El documento describe un avance tecnológico realizado por científicos del MIT para crear el primer procesador experimental de 36 núcleos. Tradicionalmente, los núcleos de un procesador están conectados a través de un bus que limita el número posible de núcleos; el nuevo enfoque consiste en conectar los núcleos como una red, permitiendo una interconexión más escalable. Gracias a esta arquitectura inspirada en Internet, los datos pueden circular de forma organizada entre los 36 núcleos sin corromperse.