2. Las estructuras productivas de Venezolana
Es importante acotar que esta primera estructura productiva está conformada exclusivamente
por industrias de procesos. Así que es importante, para mayor claridad del texto, precisar las
características principales de las industrias de procesos:
º Grandes economías de escala.
º Intensivas en capital, tecnología e información.
º Altísimos niveles y potenciales de automatización.
º La escala, alcance y complejidad de la planificación y ejecución de los proyectos representan
grandes problemas logísticos, económicos y prácticos para gerentes e ingenieros.
º La experiencia que se acumula en cada proyecto es un activo clave para el desarrollo de
ventajas competitivas estables.
º Muchos de los insumos, tanto bienes como servicios, y el conocimiento, ingeniería y
gerencia son prácticamente intercambiables entre las distinta industrias de procesos.
3. El corazón de la economía venezolana es esa estructura productiva conformada casi totalmente por
industrias de procesos, vinculadas directamente a los hidrocarburos o a los servicios públicos y casi
totalmente en manos del Estado
Otra estructura productiva, mayoritariamente en manos de privados, conformada tanto por industrias de
productos como de procesos, esencialmente fue creada con el respaldo indirecto del ingreso petrolero, en
espacios de inversión que podríamos calificar como tradicionales, que por lo general no demandan grandes
volúmenes de inversión, muchos de ellos dirigidos al consumo final y masivo (alimentos, bebidas, textiles,
confección y calzado; o de metalmecánica, particularmente automotriz y autopartes, y los insumos para la
industria de la construcción.
Es bueno señalar que este sector siempre se ha visto a si mismo, también así se ha expresado con claridad en
la política industrial del Estado durante casi todo el siglo XX, como el sustituto deseable o inexorable de la
industria petrolera, para cuando está última dejase de aportar al ingreso nacional o sufriera los avatares y
cambios de los mercados internacionales. Todo lo podemos resumir en la secular política o filosofía de la
“siembra del petróleo”. Dentro de la cual siempre se ha identifico a esta estructura productiva como el
objeto predilecto y casi único de la política pública de desarrollo industrial. Cuando se ha hablado de
diversificación productiva, es hacia estos sectores que se voltea la mirada.
4. Ese ha sido el argumento central para que la política industrial, el Ministerio de Fomento o el de Industria y
Comercio, sólo considerara a estos sectores como objetos del la política industrial del Estado
Se trata de esa estructura productiva que está “filosóficamente” divorciada de la economía petrolera, pues se
concibe como la alternativa a ella. Pero además es producto de una política industrial y de desarrollo productivo
que sólo toma el ingreso que el sector petrolero produce para generar un “funcionarito” y una estructura
institucional de promoción de esta industria, de esta estructura productiva no petrolera. Pero que se crea y
promueve para no acompañar al llamado sector petrolero, porque no se prevé y hasta se considera indeseable, que
se teja en sus procesos productivos. Por otra parte, este sector no ha logrado, y todo indica que nunca lograra por
esa vía, niveles de productividad lo suficientemente altos como para compensar la sobre valuación del bolívar.
Ello en la medida que no puede crecer y ha dependido para su subsistencia de espurias formas de contratación
con el Estado, el único mercado local suficientemente grande con que cuenta el país.
En definitiva, el tema de la tasa de cambio tiene fuertes implicaciones políticas. La población votara por quien
ofrezca o se interprete que puede lograr un bolívar sobrevaluado y por tanto un mayor control sobre la inflación.
Y en este planteamiento contará con el apoyo o complacencia de la estructura productiva del Estado que es el
corazón de la economía. Pero todo ello significa mantener un aparato del Estado extremadamente grande, en la
medida que absorbe la mano de obra que no consigue trabajo en la economía privada, generalmente pequeña, con
5. baja productiva relativa, de subsistencia muy inestable y con una muy débil posición de negociación, un bolívar
sobrevaluado en presencia de altos precios del petróleo garantiza un alto ingreso, a disposición de la clase
política, para sostenerse en el poder. Cosa que logra con empleo público y otorgando concesiones y favores.
Incluyendo los favores a los industriales y productores de la estructura productiva no petrolera, para que se
mantengan “vivos” a costa exclusivamente de la explotación del mercado local, el único al que pueden acceder
con una productividad tan baja y con tan bajo crecimiento, por las limitaciones que impone un mercado local
bastante pequeño
En conclusión, la estructura productiva venezolana podríamos calificarla como dual y no integrada. Y, en
muchos sentidos, estamos hablando de dos estructuras productivas en contraposición, filosóficamente hablando
y desde el punto de vista de los objetivos de política de desarrollo productivo que han dominado en el Estado.
Contrarias, además, por que mientras a una le “interesa” el bolívar sobrevaluado a la otra le perjudica. Así, en la
medida que siempre ha dominado políticamente la estructura productiva directamente involucrada en la
actividad petrolera, pues se beneficia del bolívar sobrevaluado, la otra es inherentemente débil y con una
productividad que difícilmente podrá alcanzar, como estructura productiva, que no como empresas individuales
o casos particulares, a la productividad que se deriva de la “renta” petrolera.
6. No obstante podemos decir que existe una tercera estructura productiva o grupo de empresas que producen
bienes y servicios. A esta estructura productiva la llamaremos transversal, pues hay industrias de productos y de
procesos y servicios industriales, es casi totalmente privada o vinculada a empresas extranjeras, hay empresas
grandes medianas y pequeñas, pero se relaciona o se teje con la producción de los hidrocarburos, particularmente
con PDVSA y el resto de la estructura productiva directamente vinculada con los hidrocarburos. Además se teje
con las otras grandes empresas de procesos del Estado, como las de CVG, electricidad, acueductos, etcétera; se
teje con las grandes corporaciones internacionales y también con las pequeñas y medianas empresas de los otros
sectores productivos y con la industria de la construcción.
Nos referimos obviamente a los proveedores de bienes y servicios a la industria petrolera y petroquímica y de
procesos en general, nuestro objeto central de atención. Podríamos decir que este es el equivalente al cuerpo
calloso que une los dos hemisferios del cerebro, es el sector transversal de la economía, porque también provee de
bienes y servicios o compite con los proveedores extranjeros para una buena parte de los demás sectores
productivos privados, los que por cierto, también son en su mayoría industrias de procesos.