Walt Whitman canta para sí mismo y para la democracia y la humanidad. Celebra el cuerpo humano en su totalidad, tanto masculino como femenino. Canta al hombre moderno y a la vida feliz bajo las leyes divinas. Pide a las bibliotecas que no cierren sus puertas ya que él aporta lo más necesario ausente de sus estantes en forma de su libro sobre la guerra. Se dirige a los poetas, oradores, cantantes y músicos del futuro, diciendo que no es el presente sino ellos quienes justificarán su obra y