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B. Ana María Javouhey
Fundadora de la Congregación
SAN JOSÉ DE CLUNY
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3. ESPÍRITU DE LA CONGREGACIÓNESPÍRITU DE LA CONGREGACIÓN
SAN JOSÉSAN JOSÉ
CONFIANZACONFIANZA
PERDÓNPERDÓN
UNIÓN A DIOSUNIÓN A DIOS
LA FELICIDADLA FELICIDAD
ESPIRITU SANTOESPIRITU SANTO
DISCERNIMIENTODISCERNIMIENTO
CARIDAD Y UNIÓNCARIDAD Y UNIÓN
ABANDONO A LA VOLUNTAD DE DIOSABANDONO A LA VOLUNTAD DE DIOS
4. MODIFICADO POR: C.V.L.
ESPÍRITU DE LA CONGREGACIÓNESPÍRITU DE LA CONGREGACIÓN
SAN JOSÉSAN JOSÉ
CONFIANZACONFIANZA
PERDÓNPERDÓN
UNIÓN A DIOSUNIÓN A DIOS
LA FELICIDADLA FELICIDAD
ESPIRITU SANTOESPIRITU SANTO
ABANDONO A LA VOLUNTAD DE DIOSABANDONO A LA VOLUNTAD DE DIOS
DISCERNIMIENTODISCERNIMIENTO
CARIDAD Y UNIÓNCARIDAD Y UNIÓN
5. Regresar
Si Dios, la religión, no son el principio
y el fin de nuestras acciones,
trabajamos en vano, y no merecemos
nada ante Dios; es importante que
todas nos penetremos de estas
verdades.
Ten cuidado con tus palabras, tus
menores movimientos; habla poco y no
digas sino lo que es bien necesario.
¿Qué somos sin la humildad, el amor a
la pobreza, el espíritu interior?, sin esto
no se es religiosa.
Qué poco dignos de atención para el
verdadero cristiano y despreciables
para una religiosa, me parecen los
bienes, las riquezas y los honores! Qué
rico es uno cuando no desea nada!
estas verdades bien comprendidas dan
una perfecta paz.
Tenemos que adquirir el espíritu interior
y de oración. Con este doble espíritu, no
hay peligro en ninguna parte.
Trabajemos con todas nuestras fuerzas
por adquirirlo, por inspirarlos a
nuestras queridas hijas en sus empleos
disipantes; si les falta este doble
espíritu, pierden los méritos de las
mejores acciones, nos faltará lo esencial
sin lo cual es casi imposible ir al cielo,
llegar a la perfección de nuestro santo
estado. Ah !... de qué nos servirá haber
pasado los mares, haber dejado todo, si
nos falta lo único necesario para llegar?
Una vez más, tratemos de llegar a ser
almas interiores y de oración, si
queremos atraer sobre nosotras y
nuestras bien queridas hijas las
bendiciones del cielo.
6. Regresar
¿Puedo tener otro deseo que el de
hacer la Santa Voluntad de Dios? Estoy
en su mano, sólo quiero lo que él
quiera; la vida, la muerte están a su
disposición; ya no tengo voluntad.
Su Voluntad se manifiesta en las
circunstancias en las que nos
encontramos sin haberlas buscado.
Hay que caminar en el sendero que se
abre ante nosotras sin inquietarnos. El
que nos conduce nos lleva al final que
es la patria celestial.
No tengamos otro deseo que el de
hacer la Santa Voluntad de Dios, de
vivir escondidas en él; sólo en esta
soledad el alma fiel es feliz.
La obra de Dios sólo se
afirma por las cruces, no me sorprende
lo que tengamos que sufrir, tengo gran
confianza en Dios, no quiero más que
su santa Voluntad.
Siempre hago proyectos. Todo esto
depende de un gran pensamiento, el de
hacer la Santa Voluntad de Dios, de
responder a sus designios.
Descansemos en Dios y seremos siempre
felices; su Providencia vela sobre
nosotras, nos ha dado tantas muestras de
su bondad que seríamos muy culpables si
no tenemos una entera confianza.
Soy muy feliz; me parece que estoy
segura de hacer la Santa Voluntad de
Dios. Qué admirable es la Providencia!
