1. EL HOMBRE DE LOS ANIMALES
Pedro era un hombre sereno y trabajaba en el zoo. Vivía con su mujer, cuyo nombre
era Carla; ambos eran muy felices juntos.
Pedro trabajaba de noche sacando brillo a las jaulas de los animales que habitaban en
el zoo. Durante su labor, él no veía a los animales, ya que necesitaba tener las jaulas
vacías para realizar bien su trabajo.
Una noche, mientras Pedro trabajaba, le ocurrió algo muy extraño. Varios animales
aparecieron tras él y comenzaron a hablarle. Al principio, el hombre se quedó atónito,
pero supo tomar las riendas de la situación:
-
¿Qué estáis haciendo aquí? Y más importante aún, ¿Cómo sabéis hablar en el
idioma de los humanos?
Estamos aburridos y queremos hablar con usted. Si quiere, le contamos la
historia de porqué sabemos su idioma.
Y así comenzaron a hablar sin parar. La situación era inusual y Pedro se dio cuenta de
ello. Comenzó a correr hacia su casa, sin despedirse de los animales, sin mirar atrás.
Esa situación lo superaba.Mientras corría, pensó que, al llegar a casa, no le contaría
nada a su mujer. Y así fue:
-
Hola querido, ¿Por qué vienes tan cansado? ¿Tienes algo que contarme?
No, Carla, no tengo ninguna novedad. He venido rápido a casa simplemente
porque quería irme a dormir cuanto antes.
Está bien, buenas noches.
Sin apenas darse cuenta, llegó de nuevo la hora de ir a trabajar. Ésta vez iba más
nervioso que de costumbre, ya que seguía atemorizado por lo ocurrido la noche
anterior.
Cuando estaba limpiando las jaulas de los animales, éstos aparecieron de nuevo, como
de la nada. Pero en ese momento, Pedro no supo cómo reaccionar y sin pensarlo dos
veces, salió corriendo tal y como lo había hecho la pasada noche.
En cuanto llegó a casa, le contó a su mujer todo lo ocurrido aquellas dos noches en el
zoo. Y ésta, estupefacta, le respondió:
-
¿Tú estás loco? ¿Cómo que ayer mantuviste una conversación con los
animales?
¡No estoy loco! Te aseguro que conversé con ellos. ¡Créeme!
Mira, Pedro, lo que creo es que estás muy cansado y deberías irte a dormir.
Mañana hablaremos sobre este tema.
Está bien…
2. La mañana siguiente la pareja siguió discutiendo sobre el asunto de la noche anterior.
Después de una larga conversación, terminaron acordando que, la próxima noche,
Carla lo acompañaría al zoo para ver aquel sorprendente acontecimiento.
La esperadanoche llegó. La pareja se dirigió al zoo. Carla iba tranquila, despreocupada,
totalmente confiada de que no ocurriría nada insólito esa noche. Pedro, en cambio,
estaba nervioso como un flan.
Al llegar al zoológico, Pedro comenzó a trabajar y Carla iba tras él sin querer perderse
cualquier hecho chocante que les pudiera suceder. El hombre terminó su tarea, y así,
la pareja se alejó del zoo:
-
Pedro, ¿has visto cómo no ha pasado nada?
Hoy no, pero ayer sí que ocurrió todo lo que te conté.
Querido, o estás un tanto desequilibrado o has tenido un sueño muy
excéntrico. Y quiero pensar que la segunda opción que te planteo es la
correcta…
Y eso fue todo acerca del tema. No volvieron a hablar sobre ello.
Durante todas las noches del resto de su vida, mantuvo conversaciones con los
animales; pero no dijo nada a nadie porque pensarían que era un lunático, así como lo
juzgó su mujer. De este modo, Pedro guardó ese secreto en su interior, quien terminó
por denominarse “El hombre de los animales”.