2. El viento sopla
Era un rico mercader con tres hijas: las dos mayores nada
agraciadas, además de ociosas, y la tercera tan bonita, a
quien llamaban Bella. El mercader empobreció y se vio
obligado a vender sus propiedades. Se mudaron a vivir a
una humilde y precaria cabaña, despidiéndose de los
criados y amas que antes les habían servido.
3. Un día maravilloso
Pero si las hermanas mayores no olvidaban su ociosa
forma de vivir sin reparar en la realidad, la menor Bella
realizaba las labores de casa y se sentía muy bien porque
con esto ayudaba a su padre caído en desgracia. Por esos
días llegó una carta al padre de Bella, en la que le
ofrecían un empleo en una ciudad lejana.
4. Una aventura
Esto le alegró la vida, por lo que se animó a decirle a la más hermosa de sus
hijas: "Bella mía, ¿qué regalo te traeré cuando vuelva?". Iba a pedir, pero sus
hermanas la atropellaron: "¡Para nosotras unos lindos
vestidos!", Después, Bella añadió: "Padre, yo sólo quiero la rosa más linda del
mundo". Luego de realizar su trabajo, y volviendo a casa, el mercader se
extravió en el bosque. Se subió a un árbol y observó un gran castillo.
5. Un perdón
Llegó y sus puertas estaban abiertas. Ingresó, hallando la cena
servida y una alcoba para reparar su cansancio. Al otro día, el
desayuno estaba servido. Paseó por el jardín de donde
arrancó la rosa más hermosa. Fue allí que asomó la presencia
de un ser monstruoso: "¡Maldito! -gritó- te doy comida y
reposo, y tú me pagas robando mis rosas". Lo sentenció a
muerte; pero luego desistiría: "Te perdonaré -le dijo el
monstruo- si me traes al primer ser que salga a recibirte al
llegar a casa". Pensó timarlo y aceptó. Al retornar a casa, fue
Bella quien salió a recibirlo.
6. El mostro y la bella
El mercader se lo contó todo y su hija le dijo que debía
cumplir con lo prometido. Conoció al monstruo y Bella
le expresó su rechazo, pero respetó el trato y se quedó a
vivir con él. Fueron unos días hermosos, porque el
monstro exhibió su gran corazón y la: trató como a una
reina.
7. Hablar del amor
Pero huía de él si quería hablarle de amor. Avisaron a Bella que su
padre estaba grave y suplicó al monstruo le permita verlo. Él
aceptó, dándole un anillo con virtudes mágicas. Su padre sanó con
sólo ver a su hija. Pasaron los días y Bella sintió que extrañaba la
presencia del adorable monstruo. Frotó el anillo y vio una tumba.
Corrió al castillo y lo halló muriendo de pena ante su ausencia. Lo
besó diciéndole que lo amaba y, reviviendo, el monstruo se
transformó en un bello príncipe azul. Se casaron tuvieron muchos
hijos y fueron muy felices.