1. LUNES PELUDO
Narrador: Cada mañana. Miguelito cerraba
los ojos y se preguntaba.
Miguelito: ¿Qué día es hoy?
Narrador: Porque había un día de la semana
que le parecía horrible…Era el día Lunes.
Todos los Lunes le lavaban el pelo a Miguelito.
Él tenía tres años y le daba mucho miedo de
que lo bañaran.
Quizás porque le caía agua en los ojos.
Quizás por la espuma. Quizás porque el agua
estaba muy caliente o muy fría…
Pero, si le hubiéramos preguntado a Miguelito,
él habría respondido:
Miguelito: “¡Porque tengo miedo de
ahogarme!”
Narrador: Cada Lunes, desde muy temprano,
Miguelito comenzaba a gritar:
Miguelito: “¡No quiero bañarme, no quiero
lavarme el pelo!”
Narrador: Y por la noche, todos los Lunes había
una gritería en el baño. Tanto, que hasta
Daniela, la hermana mayor de Miguelito, se
ponía furiosa con mamá.
Daniela: “Mamá, ya déjalo en paz, si no se
quiere bañar, déjalo”.
Narrador: Papá también se disgustaba.
Papá: “Deja tranquilo al niño. No lo bañes. A
caso, ¿quién dice que nos debemos bañar?”
Narrador: Daniela ya tenía 8 años y papá, 38.
Daniela siempre decía:
Daniela: “Cuando sea mamá, nunca voy a
bañar a mi hijo”.
Mamá: Ya lo veremos.
Papá: Alguna vez leí que con sólo limpiarse la
cabeza con un trapo mojado y su cuerpo con
unas toallitas para bebé, era suficiente.
Mamá: “Pero tiene mermelada, queso y arena
en el pelo: y esas cosas no deben estar ahí.
Narrador: Y era cierto. A veces hasta tenía miel
en el pelo.
Así que mamá bañaba a Miguelito todas las
semanas, a pesar de sus gritos.
Narrador: Entonces papá salía de la casa
(*Papá sale de la casa con su periódico)
y regresaba cuando todo ya había terminado.
Daniela se sentaba en el sillón y se tapaba los
oídos con los dedos. (*Miguelito grita mientras
su mamá lo baña). De vez en cuando se los
destapaba para ver si Miguelito ya había
dejado de llorar y gritar.
Narrador: Así era cada Lunes. Hasta que una
noche. Daniela tuvo una idea.
(*se acuestan en la cama, ella le pregunta).
Daniela: ¿Quieres que mamá no te vuela a
bañar y mucho menos lavarte el pelo?
Miguelito: Sí.
Daniela: Entonces vamos mañana con Sami, el
peluquero, para que te rasure. Así mamá no
tendrá que lavarte el pelo y sólo te limpiará
con unas toallitas.
Narrador: Daniela se reía de Miguelito en la
obscuridad.
Miguelito: ¿Eso duele?
Daniela: No, por supuesto que no.
Miguelito: ¿Y entonces seré calvo como el
abuelo?
Daniela: No, tu pelo volverá a crecer.
Narrador: Al día siguiente, en el salón de
clases.
(*Miguelito se encuentra en un rincón del
salón).
2. Maestra: Pueden traer su trabajo los niños que
ya terminaron. Mientras que los niños se
acercaban al escritorio le hacían gestos a
Miguelito.
Niños: Quítate de aquí, hueles feo. ¿Maestra,
porque Miguelito siempre huele a fuchi?
Maestra: Miguel, ¡siéntate!
Narrador: Miguelito agachado y muy triste se
fue a su lugar.
Narrador: Mientras que la maestra revisaba los
trabajos… sus compañeros se burlaban
haciéndole gestos.
Eran pocas las ocasiones en que la maestra se
acercaba para darle material a Miguelito y
nunca se los revisaba.
Maestra: Bien, ha llegado la hora de salida, les
voy a pedir que guarden todas sus cosas y se
formen por estaturas. Miguel tú te esperas.
Narrador: Los niños se formaron y junto con la
maestra se fueron.
