En Mayo y Septiembre de 1969, estudiantes y obreros se unieron en Rosario, Argentina para protestar contra el gobierno militar de Juan Carlos Onganía, resultando en disturbios violentos conocidos como El Rosariazo. Como parte de las protestas, numerosos ómnibus, colectivos y trolebuses del sistema de transporte público fueron destruidos o incendiados, causando cuantiosas pérdidas materiales. El gobierno falló en garantizar la seguridad del patrimonio social durante este periodo de agitación.