1. La cuna vacía
AUTORA: Elisa Constanza Zamora Pérez
TÍTULO DEL LIBRO: Caballito de mar, beso o espuma.
ILUSTRADORA: Cristina Pérez Gil
Profesora de Lengua Castellana y Literatura, directora de teatro en sus ratos
libres.
Orgullosa madre de Elisa Ganfornina Zamora.

3. Un día como otro y, sin darle importancia,
Lucas dijo:
-Mami, quiero dormir en mi cama.
Aproveché el momento, lo estaba deseando, o eso
creía yo.
Le acompañé a su alcoba, coloqué colgado del techo,
un móvil que brillaba, y a la vez tintineaba.
Sonaba la música.
Cerraba sus ojitos, mi mano soltaba.
Caía la noche, Lucas soñaba.
Le preparé otro nido…
Puse sobre su cama un manto de lana,
Perfumé su almohada
Y su mejor amigos,
Marta, la rata, que a él se abrazaba encantada
Y le explique que su seño y las hadas se
Alegrarían mucho de que durmiese solo.
Cuando llegue a mi cuarto, vi su cuna vacía y supe
Que la oscuridad sería pronto su amiga,
Que el silencio le velaba,
Que mi bebé era ya un niño,
Que el bebé acababa.
Esa noche las mariposas revoloteaban en mi vientre.
Mi desvelo, me inquietaba.
¡Eras tú, que me faltabas!
Unos pasos más allá
La calma de sus sueños me gritaba:
“Lucas es ya un hombrecito… ¡Tiene su propia cama!”

4. Un día como otro y, sin darle importancia,
Lola dijo:
-Mami, quiero dormir en mi cama.
Aproveché el momento, lo estaba
deseando, o eso creía yo.
Le adorné su alcoba, coloqué unos bonitos
cuadros, una mesita de estudio y unas lejas
para sus cosas, le preparé otro nido…
Puse sobre su cama bonitos peluches,
entre ellos su elefantito Yumbo, al que
abraza para dormir, pasando una noche
feliz.
Y le expliqué que su seño y las hadas se
alegrarían mucho de que durmiese sola.
Cuando llegué a mi cuarto, vi su cuna vacía
y supe que Lola había crecido como una
rosa en el jardín.
Esa noche en mi jardín faltaba la rosa más
bonita, mi Lola.

5. Un día como otro y, sin darle
importancia, Dylan dijo:
-Mami, quiero dormir en mi cama.
Aproveché el momento, lo estaba
deseando, o eso creía yo.
Le arregle su alcoba, coloqué
almohadas a su alrededor, le
preparé otro nido…
Puse sobre su cama peluches y
cosas a su gusto.
Y le expliqué que su seño y las
hadas se alegrarían mucho de que
durmiese solo.
Cuando llegué a mi cuarto, vi su
cuna vacía y supe que mi hijo no
esta preparado para dejas su nido.
Esa noche me sentí muy feliz al
dormir otra vez con mi hijo.

6. Un día como otro y, sin darle
importancia, Ostap dijo:
-Mami, quiero dormir en mi cama.
Aproveché el momento, lo estaba
deseando, o eso creía yo.
Le perfumé su alcoba, coloqué sus
queridos juguetes; conejo y elefante,
le preparé otro nido…
Puse sobre su cama unas sabanas
azules bordadas por su abuela.
Y le expliqué que su seño y las hadas
se alegrarían mucho de que
durmiese solo.
Cuando llegué a mi cuarto, vi su cuna
vacía y supe que Ostap empieza a ser
mayor y es un escalón nuevo de su
vida.
Esa noche pensé que Ostap volvería
a su cuna, pero resulto que a él le
gusto su nuevo nido.

7. Un día como otro y, sin darle
importancia, Andrés dijo:
-Mami, quiero dormir en mi cama.
Aproveché el momento, lo estaba
deseando, o eso creía yo.
Le preparé su alcoba, coloqué sus
lámparas, sus cuadros y le pinté su
cuarto, le preparé otro nido…
Puse sobre su cama sabanas y su
peluche que se llama el osito
“Tedi”.
Y le expliqué que su seño y las
hadas se alegrarían mucho de que
durmiese solo.
Cuando llegué a mi cuarto, vi su
cuna vacía y supe que ya se esta
haciendo mayor, en ese momento
supe que era él.
Esa noche no me imagine que tan
pronto había pasado el tiempo y la
magia infantil junto con sus colores
se iban.

