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Pajapan, Veracruz.- Pasaron dos años y Dominga
no había podido tener un hijo, un día le comentó a
Juana su vecina su angustia de no poder darle un
hijo a su marido y el temor que ella sentía de que
por eso la dejara ò se buscara a otra para tal fin,
por lo que la vecina le dijo que conocía a una
persona que podía ayudarla.
-¿Cómo? – preguntó Dominga.
-Lo que tú necesitas es que te hagan una limpia,
seguramente alguien te hizo algún amarre para
que no pudieras tener hijos por lo que hay que
romperlo y yo conozco a una señora que hace
limpias -comentó Juana.
-Vamos a verla, me urge hacer algo para poder
embarazarme y darle un hijo a Felipe.
Al día siguiente fueron a buscar a Ramona la
curandera, llegan a su casa y tocan.
-¿En qué les puedo ayudar?- les dice Ramona.
-Buenos días, la venimos a ver porque mi vecina
no ha podido tener hijos y ya lleva dos años
intentando, por eso hemos venido con usted, le he
dicho que seguramente alguien le hizo algún
trabajo y que usted hace limpias.
-Sí señora – les contesta la curandera.
-¿Cuánto costaría? – le pregunta Dominga a
Ramona.
1
-Mira hija, yo cobro doscientos pesos, más
cincuenta de lo un remedio que preparo- le
contesta Ramona.
-Está bien, voy a conseguir el dinero y después
vengo.
Se retiran y Dominga le comenta a Juana:
-Oye Juana, cobra muy caro por una limpia.
-Pues sí Dominga, pero ¿qué no vale la pena si
puede ayudarte a tener un hijo?
-Sí Juana, pero no sé si Felipe quiera y pueda
darme ese dinero.
-Pues velo con tu marido.
Al llegar a casa, Dominga le platica a Felipe que
fue a ver una curandera que le recomendó la
vecina para que le ayudara a tener el hijo que
quieren.
-¿Estás loca, cómo crees en esas tonterías?,
solamente a las viejas se les ocurren esas cosas -
le dice Felipe a Dominga.
-Felipe, me dice Juana que ya ha ayudado a otras
mujeres, déjame intentarlo.
-¿Y cuánto va a costar el chistecito?
-Doscientos cincuenta pesos Felipe, pero sería
poco si resulta – le contesta Dominga.
-Solamente a ti se te ocurre regalarle el dinero a
una vieja loca, te quieren ver la cara, además ese
dinero no lo tengo, tendría que pedir prestado,
2
¿y para qué ?, ¿para tirarlo a la basura? – le dice
Felipe.
-¿Y tú qué dices cuando te vas a emborrachar con
tus amigos?, ¿no es tirar el dinero?
-¡No!, además el que se parte la madre trabajando
soy yo y tengo derecho de divertirme un día,
además es con mis amigos y no con viejas y si me
emborracho es mi problema.
Dominga se retiró a su cuarto llorando por la
incomprensión de su marido, pensó que le
agradaría saber que estaba haciendo lo posible
por tener un hijo.
Al día siguiente su vecina la busca para saber qué
le dijo su marido.
-¿Qué pasó Dominga?, ¿qué te dijo tu esposo?
-Que estaba loca-le responde Dominga.
-¡A que caray!, ¿pues no que quiere tener un hijo?
-Sí Juana, pero él no cree en esas cosas, me dijo
que solo me quieren ver la cara y que además
tendría que conseguirlo y sería para tirarlo a la
basura.
-Entonces, ¿qué vas a hacer?- le dice Juana.
-Voy a trabajar Juana, voy a lavar y a planchar
ropa ajena.
Al llegar Felipe, le comenta lo que quiere hacer
para juntar el dinero para la limpia.
-Felipe voy a lavar y a planchar ropa ajena para
juntar el dinero que me pide la curandera.
-Pues allá tú, ya te dije que no tengo ese dinero y
3
no voy a pedir prestado para tirarlo a la basura.
Dominga empieza a hablar con vecinos, va a las
oficinas del municipio a ofrecer su servicio de
lavado y planchado de ropa a las personas que ahí
trabajan.
Logra conseguir algunos clientes y comienza a
juntar el dinero para la limpia.
Después de tres meses lo logra y le pide a la
vecina que la acompañe para que le hagan la
limpia.
Se dirigen a ver a la curandera y al llegar tocan a
su puerta.
Sale Ramona y al verlas recuerda que la fueron a
visitar.
-¿Vienen a lo de la limpia?- les pregunta.
-Sí señora, ya conseguí juntar el dinero.
-Pasen, voy a prepararme- les dice Ramona.
Después de un rato sale de un cuarto con las
cosas que va a necesitar para hacer la limpia.
-Estoy lista, siéntate en esta silla- le dice Ramona
a Dominga.
Ya sentada, la curandera empezó a ramearla y a
realizar oraciones para que los malos espíritus
salieran de Dominga.
Le esparcía agua con la boca por todo el cuerpo y
seguía con las ramas agitándolas y pasándolas
igualmente por su cuerpo.
Al terminar, la curandera le dijo a Dominga:
4
-Voy a preparar un remedio que te vas a tomar
una vez al día y diario por una semana.
-¿Qué remedio? - le preguntó Dominga.
-Es un jarabe que preparo con varias hierbas que
también va a ayudar a que seas fértil.
La curandera se fue a preparar el brebaje, pero no
le dijo a Dominga que le pondría trozos de lagartija
seca; echó todo en una licuadora y lo vació en un
pequeño frasco.
-Ten, te vas a tomar una cucharada todos los días,
no se te vaya a olvidar porque no surtirá efecto.
-¿No me hará daño? - preguntó Dominga.
-¿A qué viniste, a que te ayudara o a que te hiciera
daño? -le dijo molesta Ramona a Dominga.
-Está bien, ¿cuánto le debo?
-Lo que te había dicho, doscientos pesos más
cincuenta del remedio.
Dominga le pagó a la curandera y salió con Juana.
- Ya verás, ella te va a ayudar, me han dicho que
la hija de la hermana de la prima de la maestra
Antonieta que le da clases a mi hija, salió
embarazada dos meses después de ver a
Ramona- le dice Juana a Dominga.
-¿Crees que sí me haga efecto todo esto, Juana?
-Mira Dominga lo más que puede pasar es que no
5
pase nada, pero tú ya hiciste el intento, tienes que
tener fe, te digo que Ramona es muy buena, que
hasta gemelos tuvo una señora.
-No le hagas, con uno me conformo, ya de por sí
sería difícil mantenerlo, Felipe no gana mucho
pero si resulta yo voy a seguir trabajando,
agradezco tu ayuda y si se logra tú serás su
madrina y si es niña le voy a poner de nombre
Juana.
-¡Ya!, no es para tanto Dominga, a lo mejor a tu
marido no le gusta y piensa en otro nombre.
Llegan a su calle y se despiden.
-Hasta luego Dominga ya me dirás qué resulta.
Al día siguiente empezó con el tratamiento que le
dio Ramona, destapó el frasco y se tomó la
repugnante bebida.
Después de un mes y al ver que no pasaba nada,
Felipe le pregunta a Dominga.
-¿Qué pasó?, ¿ya estás embarazada?, te lo dije
nada más te vio la cara esa curandera.
-Solo ha pasado un mes Felipe, Juana me dijo
que a los dos meses otra señora quedó
embarazada- le responde Dominga.
-Pues ya veremos.
Pasaron tres meses y Dominga no sentía
ningún síntoma de embarazo, hasta la noche del
dos de noviembre después de haber comido
algunos tamales que se acostumbran por el día
6
de muertos en Pajapan, empezó a sentirse mal.
Se levantó a medianoche para volver el estómago.
-¿Qué te pasa Dominga?- le preguntó Felipe.
-Me siento mal, creo que me hicieron daño los
tamales que me comí, me siento mareada y con el
estómago revuelto.
-¿Quieres ir al médico?
-¡No!, voy a ver si se me pasa.
Así pasó toda la noche sin poder sentir ninguna
mejoría, por lo que al día siguiente Felipe decidió
llevarla a la clínica de salud.
Llegan a la clínica y le dice Felipe a la enfermera
de la recepción:
-Señorita, mi esposa se siente mal, necesita verla
el médico.
-¿Tiene su carnet?– le pregunta la enfermera.
-No, es la primera vez que venimos.
-Entonces voy a hacerle su carnet, ¿cuál es el
nombre de la señora?
-Dominga Benítez Martínez- le responde Felipe.
-¿Cuántos años tiene?
-Veintiocho.
-¿Tiene hijos?
-No señorita.
-¿Cuál es su dirección?
-Calle Allende, domicilio conocido.
La enfermera anota los datos y se lo entrega.
7
-Tenga el carnet de la señora, después tiene que
traer una fotografía, siéntense y esperen a que les
toque su turno.
Se sientan, pero Dominga sigue con su malestar.
Al tocar turno, la enfermera los pasa al consultorio
del doctor Durán,
Entran y el médico les pide que se sienten.
-Díganme que les pasa.
-Mi esposa se siente mal doctor.
-¿Qué tiene señora?
-Me siento mal doctor, anoche comí tamales y creo
que me hicieron daño, me siento mareada y con
asco.
-Vamos a tomar su presión-le dice el doctor.
El doctor le toma la presión y escucha su corazón
con el estetoscopio.
-Su presión está bien, vamos a revisarla,
acuéstese en el sillón.
Empieza a palpar su estómago y a oírlo con el
estetoscopio; al terminar le pregunta:
-¿Ha tenido diarrea y fiebre?
-No doctor, solo mareo y ganas de volver el
estómago.
-¿Tiene hijos?- le pregunta el médico.
-No doctor-responde Dominga.
-Señora, solo le voy a mandar algo para el vómito
y mareo, no puedo mandarle nada para una
8
infección no creo que sean los tamales que
comió.
-¿Entonces que será doctor?
-Más bien creo que su malestar es porque
posiblemente esté usted embarazada.
Al escuchar Dominga y Felipe esto quedaron
sorprendidos.
-¿Está seguro Doctor? - preguntó Dominga
-Necesita hacerse la prueba de embarazo, pero
estoy casi seguro- le dijo el médico.
Salen de la clínica y Dominga le pide a Felipe que
la lleve a la farmacia a comprar una prueba de
embarazo.
Al llegar a su casa y hacerse la prueba lo confirma,
Dominga se pone feliz.
-¿Ya ves Felipe?, sí fue efectivo el tratamiento de
la curandera y tú que no creías en eso.
Felipe se queda callado, sabe que no ayudó a
Dominga.
Con la noticia que les dio el médico, Dominga va a
buscar a su amiga Juana para decirle de su
embarazo.
-Juana, ayer fui al médico con Felipe porque me
sentía mal, creí que me habían hecho mal los
tamales que me comí pero no fue así, el médico
me revisó y me dijo que estaba embarazada y ya
lo confirmé.
9
-¿En serio Dominga?, ya ves y tu marido que no te
quiso ayudar, pues felicidades ¿y para cuándo
crees?
-Yo creo que a finales de mayo o principios de
Junio.
-¿Y en dónde te piensas aliviar?
-Voy a buscar a la partera que ayudó a la prima de
Felipe, pero ya que pasen más meses.
-Si quieres te acompaño, no sea que te vaya a
pasar estando sola y es mejor que sepamos antes
adonde vive.
Pasaron los meses y Dominga continuaba con los
malestares del embarazo, con vómito y mareos,
pasaba días sin querer levantarse de su cama.
Felipe se empezaba a desesperar ya que al llegar
a su casa encontraba todo tirado, en ocasiones
Dominga se sentía tan mal que no hacia ni la
comida, le pedía a su esposo que comprara algo
en algún lugar o que le pidiera a la vecina que
por favor le hiciera la comida teniendo que
pagársela.
El cuatro de junio Dominga empezó a sentir
contracciones y debido a que Felipe ya se había
ido a trabajar y llegaría hasta el viernes, buscó a
Juana.
-Juana, estoy empezando a sentir que ya voy a
dar a luz, busca a la partera por favor.
10
Juana sale corriendo a buscarla.
Llegan y la partera le pide a Juana toallas limpias y
que ponga agua a calentar.
Al presentarse el momento de recibir al bebé de
Dominga, la partera se espanta.
-¡Dios Santo!, ¿qué es esto? – exclama.
Al escucharla, corre Juana a ver qué está pasando
y ve lo que está recibiendo la partera, parece que
había dado a luz no a un niño sino a alguna clase
de animal.
Dominga que estaba escuchando, pregunta qué
pasa.
-Nada hija, nada, es que tenía enredado el cordón
en el cuello.
Pero la partera y Juana están sorprendidas del
bebé que trajo Dominga.
La partera corta el cordón umbilical y le entrega a
Juana al bebé para que lo cubra con las toallas.
Después la partera comienza a limpiarlo
esperando que esa piel se le desprenda de alguna
forma.
Sale Juana del cuarto con el bebé para que no lo
vea Dominga.
Al ver que sale Juana del cuarto le pregunta a la
partera.
-¿Qué fue?
-Es niño, pero hay que limpiarlo bien.
11
-Quiero verlo – le dice Dominga.
-Sí, en cuanto lo limpie bien.
La partera se queda pensando que decirle
para evitarle una sorpresa.
Al ver que no le llevan a su niño al cuarto, pide que
se lo entreguen para verlo, entonces la partera
regresa con ella y le dice:
-Mira Dominga, los niños al nacer no han
alcanzado su completo desarrollo y deben pasar
varios meses para que tengan la apariencia de un
niño normal, pero tu hijo presentó un problema.
-¿Qué tiene?, quiero verlo.
Ante la insistencia Juana se lo lleva.
Dominga se lleva una terrible sorpresa al verlo.
-¿Eso es mi hijo?, ¿qué tiene?, ¿por qué nació
así?, eso no parece un niño.
-Te repito, hay que esperar unos días, tal vez
mejore – le dice la partera.
-¿Pero cómo va a mejorar?, si no parece humano.
-Hay que esperar para que lo lleves al médico,
además el niño respira bien, no se ve que tenga
otro problema.
Se retira la partera, y Dominga preocupada, le
dice a Juana:
-¿Qué va a decir Felipe cuando lo vea?
Al día siguiente Felipe llega a su casa y Juana
12
que se quedó con Dominga para ayudarla lo recibe
con la noticia.
-Señor Felipe, Dominga ya tuvo a su bebé.
-¿Ya?, ¿y qué fue?
-Niño, pero tiene un problema señor Felipe.
-¿Qué problema?
-Pues su aspecto.
-¿Qué?, ¿pues qué tiene?, quiero verlo.
Juana saca al bebé del cuarto mientras Dominga
duerme y se lo muestra.
-¿Qué es esto?, ¡maldita sea!, tanto tiempo de
esperar para que tenga a un hijo de monstruo.
Al escucharlo que grita, Dominga se despierta y se
pone a llorar.
Juana le pide a Felipe que se calme porque
Dominga está delicada.
Entra Felipe al cuarto adonde está Dominga y
ella le pregunta con tristeza - ¿ya viste al niño
Felipe?
Felipe por un momento guarda silencio.
-Sí ya lo vi – contesta.
