1. Estimados compañeros, compañeras, amigos y amigas.
Algunos de ustedes deben conocerme; otros tantos, de frentón, no deben tener idea
quién soy. Esto, porque desde hace un tiempo estoy retirado de la actividad partidaria,
y por una sencilla razón: estaba desilusionado.
He cumplido 7 años de militancia en la Juventud del Partido por la Democracia, un
partido que, permítanme la opinión, ha perdido su norte en estos últimos años. La
democracia interna es cada día más pobre, paupérrima, alejada de los sueños que
tuvieron los fundadores de este partido; cada día que pasa, el PPD se vuelve menos
democrático, más vertical, y toma los colores del totalitarismo: abrazamos la
democracia para elegir a quien nos dirige, pero al perdedor lo destruimos. Es
precisamente por eso que estoy aquí, motivado y entusiasta: vengo a hacer un llamado
a la Juventud de mi partido, de nuestro partido. Ya lo dijo un compañero de la adulta:
“llegó la hora de la apertura, de la inclusión y de las generosidades”.
Es tiempo de dejar atrás nuestros conflictos internos y ponernos a trabajar por
recuperar el sentido del Progresismo. Dejar de lado la lógica y el mandato de los lotes,
acabar con la idea del lote-mafia, con sus delfines y sus matones, que lo único que
hacen es desviarnos de los temas centrales que debiésemos tener como pauta en la
Juventud del Partido Por la Democracia. En vez de discutir sobre progresismo, en vez
de salir a hablar con la gente de lo que significa el progresismo, en vez de tomar
postura frente a los dichos de un invitado en Chile, como el señor Bertone cuando
relacionó la homosexualidad con la pedofilia; en vez de hacer lo que debiésemos
hacer, estamos preocupados de discutir quién de nosotros es más progresista, quién se
corta las venas por más cantidad de ballenas o quien llora más por la píldora del día
después. Eso debe acabar: somos TODOS progresistas.
Somos progresistas y jóvenes que están a favor de la defensa de libertades sexuales.
Tolerantes con la diversidad religiosa y el "multiculturalismo". Defensores de la
ecología y del derecho de los animales. Eso es lo que importa y es lo que debemos
reflejar a la sociedad. Dejar atrás nuestras diferencias internas, que existan pero que
hacia afuera seamos una sola voz e imponer nuestras ideas innovadoras. Pero
imponerlas de verdad, no actuar como “viejos chicos” dejándonos llevar por las malas
prácticas de algunos viejos del partido.
La Juventud del Partido Por la Democracia ha perdido su rumbo histórico. Se nos ha
olvidado con el pasar de los años que somos el partido de los progresistas en Chile por
excelencia, no por contingencia. El de verdad, el de nuestros compañeros adultos que
lucharon contra la dictadura, el de los jóvenes que hemos trabajado desde los núcleos
secundarios, universitarios, comunales o regionales para salir adelante y crear una
mejor sociedad.
Hoy estoy aquí con un gran propósito: trabajar con los comunales de la Región
Metropolitana, con TODOS. Trabajar con las bases de la Juventud para ser el
interlocutor válido de las ideas y sueños progresistas de cientos de jóvenes.
2. Llegó el momento de generar un cambio en nuestras mentalidades. Generar un
cambio de actitud dentro de nuestra Juventud. Llegó el momento de trabajar y
demostrar que, a diferencia de los jóvenes que están con el actual Gobierno, somos
una oposición constructiva. Somos una juventud llena energía y llena de entusiasmo.
Somos los encargados de recuperar el norte no solo de nuestro partido, sino que
también de la Concertación.
Ofrecemos una Democracia Progresista para nuestro partido y nuestra juventud, aquí y
ahora. Somos la Juventud por la Democracia.
Muchas gracias.-