2. Para hacer este experimento utilizamos
dos botellas pequeñas de plástico. Con un
cuter las partimos por la mitad.
3. Echamos tierra en los dos
recipientes y sembramos una
semilla de calabaza en cada uno.
4. A continuación ponemos a una de las
botellas la parte de arriba y las unimos
bien con celo. La botella tiene que estar
tapada para que no entre nada de aire.
5. A los pocos días pudimos observar
que la planta que tenía aire crecía y
la que estaba en el interior de la
botella no crecía.
6. Los días pasaron y la planta que
estaba sin aire seguía sin crecer.
7. Conclusión
Con este experimento hemos podido
comprobar que las plantas, al igual que
los animales, necesitan el aire para
poder vivir.