Sin decir más palabras sale del cuarto dejando a
Dominga llorando.
Se sale de su casa y repite las palabras.
-¡Maldita sea!, tanto tiempo esperar para que
tenga a un hijo de monstruo.
Se dirige a la cantina a tomarse unas copas y se
13
encuentra a su compañero de trabajo quien al
verlo le pregunta:
-¡Felipe!, ¿qué te pasa?, no me digas, ¿a poco ya
eres papá?
-Todavía no- le contesta.
-Bueno, pero de todos modos vamos a festejar
que vas a ser papá - le dice su compañero.
Al llegar Felipe, Dominga le pregunta al día
siguiente, por qué no llegó.
-Te estuve esperando, ¿por qué no llegaste?
-Los compañeros quisieron que fuéramos a
festejar de que voy ser papá y para no dar
sospecha de nada, me fui con ellos.
-¿Y por eso llegas así de borracho?, ojalá yo
también me pueda ir a emborrachar para
olvidarme de lo que está pasando Felipe.
Por otro lado, Juana la vecina al dejar a Dominga,
se encarga de dar la noticia.
Unas vecinas al encontrársela en el mercado le
preguntan:
-¿Qué pasó Juana?, ¿ya tuvo Dominga a su hijo?
Juana les contesta.
-Sí, pero pobre Dominga, fue niño pero salió mal.
-¿Pues qué tiene? – le preguntan.
-Parece un animalito, nació lleno de escamas y
gris.
14
-Pobre Dominga, tanto que hizo para tener al hijo
que quería y lo que le salió – le responden.
Al pasar cinco días, Dominga le dice a Felipe que
quiere llevar al niño al médico para que lo revise.
-¡Pues llévalo tú!, yo tengo que trabajar -le
contesta Felipe.
Al día siguiente salen los dos muy temprano y se
encaminan a la clínica.
Felipe la deja y se va a su trabajo por lo que
Dominga llega sola con el niño bien cubierto.
Al llegar le dice a la enfermera que quiere ver al
médico para que revise a su hijo que tiene cinco
días de nacido.
La enfermera trata de ver al niño pero Dominga le
dice que no lo quiere destapar porque está
delicado.
-No ha llegado el médico, tiene que esperarlo- le
dice la enfermera.
-Si señorita, lo espero.
Al llegar el médico, Dominga pasa a consulta.
-Buenos días señora, ya veo que tuvo a su bebé,
¿salió todo bien? – le pregunta.
-No doctor, por eso vengo.
-¿Qué pasó señora?
Dominga lo descubre y se lo muestra.
El médico al verlo se sorprende, su piel estaba
llena de escamas y tenía un color gris.
-Dígame doctor, ¿qué tiene mi hijo?
15
El médico le pide que lo acueste y entonces lo
destapa y lo revisa.
-Pues al parecer es una especie de queratosis
pero con otro problema que le da ese color que
tiene, le dice el médico.
-Pero ¿por qué salió así doctor?
-Mire señora, pueden ser causas hereditarias o
genes anormales que podemos traer y no lo
sabemos.
-¿Pero, así se va a quedar para siempre?
- pregunta Dominga.
-Habrá que ver si hay algún tratamiento, sin
embargo no hay ninguna seguridad señora, ¿pero
su esposo no vino con usted?
-No, él ya no pudo faltar al trabajo, ya ha faltado
varios días y ahora no lo pueden correr con el niño
que tenemos, le dice Dominga.
-¿No la pudo acompañar otra persona, algún
familiar?
-No tengo familia aquí, mi mamá está en Tabasco
y no pudo venir, está ya muy delicada, una vecina
se ofreció pero es muy chismosa.
El médico termina de revisar a su hijo y sin
verle otro problema se lo entrega, Dominga sale
de la clínica con el niño cubriéndolo bien para
que nadie lo vea.
Al aproximarse a su casa, se detiene observando
que no haya vecinas en la calle.
16
Se apura para entrar a su casa.
Destapa a su hijo y se pone a observarlo.
-¿Qué hice?, todo por querer tener a un hijo, como
voy a hacerle, Felipe me da a dejar ahora salió
peor, voy a estar sola y con un fenómeno, cómo
voy a amamantarlo, me da miedo acercarlo a mi
pecho.
Dominga deja al niño en su cuna quien la observa
sin ningún llanto.
Llega nuevamente tarde Felipe y tomado.
Dominga está esperándolo pero ahora no le
reprocha nada, sabe porque llega así.
-Felipe, está el niño en la cuna.
-Que bien, espero que no vaya a empezar a llorar,
vengo muy cansado y me voy a acostar en la sala
para que no me vaya a despertar con sus chillidos
y digo chillidos porque eso parece un animal no un
niño.
Dominga se acuesta triste y preocupada.
A media noche empieza a llorar el niño y Dominga
se apresura a amamantarlo para que Felipe no se
moleste, sin embargo, se despierta gritándole.
-¡Calla a ese monstruo, que no me deja dormir!
Pasan los días y al salir al mercado Dominga, se
encuentra con su vecina, quien sabiendo de la
condición de su niño ya no había ido a visitarla.
-Dominga, no te había visto, seguramente estás
17
muy ocupada con tu niño ¿verdad?
-Sí Juana ya lo llevé al médico para que lo
revisara, nos dijo que está delicado y que debe
permanecer aislado.
-¿Lo dejaste solo?
-Sí Juana, aproveché que se quedó dormido para
venir al mercado, por eso me tengo que apurar.
Pasaron varias semanas y a su vecina, quien al
encontrársela constantemente le preguntaba por el
niño, ya no la había invitado a pasar a su casa a
platicar para no tener problemas con Felipe, hasta
que un día hablando con él le comentó.
-Felipe ya no es posible ocultar por más tiempo al
niño, siempre que me encuentro a Juana me
pregunta cómo está, además seguramente ya
informó a otras del problema del niño y debemos
tomar una decisión, ya han pasado dos meses.
Felipe se queda pensando y le dice a Dominga:
-Mira Dominga, tú síguele diciendo a la vecina y a
los demás que está delicado, que el médico nos
pidió que no tuviera contacto con nadie para evitar
que se contagie de alguna enfermedad y que por
eso debe permanecer aislado.
-Pero Felipe, ella me ayudó y no quiero ser
malagradecida -le contesta Dominga.
18
-Pues entonces dile que le agradeces lo que te ha
ayudado pero que al niño no lo puedes sacar y no
quieres que nadie se le acerque, ya veremos
después qué hacemos con ese niño.
Pasan varios meses y el hijo de Dominga y
Felipe se muestra más fuerte cada día, sin
embargo a Dominga se le hace más difícil salir de
compras y dejar solo al niño por inquieto, hasta
ahora ha logrado dejarlo solo sin riesgos aunque
llorando, pero piensa ¿qué va a pasar cuando ya
empiece a caminar?
Felipe ha tratado de alejarse del niño, por lo
que Dominga se ha hecho cargo totalmente de él
con la ventaja de que no se ha enfermado y en las
noches duerme más tranquilo, evitando así la
molestia a Felipe.
Conforme pasan los meses el niño va mostrando
una vivacidad como un pequeño animal
curioso, lo que provoca mayor atención de
Dominga quien va tomándole más cariño y al ver
que intenta levantarse lo ayuda para que empiece
a caminar.
Una noche al llegar Felipe le dice:
-¡Mira Felipe!, ya empieza a caminar, es muy
fuerte.
Felipe le contesta indiferente.
19
-Qué bueno.
-¡Oye Felipe!, no hemos pensado que nombre le
vamos a poner al niño, ¿qué nombre te gustaría?
-Me da igual.
-Bueno, entonces que se llame Macario como mi
abuelo, me gusta ese nombre.
Conforme el niño empieza a caminar, le tiene que
pedir a Felipe que se haga cargo de él para ir ella
de compras al mercado, siendo ese su único
paseo desde que nació Macario.
Al quedarse solo con el niño, éste trata de
acercarse a su papá para que lo cargue y Felipe lo
rechaza constantemente.
-¡Quítate chamaco!, no me molestes, espera a tu
madre que ya no tarda- le dice Felipe a su hijo.
Dominga va mostrándole mayor afecto y
compasión a Macario al ver que Felipe lo rechaza,
hasta que en una ocasión le reclama.
-Felipe, no seas malo, él no tiene la culpa de haber
nacido así, como quiera es tu hijo.
-Es mi hijo pero no se parece a mí ni a nadie, más
bien parece un fenómeno de circo.
Al decir eso, se queda pensado y le dice a
Dominga:
-¡Oye! qué buena idea se me ha ocurrido, vamos a
donarlo a un circo para que se hagan cargo de él.
20
-¡Estás loco!, ni lo vuelvas a pensar, es mi hijo
aunque esté así, si tú no lo quieres yo sí y un día
de estos voy a salir con él a la calle, ya estuvo
bueno de estarlo ocultando, además va a ir a la
escuela cuando tenga la edad, de todos modos
algún día lo van a ver.
Cada día que pasa Macario se muestra más
inquieto, se pone a observar por la ventana a
través de una cortina que le permite ver a la calle
pero sin que lo vean, y para evitar que corra dicha
cortina Dominga le dice al niño:
-No vayas a abrir la cortina, si te ven te roban.
Macario empieza a hablar, aprende rápido,
además de su fortaleza también muestra una
capacidad de aprender rápidamente todo.
Un día al salir Dominga y pedirle nuevamente a
Macario que no se deje observar, el niño que ya
cumplió los dos años le pregunta:
-¿Por qué?
-Porque eres un niño especial.
-No soy como tú ni como mi papá, ¿por qué?
-Porque así lo quiso Dios, ya te dije eres especial,
eres muy fuerte y listo, más que otros niños.
-¿Por qué?
-No sé hijo pero lo importante es que eres un niño
muy sano, casi no te enfermas.
21
Al pasar tres años y sin sacar a Macario del
encierro, Dominga decide ir a la clínica a hablar
con el doctor Durán.
Se presenta y después de algunos pacientes pasa
al consultorio.
-Pase señora, dígame ¿qué tiene?- le dice el
doctor.
-No doctor, yo no tengo nada, soy Dominga, ¿no
se acuerda de mí?
-¡Ah, sí!, ¿cómo ha estado?, ¿qué me cuenta de
su hijo?, no lo ha traído en estos años para que lo
revise.
-Sí doctor no lo he traído, por eso vengo a hablar
con usted.
-¿Está enfermo?
-No doctor, mi hijo ya tiene tres años y está fuerte,
casi no se me ha enfermado, no lo saco a ningún
lado pero vengo a verlo a usted para que me diga
si mi hijo se puede curar del mal que tiene, usted
dijo que podía mejorar, no lo hemos querido sacar
a la calle para que lo vean y traten como un
monstruo.
-Mire señora Dominga, tráigalo y veremos que se
puede hacer, necesito ver si ha avanzado su
problema.
-Bueno, lo voy a traer mañana, le tengo que
avisar a mi esposo.
22
Al llegar Felipe a su casa le comenta Dominga que
fue a ver a médico y que éste le pidió que llevara
a Macario para revisarlo y ver si hay algún
tratamiento para que mejore su piel.
-Pues vamos no quiero que nadie nos moleste
preguntando qué tiene, ya de por sí han fastidiado
mucho preguntando.
Al día siguiente le dicen a Macario que lo van a
llevar al médico pero que debe ir bien tapado para
que no lo vean y lo molesten, al escuchar el niño
que lo va a sacar a la calle su mamá se emociona,
es la primera vez que saldrá de su casa.
-Te voy a tapar bien, no quiero que te vean y
empiecen a molestarnos, no debes destaparte,
¿oíste Macario?
-Salen con su hijo bien tapado a la cita con el
médico, tratan de que no los vean pero se topan
con algunas vecinas que quieren detenerlos para
ver al niño, ella les dice que ya se les hace tarde
para la cita y que además que el niño está pesado
para cargarlo.
Macario trata de destaparse pero Felipe lo regaña.
-¡Niño!, te dijo tu mamá que no debes destaparte.
Sin embargo con lo inquieto que es, logra ver algo
por un pequeño espacio de la sábana que lo
23
que lo cubre, va observando todo lo que para él es
nuevo.
Llegan a la clínica y tienen que esperar a que se
desocupe el médico.
Otras pacientes también esperan y comienzan a
preguntar qué le pasa al niño.
-Está enfermo, tiene gripa -les contesta Dominga.
Macario se pone inquieto y trata de destaparse,
Felipe lo regaña y le pega.
-¡Estate quieto chamaco!, no te puedes destapar.
Ante los regaños, el niño empieza a llorar por lo
que Dominga se lo quita a Felipe y sale
cargándolo de la clínica para tratar de calmarlo.
-Macario, ya te dije que no te puedes destapar.
-Tengo mucho calor.
-Está bien, te voy a destapar un poco pero no
trates de quitarte la sábana.
Dominga busca un rincón para destapar un poco a
Macario tratando de que no lo vean.
Regresan a la clínica y los llama el médico para
que pasen al consultorio.
-A ver señora, vamos a ver a este niño.
Al destaparlo lo empieza a revisar y viendo que
ninguna parte de su cuerpo está libre de esa
apariencia escamosa les dice:
-Miren, no les voy a mentir, ya le había dicho yo a
24
la señora que su niño presenta un tipo de
queratosis y por la extensión en su cuerpo no
creo que haya algún tratamiento que sirva, podría
decirles que lo lleven a alguna clínica para
enfermedades de la piel pero no creo que se
pueda hacer algo, sin embargo ustedes deciden.
-Pero doctor usted le dijo a mi esposa que podría
mejorar -le dice Felipe.
-Sí, pero no se ve ninguna mejoría, al contrario
veo que avanzó, por otro lado el niño está
saludable y fuerte, se tendrán que acostumbrar a
su estado y él también se tendrá que acostumbrar
a que lo vean así, no lo pueden tener encerrado
toda la vida.
Felipe y Dominga se quedan mirando, se paran y
salen del consultorio desconsolados.
-¿Qué vamos a hacer Felipe?, como dice el
médico, no lo vamos a poder tener encerrado.
-¿Y qué quieres?, ¿que todo mundo lo vea como
un monstruo?, ya veremos qué hacemos.
Pasa otro año y al niño ya no lo puede dejar solo.
-Felipe, el niño está muy inquieto por estar
encerrado, hace muchas travesuras por lo
mismo, hay que buscar la manera de que pueda
salir a correr y jugar -le dice Dominga.
-Voy a ver qué hago para sacarlo algún día sin
25
que lo vea nadie, estoy pensando que mi amigo
Cirino me preste una casita que tiene desocupada
y está alejada, puede ser que lo llevemos un
domingo.
-Que sea pronto Felipe, el niño está desesperado
por salir para correr y jugar fuera de la casa.
Llega el sábado y deciden salir en la noche ya que
queda sola la calle.
Se dirigen a la casa de su amigo Cirino para que
Macario pueda correr y jugar sin que lo vean.
Al día siguiente dejan que salga de la casa del
amigo de Felipe, Macario se pone feliz por sentirse
libre.
-¡Míralo Felipe!, pobre niño, solo así puede estar
sin que lo vean y ni moleste nadie.
