El contrabajo es el instrumento más grande de la familia de cuerda frotada, con cuatro cuerdas y un origen que se remonta al siglo XVI. Deriva de una combinación de elementos del violín y ganó popularidad en los salones de concierto durante los siglos XVIII y XIX, aunque su gran tamaño inicial lo mantuvo al margen de los cuartetos de cuerda. La música para contrabajo se escribe una octava más aguda que suena en realidad para facilitar la lectura.