El himno canta el gran amor de Dios, quien dejó la gloria del cielo y murió en la cruz en Gólgata para salvar a la humanidad del pecado y darle vida eterna. A través de sus cuatro estrofas, celebra cómo el amor de Dios es más profundo que cualquier cosa que el mundo haya visto, y cómo a pesar de la falta de bondad en los seres humanos, Él los ama incondicionalmente.