-Pero no vamos a poder estar así, estoy pensando
que lo mejor será entregarlo a alguien para que
lo cuide, tal vez en un internado con algunas
monjas.
-¡Ya te dije que no!, es nuestro hijo,
-Dominga, si el niño sale a la calle lo van a
molestar y vamos a terminar peleándonos con los
vecinos, además así no puede ir a la escuela, lo
van a tratar como un fenómeno, lo van a rechazar
y a burlarse de él, ya sabes cómo son los
chamacos, además tengo amigos que ya no he
podido ver, siempre me están preguntando por él,
26
ya no sé qué decirles-le responde Felipe
Regresan el domingo al atardecer cuidándose de
que no los vean llegar a su casa.
Su vecina Juana, que sabe cómo nació el hijo de
Dominga siempre que se la encuentra le
pregunta por el niño y ella le sigue dando la
respuesta de que está delicado por su estado.
-¡Qué barbaridad!, pues cuídalo.
Al llegar a su casa del mercado, le vuelve a decir
a su marido.
-Felipe, no podemos tener más tiempo encerrado
al niño, ya sabemos que no va a mejorar, así va a
crecer, además su salud es buena.
-¿Y qué?, si no puede vivir normalmente como
cualquier niño- le contesta Felipe.
-Pues debemos darle oportunidad de que por lo
menos vaya a la escuela.
-¿Para qué?, ¿para que lo molesten los
chamacos?, ¿para pasar vergüenzas?
-Pues es mejor que ya sepan todos cómo está.
-Me lleva la fregada, pues lo llevarás tú a la
escuela, yo no voy a pasar vergüenzas con la
gente ni a soportar las burlas de otros.
Llega el fin de semana y Dominga decide llevar a
Macario a la casa del amigo de su marido, le pide
las llaves a Felipe y ya no sale de madrugada, se
lo lleva con una gorra en la cabeza.
27
-¡Miren!, ahí va la vecina con su hijo, es verdad lo
que decía Juana.
Los niños que están en la calle ven a Macario y
van atrás de él.
-¿Qué le pasó a su hijo, señora?, ¿se quemó?
-Sí chamacos, ahora dejen de fastidiar.
Macario oye a los niños y le pregunta a su mamá:
-¿Sí mamá, es verdad que me quemé?
-No hijo, así naciste, pero para que no estén
molestando los chamacos les dije que sí.
Dominga, al salir con Macario, siente un alivio
porque ya se le quitó la angustia de estar
ocultándolo.
Llega a la casa de Cirino y se siente tranquila,
ahora Macario va a poder salir a la calle a convivir
con otros niños aunque sabe que lo van a estar
molestando.
Al regresar, varios niños ya los estaban
esperando.
Los acompañan a su casa murmurando por el
aspecto de Macario.
-Ya estuvo bueno niños, ¡ya lárguense!, ya se
acabó el espectáculo, ¡fuera!
-Llegan a su casa y Macario le pregunta a su
mamá:
-¿Mamá no puedo salir a la calle a jugar?
-Todavía no Macario, te pueden molestar, tal vez
28
más adelante cuando se acostumbren a verte más
seguido.
Llega Felipe de trabajar y le comenta Dominga lo
que pasó.
-Ya vieron todos a Macario.
-Sí, ahora cuando nos vean van a decir, ahí van
los papás del fenómeno.
-No seas así Felipe, ya se irán acostumbrando a
verlo y dejarán de molestarnos.
-No lo creo, al contrario vendrá más gente y no
para admirarlo, comenta Felipe.
Pasan los días y Macario insiste en salir a la calle
para jugar.
-Mamá, ¿me dejas salir a jugar?, no me va a pasar
nada.
Dominga, ante la insistencia del niño, decide
dejarlo salir a la calle a jugar con su trompo y los
niños que lo ven se le empiezan a acercar.
Uno de ellos le pregunta:
-Cómo te llamas?
-Macario- le responde.
-¿No te duele tu quemada? -sigue preguntando el
niño.
-No, y no estoy quemado, así nací.
-¿Por qué?
-No sé.
-¿Puedes jugar?
29
-Sí, responde Macario.
-Entonces vamos a jugar con la pelota.
Y Macario empieza a jugar con los niños de su
calle, Dominga quien observa desde la puerta está
feliz porque su hijo ya empieza a disfrutar como
cualquier niño normal.
Al caer las seis de la tarde, sale Dominga para
decirle a su hijo que ya se meta, que ya va a
oscurecer y al entrar a su casa Macario le dice:
-¡Mamá! ya puedo jugar con otros niños, ¡qué
divertido¡
-Qué bien Macario, nada más no te vayas a caer,
el médico dijo que deberíamos tener cuidado de
que no te rasparas.
-Sí mamá me voy a cuidar.
Felipe, quien no ha dicho a los del trabajo del
problema de su hijo, Fabián, su compañero, le
pregunta:
-Felipe, ¿qué pasó con tu hijo?, ¿cuántos años
tiene y cuándo viene el otro?
-No va haber otro, ahí nos quedamos, con uno es
suficiente, la cosa no está para tener más hijos
Fabián.
Fabián, quien ya había oído por ahí que el hijo de
Felipe tenía un problema, le pregunta:
-¿Y a quién se parece tu hijo?
-Pus a la familia de mi esposa.
30
-¡Ah, qué bien! - responde su compañero sin insistir
más.
Al salir del trabajo, le dice Fabián.
-Vamos a tomarnos unas cervezas Felipe, está
fresca la tarde.
-Bueno vamos, pero nada más unas.
-Seguro Felipe, no nos vayan a regañar nuestras
viejas, ¿verdad?
Y echa la carcajada.
-Llegan a la cantina y piden las cervezas
-¿Cómo vez Felipe?, el cabrón de Juan ya anda
con otra vieja, no entiende, su vieja ya lo andaba
dejando por lo mismo-le dice Fabián.
-Pues allá él - comenta Felipe
Continúan con la plática y con las cervezas, hasta
que Felipe sin darse cuenta empieza a
emborracharse, lo que era la intención de su
compañero de trabajo para que le dijera la verdad
de su hijo.
-¡Carajo Fabián!, de haber sabido no hubiera
tenido hijo.
-¡Ah caray!, ¿y por qué Felipe?
-Porque el chamaco me salió mal, chinga, tanto
que queríamos un hijo y lo que nos salió.
-¿Pus que tiene tu hijo Felipe?
Pregunta Fabián.
-Pus parece un animal, nació todo lleno de
escamas -le responde Felipe.
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-¡Ah caray Felipe!, y no nos habías dicho nada.
-Pus como les voy a decir si siento que me lleva la
chingada con ese niño, le dije a Dominga que lo
deberíamos dejar con algunas monjas y no
quiso, no sabe lo que vamos a batallar con el
niño, ya hasta lo quiere meter a una escuela.
-Ah qué Felipe!, pues que le vas a hacer si así
nació, ni modo que lo tengas en una jaula
encerrado, y además para cuando sea grande
debe trabajar aunque esté así, ¿no?
-Pus eso sí, de todos modos algún día se va a
quedar solo.
Se terminan las cervezas y sale cada quien para
su casa.
Al llegar, Dominga le reclama.
- ¿Adónde anduviste Felipe?, ¿te fuiste de
borracho otra vez con tus amigotes, verdad?
-¿Y cuál es el problema?, ¿por qué armas tanto
escándalo?
-Además para qué quieres que llegue temprano,
ya sabes que cada vez que veo a Macario, me
digo, ¿qué hice para tener un hijo así?
-Felipe, ¡cállate!, te está escuchando el niño.
-Pues no me jodas.
-Mejor vete a dormir, estás muy tomado- le
responde Dominga.
Felipe se retira a la recámara y Macario que
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escucha los gritos se despierta y oye a su papá lo
que dijo.
-Mamá, ¿por qué no me quiere mi papá?, ¿porque
nací así?
-No hijo, lo que pasa que tu padre se preocupa
porque quiere que te alivies. Macario se retira
pensativo y triste a su cama.
Dominga, pensando en la escuela para Macario
empieza a enseñarle a leer y escribir lo poco
que sabe ya que ella no terminó la primaria.
Al cumplir los siete años, Dominga le dice a Felipe
que va a llevarlo a la escuela.
-Pues ya te dije, lo llevas tú-le responde Felipe.
Al día siguiente, Dominga se lleva al niño a la
escuela para inscribirlo.
Al llegar la detiene una maestra en la entrada y le
pregunta:
-¿Está enfermo el niño?, si es contagioso no
puede pasar.
-¡No!, mi hijo no tiene ninguna enfermedad
contagiosa, así nació.
Le responde Dominga.
-¿Qué necesita señora?
-Vengo a inscribirlo.
-Espere, voy a avisarle al maestro José.
La maestra se dirige a la dirección para informarle
al maestro, de una señora que trae a inscribir a
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su hijo pero que tiene un problema.
-¿Qué problema tiene el muchacho?
Le pregunta el director a la maestra.
-Pues parece que tiene alguna enfermedad, como
si tuviera una alergia pero dice su mamá que no es
contagioso, que así nació.
-A ver, mejor voy a verlo antes de que pase, ya
sabe cómo son las madres, si lo ven no vayan a
empezar a decir que hay una enfermedad
contagiosa en la escuela.
Sale a ver a Dominga y a su hijo.
-Buenos días señora, me dicen que quiere inscribir
a su hijo en la primaria.
-Sí maestro, ya tiene siete años y necesita ir a la
escuela.
-Pero, ¿qué le pasó a su hijo?
-Así nació maestro, el médico nos dijo que es un
problema genético, no es nada contagioso, ya
estaría yo igual.
-Bien, pero si se inscribe ya sabe cómo lo pueden
molestar otros niños – le responde el maestro
José.
-Mi hijo ya sabe que le pueden hacer burlas, pero
ya he hablado con él de su problema y le he dicho
que de la cabeza no está mal, es solo su piel y eso
no impide que pueda estudiar, además es muy
listo y sale a jugar a la calle con otros niños.
-Bueno señora, pues pase para que llene los
34
papeles de inscripción y necesita traerme una foto
de su hijo.
-¿Y cómo se llama el muchacho?
-Macario – responde Dominga.
Al entrar a la escuela, los niños que lo ven
empiezan a comentar de su apariencia.
-¡Miren!, ¿qué es eso?, parece una lagartija
gigante dice uno.
Con curiosidad varios niños se acercan a la
dirección para ver a Macario.
-¿Qué quieren niños? a ver, retírense de aquí,
vayan a jugar antes de que suene la campana -les
reclama el maestro.
-Señora, necesito que me traiga un certificado
médico de que el niño no tiene ninguna
enfermedad contagiosa y que puede ir a la
escuela.
-Sí maestro José, se lo puedo traer, el médico de
la clínica conoce a Macario.
Salen de la escuela a su casa, Macario va feliz.
-¿Ya voy a ir a la escuela verdad mamá?
-Sí Macario, pero primero le tengo que llevar al
maestro los papeles que me pide.
Al recabar todos los documentos que le pidieron,
Dominga logra inscribirlo en la primaria y va a su
primer día de clase.
Macario provoca la curiosidad de algunos niños y
miedo en otros por su aspecto, pero una maestra
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de nombre Dolores, lo recibe y lo lleva con el
maestro de su salón de clases.
-Maestro Benjamín, le traigo a este niño, se
llama Macario, se lo encargo.
El maestro, al verlo le pregunta al oído a la
maestra Dolores:
-¿Qué tiene este niño, está enfermo?
No maestro Benjamín, lo que me dijo el
maestro José es que el niño así nació y que no
tiene nada contagioso.
Macario sin voltear a ver a nadie se sienta en el
lugar que le indica el maestro y escucha con
atención la clase.
Los niños se le quedan mirando, por lo que el
maestro les pide que pongan atención.
-A ver niños, pongan atención a la clase, ya dejen
en paz a su compañero.
Suena la campana para el recreo y Macario se
queda sentado en su lugar.
-Niño, sal es la hora del recreo.
Sale Macario y los niños se le acercan con
curiosidad y uno de ellos le pregunta:
-¡Oye!, ¿qué tienes, que te pasó?
-Nada así nací- responde Macario.
Le hacen las mismas preguntas que le hicieron
los niños de la calle donde vive.
-¿Te duele? - le pregunta otro.
36
-No – contesta.
-¿Puedes jugar?
-Sí.
Responde Macario y comienza a jugar con sus
compañeros de clase, se va sintiendo más
confiado por convivir ahora con los niños de la
escuela.
Al terminar las clases, Dominga lo recoge y le
pregunta:
-¿Cómo te fue hijo?
-Bien mamá, jugué con varios niños.
-¡Qué bueno Macario!, vámonos.
Los niños que lo ven se despiden de él.
-Adiós Macario.
-Adiós – responde.
Camino a su casa le platica a su mamá lo que le
pasó en la escuela, cómo jugó con los niños de su
salón, lo que le enseñó el maestro y de la tarea
que le dejaron.
Al llegar a su casa estaba feliz, ahora se sentía
como cualquier niño, aunque tiene su problema ya
no le importa.
Al atardecer llega Felipe a su casa y Macario le
comenta de la escuela.
-¡Papá!, fui a la escuela.
-¿Y cómo te fue?, ¿no te molestaron los
chamacos? -le pregunta Felipe.
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-Al principio, pero después jugué con mis
compañeros de clase.
-¡Qué bien Macario!
Pasan varios meses y Macario lleva su vida sin
problemas.
Un fin de semana, al estar jugando con los niños
de su calle, uno de ellos en plan de broma le dice:
-Macario, ¿sabes qué?, pareces un cocodrilo.
Los niños se ríen de la broma pero Macario no se
molesta, abre la boca como si fuera un cocodrilo y
empieza a corretearlos en plan de juego y a partir
de ese momento le dicen cocodrilo y después
COCO. Así se corre la voz y la gente que lo
conoce y los compañeros de su escuela lo llaman
todos COCO, hasta sus maestros terminan
diciéndole así.
Macario, quien va creciendo y a pesar de su
problema se fortalece cada día más, cumple los
nueve años y un día en la escuela se enfrenta con
otro niño llamado Tomás que seguido le hace
burla.
-COCO ¿a quién te comiste hoy, a tu papá o a tu
mamá? – le pregunta.
Eso hace enojar a Macario quien lo empuja y con
su fuerza el niño cae y se golpea la cabeza con el
borde de una guarnición abriéndose la cabeza y
sangrando.
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Con el escándalo, los maestros van a ver qué está
pasando y se encuentran con el niño herido.
Preguntan qué pasó y los niños les dicen que
COCO lo empujó.
Ante tal situación llevan a Macario a la dirección y
esperan a que llegue Dominga por él.
Al llegar, la maestra Dolores le dice que Macario
está en la dirección y que tiene que pasar con el
maestro José.
La recibe el maestro y le dice:
-Señora su hijo al empujar a un compañero lo tiro y
se lastimó la cabeza y no podemos tolerar algo
así.
Dominga, quien ya había sabido por Macario
que ese niño lo estaba molestando le responde al
maestro.
-Maestro José, ese niño ha estado molestándolo y
ustedes no han hecho nada.