La veo, la admiro; es todo mi consuelo
en la tierra en medio de grandes
contradicciones.
El año ha sido duro a causa de la
intemperie de las estaciones. En todo la
Santa Voluntad de Dios.
Pongamos todo en manos de Dios, y
esperemos en paz.
7. Regresar
Espero que nos esforcemos todo lo
que podamos, pero se necesita
tiempo, y también que San José nos
sostenga como siempre.
La Providencia vela sobre las
Hermanas de San José, reza mucho y
ten confianza, San José nos
protegerá.
Pide un milagro a nuestro buen
padre San José, él lo hará, que le es
muy fácil, para gloria de Dios.
Por intermedio de nuestro buen
padre San José, presionamos al buen
Dios para que nos haga milagros que
solucionen tantas y tan urgentes
necesidades.
San José es nuestro padre, lo
atormentamos sin descanso; con
frecuencia se compadece de
nosotras, pienso que no nos cree
inoportunas; es tan bueno!
En todo momento me encuentro tan
agobiada que no sé cómo salir del
atolladero; recurro a mi buen padre
San José, con una firme confianza y
luego me viene un buen pensamiento
que había olvidado, una puerta se me
abre, y ya estoy salvada.
Dios mío, qué felices somos! En
cuanto tenemos una pequeña pena,
San José pide a su divino Hijo que
nos alivie; jamás él pide en vano.
No te desalientes nunca, pero
reflexiona mucho. Ponte bajo la
protección de San José, no te
abandonará jamás en la necesidad.
Tengo una firme confianza en que
San José obtendrá todo lo que sea
necesario para cumplir la Voluntad
de Dios.
8. Regresar
Si me atreviera a ponerme de ejemplo,
les diría: vean lo que Dios ha hecho por
mí, lo que Él hace cada día por esta
santa congregación. Dios quiere que
pongamos toda nuestra confianza en Él
solo, y que estemos íntimamente
convencidas que esta obra es suya. Yo
no tenía ningún mérito para esperar
tanto bien... pero siempre he tenido una
perfecta confianza en Dios: nunca ha
sido defraudada. Siempre sus gracias
están en proporción a nuestra confianza.
Vamos, querida hija, sea alegre y
valiente, ponga toda su confianza en
Dios, Él será su luz, su fuerza, cuente
con Él y nada le faltará. ¡Qué felices
somos cuando nos apoyamos en Dios!
Qué bueno es confiarse en Dios y
trabajar por su gloria! Uno es feliz y
contento en todo lo que sucede.
Pongo todo en las manos de Dios, todo
le está presente, nuestras penas y las de
ustedes, no hay distancias para él ... este
pensamiento es muy consolador.
El brazo del Señor no se encoge, nos ha
conducido en medio de dificultades, de
obstáculos de toda clase, ha provisto a
nuestras necesidades con paterna y
divina solicitud.
“Con frecuencia, oh Dios mío, he
invocado tu apoyo, cuando el sudor
inundaba mi frente y la angustia
torturaba mi espíritu; tú has
sostenido mis fuerzas abatidas;
eres tú, Dios mío, quien has abierto
el oído de los poderosos y justos a
la voz de la humilde chica que –en
zuecos- dejaba la pequeña casa
paterna, para cumplir la misión que
le habías encargado.”
9. Regresar
No devuelvas injuria por injuria, no te
vengues sino con beneficios. El que
triunfa debe ser modesto, hay que aliviar
al enemigo derrotado…
Cada día esperamos la llegada de
nuestras antiguas Hermanas; yo quisiera
que ellas vengan cerca de mí, estoy
dispuesta a perdonar todo aunque sienta
vivamente el ultraje ... no importa, el
ejemplo de mi divino Maestro es
bastante poderoso para hacerme olvidar
todo! Las reto a encontrar en alguna
parte una mejor amiga.
Sean indulgentes con las personas de las
que podría quejarse en el pasado; ¡es
tan bueno perdonar, olvidar! En esto
encuentro mi mayor gozo.
Que no haya nunca esas
pequeñas nubes que causan pena, hay
que perdonarse mutuamente todo lo que
podría herir nuestro amor propio.
