1. Amor Eros
He aquí tú eres hermosa…
tus ojos como caramelos de miel y almendras,
tus cabellos, largos azabache, cual panteras fuertes
resguardando la belleza de tu rostro…
Tus dientes, como el dulce fruto de la guaba,
hermanadas todas en el fuerte y frondoso capullo de tu boca,
tus labios, como manjar de fresa fresca,
y tu verso celestial como coro de ángeles…
Son tus mejillas,
como el núcleo de las flores
cuyo polen atrapan las abejas,
y tu cuello, puro y fuerte como la fe de los apóstoles…
Tus pechos como el Quitaparay,
cuya fuerte roca fue labrada en dos por las aguas del Urubamba,
logrando el más hermoso paisaje natural;
toda tú eres hermosa, amiga mía, y en ti no hay mancha que Dios no haya borrado…
Prendiste mi corazón, hermana, esposa mía,
apresándome con tus ojos. Cuan hermosos son tus amores, cuanto mejores que el dulce
vino; el olor de tus ungüentos mejor que todas las especies aromáticas, como panal de
miel destilan tus labios, oh amada mía…
Perfecta paloma mía,
que la vieron las doncellas y la llamaron bienaventurada, porque dulce es la voz tuya y
hermoso tu aspecto, hermosa como la luna, esclarecida como el sol, imponente como
ejércitos en formación de batalla...
Cuan hermosos son tus pies en las sandalias doradas,
cual mazorcas tiernas del maizal, oh hija de príncipe, los contornos de tus muslos son
como joyas labradas de manos de excelente maestro, tu ombligo, como capullo de rosas
blancas, que adornan la más grande pureza…
Tu vientre como montón de trigo cercado de lirios,
tu nariz como el faro de luz que guía la ruta de los mercantes; tu cabeza, la congruencia de
la belleza y sabiduría, y tu estatura, ideal como el clima en sus estaciones; que hermosa
eres, y cuan suave, oh amor deleitoso…
Eres tú, como un sello en mi corazón
como una marca sobre mi pecho, que arde como llama intensa,
llama de amor, de vida y de esperanza eterna
que las muchas aguas no podrán apagar, ni los ríos ahogaran…