-Señora, le advertí que podrían molestar a su hijo
por el problema que tiene, ya sabe cómo son los
niños a esta edad, no podemos seguir teniendo
riesgos de esta forma por su hijo, cualquier otro
alumno lo puede molestar y puede presentarse
algo todavía más grave, los papás de Tomás se
pueden quejar y a nosotros no nos conviene, por
lo que ya no podemos tener a su hijo en esta
escuela.
39
Macario sale expulsado de la escuela.
-¿Qué hiciste Macario?, ¿por qué empujaste a
ese niño, mira lo que provocaste?
-Pero mamá, me dijo que me comí a mi papá y a
mi mamá y eso me dio mucho coraje.
-Pues sí Macario pero ahora qué vamos a
decirle a tu papá, tanto trabajo que costó meterte a
la escuela.
Al llegar Felipe, Dominga le comenta:
-Felipe, expulsaron de la escuela a Macario
porque se peleó con un niño que constantemente
lo estaba molestando.
-Pues ya sabías que lo iban a molestar, ¿pero
ahora qué?
-No sé Felipe, Macario tiene que aprender a hacer
algo o de qué va a vivir.
-¿Y en qué crees que pueda trabajar?, en todos
lados va a tener problemas, el único lugar en
donde lo podrían recibir para trabajar sería en un
circo -le comenta Felipe a Dominga.
-Tú insistes en eso, no lo voy a entregar a ningún
circo.
-Pues piénsalo, porque como dices de qué va a
vivir.
Macario escucha la discusión entre Felipe y
Dominga y piensa que su papá quiere deshacerse
de él.
40
Pasan semanas y Macario se dedica a jugar en la
calle con sus amigos.
Un día sábado al llegar Felipe a su casa
nuevamente borracho, empieza a discutir con
Dominga y la golpea, Macario al ver eso trata de
intervenir pero Felipe lo empuja y lo tira, Dominga
continua reclamándole por lo que nuevamente la
golpea.
Macario, por defender a su mamá toma un
palo que se encontraba cerca y le da a Felipe un
golpe en la cabeza que lo tira y lo deja
inconsciente.
-¡Mira lo que hiciste chamaco!, lastimaste a tu
papá, tú tienes la culpa- le reclama Dominga.
Al escuchar Macario el reproche de su mamá, se
siente sorprendido y confundido, pensaba que su
mamá era la única que lo quería por lo que sale
enojado y corre rumbo a la casa que les prestaba
el amigo de su padre, atraviesa un campo de
cultivo esperando que alguna víbora lo muerda y
termine así su vida.
Se detiene en un árbol a llorar hasta que oscurece.
Al pasar a caballo por el lugar Indalecio, quien
tiene una tienda de semillas y granos, el animal se
espanta al ver a Macario y casi tira a Indalecio.
41
-¡Quieto animal! -le grita a su caballo y saca su
machete para defenderse.
-¿Quién eres tú? -le pregunta Indalecio.
-Me llamo Macario señor.-responde.
-¿Y qué haces a estas horas de la noche?, ¿no
sabes que es peligroso?, hay víboras venenosas y
alacranes.
-¡Vete a tu casa muchacho!
-No señor, me escapé de mi casa.
-¡Ah qué muchacho!, a ver, súbete al caballo y me
vas contando en el camino.
Al subirse al caballo, Indalecio lo ve y le pregunta.
-¿Qué te pasó, por qué estas así?
-Así nací señor.
-¿Y por qué te escapaste de tu casa?
Macario le comenta lo que pasó, del golpe que le
dio a su papá en la cabeza y del reproche de su
madre.
-Por eso no quiero regresar a mi casa señor – le
dice Macario.
-Me llamo Indalecio, ¿y qué vas a hacer tu solo?,
¿quién te va a cuidar y en dónde vas a vivir?
-No sé señor, me vine aquí a ver si una víbora me
mordía, así como estoy nadie me quiere, ni mis
papás.
Al escucharlo se compadece de él y le dice.
-Ven conmigo, te voy a llevar al almacén, por el
momento ahí te podrás quedar.
42
Llegan a la tienda e Indalecio lleva a Macario al
almacén que se encuentra en la parte posterior.
-Aquí te puedes quedar, mañana veremos que
hacemos.
Macario se queda solo y se acomoda en unos
costales llenos de semillas, pasa el tiempo y
empieza a escuchar los chillidos de las ratas,
se pone de pie y las ratas al verlo se espantan,
piensan que es un enorme reptil.
Al llegar a su casa Indalecio, le comenta a su
esposa Antonia que encontró a un niño en el
camino porque se escapó de casa de sus papás y
que tiene un problema, su piel es como la de un
reptil.
-¿Y qué vamos a hacer con el chamaco?, nos va a
espantar a los clientes si dices que parece un
reptil – le dice Antonia.
-No te preocupes, nos puede ayudar en el
almacén a mover los costales sin salir a la tienda,
el muchacho se ve fuerte, nada más le damos de
comer.
Antonia de mala manera acepta lo que le dice su
esposo y así pasa un año Macario, ayudando a
Indalecio a cargar y a acomodar los costales.
Un día se presenta una clienta que, al salir de
repente Macario al mostrador de la tienda, se
espanta y sale corriendo.
-¿Ya ves Indalecio? por culpa del chamaco se fue
43
una clienta que siempre nos compra- le dice
Antonia.
Al oír nuevamente eso, Macario agarra sus cosas,
le da las gracias a Indalecio y se va.
Toma el camino que va a Playa Linda, camina
por dos días y llega al poblado, se oculta cerca de
una casa pero los perros empiezan a ladrar por su
presencia, sale una señora que al verlo se espanta
y corre a avisarle a su marido.
-¡Nicolás, el chupacabras está afuera, le voy a
avisar a todos!
Nicolás sale con machete en mano y al buscar
encuentra a Macario, levanta su machete para
darle el golpe y Macario grita.
-¡No, espere!, soy un niño.
Nicolás se detiene y lo ve.
-¿Qué cosa?, ¿tu quién eres o qué eres?
-Me llamo Macario señor, no hago daño a nadie,
así nací.
-¿Y qué estás haciendo aquí, muchacho?
-Llegué caminando desde Pajapan y solo quería
pasar la noche, tengo frío y hambre, no he comido
en dos días.
Llegan los demás pobladores armados y Nicolás
los detiene.
-¡Esperen!, no es el chupacabras, es un
muchacho, déjenlo, ¿no ven como esta?, mejor
vamos a ayudarlo.
44
-A ver Josefina, tráele algo de comer.
A partir de ese día reciben a Macario, quien les
dice que en su pueblo le decían COCO
por cocodrilo y que se escapó de su casa, lo
alojan en un cuarto utilizado como bodega y
comienza su vida en compañía de los pescadores
de esa playa, quienes acostumbrados a ver
animales con escamas lo aceptan sin problemas.
El tiempo que pasa en la playa ayudando en la
pesca, lo fortalece más por el trabajo duro
cargando las redes y empujando y jalando las
lanchas para entrar y salir del mar, aprende a
nadar y a pescar, su vida pasa con tranquilidad.
COCO cumple dieciséis años y un día, pensado en
sus padres le comenta a Nicolás que quiere ir a
verlos.
-Señor Nicolás, quiero ver a mis padres, no los he
visto desde que me escapé de mi casa hace siete
años.
-Pues ve COCO, son tus padres, me has ayudado
mucho y me vas a hacer falta pero si tienes que
irte pues adelante – le dice Nicolás.
COCO, quien ha ahorrado todo el dinero que le ha
dado Nicolás, toma sus cosas y se despide de
todos los que lo conocen.
Se va triste ya que pasó esos años feliz en la
playa y en el mar pescando y conviviendo con los
45
pobladores y pescadores quienes lo aceptaron sin
problemas desde el primer día que lo encontraron.
COCO se va caminando a Pajapan y al llegar la
gente lo ve y alguien que lo recuerda comenta de
su presencia.
-¡Miren!, ahí está ese muchacho que le decían
COCO, ya regresó.
COCO se dirige hacia casa de sus padres y se
topa con un amigo que lo conocía.
-¡COCO!, ¿adónde anduviste?
-Me fui a la playa, allá estuve todos estos años,
vine a ver a mis papás.
-Pues será a tu mamá, porque tú papá ya murió.
-¿Cómo?- pregunta Macario.
-Lo atropelló un camión, tu papá andaba tomado.
-¿Cuándo fue eso?
-Hace dos años – le dice su amigo.
-¿Y qué sabes de mi mamá?
-Pues tu mamá creo que está enferma, se dedica
a lavar ropa y a otras cosas para poder vivir.
-Pues a eso vine, a verla – le dice COCO.
Deja a su amigo para llegar a la casa donde vivía
de niño.
Toca la puerta, sale su mamá y se sorprende.
-¿COCO?, ¡hijo!, ¿adónde anduviste?, creímos
que te habías muerto, no supimos nada de ti todos
estos años.
-No mamá, anduve por varios lados y llegué
46
a Playa Linda ahí viví con los pescadores,
trabajando con una persona que conocí, me pagó
los años que estuve ayudándole en la pesca.
-Qué bueno Macario.
-¿Tú cómo has estado mamá?, te ves mal.
-Sí Macario, estoy enferma, me he sentido débil,
tengo una tos que no se me quita y tu papá murió
en un accidente hace dos años.
-Sí me lo contó Pedro, lo encontré antes de llegar
a la casa.
-No te preocupes mamá ya no me voy a ir, te voy a
cuidar-le dice COCO.
Al escuchar lo que le dice Macario se pone a llorar.
-Macario, perdóname, no quise echarte la culpa.
-No hay problema mamá, eso ya está olvidado,
ahora lo que importa es que tú estés bien.
A partir de ese momento COCO se hace cargo de
su mamá, va a visitar a Indalecio, el de la tienda
de granos y semillas para ver si le da trabajo
nuevamente.
-Señor. Indalecio, ¿cómo está?
-Hola COCO, cómo has crecido, ¿tú cómo estás?
-Bien señor Indalecio, lo visito para ver si me
puede dar trabajo.
-Pues sí COCO, mi esposa está enferma y me
serías de gran ayuda.
Y COCO comienza a trabajar en el almacén
47
nuevamente, carga con facilidad los costales, el
trabajo en la playa con los pescadores lo
fortalecieron.
Un día su mamá se siente mal.
-¿Qué tienes mamá?
-Me siento mal Macario, me siento muy cansada,
además esta tos que no se me quita.
-Acuéstate y descansa, en la semana te voy a
llevar al médico.
-¿Adónde Macario?, el médico de la clínica se fue
a trabajar a Minatitlán y no ha llegado otro, en la
clínica solo está una enfermera.
-Pues te voy a llevar a Minatitlán, buscaremos al
médico para que te vea.
COCO, le avisa a Indalecio que tiene que llevar a
su mamá al médico.
Se preparan para ir a Minatitlán.
Se dirigen a la estación del autobús y al tratar de
subirse al autobús que los llevará, el chofer los
detiene.
-¡Espere!, ¿qué tiene el muchacho?, le pregunta a
Dominga.
-Así nació señor, no está enfermo, no tiene nada,
déjenos subir.
Logran subirse al autobús con la mirada de varios
pasajeros sobre COCO.
Llegan a Minatitlán y bajan del autobús.
48
Caminan por la calle y la gente se sorprende al ver
a COCO.
Pregunta a una señora si sabe adónde está el
Centro de Salud.
La señora al ver su estado piensa que es para él y
le dice:
-Pues en la Avenida Dieciocho de Octubre.
-Gracias señora.
-Mamá primero vamos a buscar algún lugar
adonde quedarnos y después vamos a la clínica -
le dice COCO a su mamá.
Encuentran un pequeño hotel y al entrar le piden
una habitación a la persona de la recepción.
-Perdón señora, ¿tiene habitaciones?
La señora se queda viendo a COCO, escucha la
tos de Dominga y piensa:
Si se quedan estos dos puedo perder a los clientes
que se hospedan.
-No hay habitaciones disponibles – les contesta.
-¿En dónde podemos encontrar otro hotel? -
pregunta COCO.
-Hay otro a dos calles.
-Gracias - le responde COCO.
Salen de dicho hotel y se dirigen hacia donde les
indicaron.
COCO, viendo la reacción de la señora del primer
hotel, le pide a su mamá que entre ella sola.
49
-Disculpe señor, ¿tiene habitaciones?
-Sí, ¿para usted sola? – le pregunta.
-No, es para mí y para mi hijo, ahorita viene.
-Entonces con dos camas.
-¿Para cuántos días señora?
-Yo creo que dos- le responde Dominga.
Se registra, le dan la llave y sale a la calle a decirle
a COCO que entre.
Pasan frente al señor de la recepción quien ve a
COCO pero ya no puede decir nada, ya le entregó
la llave a Dominga.
Suben a la habitación con sus maletas y se
acomodan para pasar la noche.
-¿Cómo te sientes mamá?
Le pregunta COCO a Dominga.
-Muy cansada hijo, siento que me falta el aire.
-Descansa, mañana probablemente vamos a
caminar mucho.
El viaje fue largo y le provocó mucho agotamiento
a Dominga.
Al día siguiente salen a buscar el Centro de Salud,
preguntan si algún camión los deja cerca.
Para un autobús y le preguntan al chofer:
-Señor, ¿pasa usted por la clínica que está en
la Avenida Dieciocho de Octubre?- le pregunta
Dominga.
-Los dejo a dos calles – responde el chofer.
50
Se suben y pagan sus boletos.
Las personas ven a COCO como si fuera un
animal raro y un niño le dice a su mamá:
-¡Mira mamá!, ¿qué es?.
La mamá lo calla, pero su pregunta provoca que
los que no han visto a COCO, volteen a verlo.
Al aproximarse, el chofer les indica que en la
próxima calle deben bajar.
Se bajan del autobús y caminan hacia el Centro de
Salud.
Entran a la clínica y se dirigen a la recepción.
A su paso las miradas están sobre COCO quien
pasa sin hacerles caso, por el momento le interesa
más su mamá que el morbo de la gente que lo ve.
-Señorita, ¿se encuentra el doctor Durán?
Pregunta Dominga a la enfermera quien no vio a
COCO hasta que lo tuvo enfrente.
Se le queda viendo y él le repite para sacarla de
su sorpresa.
-¿Puede pasar mi mamá a consulta con el doctor
Durán?
-Este, sí, ¿cuál es el nombre de la señora?
-Dominga Benítez Martínez.
Tomen asiento y espere a que los llame.
Pasan algunos minutos y la llaman.
-Señora Benítez venga.
-¿Tiene carnet?
51
-Sí señorita, tenga.
-¿Tiene alguna identificación?
Le muestra su credencial del IFE.
Anota sus datos y le da su carnet.
Después de varios pacientes, le toca el turno a
Dominga.
Entran al consultorio y el médico los reconoce.
-¿Cómo está señora?
- Mal doctor, me siento mal.
-¿Qué le pasa?- le pregunta.
-Tengo mucha tos doctor y me siento muy débil.
-A ver vamos a tomarle la presión y a revisar sus
pulmones.
Al terminar le dice a Dominga:
Se necesita una radiografía de sus pulmones, le
voy a dar la orden para que se la tomen urgente y
me la trae de inmediato.