Seamos bien caritativas hacia el
prójimo, y soportaremos valientemente
los pequeños impaces que nos
contrarían; no nos acordaremos de lo
que nos haya causado pena, y diremos
de verdad Perdóname como yo perdono.
Seamos humildes y no seremos
susceptibles, no nos molestaremos por
una palabra, por una nada; al contrario
seremos muy felices de tener ocasiones
de mérito en las pequeñas humillaciones
que nos lleguen, poseeremos nuestra
alma en paz en medio de las penas y
contradicciones inseparables de la vida.
Dios es más fuerte que los
hombres. Yo perdono todo el mal que se
me hace y el que quieran hacerme, haz
tú lo mismo. Estemos serenas y
resignadas, no dejemos lugar en
nuestros corazones al resentimiento
10. Regresar
Qué impenetrables son los designios de
Dios! Feliz quien no rechaza las
pruebas que la Providencia permite que
pase! Qué felices somos! Le pido que
no murmure, no critique mis acciones,
Sólo Dios es su principio y fin.
Qué fuertes somos cuando sólo nos
guían el amor a Dios y a nuestros
deberes! Superamos los
acontecimientos y nada nos desalienta.
La verdad y la rectitud siempre
triunfan sobre la mentira. Busquemos a
Dios con todo el corazón en la paz y la
sencillez, tengamos la seguridad que Él
no nos abandonará jamás.
Cómo quisiera hablar dos horas
contigo para admirar los designios de
Dios y admirar su bondad con nosotras.
Seamos fieles a nuestra querida
vocación, no pongamos obstáculos a
las gracias con las que el cielo nos
colma.
Sé valiente; hagamos el bien con
sencillez e intenciones puras, y
después dejemos el éxito en manos de
Dios, para él será la gloria.
Alentémonos siempre a cumplir
nuestros deberes; nunca perdamos de
vista la presencia de nuestro divino
Esposo que está siempre cerca de
nosotras para sostenernos y
consolarnos cuando lo llamamos para
que nos ayude, pero qué difícil es
tenerlo siempre presente en el mundo
en que todo nos distrae! Sólo en la
soledad se hace escuchar, y es fácil
encontrarse con él.
¿Qué podríamos desear, sino que
sean felices que cumplan la Santa
Voluntad de Dios, y nosotras
también? Todo lo demás me es
perfectamente indiferente.
11. Regresar
El buen Dios nos concede muchas y
grandes gracias; somos felices más de lo
que nunca hemos sido; amamos y
queremos nuestro santo estado; ¿qué
más podemos desear?
Qué felices somos de poder hacer tanto
bien, aliviando a tantos desdichados!
Cuánto amo mi estado, agradezco
mucho al buen Dios por haberme
llamado.
Qué felices somos de que Dios quiera
servirse de nosotras para tantas obras
buenas que otros harían mejor que
nosotras!
Qué feliz se es cuando uno sólo descansa
en Dios! Que dulce y perfecto es este
descanso.
Estoy tan feliz que el buen Dios haya
hecho triunfar su obra que no me atrevo
a respirar. Todos mis pensamientos son
sólo de agradecimiento.
¡Oh que felices seríamos si tuviéramos
este verdadero espíritu de pobreza! No
desearíamos nada, nada sino el
cumplimiento de los designios de Dios
sobre nosotras.
Quiero ser alegre, buena y encantadora,
para hacer feliz a todo el mundo.
Considerémonos muy felices de ser
débiles instrumentos con los que Dios
quiere obrar tan grandes cosas;
hagámonos dignas por nuestra
humildad.
Soy muy feliz, espero hacer la Santa
Voluntad de Dios, a esto se limitan
todos mis deseos, sólo en esto se
encuentra la calma, la tranquilidad.
Soy feliz y muy feliz… Dios solo es mi
fuerza y mi apoyo, sólo temo el pecado.
Qué felices somos de tener una misión
tan bella que cumplir.
12. Regresar
Desde lo más profundo de mi
corazón, pido al Señor que bendiga
este proyecto, que el Espíritu Santo
se derrame con abundancia sobre
todas las personas que tengan que
ver en él.