8. Un día como otro y, sin darle
importancia, Christian dijo:
-Mami, quiero dormir en mi cama.
Aproveché el momento, lo estaba
deseando, o eso creía yo.
Le preparé su alcoba, coloqué sus
muñecas y una cama grande, le
preparé otro nido…
Puse sobre su cama unas sábanas
azules con dibujos de ositos y lunas.
Y le expliqué que su seño y las hadas
se alegrarían mucho de que durmiese
solo.
Cuando llegué a mi cuarto, vi su cuna
vacía y supe que se había hecho
mayor y ya no era un bebé que crece
con mucha autonomía.
Esa noche fue extraño para mi, me
desperté una y otra vez para
abrigarle. Y para él todo era igual que
siempre, durmió toda la noche sin
despertar.

9. Un día como otro y, sin darle
importancia, Jorge dijo:
-Mami, quiero dormir en mi cama.
Aproveché el momento, lo estaba
deseando, o eso creía yo.
Le arreglé su alcoba, coloqué sus
juguetes favoritos y los adornos
más bonitos, le preparé otro nido…
Puse sobre su cama sus peluches
más queridos; protectores de la
noche.
Y le expliqué que su seño y las
hadas se alegrarían mucho de que
durmiese solo.
Cuando llegué a mi cuarto, vi su
cuna vacía y supe que mi niñito se
está haciendo mayorcito.
Esa noche fue larga, no lo dudo,
muchas veces de mi cama, a la suya;
arroparlo, acariciarlo, que se sienta
seguro, no vaya a ser que extrañe
su cuna.

10. Un día como otro y, sin darle
importancia, Erika dijo:
-Mami, quiero dormir en mi cama.
Aproveché el momento, lo estaba
deseando, o eso creía yo.
Le perfumé su alcoba, coloqué
adornos y flores en su dormitorio y
luces de colores para que jugara
tranquila, le preparé otro nido…
Puse sobre su cama unas sábanas
blancas bordadas por su abuela y
perfumadas por su mami.
Y le expliqué que su seño y las hadas
se alegrarían mucho de que durmiese
sola.
Cuando llegué a mi cuarto, vi su cuna
vacía y supe que la cuna no le
gustaba, que la cama le gustaba
bastante más.
Esa noche la cuna salió volando en
sus sueños y volvió a su camita sin
soñar.

11. Un día como otro y, sin darle importancia, mi
pequeña Blanca me dijo:
-Mami, quiero dormir en mi cama.
Aproveché el momento, lo estaba deseando,
o eso creía yo.
Le decoré su alcoba, coloqué unas lamparitas
de luces preciosas con formas de flores y
estrellitas de ratita y sus ositos pequeñitos, le
preparé otro nido…
Puse sobre su cama sus sabanas de hadas y
duendes, su peluches de ratita y sus ositos
pequeñitos.
Y le expliqué que su seño y las hadas se
alegrarían mucho de que durmiese sola.
Cuando llegué a mi cuarto, vi su cuna vacía y
supe que mi pequeña, se hacia poco a poco
una niña con grandes sueños.
Esa noche sentí que toda la cama se llenaba
de sus pequeñas luces mágicas.

12. Un día como otro y, sin darle importancia,
Marina dijo:
-Mami, quiero dormir en mi cama.
Aproveché el momento, lo estaba
deseando, o eso creía yo.
Le preparé su alcoba, coloqué sus
peluches, su ropa en el armario y le
adorné su habitación, le preparé otro
nido…
Puse sobre su cama sus sabanas de
princesa una casa de muñecas con sus
juguetes.
Y le expliqué que su seño y las hadas se
alegrarían mucho de que durmiese sola.
Cuando llegué a mi cuarto, vi su cuna
vacía y supe que ya se estaba haciendo
mayor para dormir ella sola en su
habitación.
Esa noche no pude dormir pensando
como ella estaría durmiendo sola en su
habitación, a la mañana siguiente se
despertó muy contenta porque había
dormido sola en su habitación.