-Sí doctor -responde Dominga.
-¿Él es su hijo? – le pregunta el médico.
-Sí doctor, se llama Macario.
-Y cuántos años tienes ya Macario.
-Dieciocho – le responde COCO.
-Pero, ¿qué tiene mi mamá, doctor?
-Eso es lo que vamos a ver con la radiografía.
-¿Y adónde me toman la radiografía doctor? -
pregunta Dominga.
-Vayan al Hospital General que está enfrente y
52
entreguen la orden, les dice que es urgente, que la
necesito hoy.
-Está bien doctor.
Antes de que salgan del consultorio, el doctor le
pregunta a Macario.
-¿Y tú como has estado Macario?
-Bien doctor, yo me siento bien.
-Bueno, entonces vayan a la radiografía.
Salen de la clínica y se dirigen al Hospital General.
Entran y a su paso todos ven a COCO, piensan
que él está enfermo.
Llegan a la recepción y le entregan a la enfermera
la orden para la radiografía de Dominga
Señorita, el médico de la clínica nos dijo que era
urgente que me tomen una radiografía -le dice
Dominga.
-Sí señora, aquí lo dice.
Les da la orden para rayos X y los envía al
laboratorio.
Llegan a rayos X y Dominga entrega la orden.
Entra para la radiografía, se la toman y siguiendo
las indicaciones del médico se la entregan de
inmediato.
Salen del hospital y se van a la clínica a
entregarle al doctor Durán la placa radiográfica.
53
Llegan a la clínica y después de varios pacientes
entran Dominga y COCO, le entregan al médico la
radiografía y se sientan.
El médico empieza a revisarla y detecta un
problema.
-¿Qué tengo doctor? - pregunta Dominga.
-Hay que hacerle otros estudios señora.
-¿Pero qué ve doctor?
-Se observan algunas sombras, pero antes de un
diagnóstico es necesario que se le hagan otras
pruebas.
-¿Qué pruebas doctor?
-El médico que la deberá atender en el Hospital
General, le dirá que otras pruebas necesitará,
tendrán que hacer cita en medicina interna y
entregar la radiografía al médico, aquí en la clínica
hay limitaciones para la atención como la que
usted necesita señora.
-Está bien doctor, responde Macario.
Salen de la clínica y se dirigen al Hospital General,
piden cita para que atiendan a Dominga y le
entregan el carnet a la enfermera.
-¿Con quién vienen a consulta?
-Con el médico de medicina interna, traemos una
radiografía que le hicieron a mi mamá.
-¿De dónde le tomaron la radiografía?
-De los pulmones señorita -le contesta Dominga.
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-Le voy a dar cita para el próximo martes para
que pasen con el médico general.
-Señorita, el médico de la clínica nos dijo que es
urgente que atiendan a mi mamá y que le
entregáramos al doctor de medicina interna la
radiografía, además venimos de Pajapan y ya no
tenemos dinero para quedarnos más tiempo - le
dice COCO a la enfermera, quien viendo la
situación de ambos les comenta:
-Les voy a hacer un espacio para que entren a
consulta a las doce el día de mañana, pero no
vayan a llegar tarde, traten de llegar antes por si
el doctor de medicina general no tiene pacientes,
el de medicina interna no está, anda en un
congreso en Jalapa.
-Está bien señorita.
Se retiran del Hospital y se dirigen al hotel en
donde se hospedan, son las siete de la noche y
no han comido.
COCO se queda muy preocupado por lo que les
dijo el doctor, además su mamá sigue con la tos
y se ve muy cansada y débil, los años de respirar
el humo de la leña que se usaba para cocinar en
casa de sus padres y Felipe de fumar frente a
ella hicieron daño a su débil salud.
-Mamá, voy a comprar algo para que comamos -
le dice COCO.
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-No tengo hambre Macario.
-Pero tienes que comer algo, no hemos comido
nada, solo desayunamos algo de fruta.
Sale COCO a la calle por algo para comer.
Llega a un lugar en donde venden antojitos.
-Buenas noches, ¿me puede preparar algo para
llevar?
La señora que prepara los antojitos se le queda
viendo asustada y después le pregunta:
-¿Qué le preparo?
-Deme picadas por favor.
La señora se apresura a preparar lo que pidió
Macario para que se vaya pronto ya que unos
clientes que iban a entrar para pedir también algo
al verlo se fueron.
Llega al hotel y le presenta a su mamá lo que le
trajo.
-Ten mamá, come algo.
-Macario, no tengo hambre, me siento muy
cansada.
-Tienes que comer - le insiste COCO.
Dominga apenas prueba algo y se recuesta en la
cama.
Al día siguiente se dirigen al hospital, entran y le
entregan a la enfermera de turno el carnet.
-Traemos una radiografía que le tomaron ayer a mi
mamá.
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-¿A qué doctor quieren ver?
-Al médico general señorita, nos dijeron que no
está el de medicina interna.
Le regresa el carnet a Dominga y se dirigen al
consultorio; esperan a que le toque el turno, sale
la paciente y entran.
-Buenos días doctor- saluda Dominga.
El médico mira a COCO pero no pregunta nada.
-Buenos días señora.
-Traigo una radiografía que me tomaron el día de
ayer de los pulmones, el doctor Durán de la
clínica de salud me mandó a que me la tomaran,
dijo que era urgente.
-A ver démela.
El médico ve la radiografía, observa las manchas
y al terminar le dice a Dominga.
-Señora, debe usted ir a Coatzacoalcos.
-¿Qué tiene mi mamá, doctor? – le pregunta
COCO.
-Se observan unas manchas y debe ir a
Oncología.
-¿Por qué doctor? - pregunta Dominga.
-Porque tienen que hacerle otras pruebas - les
dice el doctor pero sin comentarle a Dominga la
sospecha de que sea cáncer.
-Tiene que ir al Seguro Social para que le den el
pase.
-¿Tiene Seguro Social señora?
57
-Seguro Popular doctor, me registraron en la
clínica de salud.
-Pues tiene que ir de inmediato a Coatzacoalcos.
Al salir del consultorio, COCO le dice a su mamá
que se espere, que le va a preguntar algo al
médico.
-Doctor, ¿le puedo preguntar algo?
-Sí dime.
-¿Qué tiene mi mamá?
-No te quiero preocupar, pero hay que descartar
que sea cáncer, por eso es necesario que le
saquen otra radiografía y le hagan otras pruebas.
-Gracias doctor.
Sale COCO del consultorio a punto de llorar y
Dominga le pregunta:
-¿Qué le preguntaste al doctor COCO?
-Que cuál era la dirección del Seguro Social en
Coatzacoalcos pero me dijo que no sabía, que
preguntáramos a la enfermera a ver si ella nos
podía dar la dirección.
Se dirigen con la enfermera y COCO le pregunta si
tiene la dirección del Seguro Social de
Coatzacoalcos.
Les da la dirección y se dirigen nuevamente a la
clínica para despedirse del doctor Durán.
Llegan a la clínica y pasan con el doctor.
-¿Que pasó señora?, ¿qué les dijeron?
-Que tenemos que ir a Coatzacoalcos al Seguro
58
Social a Oncología, doctor, no estuvo el doctor
de medicina interna.
-Pues vayan lo más pronto que puedan.
-Sí doctor pero ya que estamos con usted
quisiera que revisara a Macario, ya ve que nació
con su problema.
-A ver Macario, quítate la camisa –le pide el
doctor.
COCO se la quita y empieza a revisarlo y al
terminar les dice
-Señora, veo que todo su cuerpo está igual, este
tipo de queratosis a veces disminuye y otras
veces avanzan y en el caso de Macario continuó,
me informé de su caso, es un tipo de queratosis
que se conoce con el nombre de ictiosis vulgar,
pero además con un trastorno pigmentario que le
da ese color gris que tiene, lo único que debe
hacer es cuidarse de alguna herida, fuera de
eso puede llevar su vida lo más normal que
pueda, ya sé que es y ha sido difícil, pero no le
impide trabajar, y por cierto Macario, ¿a qué te
dedicas?
-Trabajé unos años en Playa Linda con los
pescadores, por eso ahorré y pude traer a mi
mamá a Minatitlán pero ya se me está acabando
el dinero.
-¿Y qué piensas hacer? -le pregunta el médico.
-Pues tengo que buscar un trabajo doctor para
59
seguir ayudando a mi mamá.
-Conozco a una persona que es de Cosoleacaque
y que era amigo de mi padre, tiene un taller en
donde hace bolsas y cinturones de piel, me platica
de su negocio cuando viene a Minatitlán y pasa a
verme, si quieres te doy su dirección para que lo
vayas a ver, le dices que me conoces - le dice el
doctor Durán.
-Se lo voy a agradecer doctor, si me urge.
El médico le da la dirección y se despiden.
Salen de la clínica y se dirigen al hotel por sus
cosas.
Son las doce del día y COCO tiene hambre.
-Mamá vamos a comer algo antes de irnos a
Coatzacoalcos.
-Sí Macario vamos, también tengo hambre y
mucha sed.
Se detienen en un puesto en la calle y piden
nuevamente sus picadas y como siempre se le
quedan mirando a COCO con sorpresa y morbo.
Terminan y van por sus cosas al hotel y COCO le
dice a su mamá:
-Tenemos que ir a Coatzacoalcos, mamá.
-No Macario, vámonos para Pajapan tú ya no
tienes dinero ¿y qué vamos a hacer si nos
quedamos por allá?, mejor me dejas y vas a ver al
señor que te dijo el doctor para que te dé trabajo,
60
juntas dinero y yo también con la lavada de ropa
que hacía.
-Pero tú estás muy débil, ¿cómo vas a trabajar
así?
-Pues así lo he hecho desde que murió tu papá
Macario, además hay deudas que dejó, pidió
prestado dinero a un señor y se le tiene que
pagar si no me van a quitar la casa, me enteré
de que tu papá anduvo con una señora que tiene
dos hijos y que fue abandonada por el marido
cuando se fue a trabajar a Estados Unidos, por
eso las deudas de tu padre.
-Vámonos para Pajapan, me dejas y te regresas.
-¿Pero cómo te voy a dejar así mamá?
-Macario si no tenemos dinero no podemos ir a
Coatzacoalcos.
Se dirigen a la estación del autobús y salen para
Pajapan.
Al llegar encuentran un mensaje que le dejaron a
Dominga, le dan un plazo de cinco días para
pagar las deudas que dejó Felipe por el dinero
que pidió prestado dejando en garantía la casa.
-¿Ya ves Macario?, por eso te digo que tengo
que trabajar y tú también para que me ayudes.
-Voy a decirle a esa persona que nos espere,
que he estado enferma pero que vamos a juntar
el dinero-le dice Dominga
-Está bien mamá, pero no me voy hasta que
61
hables con esa persona.
-Si Macario, mañana voy a hablar con el señor
Pérez.
Al día siguiente, Dominga sale en la tarde a
buscarlo, pero al sentirse mal se regresa a su
casa.
-¿Qué tienes mamá?
-Me sentí mal Macario, me voy a acostar un rato
para descansar y luego voy.
-Está bien mamá, descansa.
Dominga se acuesta en su cama y se queda
dormida.
Macario viendo que no se despierta la deja dormir.
Al día siguiente, al tratar de despertarla no lo logra.
-¡Mamá, mamá!, despierta.
La toca COCO y esta fría, Dominga por el
cansancio y por el cáncer ya avanzado que tenía,
sufre un paro cardiaco.
Macario insiste en despertar a su mamá, sale de
su casa corriendo buscando a la vecina.
-¡Señora Juana, señora Juana!
Le grita COCO desesperado.
-¿Qué pasa Macario, por qué gritas?
-Mi mamá no se despierta señora y esta fría.
Corren para su casa y Juana toca a Dominga, ve
que está pálida y fría.
62
-¡Dominga, despierta, despierta!
Insiste pero ya no despierta y después de un rato
le dice a COCO.
-Macario, tu mamá está muerta.
COCO se suelta a llorar.
Juana, sale a buscar ayuda de otros vecinos que
entran a la casa para ver a Dominga acostada en
su cama.
Le cubren la cara y empiezan a rezarle.
Al terminar los rezos, Juana le dice a Macario que
hay que prepararla.
-COCO, voy a buscar a una persona que sabe
preparar a los difuntos, no se puede quedar así tu
mamá.
COCO solo mueve la cabeza aceptando lo que le
dice Juana.
Llega Juana con la señora Arcelia quien trae los
ungüentos, vendas y menjurjes para que no se
eche a perder tan rápido el cuerpo de Dominga y
para que no huela mal.
COCO, está en estado de shock, los que lo
conocen tratan de consolarlo.
-Macario, hay que conseguirle un ataúd a tu mamá
- le dice Juana a COCO.
-Sí señora, voy a buscar a un carpintero para que
haga uno rápido.
Sale COCO a buscarlo y al encontrarlo le dice que
63
necesita un ataúd para su mamá que acaba de
fallecer.
El carpintero quien ya ha hecho ataúdes,
comienza a cortar y a clavar rápidamente la
madera.
Mientras, Juana y otras vecinas se ocupan en
conseguir veladoras y flores para el ataúd.
Al atardecer, llega COCO con el carpintero
cargando el ataúd y depositan el cuerpo de
Dominga en él, pasa la noche velando a su mamá
acompañado por Juana y dos vecinas.
Al día siguiente, cargando el ataúd COCO, el
esposo de Juana y otros vecinos, se dirigen al
panteón municipal para enterrar a Dominga.
Esperan a que COCO y el esposo de Juana
concluyan la fosa para enterrarla.
Al depositar el ataúd y cubrirlo con tierra, se retiran
todos menos COCO que permanece en el panteón
hasta oscurecer, ahora se siente más solo que
nunca y lamenta haber dejado a su mamá esos
años que estuvo en Playa Linda.
Llega a su casa y al verla sola sin su mamá
comienza a llorar hasta quedarse dormido en la
mecedora de madera en la que Dominga solía
sentarse a descansar.
El señor Pérez con quien se tienen las deudas
que dejó el papá de COCO, se entera de la noticia
64
de la muerte de Dominga y preocupado por no
tener quien se las vaya a pagar acude al día
siguiente a la casa de COCO, al llegar toca la
puerta.
Sale COCO y pregunta quién es.
El señor Pérez se queda sin palabras por la
sorpresa de ver a COCO y después de
recuperarse del asombro le dice:
-Soy el señor Pérez, ¿y tú quién eres?
-Soy Macario, el hijo de la señora Dominga, ¿qué
se le ofrece?
-Tu mamá me debía dinero y le di de plazo hasta
hoy para pagarme o tendría que desocupar su
casa, ya esperé mucho y yo también tengo que
pagar a otras personas que me esperan que
también les pague el dinero que le conseguí a tu
papá, así que vine a ver si ya tenían el dinero.
-¿Y cuánto se le debe señor Pérez?
-Cuarenta mil pesos.
Al escuchar la cantidad COCO se queda
espantado, sabe que no tiene ese dinero y que no
lo podría conseguir de inmediato.
-Señor Pérez, no tengo esa cantidad de dinero, si
usted me podría esperar yo se lo pagaría como
vaya pudiendo.