(*la maestra toma de la mano a los niños de
enfrente y se dirigen hacia la puerta. Mientras
tanto en el camino…
Niño: ¿Maestra, verdad que no debemos
juntar a Miguelito porque huele feo?
Maestra: Así es, no debemos tener contacto
con esas personas. Ahora lo que tenemos que
hacer es que ya no venga.
Narrador: Miguelito, al ver que ya se habían
ido todos sus compañeros y su maestra salió
de su salón.
Más tarde Daniela recogió a Miguelito en el
preescolar. Pero no se fueron a casa, si no que
tomados de la mano, se fueron a la
peluquería.
(*llegan a la peluquería)
Daniela: Queremos rasurar a Miguelito.
(*el peluquero se encuentra cortando el
cabello a otro niño.)
Sami: ¿El niño tiene piojos?
Narrador: Daniela no le respondió ni que sí, ni
que no. Sólo se sentaron en una silla y
esperaron.
Narrador: Había un niño sentado en la silla
para niños, y Sami le estaba cortando el pelo.
La mamá del niño estaba sentada al lado y
todo el tiempo le decía al peluquero cómo
cortarle el pelo.
Señora: Un poco más corto, por favor. Todavía
está muy largo.
Sami: ¿No quiere que lo rasure?
Señora: No, no es necesario. Basta con que el
pelo quede bien corto.
Narrador: Las tijeras del peluquero cortaban y
cortaban y todos los pelos del niño caían al
suelo en un montón.
Miguelito: (le susurra a Daniela) Me quiero ir a
casa, (* luego lo dijo más fuerte) ¡ Me quiero ir
a casa!.
Daniela: (*en voz baja) Hoy es Lunes.
Miguelito: ¡No me importa que sea Lunes! (*sus
ojos se llenan de lágrimas).
Daniela: Bien, por mí no hay problema (*en voz
alta). Nos vamos a casa.
Sami: ¿Qué está diciendo el niño? ¿No quiere
que le corte el pelo?.
Narrador: Entonces Miguelito empezó a llorar.
Miguelito: ¡Quiero irme a casa!
Señora: Es mucho mejor si viene con su mamá.
Narrador: Daniela tomó a su hermanito de la
mano y se fue a casa con él.
Daniela: Pero tú sabes que hoy es Lunes…
3. Narrador: Le recordó por el camino.
Daniela: Tú sabes que esta noche mamá te
bañará y te lavará el pelo…
Miguelito: Pues eso es mejor que ser calvo.
Daniela: ¿Y vas a llorar de nuevo?
Miguelito: No, no voy a llorar.
Daniela: Eso lo vamos a ver.
Narrador: Esa noche, en el baño, Miguelito le
dijo a su mamá…
Miguelito: Hoy no voy a llorar, mamá.
Mamá: Bien. Si de verdad no lloras, te daré un
hermoso regalo.
Narrador: Pero apareció el agua y la espuma,
y Miguelito lloró y gritó.
Tal vez gritaba un poco menos fuerte que
siempre. Pero sus gritos duraron más tiempo
porque sabía que no recibiría su regalo.
Mamá: El día en que dejes de llorar cuando te
bañe, te daré el regalo prometido.
Narrador: Más tarde, cuando Daniela y
Miguelito estaban en la cama y la luz estaba
apagada. Daniela le preguntó en voz baja:
Daniela: ¿Quieres que te corten el pelo y te
dejen como un calvo, Miguelito?
Miguelito: No, no quiero ser calvo.
Daniela: Pero lloraste otra vez.
Miguelito: Pues voy a seguir llorando, pero no
quiero ser calvo.
Narrador: Y después de pasar un gran rato,
muy calmado, dijo…
Miguelito: Voy a llorar, llorar y llorar hasta que
no llore más.
Narrador: Y así lo hizo.
(* Papá, mamá y Daniela le dan el regalo a
Miguelito)
Narrador: Y aquí está el regalo que Miguelito
recibió de mamá, papá y Daniela, cuando
cumplió tres años y medio, el día en que no
lloró cuando lo bañaron y le lavaron el pelo.