13. Un día como otro y, sin darle importancia, José dijo:
-Mami quiero dormir en mi cama.
Aproveché el momento, lo estaba deseando, o eso creía yo.
Le cerré las cortinas de su alcoba, coloqué sus almohadas y mantas con sus
colores preferidos
le preparé otro nido…
Puse sobre su cama sus peluches favoritos.
Y le expliqué que su seño y las hadas se alegrarían mucho de que durmiese solo.
Cuando llegué a mi cuarto, vi su cuna vacía y supe que mi niño se hacía mayor.
Esa noche la tristeza me abordó por no poder retenerle en mis brazos como
cuando era pequeño, así llegó la mañana.

14. Un día como otro y, sin darle importancia,
Alina dijo:
-Mami, quiero dormir en mi cama.
Aproveché el momento, lo estaba deseando, o eso creía yo.
Le decoré su alcoba, coloqué
Muñecas de peluche, una lámpara encima de noche
Le preparé otro nido…
Puse sobre su cama una bonita colcha y cojines de colores.
Y le expliqué que su seño y las hadas se alegrarían mucho de que
durmiese sola .
Cuando llegué a mi cuarto, vi su cuna vacía y supe
que empezaba a ser una niña independiente y con su personalidad.
Esa noche me sentía feliz.

15. Un día como otro y, sin darle importancia,
Paula dijo:
-Mami quiero dormir en mi cama.
Aproveché el momento, lo estaba deseando, o eso
Creía yo.
Le preparé su alcoba, coloqué
La lamparita con su luz, la alfombrilla junto a su cama y lavé las cortinas
Le preparé otro nido…
Puse sobre su cama las sábanas de tarta de fresa, sus peluches favoritos y su preciado
cojín.
Y le expliqué que su seño y las hadas se
Alegrarían mucho de que durmiese sola.
Cuando llegué a mi cuarto, ví su cuna vacía y supe
que se hacía mayor, que mi bebé daba otro gran paso importante.
Esa noche me levanté varias veces y comprobé
Que dormía plácidamente con una sonrisa en la boca, ella feliz, yo toda la noche en
blanco.

16. Un día como otro y, sin darle importancia,
Miguel dijo:
-Mami quiero dormir en mi cama.
Aproveché el momento, lo estaba deseando, o eso creía yo.
Le decoré su alcoba, coloqué
Todos sus juguetes, la gaviota volando
le preparé otro nido…
Puse sobre su cama a jirafita, su peluche favorito.
Y le expliqué que su seño y las hadas se
alegrarían mucho de que durmiese solo.
Cuando llegué a mi cuarto, vi su cuna vacía y supe
que empezaba una nueva etapa en nuestras vidas.
Esa noche un trocito de mi , se quedó en la otra habitación,
para siempre.

17. Un día como otro y, sin darle importancia,
Raúl dijo:
- Mami quiero dormir en mi cama.
Aproveché el momento, lo estaba deseando, o eso
creía yo.
Le preparé su alcoba, coloqué
sus sábanas preferidas y su lámpara de noche
Le preparé otro nido…
Puse sobre su cama su almohada y su sábana.
Y le expliqué que su seño y las hadas se
alegrarían mucho de que durmiese sola.
Cuando llegué a mi cuarto, ví su cuna vacía y supe
Que mi niño estaba creciendo
Esa noche la que no durmió fui yo,
Al notar un vacio en mi habitación.

18. Un día como otro y, sin darle importancia,
mi princesa dijo:
-Mami, quiero dormir en mi cama.
Aproveché el momento, lo estaba deseando, o eso
Creía yo.
Le acomodé su alcoba, coloqué
Su muñeco preferido, Plis, nombre que Lorena inventó con mucha ilusión.
Le preparé otro nido…
Puse sobre su cama, en un lateral, la luna
Para que le acompañara en sus dulces sueños.
Y le expliqué que su seño y las hadas se
Alegrarían mucho de que durmiese sola.
Cuando llegué a mi cuarto, vi su cuna vacía y supe
Que ya no era un bebé, se había convertido
En una princesita mayor.
Esa noche le costó conciliar el sueño,
Pero al final lo consiguió, su olor
y sus caricias en mi oreja.