3. Hanadi, Lamar, Ismail y Zaina
Radoslaw Rzehak, director de la oficina de UNICEF en Alepo, acababa
de encender su ordenador cuando se enteró de la noticia: un ataque
con mortero había sorprendido a un grupo de niños cuando se dirigían
al colegio.
"Cuando llegamos a la morgue vi a dos niñas preciosas, Hanadi y
Lamar, de 9 y 11 años respectivamente, tumbadas como si estuvieran
durmiendo plácidamente. Lamar todavía tenía entre sus manos la
chocolatina que se estaba comiendo mientras iba a clase", cuenta
Radoslaw.
Unas horas más tarde, nuestro compañero recibía otra terrible noticia.
"Me llamaron del hospital para decirme que otros 2 niños, Ismail y
Zaina, de 5 y 9 años, no habían logrado superar sus heridas". Eran los
hermanos pequeños de Hanadi y Lamar. En un solo día, 4 hermanos
inocentes habían sido brutalmente asesinados.
En la foto superior puedes ver la mochila que llevaba Zaina aquel día,
junto a un libro de texto de su hermana Lamar.
4. Sarah*
"Anunciaron su llegada con disparos al
aire", Sarah recuerda el día que un grupo
armado llegó a su pueblo en
Nigeria. "Luego reunieron a la gente y
empezaron a matarla. Los que intentaron
escapar escalando la valla murieron por
disparos en el acto".
Entre las personas que murieron ese día
se encontraban uno de sus hermanos y el
marido de su madre. Sarah buscó a su
madre por todas partes pero no la
encontró. Intentó escapar saltando
cadáveres de mujeres y niños, pero no
lo logró. Los miembros del grupo armado
la encontraron y la encerraron en una casa
con otras chicas. Todas ellas sufrieron
violaciones.
"Mi corazón se detiene cada vez que me
acuerdo. Estaba segura de que me
matarían", añade Sarah, que logró
escapar tras 3 días caminando por la
selva. Ahora vive en un campo de
desplazados del nordeste de Nigeria
donde ha podido reencontrarse con su
madre e intenta rehacer su vida
5. Rosalyn*
Rosalyn recuerda su infancia con cariño. Hasta que sus
padres perdieron su empleo en una fábrica local en
Filipinas. No lograron encontrar otro trabajo y la familia se
hundió en la pobreza extrema. Un vecino ofreció a
Rosalyn ganar dinero si realizaba actos sexuales para
emitirlos por streaming. Nunca recibió dinero
directamente pero, misteriosamente, su familia dejó de
pasar dificultades económicas.
Su hermana pequeña también comenzó a participar en la
emisiones y la situación económica de la familia mejoró
hasta el punto de que los padres pudieron comprar su
propio sistema informático. Bajo la dirección del
vecino, los padres continuaron forzando a sus 2 hijas
mayores a realizar actos sexuales frente a una
webcam.
Cuando todo esto ocurrió, Rosalyn tenía 11 años. Hoy, 6
años después, los padres están en la cárcel pero la joven
se siente confundida e incluso responsable de lo que le
pasó a su familia. Tardó mucho tiempo en entender que
lo que le había pasado era una forma de abuso, ya que la
explotación sexual de niños por internet está muy
normalizada en su comunidad.
En la imagen superior, Rosalyn le lee un cuento a su
hermano pequeño
6. Gatkuoth*
Gatkuoth fue reclutado por un grupo
armado en Sudán del Sur cuando
solo tenía 13 años. "No me gustaba
ser soldado. No había nada de bueno
en ello. El dinero que me daban me
venía bien, pero no me gustaba lo
que me obligaban a hacer con las
armas", cuenta.
"Traté de escaparme muchas veces,
pero no servía para nada. Siempre
me acababan cogiendo y
castigando", añade.
En UNICEF calculamos que 16.000
niños han sido reclutados
por grupos armados en Sudán del
Sur desde los enfrentamientos que
comenzaron en diciembre de 2013.
Los niños son obligados a cometer
verdaderas atrocidades con sus
propias manos, algo que marcará el
resto de sus vidas.
*No utilizamos el nombre real de
estos niños para proteger su