1. Movimiento estudiantil de
1968 en México
Autónoma de México
l 27 de agosto más de 200 (UNAM). El ejército detuvo y
mil estudiantes marcharon golpeó indiscriminadamente
E por el centro de la Ciudad
de México y se situaron
a muchos estudiantes. Como
señal de protesta el rector
en el Zócalo (plaza central Javier Barros Sierra renunció
del D. F.). Al día sucesivo el 23 de septiembre.
fueron reprimidos por la “El reto de los
policía y el ejército mexicano.
jóvenes del 68
Los estudiantes buscaban era el de
atraer la atención que había enfrentarse a
sobre la ciudad por los
Juegos Olímpicos de 1968. El un gobierno
presidente Gustavo Díaz autoritario y
Ordaz (en aquél entonces), exigir
estaba empeñado en detener
las protestas y en democracia y
septiembre, semanas antes más
de la masacre, ordenó al libertades”.
ejército ocupar el campus de
la Universidad Nacional
Origen y Masacre
Aquel año se celebraba la Olimpiada de México 1968, pero la inquietud
internacional iba en aumento: se vivían los peores momentos de la Guerra de
Vietnam, pocos meses antes había ocurrido la trágica Primavera de Praga,
cuando los tanques soviéticos entraron en la capital checa; en París, los
estudiantes se habían levantado, el racismo en Sudáfrica alcanzaba su
apogeo, y México vivía una fuerte inestabilidad interna producto de las malas
condiciones económicas que atravesaban. El 27 de agosto de aquel año, más
de 200.000 estudiantes marchaban por el centro de Ciudad de México, y se
instalaron en el Zócalo, una plaza central del Distrito Federal. Al día siguiente,
la policía local reprimió la revuelta.
México era la ciudad ideal, por su próxima organización de los Juegos
Olímpicos y convertirse así en un buen foco publicitario, para mostrar los
desacuerdos, no sólo con la política interna del gobierno federal, sino con la
inestabilidad mundial. Pero México y su Gobierno no estaba dispuesto a
convertirse en un foco de revueltas precisamente en unas fechas tan
señaladas. Las revueltas se sucedieron, y en Septiembre, mandó al ejército
ocupar el Campus Universitario produciendo decenas de heridos entre los
2. estudiantes. Ya, en esa represión, se habló de que había habido decenas de
muertos, y que la policía los había incinerado para ocultar las pruebas al
Mundo. Aún así, las protestas continuaban a ritmo creciente, mientras los
participantes de todos los países del mundo iban llegando a la capital.
El 2 de Octubre, en la plaza de Tlatelolco o de las Tres Culturas, se congregaron casi
50.000 estudiantes. Pero no hicieron sino caer en una emboscada, pues de todas las
calles convergentes, aparecieron las fuerzas del ejército, rodeando la plaza. Se
disparó una bengala… y la matanza comenzó.
Los soldados empezaron a disparar indiscriminadamente contra los allí presentes,
mientras los estudiantes huían aterrorizados. Casi 400 estudiantes murieron aquel
día, y más de mil resultaron heridos de gravedad. Se quemaron gran parte de los
cadáveres y los heridos fueron llevados a hospitales militares para ocultar la Verdad.
Ya de noche, los bomberos y la policía se encargaron, con chorros de agua a presión,
de lavar todas las huellas del magnicidio en aquella plaza, dejándola impoluta para la
mañana siguiente.
Lo que nos dicen
Tantos años después, aún no se sabe de dónde partieron las órdenes. El presidente
mexicano de aquellos momentos, Gustavo Díaz Ordaz, al parecer pidió la presencia
militar en la plaza, pero fue el Comando Supremo de las Fuerzas Armadas quien
ordenó el fuego. Todos los documentos de aquella matanza se quemaron o no
aparecen. El presidente mexicano, Díaz Ordaz, ya murió; su sucesor, Echevarría, dice
no saber nada. Sólo ciertos documentos de la CIA, el FBI, la Casa Blanca y el
Pentágono, parecen arrojar algo de luz sobre el asunto:
El Pentágono había enviado durante 1968 a México expertos en luchas
antisubversivas para enseñar a los militares mexicanos.
Hay documentos en los que Echevarría, Secretario de Gobernación durante el
Gobierno de Díaz Ordaz, y sucesor en la Presidencia del mismo, indicó a la CIA
que la situación se controlaría en poco tiempo.
Según la CIA, el Gobierno mexicano había arreglado con algunos de los lideres
estudiantiles una falsa acusación por la que dirigentes políticos contrarios al
Gobierno eran los que andaban detrás de las revueltas estudiantiles.
La fuente oficial reportó en su momento 34 muertos, en su mayoría soldados.
Se han contabilizado cuatrocientos muertos, ateniéndose a las cartas de
denuncias de desapariciones de decenas de madres, pero nunca podrá
llegarse a saber la cifra exacta de aquel desastre. Desde entonces, cada 2 de
octubre, en la plaza, estas madres se manifiestan portando las fotos de sus
hijos desaparecidos al grito de:
“¡Vivos los tuvimos! ¡Vivos los queremos!”