Una central termoeléctrica genera electricidad a partir del calor producido por la combustión de combustibles fósiles como el petróleo, el gas natural o el carbón, o por la fisión nuclear del uranio. En su forma más común, una central termoeléctrica consiste en una caldera que quema combustible para generar vapor de agua a alta presión y temperatura, el cual se expande en una turbina de vapor para impulsar un generador eléctrico.