Los combustibles fósiles y la energía nuclear actualmente proporcionan el 90% de la energía mundial, pero sus reservas son limitadas y contaminantes. Desde mediados del siglo XX se desarrollaron energías alternativas renovables como la biomasa, de la cual se obtienen los biocombustibles de forma sostenible. Los biocombustibles como el biodiésel reducen las emisiones de CO2 al absorberlo durante su crecimiento y luego emitir la misma cantidad al quemarse.
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Actualmente, los combustibles fósiles y la energía
nuclear proporcionan cada año alrededor del
90% de la energía que se utiliza en el mundo. Pero
las reservas de combustibles fósiles son limitadas
y, en mayor o menor grado, contaminantes.
Desde mediados del siglo XX, con el crecimiento
de la población, la extensión de la producción
industrial, y el uso masivo de tecnologías,
comenzó a crecer la preocupación por el
agotamiento de las reservas de petróleo y el
deterioro ambiental.
Desde entonces, se impulsó el desarrollo de
energías alternativas basadas en recursos
naturales renovables y menos contaminantes,
como la luz solar, las mareas, el agua, y la
biomasa.
3. BIOCOMBUSTIBLES
A diferencia de los combustibles fósiles, que
provienen de la materia orgánica acumulada
durante enormes períodos de tiempo, los
biocombustibles provienen de una fuente
renovable, la biomasa.
La biomasa es la materia orgánica que
constituye todos los seres vivos, sus productos
y desechos. Se dice que es una fuente de
energía renovable porque su formación no
lleva miles de años, y por lo tanto la tasa de
utilización no es mucho mayor a la de su
formación.
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Los biocombustibles son combustibles de origen
biológico obtenido de manera renovable a partir
de restos orgánicos. Estos restos orgánicos
proceden habitualmente del azúcar, trigo, maíz o
semillas oleaginosas como la soja o el girasol.
Todos ellos reducen el volumen total de CO2 que
se emite en la atmósfera, ya que lo absorben a
medida que crecen y emiten prácticamente la
misma
cantidad
que
los
combustibles
convencionales cuando se queman, por lo que se
produce un proceso de ciclo cerrado.
Los biocombustibles son a menudo mezclados
con
otros
combustibles
en
pequeñas
proporciones, 5 o 10%, proporcionando una
reducción útil pero limitada de gases de efecto
invernadero.
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8. Obtención de los
biocombustibles
Según la naturaleza de la biomasa, y el tipo de
combustible deseado, se pueden utilizar diferentes
métodos para obtener biocombustibles: mecánicos
(astillado, trituración, compactación), termoquímicos
(combustión, pirolisis y gasificación), biotecnológicos
(fermentación y digestión microbiana anaeróbica) y
extractivos.
Cada técnica depende del tipo de biomasa disponible. Si
se trata de un material seco puede convertirse en calor
directamente mediante combustión, que producirá vapor
para generar energía eléctrica. Si contiene agua, se
puede realizar la digestión anaeróbica, que lo convertirá
en metano y otros gases, o fermentar para producir
alcohol, o convertir en hidrocarburo por reducción
química. Si se aplican métodos termoquímicos es posible
extraer metanol, aceites, gases, etc.
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10. Biodiésel
La
transesterificación de los aceites
vegetales fue desarrollada en 1853 por el
científico Patrick Duffy, muchos años
antes de que el primer motor diésel
funcionase. El primer modelo de Rudolf
Diesel, un monocilíndrico de hierro de 3
metros con un volante en la base
funcionó por vez primera en Augusta
(Alemania), el 10 de agosto de 1893.
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El biodiésel se produce a partir de aceites orgánicos,
al convertir los triglicéridos (moléculas de grasa) de
estos aceites en compuestos denominados ésteres.
En este proceso químico, que se conoce como
transesterificación, las tres cadenas ésteres de cada
molécula de triglicérido reaccionan con un alcohol
(metanol), y los productos finales son glicerina y un
metiléster de ácido graso, que es el combustible. Las
moléculas de oxígeno que retiene el biodiesel le
otorgan propiedades favorables para la combustión.
Estas cadenas no contienen azufre, que es
considerado un contaminante ambiental potente. Por
otro lado, la glicerina, luego de su purificación,
puede ser utilizada como insumo para las industrias
farmacéutica y cosmética. Este proceso requiere de
altas temperaturas y un catalizador para que se
complete la reacción.