El 5 de agosto de 2010, un derrumbe atrapó a 33 mineros a 700 metros bajo tierra en la mina San José en Chile. Los esfuerzos de rescate comenzaron al día siguiente, pero otro derrumbe ocurrió el 7 de agosto. Se diseñó una cápsula llamada Fénix con la ayuda de la NASA para rescatar a los mineros de manera segura. La cápsula recorrería 622 metros sostenida por un cable para subir a los mineros desde 700 metros de profundidad.