Análisis de las estructuras productivas de la economía venezolana
1. República Bolivariana de Venezuela
Ministerio del Poder Popular para la
Educación Superior
I.U.T “Antonio José de Sucre”
Extensión-Valencia
Alumno: Christian Portillo
Profesor: Ali Salcedo.
2. Las estructuras productivas de la economía venezolana
Dos interpretaciones sobre el funcionamiento de la economía venezolana cuentan con mayoritaria
opinión favorable o han conseguido un cierto consenso en diversas esferas políticas, académicas y hasta
de opinión pública general. O, para decirlo de otra forma, han logrado acuñar conceptos y expresiones
que están presentes o ciertamente dominan el común de los análisis sobre la economía venezolana y
sus implicaciones sociológicas, políticas y hasta culturales. Nos referimos a las ideas del llamado
“modelo rentista” (Mommer y Baptista, 1992) y (Baptista, 1997), entre otros, y a las adaptaciones o
interpretaciones, a la luz del fenómeno venezolano, de la llamada “enfermedad holandesa” (Corden y
Neary, 1983) Ambas interpretaciones están alineadas y son consistentes, según Mommer y Baptista y
según García L. y según muchos otros economistas que se ha adherido más o menos explícitamente a
tales interpretaciones.
Según estos, y en términos resumidos, los incrementos en la renta petrolera en períodos de precios
altos, o la transferencia de ingresos provenientes de los consumidores internacionales del petróleo,
constituye un ingreso extraordinario que supera la capacidad de absorción de la economía no petrolera.
En consecuencia, estimulan hasta ahora de maneara inevitable la sobre valuación del bolívar e impiden
el desarrollo exportador del resto de la industria y los servicios, en particular por los diferenciales de
productividad de estos últimos, comparados con las actividades vinculadas a la explotación de los
hidrocarburos.
3. Así pues, desde nuestro punto de vista es posible identificar en Venezuela al menos dos estructuras
productivas diferenciadas, económica y organizativamente, además de tecnológicamente. Diremos que
en Venezuela se ha desarrollado una estructura productiva dual. Por una parte PDVSA y las empresas, o
estructura productiva, directamente involucrada en la actividad petrolera. Estas empresas derivan un
alto ingreso en divisas con una altísima productividad relativa de la mano de obra que emplea. Esa
altísima productividad relativa y el volumen gigantesco de las operaciones petroleras en un país
petrolero de las dimensiones y significación de Venezuela, determinan un acceso casi ilimitado a los más
avanzados recursos científicos y tecnológicos y a las más sofisticadas herramientas gerenciales
disponibles en el mundo de los negocios globales.
Pero no sólo PDVSA y el resto de la estructura productiva vinculada directamente a los hidrocarburos
tienen acceso a estos recursos científicos y tecnológicos y a estas herramientas gerenciales, también lo
tienen las grandes empresas o corporaciones extranjeras localizadas en Venezuela, por la vía de sus
casas matrices y desde una perspectiva de economía global. Pero también tienen acceso las empresas
que directamente son estimuladas o promovidas por el Estado con el alto ingreso nacional que genera la
actividad petrolera. El Estado, receptor único de esos recursos, transfiere o distribuye por dos vías ese
diferencial de productividad a otros sectores o estructuras productivas. Uno, por la vía de la inversión
directa del Estado y, dos, por la vía del gasto de ese ingreso por parte del Estado y su consecuente
estímulo al consumo agregado de una población esencialmente dependiente del paternalismo estatal.
4. Es importante acotar que esta primera estructura productiva está conformada exclusivamente
por industrias de procesos. Así que es importante, para mayor claridad del texto, precisar las
características principales de las industrias de procesos:
Grandes economías de escala.
Intensivas en capital, tecnología e información.
Altísimos niveles y potenciales de automatización.
La escala, alcance y complejidad de la planificación y ejecución de los proyectos representan grandes
problemas logísticos, económicos y prácticos para gerentes e ingenieros.
La experiencia que se acumula en cada proyecto es un activo clave para el desarrollo de ventajas
competitivas estables.
Muchos de los insumos, tanto bienes como servicios, y el conocimiento, ingeniería y gerencia son
prácticamente intercambiables entre las distinta industrias de procesos.
En conclusión, el corazón de la economía venezolana es esa estructura productiva conformada casi
totalmente por industrias de procesos, vinculadas directamente a los hidrocarburos o a los servicios
públicos y casi totalmente en manos del Estado.
La otra estructura productiva, mayoritariamente en manos de privados, conformada tanto por industrias
de productos como de procesos, esencialmente fue creada con el respaldo indirecto del ingreso
petrolero, en espacios de inversión que podríamos calificar como tradicionales, que por lo general no
demandan grandes volúmenes de inversión, muchos de ellos dirigidos al consumo final y masivo
(alimentos, bebidas, textiles, confección y calzado; o de metalmecánica, particularmente automotriz y
autopartes, y los insumos para la industria de la construcción.
5. En definitiva, el tema de la tasa de cambio tiene fuertes implicaciones políticas. La población votara
por quien ofrezca o se interprete que puede lograr un bolívar sobrevaluado y por tanto un mayor
control sobre la inflación. Y en este planteamiento contará con el apoyo o complacencia de la
estructura productiva del Estado que es el corazón de la economía. Pero todo ello significa mantener
un aparato del Estado extremadamente grande, en la medida que absorbe la mano de obra que no
consigue trabajo en la economía privada, generalmente pequeña, con baja productiva relativa, de
subsistencia muy inestable y con una muy débil posición de negociación.
Segundo, un bolívar sobrevaluado en presencia de altos precios del petróleo garantiza un alto ingreso,
a disposición de la clase política, para sostenerse en el poder. Cosa que logra con empleo público y
otorgando concesiones y favores. Incluyendo los favores a los industriales y productores de la
estructura productiva no petrolera, para que se mantengan “vivos” a costa exclusivamente de la
explotación del mercado local, el único al que pueden acceder con una productividad tan baja y con
tan bajo crecimiento, por las limitaciones que impone un mercado local bastante pequeño.
No obstante podemos decir que existe una tercera estructura productiva o grupo de empresas que
producen bienes y servicios. A esta estructura productiva la llamaremos transversal, pues hay
industrias de productos y de procesos y servicios industriales, es casi totalmente privada o vinculada a
empresas extranjeras, hay empresas grandes medianas y pequeñas, pero se relaciona o se teje con la
producción de los hidrocarburos, particularmente con PDVSA y el resto de la estructura productiva
directamente vinculada con los hidrocarburos. Además se teje con las otras grandes empresas de
procesos del Estado, como las de CVG, electricidad, acueductos, etcétera; se teje con las grandes
corporaciones internacionales y también con las pequeñas y medianas empresas de los otros sectores
productivos y con la industria de la construcción.