El documento describe la importancia de la presencia de Dios para el pueblo de Dios. Moisés sabía que la presencia de Dios con los israelitas los distinguía de otras naciones y los guiaba. También habla sobre la historia de Sansón, quien recibió la bendición y el Espíritu de Dios para luchar contra los filisteos, aunque eventualmente Dios se apartó de él. En general, enfatiza que la presencia de Dios es esencial para conducir y guiar a su pueblo.