1. El Litoral de Santa Fe
“No venimos a llenar ninguna misión providencial. Concluyeron los tiempos
místicos de la prensa, en los que la aparición de uno de sus nuevos portavoces era
precedida de enunciaciones solemnes, casi hieráticas, quizá para disimular mejor la
entraña demasiado humana y deleznable del nuevo dios”.
Así se presentó el diario “El Litoral”, con la primera editorial escrita por el Dr.
Antonio Juliá Tolrá en su primera edición el día 7 de agosto de 1918.
Don Salvador Caputto, junto con un grupo de hombres jóvenes adictos a la lucha
política y a las justas del periodismo que ya se conocían de La Palabra (diario de corta vida
fundado en 1914 y cerrado en 1918), fundó “El Litoral”.
En el mismo año de la fundación del diario, la ciudad de Santa Fe vivía cambios,
dejó de ser una aldea y se constituyó como ciudad moderna. Con apenas 77.000 habitantes,
poseía 4 diarios: “Nueva Época”, “Santa Fe”, “El Imparcial” y “El Litoral”.
Crecimiento y desarrollo de El Litoral
El Litoral sobrevivió a varios acontecimientos de relevancia mundial, como por
ejemplo la crisis que sufrió el capitalismo en 1929 con la caída de la bolsa de valores de
New York. En forma paradójica y en contraposición a lo que pasaba en las economía del
mundo, El Litoral invertía y se mudaba de su antiguo edificio de calle San Martín entre
Juan de Garay y Corrientes a uno más grande situado en calle 25 de Mayo al 3536
(ubicación actual de la empresa). Esto habla de que, a pesar de todos los obstáculos el
diario se encontraba en buenas condiciones hasta tal punto que podía incrementar su
capital, cambiar viejas máquinas, etc. Inclusive, El Litoral tiene su momento de auge
literario por la década del ’30, cuando famosas figuras a nivel nacional como Roberto Arlt,
Carlos Mastronardi, Alfonsina Storni, Victoria Ocampo, Pablo Rojas Paz, Arturo
Capdevila, Conrado Nalé Roxlo, Enrique y Raúl Gonzáles Tuñón, Horacio Rega Molina,
Córdoba Iturburu, entre otros, contribuyeron a su edición literaria.
Desde su fundación hasta los comienzo de la Argentina peronista, en 1945/46, El
Litoral realizó una primera operación exitosa de institucionalización social; el diario recorta
con precisión su perfil en la ciudad y, en ésta, el campo de lectores. Hay en esa marca de
2. origen un factor para explicar su sobrevivencia, su estilo actual y la frontera de
inclusión/exclusión con que define su protagonismo en la ciudad santafesina.
En los años de la primera post-guerra, en medio de una notable expansión del
mercado de lectores, la prensa Argentina atraviesa un período de transición característico
del siglo XIX, al diario moderno del siglo XX. La declinación de viejo periódico faccioso,
cedió su lugar a diarios que se constituyeron como actores, con intereses específicos
independientes del sistema político. El diario moderno no eludió a la política, pero se situó
frente a ella como un espacio de pensamiento y no de combate; estuvo dirigido por
profesionales y no por políticos y garantizó su independencia del sistema político en la
circulación masiva.
La condición del “diario moderno”, exigió forjar un punto de vista que le permitió
ponerse por arriba de la lucha política inmediata; y evitó la asociación con un partido, que
el diario pudo construir un discurso político que le fuera reconocido como propio.
Hubo dos momentos en la historia, en donde el diario se situó por encima de los partidos
políticos que estaban en discordia, e hizo su visión de “diario moderno”. Estos dos
momentos se dieron con la reforma de la Constitución Provincial de 1921 y la llegada del
gobierno militar en el ’43. El pasaje al diario moderno se consolidó y el periódico logró
constituirse como un actor político, y evitó la asociación estrecha con algunos de los
partidos en conflicto.
Es en la época del gobierno militar, en 1943, cuando el diario poso en juego todo
el capital simbólico adquirido para enfrentar a las orientaciones gubernamentales que
definieron el rumbo del proceso político.
