La Declaración Universal de los Derechos Humanos establece que todos los seres humanos nacen libres e iguales y tienen derecho a la vida, la libertad, la seguridad, la no discriminación y otros derechos fundamentales. Proclama que estas libertades se aplican universalmente, sin distinción de ningún tipo, y que los Estados deben proteger y promover estos derechos y libertades.