-Ya esperé mucho, la señora me estuvo dando
largas y ya no puedo esperar, así que si no
65
tienes ese dinero me tendré que quedar con la
casa para venderla y así recuperar lo que me
deben.
COCO sabe que su casa de dos cuartos y el
pequeño terreno no valen mucho así que le dice.
-Señor Pérez, no le puedo pagar, solo déjeme
sacar algunas cosas y se la entrego.
-Está bien, te doy dos días.
Se retira el señor Pérez y COCO cierra la puerta,
ahora al perder también su casa ve más vacía su
vida, solo y rechazado por su apariencia.
Busca a la señora Juana para decirle lo que está
pasando, le pide que vaya a su casa para regalarle
los pocos muebles que tiene.
-Señora Juana, llévese lo que pueda, prefiero que
usted se quede con las cosas que tenía mi mamá
que dejárselas a ese señor.
-Está bien Macario, le voy a decir a mi esposo,
pero ¿tú que vas a hacer?, ¿adónde te vas a
quedar?
-Me voy a ir a Cosoleacaque a buscar a una
persona para ver si me puede dar trabajo, es un
señor que me dijo el Dr. Durán que lo buscara
para ver si podía trabajar con él, aquí ya no tengo
nada que hacer.
Al sacar la vecina y su esposo las cosas de
Dominga, COCO toma la poca ropa que tiene y se
66
dirige a tomar el autobús que va a Minatitlán para
de ahí tomar otro a Cosoleacaque,
El chofer que ya lo había visto con Dominga, lo
deja subir sin problema.
Al llegar a Minatitlán y tratar de tomar el autobús
para Cosoleacaque el chofer lo detiene y le hace
la misma pregunta como la primera vez que tomó
el autobús.
-Espera ¿qué tienes?
-Nada señor, así nací.
Con desconfianza el chofer permite que se suba y
arranca para Cosoleacaque.
Llega a las ocho de la noche, la señora Juana le
preparó algo de comida para el viaje pero la
consumió en el camino, llega hambriento y sin
dinero.
Tarde y sin conocer a nadie no le queda más
remedio que buscar un lugar para pasar la noche.
Caminando llega a la plaza municipal y se
acomoda en una banca para pasar la noche, el
cansancio y depresión hacen que caiga
profundamente dormido.
A la mañana siguiente, se despierta al escuchar
el ruido de los vehículos que empiezan a transitar
por las calles de la plaza y por las campanadas de
la Iglesia de la Preciosa Sangre de Cristo.
Se levanta, ve la parroquia y se dirige a ella para
67
preguntar a alguien si conocen un taller donde
hacen bolsas y cinturones de piel, las personas
con las que se encuentra al verlo se alejan de él
por lo que entra a la iglesia y espera a ver al
párroco para preguntarle si conoce dicho taller.
Al encontrarlo se acerca despacio para que no se
vaya a espantar.
-Perdone padre, estoy buscando un lugar en
donde trabajan la piel.
El cura se queda sorprendido, primero por su
apariencia y luego por su pregunta, piensa que se
refiere a un lugar donde pueden curar la piel.
-¿A qué te refieres hijo?, ¿a un clínica para la piel?
-No padre, a un taller donde hacen bolsas y
cinturones.
Se queda pesando un rato y le dice
-¡Ah sí!, hay uno en un callejón que está por la
calle de Miguel Hidalgo.
-Gracias padre.
Sale COCO de la iglesia y se dirige a la dirección
que le dio el párroco.
Camina por la calle con la gorra puesta, lentes
oscuros y un trapo enrollado en el cuello para
tratar de taparse y que no lo moleste la gente.
Al llegar a la dirección ve que están abiertas las
puertas de un pequeño zaguán y se presenta con
68
Arnulfo, el dueño del negocio quien estaba
colgando bolsas y cinturones en ganchos para
exhibición.
-Buenas tardes – le dice COCO.
Arnulfo levanta la vista y lo ve sorprendido como
todos.
-¿Sí, qué se te ofrece?
-Señor, me llamo Macario Sánchez, me mandó
con usted el doctor Durán para ver si me podía dar
trabajo.
-¿Y qué sabes hacer, en qué has trabajado?
-Estuve varios años en Playa Linda, ayudando en
la pesca.
-Pues aquí no vendemos pescado – le contesta
Arnulfo.
-Sí, ya sé señor, pero puedo aprender, el doctor
Durán me dijo lo que usted hace, necesito trabajar,
acaba de fallecer mi madre y me quitaron la casa
de mis padres.
Al escucharlo y ver su estado, se compadece de
él, además el ayudante que tenía se fue y necesita
quien le ayude.
-Pues bueno, vamos a ver como trabajas, estarás
a prueba pero sin paga, solo te daré para tus
alimentos, ¿en dónde estás viviendo?
-Llegué de Pajapan anoche, me quedé a dormir en
una banca en la plaza municipal.
69
-Si el doctor Durán te conoce entonces te voy a
dar un lugar para que te quedes en el taller, pasa.
Entra COCO y siente un alivio por tener por lo
menos un lugar adonde podrá dormir.
-Me llamo Arnulfo, ¿tú dices que te llamas
Macario?
Si señor Arnulfo, pero en mi pueblo me decían
COCO.
-¿Y por qué COCO?
-Por cocodrilo, ya ve que mi piel se parece a la de
un cocodrilo.
-Está bien, pues te llamaré también COCO.
Pasan a la parte posterior en donde están las
pieles y mesas del taller, el cual está separado del
lugar de exhibición por una sábana y le muestra a
COCO las pieles y materiales que usa para la
fabricación de las bolsas y cinturones.
-Aquí en este espacio puedes dormir, deja aquí tus
cosas, te voy a mostrar los tipos de pieles y
materiales para que vayas conociéndolos.
Se los muestra y al terminar le dice:
-Me vas a ayudar a cortar las pieles y después te
enseñaré a coser para formar las bolsas y
cinturones,
-¿Has comido algo?
-No señor, ya se me acabó el dinero.
-Entonces espérame aquí, le voy a decir a mi
70
mujer que prepare algo para que comas, voy a mi
casa, está a un lado del negocio.
Lo deja en el taller, no deja que salga adonde
tiene colgadas las bolsas y cinturones en
exhibición, no quiere que vaya a asustar a alguna
clienta.
Regresa con la comida y se la da a COCO quien
se la come rápidamente por el hambre que ya
tenía.
Al terminar busca a Arnulfo que está sentado y
trabajando en una mesa colocando los herrajes de
las bolsas y en espera de clientes.
Se asoma por la sábana para entregarle el plato y
el vaso.
-Gracias señor Arnulfo- le dice COCO.
-Está bien COCO, espérame en el taller, te voy a
dar las pieles que vas a cortar.
Arnulfo no quiere que se asome.
Espera COCO y mientras ve las pieles que le
mostró Arnulfo, comienza a tocarlas y a sentir la
textura o tersura de cada una, hay pieles de
becerro, de cerdo y algunas pocas de víbora y
cocodrilo.
Aparece Arnulfo y le dice:
-Mira COCO esta es piel de becerro, ya está
marcada, ve las líneas, vas a cortarla para hacer
una bolsa, hazlo con cuidado, si echas perder
71
una te la descontaré del salario que te voy a pagar
cuando ya hayas aprendido.
Se regresa a la mesa para seguir colocando los
herrajes de las bolsas que ya tiene fabricadas, las
tiene que terminar para entregarlas a un cliente
que se las llevará a Coatzacoalcos.
COCO empieza a cortar con mucho cuidado la
piel, cuidando de no hacer un mal corte.
Al terminar se asoma por la sábana para decirle a
Arnulfo que ya acabó.
-Ahorita voy COCO, solo grítame, te escucho bien.
-Está bien señor Arnulfo.
Comprende que no quiere que la gente se espante
con su presencia.
Arnulfo se va hacia la parte posterior para revisar
cómo cortó la piel COCO, viendo que está bien
hecho el trabajo.
-Muy bien COCO, ahora te doy éstas que también
están marcadas para que las cortes.
Así vuelve a cortar las pieles para dejarlas listas
para que Arnulfo empiece a coserlas.
Al anochecer, antes de retirarse Arnulfo a su casa
y cerrar las puertas del taller se despide de
Macario.
-COCO, ya es hora de cerrar, mañana nos vemos,
ya sabes en donde te puedes quedar, tengo que
cerrar por fuera.
72
-Está bien señor Arnulfo.
Arnulfo cierra las puertas con llave, deja encerrado
a COCO, no quiere que se vaya a ir con algunos
materiales ya que no lo conoce bien todavía.
COCO se acomoda sobre algunas pieles sintiendo
la suavidad por primera vez de una piel aunque
solo sea de un animal, la toca, la suaviza piensa
que es la piel de una hermosa mujer y así se
queda dormido.
Al día siguiente Arnulfo abre las puertas, COCO se
despierta rápidamente, se quedó profundamente
dormido por el cansancio y por lo satisfecho con la
comida que le dio Arnulfo.
-Buenos días COCO.
-Buenos días señor Arnulfo.
-¿Cómo dormiste? –le pregunta a COCO.
-Muy bien, las pieles son muy suaves y cómodas.
-Qué bien, solo cuida que no se tuerzan ya que se
pueden cuartear.
-Sí señor Arnulfo, las voy a cuidar bien - responde
COCO.
-Te traje tu almuerzo – le dice Arnulfo.
-Gracias, la comida de ayer estaba muy rica.
-Qué bueno, cuando termines te voy a enseñar el
equipo y los materiales para que vayas
aprendiendo.
73
-Sí señor Arnulfo, me voy a fijar muy bien.
Termina su almuerzo COCO y le grita a Arnulfo:
-¡Ya estoy listo señor Arnulfo!
-Ahora voy, espérame a que guarde las bolsas que
van a venir a recoger.
Al concluir se pasa al taller y empieza a enseñarle
las máquinas, las diversas agujas e hilos, los tipos
de herrajes y adornos que se utilizan para hacer
las bolsas, COCO observa con mucha atención.
-COCO, ahora te voy a decir los pasos para
elaborar una bolsa.
Arnulfo va diciéndole los pasos.
-Primero se hace un boceto, después se hacen los
moldes en una cartulina y esos se pasan al cuero
para hacer los cortes, después se empieza con la
costura de la bolsa, se coloca el cierre o botones y
por último los herrajes y adornos.
-Estos son los pasos para hacer una bolsa COCO.
-Muy bien señor Arnulfo – le responde.
Llega el cliente que va a recoger las bolsas que
fabricó Arnulfo.
-¡Vengo por las bolsas señor Arnulfo!
Grita el cliente sabiendo que generalmente se
encuentra en su taller.
Sale del taller para hacer la entrega.
74
-Sí, ya las tengo empacadas.
Las entrega y el cliente se retira para llevárselas a
Coatzacoalcos.
Al retirarse vuelve con COCO.
-Ahora te voy a enseñar como coser la piel – le
dice Arnulfo.
Se sienta en donde está la máquina y comienza, y
así sigue hasta que concluye la bolsa.
-Esta es una bolsa sencilla COCO, hay otros
diseños más complicados.
-Siéntate tú ahora y coloca los cortes en la
máquina.
Arnulfo va enseñándole a COCO hasta que
termina completamente de hacer la bolsa.
-¿Ya viste que no es tan difícil? – le dice a COCO.
-Sí señor Arnulfo – responde COCO encantado
por la bolsa que hizo.
A partir de ese momento, COCO siente una
satisfacción y tranquilidad que no había sentido
desde que estuvo trabajando con los pescadores,
el recuerdo de todo lo malo que pasó va dejando
de ser una carga emocional para él.
En sus días de descanso sale por la tarde ya que
empieza a oscurecer para tratar de pasar
desapercibido, le gusta ir a la plaza municipal
evitando lo más posible a la gente, siempre con la
gorra puesta y lentes oscuros, en ocasiones se
75
sienta en una banca y se retira cuando alguien se
acerca para sentarse en la misma banca.
De regreso pasa a comprarse algunos antojitos
para cenar, acude a un mismo lugar en donde la
señora que los prepara ya lo conoce pero evita
entrar cuando tiene clientes para que no se
asusten por su presencia y para que la señora no
deje de prepáraselos.
Arnulfo se siente muy satisfecho con el trabajo de
COCO.
Sigue trabajando en el taller, hasta que en una
ocasión acude una hermosa señorita a comprarle
una bolsa a Arnulfo y al escuchar su voz dulce
COCO siente curiosidad, no había escuchado una
voz así.
Se asoma lentamente por un espacio entre la
sábana y el muro sin que la señorita lo vea.
Es una hermosa jovencita, de piel blanca y suave,
COCO se queda sorprendido de su belleza,
natural y fresca, no puede dejar de verla pero
tratando de que no lo vea a él; hasta que se retira
COCO vuelve al taller a seguir cosiendo bolsas.
Esa noche no puede dormir sin dejar de pensar
en ella, toca las pieles como si estuviera
tocándola.
A partir de ese momento aumenta la calidad de
las bolsas que hace COCO, el trabajo lo hace con
76
más inspiración, desarrolla una destreza y
habilidad que provoca que aumenten los pedidos.
En una ocasión, Arnulfo le pide a COCO que
vaya a dejar unas pieles que le compró un
carpintero para forrar unos sillones que está
fabricando para un despacho; le dice que ya le
platicó de él, le da la dirección y sale COCO
cargando las pieles, trata de ocultar su cara, lleva
su gorro y lentes oscuros.
Caminando por la calle, algunos lo observan con
desconfianza por la forma como trata de ocultar
su cara con las pieles, otros que alcanzan a ver
parte de su cara, piensan que está quemado y
que por eso trae gorra y lentes.
Llega a la carpintería y pregunta por el señor
Isidro quien es el carpintero que está fabricando
los sillones que forrará con las pieles que le lleva
COCO.
-Buenos días, busco al señor Isidro, traigo unas
pieles.
-¿Tú eres COCO verdad?- le pregunta el
carpintero al verlo.
-Sí – le responde.
-Me platicó el señor Arnulfo de cómo eras y que
te dicen COCO, ¿qué te pasó?
-Así nací- le responde COCO
-Bueno, déjame las pieles.
77
Se las entrega y empieza a revisarlas.
-Está bien.
-Entonces ya me voy.
-Que te vaya bien COCO- lo despide el carpintero.
De regreso, ve a la señorita que se presentó en el
taller para comprarle una bolsa a Arnulfo y que lo
dejó impresionado por su voz y su belleza, la sigue
a distancia tratando de que no lo vea.
Ella entra a un lugar adonde sacan fotos y él la
espera hasta que salga, la señorita después se
dirige a su domicilio y COCO continúa siguiéndola,
no la pierde de vista hasta que llega a su casa.
Ya viendo donde vive se regresa al taller
recordando su hermosa cara y delicado cuerpo.
Al llegar Arnulfo le pregunta:
-¿Qué te pasó COCO, por qué tardaste?
-Pasé a saludar al párroco, no lo había visto desde
que llegué de Pajapan, él me ayudó a encontrar su
taller- le responde COCO.
Pasan los días y COCO sigue pensando en la
señorita, sigue trabajando en la fabricación de
las bolsas, las clientas aumentan, así como los
pedidos del cliente que viene de Coatzacoalcos.
