México obtiene su agua de ríos, arroyos y acuíferos subterráneos. Los acuíferos se recargan durante las lluvias de cuatro meses al año, pero gran parte del agua se evapora, lo que reduce la disponibilidad de agua. México enfrenta problemas de disponibilidad, desperdicio y contaminación del agua, a los que intenta hacer frente construyendo infraestructura hidráulica para abastecer a los sectores agrícola, industrial y doméstico.