1. La lenta agonía del turismo
El sector sufre una de sus crisis más severas, ante la impotente mirada de
las autoridades que no saben o no quieren actuar en su rescate
Desde hace 14 meses, los argentinos estamos frente a un escenario inédito y
desesperante: la pandemia del coronavirus. No ocurre sólo aquí, es mundial; con
gobiernos de distintos signos políticos que se encuentran ante un panorama de
difícil solución a corto plazo, pero que exige soluciones urgentes y temporales. En
la Argentina, por decisión del Gobierno nacional se decidió el cierre total de
fronteras, y que el turismo internacional esté imposibilitado de operar. Dicha
medida produjo una paralización general de la industria turística, cuya cara más
visible es la capital del país. Las consecuencias son numerosas y negativas,
mientras que el pedido de ayuda económica, por parte de los dueños de hoteles y
agencias de viaje, no encontró eco en los despachos de los funcionarios. Ahora
me pregunto, es ¿economía o salud?, o son ¿ambas por igual?. Desde 2020 que
ese dilema tiene a la opinión pública enfrentada y en constante debate. Roza lo
filosófico y hasta lo existencial, pero olvida lo urgente... muchos trabajadores
quedaron despedidos y sin un sustento económico. En varios países del mundo,
en especial latinoamericanos, se buscó encontrar un equilibrio entre el
funcionamiento de la economía y la salud pública. México, Chile y Uruguay son un
buen ejemplo al respecto. Con aciertos y errores, claro está, pero por lo menos lo
intentaron. En Ciudad de México, para ejemplificar, la actividad del turismo
continuó en funcionamiento, no hubo cierre de las fronteras, los hoteles estaban
abiertos, y el sector no sufrió una paralización brusca. Posiblemente, una pregunta
válida es ¿si aún eligiendo ese camino los casos de coronavirus en territorio
mexicano bajaron?. Los datos mostraron que no, pero el sector de viajes y turismo
tuvo una caída que en comparación a sus colegas argentinos fue muy baja. No es
salud o economía, es una mezcla de ambas. La humanidad vive una situación
nunca antes vista, por lo que es necesario que las pérdidas económicas sean las
menores posibles. En Chile y Uruguay, en tanto, se vivió una situación similar. La
industria sin chimeneas, como se la conoce, mantuvo su funcionamiento, sus
puertas abiertas, aún con pocos turistas que recorrían sus calles, pero "donde
poco era mejor que nada". Que los gobiernos le den su apoyo al rubro hotelero y
turístico, no significa que no puedan tomar medidas excepcionales. Por ejemplo,
durante el verano pasado, las autoridades chilenas y uruguayas cerraron fronteras,
pero por un tiempo determinado y muy acotado. Es salud y economía, a la misma
vez las dos premisas. Ese es el camino que muestran varios países y en el cual
Argentina debe mirarse, teniendo en cuenta que es un territorio en vías de
desarrollo y con una población de ingresos medios. Países desarrollados, como los
ubicados en Europa, pueden cerrar su economía sin mayores problemas, pero en
Latinoamérica dada la desigualdad social existente, es algo imposible. En la
Argentina, al cerrarse las fronteras durante más de un año, los arribos de
pasajeros por vía aérea se redujeron un 77,3%, según el Instituto Nacional de
Estadística y Censos. Se perdieron empleos de manera directa e indirecta, hubo
cierre de hoteles, de comercios ligados al turismo como los gastronómicos, y vimos
además, el cese de operaciones de varias aerolíneas extranjeras que dejaron de
operar en el aeropuerto de Ezeiza. Sin turistas, no hay industria, y por lo tanto... no
habrá trabajo. Profundizando dicho concepto, puedo afirmar que si en una familia
no hay un sueldo, tampoco podrá haber salud. Dada la grave situación, urge que el
2. Ministerio de Turismo nacional, al igual que las autoridades del Gobierno de la
Ciudad de Buenos Aires, otorguen nuevas facilidades económicas al sector, como
exenciones impositivas por determinados meses. Es importante que se logre un
equilibrio entre los protocolos que se puedan realizar dentro de los hoteles, y a la
vez, el ingreso al país de turistas internacionales, previo hisopado negativo. No es
salud o economía, son las dos por igual, pero con un agregado más... con ayuda
cívica por parte de la población. Nos cuidamos todos y en todo.