Un día a COCO se le ocurre la idea de hacer una
bolsa de un diseño muy especial, se inspira en la
señorita, selecciona la mejor piel, la más suave y
delicada, la trabaja con lentitud para que el
78
trabajo salga perfecto, piensa enviársela a su
domicilio en forma anónima, trata de que Arnulfo
no vea lo que está haciendo para que no se la
vaya a pedir trabaja cuando ya se cierra el taller.
Trabaja de noche y al concluir la bolsa la esconde
para que no la vea Arnulfo, piensa llevársela a la
señorita sin que ella lo vea, como un regalo
anónimo.
Debido a que COCO trabaja más tiempo del
debido, la producción de bolsas, cinturones y
carteras ha aumentado y con ello los pedidos de
clientes que tienen negocios en plazas
comerciales debido a la calidad y a nuevos
diseños que ha hecho COCO, Arnulfo está muy
contento con él, pudo quitar la sábana y colocó un
muro con puerta, compró máquinas nuevas
sustituyendo a las que tenía, el carpintero le
fabricó nuevos estantes donde almacena las pieles
y los diversos materiales.
Continúa saliendo los domingos al atardecer pero
siempre con gorra y lentes oscuros tratando de no
espantar a la gente y para que no lo molesten,
algunos días va a la calle de la casa de la señorita
para ver si sale.
En una ocasión a COCO se le ocurre hacerse una
máscara de piel para ponérsela y poder salir sin
tener que esperar el atardecer y con la intención
de permanecer más tiempo cerca del domicilio de
la hermosa señorita, le cubre solo la cara para
79
aguantar el calor, le corta pelo al gato de Arnulfo
para ponérselo como cejas con la idea de que se
parezca más una cara; como con la bolsa, escoge
la piel más suave, los tintes adecuados para darle
el color de una cara humana, hace las costuras lo
más fino posible para que no se noten, no le
comenta nada a Arnulfo para que no se vaya a
molestar por la piel que usó.
Con la máscara ya terminada se la pone y un
domingo se anima a salir a las once de la mañana,
ya no llama tanto la atención, va con su gorra y se
dirige al templo para visitar al párroco, pero antes
de entrar ve salir a la señorita, va acompañada de
su mamá, se detiene COCO y se voltea para que
no lo vea, al pasar la mira sin perderla de vista
hasta que sale del atrio para irse a su casa,
COCO se queda un tiempo inmóvil, conserva
su imagen en la mente hasta que el párroco lo ve
de espalda y va hacia él pero no ve que trae la
máscara puesta.
-¿COCO?
COCO sigue pensando en la señorita.
-¿COCO?-repite el cura.
Se voltea y espanta al párroco.
-¿Eh?, señor cura vine a visitarlo y a mostrarle mi
máscara.
-¡Caray COCO!, me espantaste ahora con esa
máscara y tus lentes oscuros, creí que te había
pasado algo malo.
80
-¿Cómo la ve señor cura? -le responde quitándose
los lentes.
-Pues bien COCO, hasta parece una cara normal
–le contesta el párroco.
-Ahora ya puedo salir sin espantar a la gente,
aunque cuando se dan cuenta de la máscara me
ven raro pero no se espantan.
-Que bien COCO, pero ¿cómo te ha ido?, sé que a
Arnulfo le está yendo mejor y ha de ser gracias a
ti.
-Me está yendo muy bien, el señor Arnulfo está
contento conmigo y yo también con el trabajo que
tengo, después de la muerte de mi madre no me
había sentido tan bien como ahora, este trabajo
que tengo y los años que pasé en la playa con
los pescadores han sido los mejores, me siento
tranquilo aunque sé que como estoy nunca podré
llevar una vida normal, pero ya me acostumbré a
la idea, nada más espero que pueda seguir
trabajando con el señor Arnulfo aunque sé que
algún día va a fallecer, ya está grande - le dice
COCO.
Pues sí COCO, pero no debes preocuparte antes
de tiempo, ya sabrás que hacer cuando eso pase,
además ya aprendiste un oficio y seguramente
podrás vivir sin problemas.
-Sí señor cura eso espero, pero ya me voy, solo
81
vine a saludarlo y a mostrarle mi máscara.
-Que te vaya bien COCO.
Se va COCO con rumbo al domicilio de la señorita
y se queda en la calle, recargado en la pared de
un muro esperando a que salga para seguirla, así
permanece hasta que oscurece; sin lograr verla
nuevamente se va al taller.
Pasa otra semana trabajando y ahora espera el fin
de semana para salir y dejarle en la puerta de su
domicilio la bolsa que fabricó; con la máscara
siente más confianza de salir sin llamar tanto la
atención.
Llega el sábado y después de cerrar Arnulfo el
taller, COCO sale en la tarde llevando la bolsa que
le dejará a la señorita, la envuelve en papel y le
coloca una nota indicando que es un
obsequio de alguien que la admira.
Al llegar deja el paquete en la puerta, toca y se va
caminando rápido pero sin correr.
Sale la mamá, ve el paquete y lo recoge, mira en
la calle para saber quién pudo haberlo dejado.
COCO quien llega a la esquina, se asoma para ver
quien recogió el paquete.
La mamá de la señorita lo desenvuelve y ve la
hermosa bolsa que COCO fabricó, asimismo la
nota que indica que es un obsequio para su hija.
-Lucía, ven ¡mira lo que te dejaron!
-¿Qué mamá?
82
-¡Ven, mira!
Lucía, que es el nombre de la señorita que ha
cautivado a COCO, sale de su habitación para ver
lo que dice su mamá.
-¿Es una bolsa?
-Sí y mira que bella.
-Sí, está muy bonita, ¿pero quién me la dejó?
-Aquí esta una nota.
Le entrega la nota y Lucía la lee.
-Señorita, no sé su nombre, le dejo esta bolsa
como un regalo solo porque el gusto de haber
visto su belleza, espero la conserve, use y cuide,
escogí la bolsa más bonita tratando de que
convine con su hermosura.
Al terminar de leer la nota le dice su mamá:
-¿Quién será, mamá?
-Si tú no sabes, yo menos, pero no había visto
nunca una bolsa tan bonita, mira la piel, que
suave.
-Voy a preguntar a Juan si él me la mandó ya ves
que me está pretendiendo y no le he hecho caso –
le dice Lucía.
Se la lleva a su cuarto y antes de guardarla la
observa, ve el trabajo, la piel, los detalles.
-Qué bolsa tan bonita- piensa.
COCO quien ha permanecido en la calle espera a
que oscurezca y se retira, se siente satisfecho de
la entrega que hizo, piensa que ahora Lucía
83
cargará la bolsa como si fueran del brazo él y ella
caminando por la calle.
Al día siguiente, siendo domingo, COCO sale a la
calle con la máscara puesta, espera ver a Lucía
nuevamente salir de la parroquia a la misma hora
que el domingo pasado, se queda sentado en el
arriate de uno de los árboles del atrio de la iglesia.
Al terminar la misa, sale Lucía con su mamá,
COCO, quien al observar que lleva la bolsa que le
regaló siente una tremenda emoción, espera a que
se vayan para seguirla nuevamente.
Al caminar Lucía con su mamá, siente que la
siguen y voltea, ve a distancia a COCO pero no
lo conoce y se queda pensando si será la persona
que le dejó la bolsa; antes de que Lucía llegue a
su casa, COCO cruza la calle tratando de que no
sospeche que la está siguiendo.
Llegan a la puerta y Lucía voltea nuevamente,
pero ya no ve a COCO quien entró a una tienda y
esperó que se metieran a su casa.
En la tienda, la persona que despacha ve a COCO
y le pregunta que quiere.
-Deme un refresco por favor - le dice.
La señora observa algo extraño en él, no se había
percatado de que traía una máscara ni de sus
manos; le entrega el refresco y COCO se regresa
al taller, ya no espera hasta el oscurecer.
84
La señora de la tienda se queda preocupada, no lo
había visto antes.
COCO continúa trabajando con normalidad, hasta
que un día escucha la voz de Lucía que se
presenta en el taller.
-Buenas tardes- saluda Lucía.
-Buenas tardes, dígame que se le ofrece - le
responde Arnulfo.
-Me regalaron esta bolsa y quisiera saber si la hizo
usted.
Arnulfo observa la bolsa, no reconoce el diseño
pero la calidad del trabajo se le hace similar a lo
que hace COCO.
-No señorita, este modelo no lo hacemos nosotros,
está muy bonita, es un modelo que no he visto en
ningún lado.
-Bueno señor, solo quería saber quién me la
regaló.
-¿No lo sabe? – le pregunta Arnulfo.
-No señor, la dejaron en la puerta de mi casa con
una nota para mí y ya pregunté a alguno de mis
amigos y ninguno fue.
-Seguramente algún admirador anónimo porque es
usted muy bonita - le dice Arnulfo.
-Seguramente, gracias- se retira Lucía.
Arnulfo se queda pensando en la bolsa, ese
diseño no lo ha visto y va con COCO para hacerle
una pregunta.
85
-COCO.
-Si señor Arnulfo, dígame.
-Vino una señorita y me trajo una bolsa, me
preguntó si aquí la hicimos pero no reconocí el
diseño, ¿tú has hecho alguna bolsa especial?
-No señor Arnulfo, ¿por qué?
-La señorita, quería saber quién se la dio y pensé
que alguien podía haber hecho el pedido de una
bolsa especial.
COCO se queda preocupado, no pensó que Lucía
se presentara en el taller para preguntar por la
bolsa, no quería que se enterara Arnulfo porque
pensó que podría perder el trabajo.
Nuevamente el fin de semana sale COCO y va a la
calle en donde vive Lucía para ver si logra verla,
espera varias horas hasta que sale, se dirige a la
farmacia a comprar un medicina para su mamá
que se puso enferma, la sigue a distancia,
espera a que salga y la sigue de regreso pero la
señora de la tienda lo ve.
-¡Ahí está esa persona de la máscara!, está
siguiendo a Lucía - le comenta a una clienta.
Entra Lucía a su casa y COCO se retira, solo
quiere verla, sabe que no se le puede acercar ya
que la espantaría.
COCO continúa con su vida trabajando con
Arnulfo, oculto en el taller, pocas personas lo
86
conocen pero él vive tranquilo, ocupado en el
trabajo sin que lo moleste nadie.
Cada fin de semana hace lo mismo, va al templo a
esperar a que salga Lucía para verla sabiendo que
acostumbra ir a misa a la misa hora cada domingo,
ya no va hasta su casa para no levantar
sospechas, a veces solo la sigue algunas calles y
después se va un rato a la plaza municipal a
pasear o a visitar al párroco pero siempre tratando
de esquivar a la gente para que no se den cuenta
de que trae una máscara.
En una ocasión, al estar esperando en el atrio del
templo se encuentra a Isidro el carpintero quien al
ver sus manos sabe que es COCO.
-¿COCO?
Voltea y al verlo se queda pasmando y sin poder
responder ya que está a punto de salir Lucía del
templo.
-Señor Isidro - le responde COCO.
En ese momento sale Lucía del templo.
-¡Oye!, qué bien está tu máscara - le dice Isidro.
Al oírlo, Lucia voltea y ve a COCO, ahora se da
cuenta de que trae una máscara y recuerda que lo
vio seguirla y de que lo ha visto sentado en un
arriate algunos domingos.
COCO no sabe qué hacer en ese momento pero
se queda callado hasta que se va Lucía.
87
-¿Qué hace por aquí señor Isidro?- le responde
COCO.
-Vengo a ver al párroco, me pidió que le barnizara
las bancas que ya están muy gastadas, pero como
he tenido mucho trabajo no había venido y quiero
ponerme de acuerdo con él para que me diga
cuándo quiere que se las barnice, pero ¿tú que
estás haciendo aquí?
-A veces vengo los domingos a visitar al cura, pero
me espero a que termine la misa - le responde.
-Que bien COCO.
-Pero me voy para que platique usted con él, otro
día pasaré.
-Está bien COCO, que te vaya bien.
-COCO se va del templo, ahora descubrió Lucía
que trae una máscara y se va preocupado.
Al llegar al taller se quita la máscara y piensa :
- Ya no podré verla ni seguirla.
Se queda triste y sin comer, hasta el hambre se le
quitó de la decepción.
Al comenzar la semana empieza desganado a
trabajar y Arnulfo nota que se están atrasando los
pedidos.
-COCO, ¿qué pasó?, te estás atrasando con el
trabajo, ya es jueves y el sábado vendrán por el
pedido de las bolsas para la señora Reyes, que
tienes ¿estás enfermo?
88
-No señor Arnulfo, es solo que me siento
cansado, pero voy a terminar el trabajo a tiempo, no
se preocupe.-
Está bien COCO, necesitas unas vacaciones, la
semana próxima puedes descansar, no tenemos
entregas hasta después de quince días y puedo
yo hacer las bolsas que se van al mostrador.-
Gracias señor Arnulfo, tengo ganas de ir a Pajapan,
ya han pasado dos años y no he ido, aunque no
tengo familia es mi pueblo y quisiera ir a visitar a
algunas personas que me conocen.
Termina la semana y entregado el pedido COCO se
va a Pajapan, ahora carga con la máscara
para tratar de ocultar su problema.
Al llegar se quita la máscara y se dirige al lugar
donde vivió, camina para tratar de encontrar a
alguno de sus amigos con los que jugaba de niño
pero encuentra a Juana barriendo su patio y al
verlo se sorprende.
-¡COCO!
-Señora Juana, ¿cómo ha estado?
-Bien hijo, ¿adónde te has metido estos años?- le
pregunta Juana.
-Pues después de la muerte de mi mamá me fui a
Cosoleacaque, encontré trabajo allá y ahora estoy
de vacaciones.
Qué bueno, pero ¿ya comiste?
89
-No señora, acabo de llegar.
Pasa te voy a dar de comer
-Gracias señora, ¿pero cómo está su esposo?
-El ya murió y yo ahora me dedico a trabajar como
tu mamá, lavando y planchando ropa, mi hija se
fue a Estados Unidos, también me manda algo de
dinero.
Entra COCO a la casa de Juana y se sienta para
comer.
-¿No extrañas a tu mamá COCO?- le pregunta
Juana.
-Sí señora mucho, pero ahora con el trabajo que
tengo me distraigo y ya se me pasó la tristeza.
Así pasan las horas platicando hasta que
atardece.
-Ya me voy señora Juana, me dio mucho gusto
platicar con usted.
-¿Y adonde te vas a quedar COCO?, si quieres
puedes quedarte aquí, tengo una cama de sobra.
-Gracias señora, voy visitar al señor Indalecio con
quien trabajé en el almacén de granos y semillas,
a ver si me da alojamiento en su almacén.
-Está bien COCO, pero no dejes de visitarme.
-No señora, ahora tengo trabajo y vendré más
seguido a Pajapan.
Se retira y va a visitar a Indalecio.
90
Al llegar a la tienda ve que está bajando con
trabajo unos costales de su camioneta para
meterlos al almacén, se acerca y le dice:
-¿Le ayudo señor Indalecio?
Al escucharlo voltea y lo ve.
-¡Macario, que sorpresa!
