El documento discute la mentira de que las mujeres tienen derechos y cómo ceder esos derechos las hace libres. Se usa el ejemplo de Jonás, quien se enojó cuando Dios perdonó a Nínive en lugar de destruirla como Jonás creía que tenía derecho. Al igual que Jonás, cuando las mujeres reclaman sus derechos se vuelven volátiles y se alejan de Dios. En cambio, al ceder sus derechos a Dios, como lo muestra el Salmo 37, se vuelven libres.
1. MENTIRAS QUE LAS MUJERES CREEN Y LA VERDAD QUE LAS HACE LIBRES
POR NANCY LEIGH DEMOSS
LECCIÓN 15 – VERDAD: CEDER MIS DERECHOS
(P. 70-73)
LA MENTIRA LA VERDAD
Tengo mis
derechos.
Exigir mis derechos me pondrá en esclavitud.
(Job 4:1, 4, 9; Sal. 37:1-11; Lu. 6:46)
Ceder mis derechos me hará libre. (Jn. 6:38; He. 10:7)
Tengo mis derechos: Se nos ha dicho que el exigir nuestros derechos es el pasaporte
a la felicidad y la libertad. Después de todo “si no defiendes tus derechos, nadie lo
hará por ti”. Sin embargo la exigencia de los derechos ha producido mucha o casi
toda la infelicidad de las mujeres hoy en día.
Tienes el derecho a ser feliz.
Tienes el derecho a ser comprendida.
Tienes el derecho a ser amada.
Tienes el derecho a ser a un cierto nivel de vida, a recibir un salario
equitativo y gozar de beneficios respetables.
Tienes el derecho a un buen matrimonio.
Tienes el derecho a gozar de compañía y romance.
Tienes el derecho a ser estimada por tu esposo y apreciada por tus hijos.
Tienes el derecho a descansar y a cierto número de días de vacaciones.
Tienes el derecho a una buena noche de descanso.
Tienes el derecho a contar con la ayuda de tu esposo en las tareas de la casa.
El hecho es que las relaciones y culturas exitosas no se construyen sobre la exigencia de los derechos, sino sobre la
cesión de los mismos. Aun las normas de tránsito reflejan este principio. Nunca encontrarás una señal que diga: “Usted
tiene el derecho a pasar.” Por el contrario, las señales nos indican que debemos “ceder” el paso. De esa manera la
circulación funciona mejor, y es así como la vida también funciona mejor.
Nuestra cultura hoy en día dice que si se violan tus derechos, tienes derecho a protestar. Tienes derecho a enojarte.
Tienes derecho a deprimirte. Tienes derecho a tomar represalias. ¡Tienes derecho a insistir en defender tus derechos!
El Ejemplo de Jonás
En el Antiguo Testamento el profeta Jonás ilustra la tendencia humana natural a exigir los “derechos” y enojarse cada
vez que se violan. Jonás creía que tenía derecho a despreciar a los paganos habitantes de Nínive. Tenía derecho a
contemplar el juicio de Dios sobre aquellas personas.
Sin embargo, al ver que Dios actuó de manera opuesta a lo que él pensaba, esta fue su reacción: “Pero esto desagradó a
Jonás en gran manera, y se enojó” (Jon. 4:1). Se enojó tanto que le rogó a Dios que le quitara la vida. Sus pensamientos
de suicidio fueron el resultado de una rabieta.
El Señor, por su parte, no aprobó que Jonás se sintiera ofendido ni trató de contentarle. Antes bien, confrontó al
enfurecido profeta por la exigencia de sus derechos y le dijo: “¿Haces tú bien en enojarte tanto?” (v. 4).
Jonás se negó a responderle a Dios.
Además, se instaló en las afueras de Nínive, construyó un refugio temporal y se sentó a esperar si acaso Dios cambiara
de opinión y destruyera la cuidad. Por su benevolencia y misericordia “preparó Jehová Dios una calabacera, la cual
2. MENTIRAS QUE LAS MUJERES CREEN Y LA VERDAD QUE LAS HACE LIBRES
POR NANCY LEIGH DEMOSS
creció sobre Jonás para que hiciese sombra sobre su cabeza, y le librase de su mal; y Jonás se alegró grandemente por la
calabacera” (v. 6).
¿Ves cómo las emociones de Jonás dependían por completo de lo que él consideraba el respeto a sus derechos? Jonás
se indignó y enojó al ver que Dios extendió su misericordia a los paganos, a quienes él detestaba. No obstante, se sintió
dichoso por gozar la comodidad que le brindó Dios al protegerlo de ardiente calor del sol.
Su felicidad duró muy poco, pues al día siguiente Dios envió un gusano que hirió la calabacera hasta que se secó. Luego
envió un viento recio y sol que quemó a Jonás hasta desfallecer. Una vez más el profeta se deprimió y deseó morir. Y
una vez más Dios cuestionó la exigencia de sus derechos: “¿Tanto te enojas por la calabacera? Y él respondió: Mucho me
enojo, hasta la muerte” (v. 9).
Jonás pensaba que tenía el derecho de controlar su propia vida y las circunstancias, de que las cosas se hicieran a su
antojo y de enojarse si esto no se cumplía. Debido a su obstinación en exigir sus derechos se tornó voluble y aislado, y
se apartó de Dios.
Lo triste es que la historia de Jonás es muchas veces similar a la de muchas de nosotras. Con demasiada frecuencia nos
sentimos molestas y turbadas si las cosas no salen como queremos. Puede ser alguna decisión que se toma en la oficina,
un conductor descortés en la autopista, una fila muy larga para pagar una cuenta, la imprudencia de algún familiar, la
ofensa (real o percibida) de un amigo, alguien que incumple una cita, una llamada telefónica que despierta. Si
reclamamos nuestros derechos, hasta el mínimo incumplimiento de los mismos nos pondrá malhumoradas, tensas y
enojadas.
La única salida a esa inestabilidad emocional y espiritual consiste en ceder todos mis derechos a aquel que en última
instancia tiene todos los derechos. Esa es la verdad, y la verdad hará libres.
REALIZAR
1. Haz una lista de las cosas que muchas mujeres reclaman como “derechos.”___________________________________
¿Por qué no puedes reclamar esos derechos para ti misma?__________________________________________________
2. ¿Cuando la gente reclama sus derechos, cómo responde cuando sus “derechos” son violados?___________________
REFLEXIONAR
3. Lee Salmo 37:1-11. ¿Cuál es la actitud y el comportamiento de una persona que reclama sus derechos? ___________
¿Cuál es la actitud y el comportamiento de una persona que ha cedido sus derechos y esperanzas a
Dios?______________________________________________________________________________________________
4. ¿En qué área de tu vida has pensado que algo es tu “derecho” cuando en realidad no lo es (ej. un matrimonio feliz,
una iglesia sin problemas, amigos fieles, etc.)? ___________________________________________________________
RESPONDER
5. Haz una lista de los derechos que estás tratando de reclamar, incluyendo las esperanzas que pusiste en otros. Oras y
entregues cada uno de los derechos y las esperanzas a Dios. ________________________________________________
VERSÍCULO PARA MEMORIZAR/MEDITAR
Salmo 37:4 - Deléitate asimismo en Jehová, y Él te concederá las peticiones de tu corazón.