Un viejo samurai aceptó el desafío de un guerrero arrogante a pesar de su edad avanzada. Durante horas, el guerrero insultó e intentó provocar al samurai, pero este permaneció impasible. Al final, el guerrero se retiró humillado. Cuando sus alumnos preguntaron cómo soportó la indignación, el samurai explicó que los insultos pertenecen a quien los trae, no a quien los recibe.
2. Era se una vez un Gran Samurai que vivía cerca de
Tókio. Aúnque Viejo, se dedicaba a enseñar el arte zen a
los jovenes.
A pesar de su edad, corría la leyenda de que aún
era capaz de derrotar cualquier adversário.
Cierta tarde, un guerrero conocido por su total falta de
escrúpulos apareció por allí. Quería derrotar al Samurai y
aumentar su fama.
El viejo aceptó el desafío y el joven comenzó a insultárlo.
Pateó algunas piedras hacia él, escupió en su rostro, gritó
insultos, ofendió a sus ancestros...etc...
3. Durante horas hizo todo para provocárlo, pero el viejo
permaneció impasíble. Al final del día, sintiéndose ya
exausto y humillado, el guerrero se retiró.Y los alumnos,
sorprendidos, preguntaron al maestro como pudo él soportar
tanta indignación.
- Si alguién llega hasta ustedes con un presente, y ustedes no lo
aceptan, ¿A quién pertenece el presente ?
- A quien intentó entregárlo, respondió uno de los discípulos.
- Lo mismo vale para la injuria, la rabia, la calumnia y los
insultos. Cuando no son aceptados, continúan perteneciendo a
quien los traía consigo.
* MORALEJA*
Tu paz interior depende exclusivamente de tí.
Las personas no pueden quitarte la calma. Solo que tú lo permitas.