En esta etapa, El Litoral se transformó en un actor político fundamental, sin perder
su característica de diario moderno, ya que intervino sin identificarse con un partido sino en
nombre del conjunto de las fuerzas políticas, que se referencian en la traducción de la
democracia liberal. El Litoral presentó una clara oposición ideológica, a la intervención del
nacionalismo integrista en la primera etapa del gobierno militar. Esto le permitió afirmar su
discurso y ganar legitimidad en la representación, que ejerce de ese conglomerado político
multipartidario y también cultural que se define en su oposición al gobierno militar.
Establecidos los ejes de su discurso, el diario moderno hizo política desde lo
pedagógico; es decir, se presentó en el universo de lo político como el custodio de valores
3. comunes, y cuya responsabilidad era inculcar e imponer la defensa de éstos, sobre todo en
los momentos pudo ser afectado por la competencia partidaria. Es en ese paradigma de la
democracia liberal donde se refugia El Litoral, asoció el concepto de liberalismo con el de
democracia, se puso un acento especial en las modalidades republicanas de organización
del poder político.
En el enfrentamiento con el peronismo emergente, el lugar que alcanzó el diario se
puso en cuestión. El tajo que dividió en dos a la sociedad, limitó al diario a la
representación de una parcialidad, a vocero de una de las partes en las que, binariamente,
quedó dividido el nuevo campo que se conformaba con la emergencia del peronismo.
Desde entonces, El Litoral sobredimensionó a la “opinión pública”, como principal
dispositivo de legitimación de su intervención en la esfera política y pública.
Características específicas del diario El Litoral
En sus primeras ediciones, el periódico vespertino estaba compuesto por cinco
columnas y ocho páginas de las cuales dos eran de avisos publicitarios, tenía tarifas fijas
por día ($0,10), por mes ($2), por trimestre ($6), por semestre ($12), por año ($24) y hasta
las ediciones atrasadas ($0,20). Lo particular y diferente del diario de esa época, es la
diagramación del mismo. Las noticias no son muy extensas, cuando una noticia llega al
final de la página, pasa a la otra columna pero no sigue a la misma altura que el párrafo
principal, sino que continúa en la parte superior de la columna siguiente. Distintos son los
diarios de hoy en día en donde el párrafo principal de la noticia se encuentra a la misma
altura que los demás sin importar la cantidad de columnas que ocupe la nota.
En sus comienzos, el diario diferenció las secciones con títulos que iban entre la
última noticia de la sección anterior y la primera de la sección siguiente. No era como
ahora, que se diferencia mediante un título, situado en la parte superior de la página y
centrado. Las secciones que se manejaban eran las de Sociales, Policiales, Registro civil y
Deportes. La redacción de las notas eran llamativas y se le daba preponderancia las notas
sociales.
Durante 86 años, El Litoral siempre fue un diario de formato sábana. En 2005, el
diario abandonó el antiguo formato y cambió al tabloide. Este cambio se efectuó por varias
razones, una de ellas fue el advenimiento del Diario Uno, que tenía el formato tabloide.
4. Otro motivo para destacar, fue que el formato del antiguo producto no respondía con las
nuevas tendencias que se estaban gestando en América, sobre todo por la necesidad del
color en los medios gráficos. El cambiar de formato le permitió a la empresa implementar
más color en sus páginas y logró hacer que el producto renovado sea mejor que el producto
antiguo y bien aceptado por la sociedad.
Maquinaría y tirada
La primera impresora que se utilizó en El Litoral, fue fabricada por la firma belga
H. Jullien S.A en 1870. La impresora tenía un tiraje aproximado de 3.500 a 4.000
ejemplares en una hora. La imagen se pasaba de la matriz impresora directamente al papel
dispuesto en pliegos de formato tabloide. El intercalado se realizaba a mano.
Luego llegó la primera rotativa, una pequeña Man alemana. La siguió una Marioni
francesa chica. A mediado de los ’40 se compró una Marioni de doble boca que imprimió el
diario La Tierra de Rosario. Esta última era una rotativa doble de ancho, doble
circunferencia con cuatro cuerpos de impresión y dos bocas de salida, lo que permitía
imprimir en una hora hasta 60.000 ejemplares. La rotativa era accionada por un motor
eléctrico de 110 HP de potencia, disponiendo además un motor o equipo auxiliar de
arranque. Estaba habilitada para realizar impresiones en colores, pero el color no se
utilizaba en los medios de la época. El papel se recibía en forma de bobinas que pueden
medir entre 86 ó 172cm de ancho y pesar alrededor de 400 y 800kg.
