El documento describe la construcción del estado-nación en México después de la independencia, un período inestable caracterizado por el caudillismo, regionalismo y la lucha entre facciones. La iglesia jugó un papel importante apoyando a España durante las guerras de independencia y más tarde dividiendo a la élite política. Aunque hubo intentos de establecer un gobierno representativo, prevaleció la inestabilidad hasta que se logró una mayor unidad y estabilización de México.