Pide, pide que el Espíritu Santo te
ilumine … espero que el Espíritu
Santo derramará un rayo de su luz
en tu alma y que harás lo que te
inspire.
Tenemos la confianza de que el
Espíritu Santo no desoirá nuestras
peticiones para iluminarnos y
liberarnos.
Las invito a hacer oración para
implorar las luces del Espíritu
Santo.
Pidamos, sí, pidamos mucho para
que el Espíritu de Dios nos inspire,
os dirija según su santa Voluntad…
no pongamos límites a nuestra
sumisión; digamos de verdad: que
vuestra Voluntad se haga en mí y por
mí, y en toda la congregación.
Tendría tanto que decirte; pero en
fin, hay que entregar todo al Espíritu
Santo que te inspirará mejor que yo
todo lo que te será útil.
(…)
« Oh Dios mío! ilumínala, inspírale
todo lo que quieres que ella haga
para tu gloria, amén ! »
13. Regresar
Quisiera hacer dos casas de educación
para la juventud negra: una para el
trabajo y la otra para la instrucción, yo
esperaré para comenzar haber adquirido
algunas luces sobre los medios a emplear
para el éxito de este proyecto; y también
conocer, tanto como me sea posible, si el
buen Dios quiere servirse de mí, directa
o indirectamente; estoy en sus manos,
dispuesta a hacer su voluntad, en cuanto
me sea conocida.
El buen Dios concede sus gracias gota a
gota, pero hay que recibirlas con
agradecimiento y aprovecharlas.
Seamos valientes; hagamos el bien
sencillamente, con intenciones puras y
dejemos a Dios el cuidado del éxito, él
tendrá la gloria.
Reza y haz rezar por mí; pide las luces al
Señor para que yo no haga sino su santa
Voluntad.
Me gustaría mucho saber francamente lo
que usted piensa ... tengamos como
objetivo un verdadero bien, no temas
retroceder si has dado un paso en falso.
Piensa, mi querida hija, que nunca me
parecerá malo que se remplace lo
mediocre por lo mejor.
Dios tiene que hacer conocer su santa
Voluntad, de otra manera no sé qué
decir; pero una vez que Dios haya
hablado, no habrá más nada que decir.
Reza...
No debemos desconfiar de la divina
Providencia que tiene un gran cuidado
de nosotras; todo mi temor es dar un
paso contra la Voluntad de Dios. Reza
por mí... cuando no veo claro, no puedo
caminar.
Dios tiene sus designios, los hará
conocer cuando llegue el momento, él no
tiene prisa.
14. Regresar
No pierdan ocasión para ejercer la bella
virtud de la caridad. Cuántas personas
tienen derecho a recibirla. Tengamos un
corazón verdaderamente maternal para
todos, aliviando sus cuerpos, no olvidemos
su alma que, tal vez, está más enferma.
Seamos humildes y no
seremos tan susceptibles no nos
apenaremos por una palabra, por una
nada … poseeremos el alma en paz en
medio de las penas y contradicciones
inseparables de la vida. Ámense
mucho, perdónense mutuamente los
pequeños defectos, adelántense con todo lo
que puedan dar gusto; las penas se vuelven
dulces cuando se comparten. La
Congregación se sostendrá sólo por la más
perfecta unión y caridad.
Por encima de todo, que la
unión y la paz reinen entre las Hermanas
de San José; que sean en esto siempre
inalterables.
Les recomiendo que vivan en paz y buena
armonía todas juntas, soportando a las
débiles, consolando a las afligidas y no
recordando nunca las penas que les hayan
podido haber causado, y Dios será su
consuelo en la tierra y su recompensa en
la eternidad.
Hay que perdonarse mutuamente todo lo
que puede herir el amor propio.
La caridad perdona todo, la humildad
arregla todo, siento profundamente la
necesidad de estas bellas virtudes, que
sólo pueden conseguirse por un profundo
espíritu interior.
Haz feliz a los que te rodean perdonando
mutuamente las pequeñeces que se pueden
encontrar.
El celo apostólico estaría mal
comprendido si no estuviera acompañado
de una verdadera caridad.