La historia trata sobre una niña llamada Sofía que vivía con su abuela después de que sus padres murieron. Sofía no valoraba el agua y se bañaba hasta 3 veces al día y dejaba correr la manguera por horas sin usarla. Su abuela decidió quitarle el agua por una semana para enseñarle a no malgastarla. Después de esta experiencia, Sofía aprendió la lección de que el agua es vida y debe cuidarla y no malgastarla.