El Salvador ha experimentado un aumento en la criminalidad en los últimos años, con una tasa récord de homicidios en 2009. A pesar de los esfuerzos del nuevo gobierno, como el despliegue de soldados y un plan de seguridad, la delincuencia sigue siendo un problema grave. Expertos recomiendan enfocarse en la prevención a través de apoyo a familias y programas para jóvenes, en lugar de sólo medidas represivas, para abordar las causas fundamentales de la criminalidad.
1. El Aumento de Criminalidad Nombre: oscarfernandoceronsomoza Grado: 5 seccion c Sección: c
2. Aumento de criminalidad en El Salvador El Salvador viene arrastrando desde hace varios años una ola delictiva que parece no detenerse. El 2009 cerró con 4,365 homicidios, la cifra más alta en varios años, disparando la tasa de asesinatos a 76 por cada 100,000 habitantes. El promedio latinoamericano es de 25 por cada 100,000 habitantes. En noviembre pasado, el nuevo gobierno de Mauricio Funes dio luz verde al plan de lanzar 2,500 soldados a los poblados más violentos a realizar labores de seguridad pública. Pero tal acción aún no arroja resultados positivos. El pasado 5 de febrero, Funes dio a conocer el bosquejo de un plan de seguridad, aún en construcción, con el que pretende enfrentar la ola delictiva, y que incluirá más control en los centros penitenciarios del país, de donde se sabe salen muchas de las órdenes para cometer crímenes, así como fortalecer a la Policía para darle más capacidad de choque ante el crimen, entre otras medidas.
3. Aumento de criminalidad en El Salvador Más encierro no es igual a menos crimen Unicef ha sostenido que este problema social debía abordarse de forma integral a través de políticas públicas principalmente de apoyo a la familia, lugar donde se aprende o se rechaza la violencia. Eso debía ser complementado con una importante inversión en la niñez, la adolescencia y la juventud con programas dirigidos a las zonas de mayor riesgo y orientados a la integración educativa y laboral.
4. Los atajos conducen al precipicio Los actores del sistema penal y todos los órganos del Estado tienen que asumir su responsabilidad ante el fenómeno, estiman tanto la PDDH como Unicef. Por ello les han repartido tareas. La PDDH dice que la prevención es un elemento clave que debe ser implementado eficientemente; que previamente debe prepararse al Instituto Salvadoreño para la Protección de la Niñez y la Adolescencia (ISNA) para hacerle frente a una población interna que crecerá ante tal incremento de la pena. Luis Salazar, director Ejecutivo del ISNA, ya había señalado, en una entrevista concedida a La Prensa Gráfica el martes 9 de febrero, que lo único que ha hecho el incremento de penas ha sido “abarrotar los centros penales del país”. Por otra parte agregó que “mutilar y desmembrar un cadáver –como ha estado sucediendo últimamente- es una acción típica de un psicópata, de alguien que tiene un desequilibrio grave en su forma de sentir, pensar y actuar”. Entre estos jóvenes, hay muchos que necesitan ayuda psiquiátrica y medicación continuada y no la están recibiendo, por la falta de recursos de las instituciones. Aumento de criminalidad en El Salvador
5. Alternativas de Solución a.-La prevención antes que la represión: Esta parece ser la regla básica en materia de menores, a la que debiéramos dedicarle mayores esfuerzos institucionales. La mejor manera de prevenirse contra la delincuencia juvenil es la de impedir que surjan delincuentes juveniles, para lo cual se requieren adecuados programas de asistencia social, económica, educacional y laboral. b.-Minimizar el uso del sistema de justicia tradicional: Otra de las importantes recomendaciones deducidas de los principales instrumentos de Naciones Unidas es la necesidad de reducir al máximo la utilización del sistema de justicia tradicional, con el objeto de resolver los conflictos generados con la delincuencia juvenil, de manera que se utilicen principalmente otras vías y medios para lograrlo, antes de que intervenga el Juez.
6. c.- Flexibilizar y diversificar la reacción penal: El sistema penal de adultos instauró la rigidez como sinónimo de garantía, para prevenirse de la arbitrariedad. De acuerdo con el principio de legalidad no es posible imponer una sanción penal si ésta no se encuentra prevista con anterioridad en la ley para el tipo de delito realizado. En consecuencia, para cada hecho ya está predeterminada la reacción penal correspondiente, y el juez sólo puede hacer algunos ajustes para el caso concreto, sobre todo determinar el tiempo en que se aplicará la medida entre los límites ya establecidos por el legislador. d.- Aplicar a los menores infractores todos los derechos previstos para los adultos: Exigir que a los menores se les reconozcan -al menos- los derechos y las garantías previstas para los adultos, parece ser una verdad que no requiere de justificación. Sin embargo es la práctica la que se encarga de establecer esa necesidad, pues se discute y se avanza mucho sobre los derechos de los acusados adultos, pero se niegan cuando se relacionan con menores, con base en supuestas exigencias de rehabilitación. Alternativas de Solución