Zacarías e Isabel eran justos ante Dios pero no podían tener hijos. Un ángel le anunció a Zacarías que Isabel daría a luz a Juan, quien prepararía el camino para Jesús. Isabel quedó embarazada a pesar de su edad avanzada. Juan nació y reconoció a Jesús en el vientre de María, lo que llenó de alegría a Isabel.
PINTURA DEL RENACIMIENTO EN ESPAÑA (SIGLO XVI).ppt
Santos Zacarías e Isabel
1. LA HISTORIA DE ZACARIAS E ISABEL,
PADRES DE JUAN BAUTISTA
2. “Ambos eran justos a los ojos de Dios y seguían en forma
irreprochable todos los mandamientos y preceptos del Señor” L 1,6
3. .
Zacarías pertenecía a la clase sacerdotal de Abías,
mientras que Isabel era descendiente de Aarón.
4. Ambos eran de edad avanzada y no habían podido tener
hijos porque Isabel era estéril, algo que se consideraba
en aquel contexto como motivo de marginación y
causa de dolor inmenso para los esposos.
5. Cierto día, a
Zacarías le tocó
ingresar al Sancta
Sanctorum para
ofrecer la oración.
De pronto, un
ángel se le
apareció y le dijo
que su esposa le
daría un hijo al que
llamarían Juan.
6. “Precederá al Señor con el espíritu y el poder de
Elías, para reconciliar a los padres con sus hijos y
atraer a los rebeldes a la sabiduría de los justos,
preparando así al Señor un Pueblo bien dispuesto”,
7. Zacarías de inmediato preguntó cómo podía estar seguro de lo que decía, si él y su
esposa ya eran ancianos. A lo que el ángel contestó: “Yo soy Gabriel, el que está
delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena nueva…
Mira, te vas a quedar mudo y no podrás hablar hasta el día en que sucedan estas
cosas, porque no diste crédito a mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo"
8. No mucho después Isabel quedaría embarazada. De manera que la que habían
llamado estéril, ahora exultaba de gozo y gratitud a Dios: “Esto es lo que el Señor ha
hecho por mí, cuando decidió librarme de lo que me avergonzaba ante los hombres”
9. Luego de que el ángel Gabriel se le apareció
a la Virgen María, esta fue a casa de Isabel,
su prima, con el deseo de ayudarla.
10. Isabel, al verla,
exclamó: “¡Tú eres
bendita entre
todas las mujeres
y bendito es el
fruto de tu
vientre! ¿Quién
soy yo, para que
la madre de mi
Señor venga a
visitarme? Apenas
oí tu saludo, el
niño saltó de
alegría en mi
seno. Feliz de ti
por haber creído
que se cumplirá lo
que te fue
anunciado de
parte del Señor”
11. recordar la delicadeza espiritual de Isabel al recibir a Maria,
haciéndose eco del gozo infinito de aquel que llevaba en el
vientre que, sin haber nacido, fue capaz de reconocer que Dios,
en la Persona del Verbo Encarnado, estaba justo frente a sí.
12. Cuando Juan nació, todos se alegraron en casa de
Zacarías por la acción misericordiosa de Dios.
13. los familiares de Zacarías pidieron que el recién nacido fuera llamado como su padre,
como mandaba la costumbre. Sin embargo, Isabel se opuso y dijo que se llamaría
“Juan”, según lo requería Zacarías, quien imposibilitado de hablar, escribió
el nombre de su hijo en una tablilla. Una vez hecho esto, Zacarías recuperó el habla
al instante -tal y como el ángel había predicho- y pronunció su célebre cántico
14. Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por la boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando su misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de los pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz - L 1,68-75
15. Zacarías e Isabel formaron a Juan con la conciencia de que eran una pareja
de esposos a los que Dios había educado con paciencia, y Juan, por su parte,
especialmente en el epílogo de su vida, dio clara prueba de su linaje