del ciudadano. En todos los casos se debe procurar la protección integral de la honra, bienes e integridad física del ciudadano.
La falta de resultados . La dinámica delincuencial exige resultados efectivos contra organizaciones criminales no solo en términos de incautaciones, capturas y recuperaciones, sino en el incremento de los índices de sensación y percepción de seguridad, así como de aceptación, confianza y credibilidad de la institución policial. Los resultados actuales ubican a la Policía Nacional como la segunda institución más confiable para los colombianos, en este sentido se debe propender por mantener y mejorar estos índices.
El narcotráfico. Las organizaciones dedicadas al narcotráfico no han dejado de actuar en Colombia, aunque las políticas de interdicción de las autoridades y los cambios en la estructura del mercado de narcóticos las han obligado a transformar su comportamiento. Ya no existen estructuras tipo cartel, pues fueron desarticuladas y, en esa medida, se ven obligadas a actuar en núcleos más pequeños y difíciles de identificar
Las bandas y redes criminales . Quienes se dedican a la actividad criminal del narcotráfico necesitan controlar tres elementos esenciales para su operación: primero, control de las zonas de cultivos; segundo, espacios para el procesamiento de alcaloides, y tercero, líneas de tránsito efectivas hacia el mercado final. Desde la desmovilización de las AUC, han aparecido bandas armadas que tienen una estructura similar a la que tuvieron los antiguos paramilitares, aunque su tamaño sea menor y muestren algunas diferencias en su modo de operar. La Policía Nacional estima que las bandas criminales en el país son seis cuya cantidad de miembros asciende a 4.000 personas. Las capturas de miembros de estas organizaciones muestran que no están conformadas exclusivamente por miembros desmovilizados de las antiguas AUC, y por ello puede decirse que son organizaciones con capacidad de reclutamiento.
El incremento de los índices delincuenciales . Un ambiente de proliferación del crimen y el delito, produce la disminución de la confianza ciudadana en las autoridades. A partir de ello, es predecible un incremento de la violencia y del delito, debido a que los ciudadanos pierden la inhibición para el uso de la violencia o consideran necesario hacer justicia por su propia mano en situaciones de conflicto cotidiano, familiar, vecinal o con terceros con quienes se interactúa en el espacio público. Los indicadores de lesiones personales y violencia intrafamiliar demuestran tal situación.
La pérdida de la confianza ciudadana . Estudios criminológicos sugieren que cuando se produce un incremento súbito, sostenido e intenso de la criminalidad, se genera una dinámica delincuencial integrada por tres momentos: i) Desborde del aparato estatal de control, que no puede responder al incremento delictivo, ii) Se transfiere tecnología criminal cuando entran en contacto organizaciones criminales sofisticadas -como es el caso de las organizaciones de narcotráfico- con organizaciones locales de delincuencia común, como es el caso de las bandas criminales; iii) se produce un efecto demostrativo en la población vulnerable que puede inducirla al abandono del camino de la legalidad, bajo el pretexto de que “el crimen sí paga”
Construcción de una nueva estrategia para la gestión de la seguridad. El modelo tradicional de vigilancia basada en la respuesta ante un hecho consumado, no es suficiente para responder efectivamente a las nuevas demandas de seguridad ciudadana, por este motivo se han desarrollado estrategias dinámicas que tienen como objeto mejorar la calidad del servicio de policía. La estrategia para la seguridad ciudadana Plan Nacional de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes, fortalece de manera directa la filosofía y gestión policial frente al trabajo con la comunidad y las autoridades locales, en la cual se han incluido elementos innovadores como la delimitación territorial, la asignación de responsabilidades específicas y el fortalecimiento del conocimiento y accionar policial, a través de un modelo integral de servicio de policía, complementado con herramientas de gestión, de apoyo y tecnologías que potencialicen su efectividad.
Atención a las ciudades capitales e intermedias . Como consecuencia de la transición del fenómeno delictivo hacia los centros urbanos, uno de los retos institucionales es enfocar los esfuerzos para reducir la actuación de las organizaciones delincuenciales que allí operan, satisfaciendo la demanda ciudadana. Lo anterior implica el fortalecimiento institucional en términos de aumento del pie de fuerza, mejoramiento de los procesos educativos y de formación, implementación de herramientas tecnológicas para optimizar alcance y cobertura y mecanismos de participación ciudadana para la seguridad y convivencia
Atención integral a los fenómenos de crimen organizado. Los fenómenos criminales hacen parte de redes cada vez más complejas que requieren para su desarticulación una visión y entendimiento global de su dinámica de operación. Por lo anterior, la actuación policial debe atacar de manera integral los frentes de acción que permiten la acción delictiva, estas actuaciones están enmarcadas dentro de once componentes que abarcan de manera integral la problemática delincuencial y permiten abordarla con efectividad con el fin de darle solución, causando el impacto esperado por la comunidad. Por otra parte la atención a los fenómenos delictivos requiere la participación y gestión de todos los organismos de los niveles nacional, regional y local.
Corresponsabilidad de las autoridades político-administrativas frente a la seguridad. La actuación policial se ve fortalecida cuando las entidades político-administrativas de los niveles nacional, regional y local se vinculan realizando su contribución al fortalecimiento de la seguridad ciudadana; desde esta perspectiva la Policía Nacional debe liderar los procesos de gestión y coordinación interinstitucional que faciliten la participación y el trabajo en equipo del trinomio Comunidad - Policía – Instituciones. La estrategia promueve la apropiación de las facultades y competencias por parte de las autoridades locales en materia de seguridad y convivencia ciudadanas, e incentiva el liderazgo de estas autoridades en el desarrollo de los planes integrales municipales y departamentales de seguridad.Este principio se apoyará en la implementación del programa DMS adelantado por la Policía Nacional con el apoyo de entidades del gobierno, responsables de la seguridad y la convivencia.
La estrategia nacional de seguridad ciudadana busca mejorar y enriquecer la gestión del policía dotándolo de las herramientas necesarias que le permitan mejorar su servicio y satisfacer las demandas ciudadanas con efectividad. Combatir y controlar la aparición de nuevos fenómenos delictivos a nivel urbano se constituyen como la principal prioridad institucional, estos fenómenos son:
MITOS EN MATERIA DE INSEGURIDAD CIUDADANA En toda ciudad existen zonas o sitios específicos que son reconocidos públicamente por la mayor parte de los ciudadanos como “peligrosos”, estos sectores han ganado su reputación gracias a que durante un periodo de tiempo considerable el cual puede ir desde algunos meses hasta incluso varios años, se han caracterizado como escenario de acciones delictivas de diversa índole, las cuales por muchas causas no han contado con la intervención policial oportuna y efectiva para impedir su accionar, por lo que se han convertido en lo que se denominara “mitos de la inseguridad ciudadana”.