El 13 de mayo de 1980, El Litoral empezó a trabajar la primera rotativa offset, se
dejó atrás el plomo y se pasó de la impresión en caliente a la impresión en frío. El sistema
offset se basó en el principio de que el aceite y el agua no se mezclan. La rotativa offset
DAILY KING de KING PRESS de seis unidades, que provino de Estados Unidos,
trabajaba con bobinas de papel de aproximadamente 420kg, a una velocidad normal
máxima de 25.000 ejemplares por hora. En el año 1990, se incorporó otra rotativa de dos
unidades, modelo NEWS KING, y posibilitó un incremento en el número de páginas por
impresión. El sistema offset permitió impresiones simultáneas de cuatro colores planos
(incluyendo el negro), o fotocromos.
La rotativa Cromoset de Man Plamag llegó en 1994, y realizó cambios en la parte
de pre-impresión del diario. El jefe de página entregaba el material periodístico al
5. diagramador, que lo distribuía junto con las fotos y los avisos (previamente establecidos por
la sección de publicidad) en un boceto que tenía las medidas reales de la página.
El tratamiento de imágenes, se basó en la fotografía digitalizada a publicar, locales o
provenientes de agencias, y se corregían con el programa Adobe Photoshop, donde se
realizan los ajustes del color, luz, contraste, y la aplicación de filtros necesarios para ser
impresas. El armado se realiza en computadora con programas especiales, el armador
vuelca en la página los materiales siguiendo el diagrama. Los textos que reciben ya pasaron
por la sección corrección, y las fotos tratadas digitalmente. La página armada se filma en
positivo con equipos AGFA y se revela químicamente. Se monta sobre “plantillas”
transparentes, de a dos o cuatro páginas, según el formato. Si la página es color, la
filmadora realiza digitalmente las separaciones en cuatro colores. Se obtiene entonces
cuatro películas de la misma página, una de cada color, las que se montan sobre cuatro
“plantillas” diferentes. Luego las plantillas transparentes se insolan sobre chapa
fotosensible, que se revela químicamente diferenciando las zonas de imagen (que atraerán a
la tinta), de las zonas de no imagen (que atraerán el agua y rechazarán la tinta).
La Cromoset de Man Plag que se fabricó en Alemania, es una rotativa simple ancho
y simple circunsferencia. Está equipada con 10 unidades impresoras, 5 de tres tinteros (para
impresión color) y de 5 de dos tinteros (para tinta negra). Ocho de estas unidades están
dotadas de portabobinas con empalmador automático. La velocidad máxima alcanza los
45.000 ejemplares por hora.
El archivo del diario se innovó tecnológicamente con los microfilms, ya que las
primeras ediciones en papel se deterioraban con el paso del tiempo, de tal manera que el
sólo hecho de consultarlas cada vez que se necesitara, acabaría por destruir el documento.
De esta forma, El Litoral tuvo los primeros ejemplares de su producto archivado en rollos
que pueden ser consultados mediante un aparato compuesto por una luz, un juego de
espejos y una pantalla, sin tener que dañar el material impreso original.
6. Bibliografía:
• Gonzáles de Welschen, Graciela. “Periódicos aparecidos en la ciudad de
Santa Fe entre 1819 y 1918”. Santa Fe de la Vera Cruz, 1990.
• Colección “Los que hicieron Santa Fe”. Fascículos Nº 31 y 32. Ediciones
El Litoral.
• López Rosas, José Rafael. “Santa Fe, aquel rostro”. Municipalidad de
Santa Fe.
• “Santa Fe, rastros y memorias”. Fascículos 19, 38, 39 y 47. Ediciones de
colección de El Litoral conjunto con la municipalidad de Santa Fe.
• Romero, Luis Alberto. “Breve historia contemporánea de la Argentina”.
Fondo de Cultura Económica de la Argentina, novena reimpresión,
Buenos Aires, 2000.
• “20 Nuestro Siglo”. El Litoral, Santa Fe, 2000.
• “El Litoral”. Edición especial en sus 80º aniversario, Santa Fe domingo 9
de agosto de 1998.
Páginas consultadas el día lunes 21 de octubre de 2012:
www.ellitoral.com
http://edant.clarin.com/diario/2005/04/15/sociedad/s-05220.htm