-A ver señor Indalecio, déjeme cargar yo esos
costales.
COCO los carga con facilidad y los va metiendo
uno por uno al almacén hasta que termina.
-¿Adónde has estado? - le pregunta Indalecio.
-En Cosoleacaque, allá estoy viviendo.
-¿Y qué haces?.
-Trabajando en un taller haciendo bolsas y
cinturones de piel.
-¿Y cómo te ha ido?
-Muy bien señor Indalecio, ya tengo dos años
trabajando con el señor Arnulfo que es el dueño, el
doctor Durán que ahora vive en Minatitlán me
recomendó con él - le responde COCO.
-¿Qué haces por aquí?
-Tengo vacaciones y quise venir a mi pueblo para
visitar a las personas que conozco desde niño y
ver también la casa donde viví.
-Pues qué bueno que te acuerdas de nosotros
Macario.
-Me dicen COCO señor Indalecio, ya sabe, por lo
de cocodrilo.
91
-¿Y cuánto tiempo te vas a quedar?
-Una semana y quería ver si me daba alojamiento
en su almacén, le puedo ayudar a cargar y
aacomodar los costales como cuando trabajaba
con usted.
-Está bien COCO, ahora me ayuda un muchacho
pero está enfermo y viene hasta pasado mañana,
comió mariscos y le hicieron daño porque es
alérgico, pero deja tus cosas adonde quieras y
acomódate porque ya voy a cerrar el almacén y si
no se te ofrece nada me tengo que ir porque mi
esposa está enferma, ya por su edad tiene
problemas.
-Está bien señor Indalecio, me la saluda y gracias.
Acomoda los costales para dormir, se siente
tranquilo y contento de estar en su pueblo, aunque
de momento le viene a la mente Lucía.
Así pasa la semana COCO en Pajapan, ayudando
a Indalecio, visitando a los amigos que dejó y a los
pescadores de Playa Linda.
Llega el domingo y se despide de Indalecio, de
Juana y de los pocos amigos que tenía, promete
volver a Pajapan en otras vacaciones.
Antes de subirse al autobús, se pone su máscara
para no tener problemas.
Llega a Cosoleacaque ya anocheciendo y se
92
dirige al taller, con la confianza que ya le tiene
Arnulfo le dio llaves para que pudiera entrar y salir
cuando quisiera.
A la mañana siguiente se levanta y se prepara
para trabajar, llega Arnulfo y oye que COCO ya
está trabajando.
-¿Cómo te fue en tu pueblo, COCO? - le pregunta.
.-Bien señor Arnulfo, me encontré con personas y
amigos que conozco, estuve muy contento.
-¡Qué bueno! y ahora cómo te sientes.
-Muy bien señor Arnulfo, gracias por las
vacaciones, descansé muy bien.
-Pues hay que trabajar, tenemos que entregar un
pedido del señor Gutiérrez.
-Si señor Arnulfo, le voy a echar ganas para
sacarlo a tiempo.
Pasa la semana y el domingo sale a pasear al
mediodía, ya no va a la parroquia, ahora se queda
sentado en una banca de la plaza municipal, con
su máscara se siente más seguro.
De repente, ve a Lucía, va del brazo de otra
persona, es Juan quien logró que fuera su novia,
siente envidia, coraje y tristeza, pensaba que sería
nada más para él, aunque fuera a distancia y sin
poder tocarla.
Los sigue y ve que van a la feria que se puso por
93
la fiesta de la parroquia, no los pierde de vista, ve
como se divierten y como se besan y eso le da
más coraje.
Decide dejarlos y se va al taller, entra y se queda
pensando en lo que vio trata de quitarse de la
mente a Lucía pero no puede, siendo tan hermosa
es difícil para él.
Esa noche no logra dormir bien.
Al no poder haber dormido bien, llega Arnulfo y lo
ve que está todavía dormido.
-COCO despierta, ya son las nueve, ¿qué tienes?
-Perdón señor Arnulfo llegué tarde anoche,
estuve en la feria viendo a la gente y los juegos.
Está bien, pensé que estabas enfermo.
-No señor Arnulfo, ya me levanto para trabajar.
Y así pasa otra semana, pero ahora COCO
distraído se equivoca con los cortes del pedido
de bolsas para la señora Reyes, echa a perder las
pieles que compró Arnulfo para ese pedido.
-¡Carajo! y ahora qué hago, ya la regué, todo por
estar pensando en esa vieja, me va a correr el
señor Arnulfo.
Al llegar en la tarde Arnulfo, COCO lo llama para
decirle la mala noticia.
-Señor Arnulfo, tengo algo que decirle.
-Dime COCO ¿qué pasa?, te veo preocupado.
-Si señor Arnulfo, me equivoqué en los cortes de
94
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COCO, El joven Cocodrilo - Publicación Mexicana

  • 1.
  • 2. Pajapan, Veracruz.- Pasaron dos años y Dominga no había podido tener un hijo, un día le comentó a Juana su vecina su angustia de no poder darle un hijo a su marido y el temor que ella sentía de que por eso la dejara ò se buscara a otra para tal fin, por lo que la vecina le dijo que conocía a una persona que podía ayudarla. -¿Cómo? – preguntó Dominga. -Lo que tú necesitas es que te hagan una limpia, seguramente alguien te hizo algún amarre para que no pudieras tener hijos por lo que hay que romperlo y yo conozco a una señora que hace limpias -comentó Juana. -Vamos a verla, me urge hacer algo para poder embarazarme y darle un hijo a Felipe. Al día siguiente fueron a buscar a Ramona la curandera, llegan a su casa y tocan. -¿En qué les puedo ayudar?- les dice Ramona. -Buenos días, la venimos a ver porque mi vecina no ha podido tener hijos y ya lleva dos años intentando, por eso hemos venido con usted, le he dicho que seguramente alguien le hizo algún trabajo y que usted hace limpias. -Sí señora – les contesta la curandera. -¿Cuánto costaría? – le pregunta Dominga a Ramona. 1 -Mira hija, yo cobro doscientos pesos, más cincuenta de lo un remedio que preparo- le contesta Ramona. -Está bien, voy a conseguir el dinero y después vengo. Se retiran y Dominga le comenta a Juana: -Oye Juana, cobra muy caro por una limpia. -Pues sí Dominga, pero ¿qué no vale la pena si puede ayudarte a tener un hijo? -Sí Juana, pero no sé si Felipe quiera y pueda darme ese dinero. -Pues velo con tu marido. Al llegar a casa, Dominga le platica a Felipe que fue a ver una curandera que le recomendó la vecina para que le ayudara a tener el hijo que quieren. -¿Estás loca, cómo crees en esas tonterías?, solamente a las viejas se les ocurren esas cosas - le dice Felipe a Dominga. -Felipe, me dice Juana que ya ha ayudado a otras mujeres, déjame intentarlo. -¿Y cuánto va a costar el chistecito? -Doscientos cincuenta pesos Felipe, pero sería poco si resulta – le contesta Dominga. -Solamente a ti se te ocurre regalarle el dinero a una vieja loca, te quieren ver la cara, además ese dinero no lo tengo, tendría que pedir prestado, 2
  • 3. ¿y para qué ?, ¿para tirarlo a la basura? – le dice Felipe. -¿Y tú qué dices cuando te vas a emborrachar con tus amigos?, ¿no es tirar el dinero? -¡No!, además el que se parte la madre trabajando soy yo y tengo derecho de divertirme un día, además es con mis amigos y no con viejas y si me emborracho es mi problema. Dominga se retiró a su cuarto llorando por la incomprensión de su marido, pensó que le agradaría saber que estaba haciendo lo posible por tener un hijo. Al día siguiente su vecina la busca para saber qué le dijo su marido. -¿Qué pasó Dominga?, ¿qué te dijo tu esposo? -Que estaba loca-le responde Dominga. -¡A que caray!, ¿pues no que quiere tener un hijo? -Sí Juana, pero él no cree en esas cosas, me dijo que solo me quieren ver la cara y que además tendría que conseguirlo y sería para tirarlo a la basura. -Entonces, ¿qué vas a hacer?- le dice Juana. -Voy a trabajar Juana, voy a lavar y a planchar ropa ajena. Al llegar Felipe, le comenta lo que quiere hacer para juntar el dinero para la limpia. -Felipe voy a lavar y a planchar ropa ajena para juntar el dinero que me pide la curandera. -Pues allá tú, ya te dije que no tengo ese dinero y 3 no voy a pedir prestado para tirarlo a la basura. Dominga empieza a hablar con vecinos, va a las oficinas del municipio a ofrecer su servicio de lavado y planchado de ropa a las personas que ahí trabajan. Logra conseguir algunos clientes y comienza a juntar el dinero para la limpia. Después de tres meses lo logra y le pide a la vecina que la acompañe para que le hagan la limpia. Se dirigen a ver a la curandera y al llegar tocan a su puerta. Sale Ramona y al verlas recuerda que la fueron a visitar. -¿Vienen a lo de la limpia?- les pregunta. -Sí señora, ya conseguí juntar el dinero. -Pasen, voy a prepararme- les dice Ramona. Después de un rato sale de un cuarto con las cosas que va a necesitar para hacer la limpia. -Estoy lista, siéntate en esta silla- le dice Ramona a Dominga. Ya sentada, la curandera empezó a ramearla y a realizar oraciones para que los malos espíritus salieran de Dominga. Le esparcía agua con la boca por todo el cuerpo y seguía con las ramas agitándolas y pasándolas igualmente por su cuerpo. Al terminar, la curandera le dijo a Dominga: 4
  • 4. -Voy a preparar un remedio que te vas a tomar una vez al día y diario por una semana. -¿Qué remedio? - le preguntó Dominga. -Es un jarabe que preparo con varias hierbas que también va a ayudar a que seas fértil. La curandera se fue a preparar el brebaje, pero no le dijo a Dominga que le pondría trozos de lagartija seca; echó todo en una licuadora y lo vació en un pequeño frasco. -Ten, te vas a tomar una cucharada todos los días, no se te vaya a olvidar porque no surtirá efecto. -¿No me hará daño? - preguntó Dominga. -¿A qué viniste, a que te ayudara o a que te hiciera daño? -le dijo molesta Ramona a Dominga. -Está bien, ¿cuánto le debo? -Lo que te había dicho, doscientos pesos más cincuenta del remedio. Dominga le pagó a la curandera y salió con Juana. - Ya verás, ella te va a ayudar, me han dicho que la hija de la hermana de la prima de la maestra Antonieta que le da clases a mi hija, salió embarazada dos meses después de ver a Ramona- le dice Juana a Dominga. -¿Crees que sí me haga efecto todo esto, Juana? -Mira Dominga lo más que puede pasar es que no 5 pase nada, pero tú ya hiciste el intento, tienes que tener fe, te digo que Ramona es muy buena, que hasta gemelos tuvo una señora. -No le hagas, con uno me conformo, ya de por sí sería difícil mantenerlo, Felipe no gana mucho pero si resulta yo voy a seguir trabajando, agradezco tu ayuda y si se logra tú serás su madrina y si es niña le voy a poner de nombre Juana. -¡Ya!, no es para tanto Dominga, a lo mejor a tu marido no le gusta y piensa en otro nombre. Llegan a su calle y se despiden. -Hasta luego Dominga ya me dirás qué resulta. Al día siguiente empezó con el tratamiento que le dio Ramona, destapó el frasco y se tomó la repugnante bebida. Después de un mes y al ver que no pasaba nada, Felipe le pregunta a Dominga. -¿Qué pasó?, ¿ya estás embarazada?, te lo dije nada más te vio la cara esa curandera. -Solo ha pasado un mes Felipe, Juana me dijo que a los dos meses otra señora quedó embarazada- le responde Dominga. -Pues ya veremos. Pasaron tres meses y Dominga no sentía ningún síntoma de embarazo, hasta la noche del dos de noviembre después de haber comido algunos tamales que se acostumbran por el día 6
  • 5. de muertos en Pajapan, empezó a sentirse mal. Se levantó a medianoche para volver el estómago. -¿Qué te pasa Dominga?- le preguntó Felipe. -Me siento mal, creo que me hicieron daño los tamales que me comí, me siento mareada y con el estómago revuelto. -¿Quieres ir al médico? -¡No!, voy a ver si se me pasa. Así pasó toda la noche sin poder sentir ninguna mejoría, por lo que al día siguiente Felipe decidió llevarla a la clínica de salud. Llegan a la clínica y le dice Felipe a la enfermera de la recepción: -Señorita, mi esposa se siente mal, necesita verla el médico. -¿Tiene su carnet?– le pregunta la enfermera. -No, es la primera vez que venimos. -Entonces voy a hacerle su carnet, ¿cuál es el nombre de la señora? -Dominga Benítez Martínez- le responde Felipe. -¿Cuántos años tiene? -Veintiocho. -¿Tiene hijos? -No señorita. -¿Cuál es su dirección? -Calle Allende, domicilio conocido. La enfermera anota los datos y se lo entrega. 7 -Tenga el carnet de la señora, después tiene que traer una fotografía, siéntense y esperen a que les toque su turno. Se sientan, pero Dominga sigue con su malestar. Al tocar turno, la enfermera los pasa al consultorio del doctor Durán, Entran y el médico les pide que se sienten. -Díganme que les pasa. -Mi esposa se siente mal doctor. -¿Qué tiene señora? -Me siento mal doctor, anoche comí tamales y creo que me hicieron daño, me siento mareada y con asco. -Vamos a tomar su presión-le dice el doctor. El doctor le toma la presión y escucha su corazón con el estetoscopio. -Su presión está bien, vamos a revisarla, acuéstese en el sillón. Empieza a palpar su estómago y a oírlo con el estetoscopio; al terminar le pregunta: -¿Ha tenido diarrea y fiebre? -No doctor, solo mareo y ganas de volver el estómago. -¿Tiene hijos?- le pregunta el médico. -No doctor-responde Dominga. -Señora, solo le voy a mandar algo para el vómito y mareo, no puedo mandarle nada para una 8
  • 6. infección no creo que sean los tamales que comió. -¿Entonces que será doctor? -Más bien creo que su malestar es porque posiblemente esté usted embarazada. Al escuchar Dominga y Felipe esto quedaron sorprendidos. -¿Está seguro Doctor? - preguntó Dominga -Necesita hacerse la prueba de embarazo, pero estoy casi seguro- le dijo el médico. Salen de la clínica y Dominga le pide a Felipe que la lleve a la farmacia a comprar una prueba de embarazo. Al llegar a su casa y hacerse la prueba lo confirma, Dominga se pone feliz. -¿Ya ves Felipe?, sí fue efectivo el tratamiento de la curandera y tú que no creías en eso. Felipe se queda callado, sabe que no ayudó a Dominga. Con la noticia que les dio el médico, Dominga va a buscar a su amiga Juana para decirle de su embarazo. -Juana, ayer fui al médico con Felipe porque me sentía mal, creí que me habían hecho mal los tamales que me comí pero no fue así, el médico me revisó y me dijo que estaba embarazada y ya lo confirmé. 9 -¿En serio Dominga?, ya ves y tu marido que no te quiso ayudar, pues felicidades ¿y para cuándo crees? -Yo creo que a finales de mayo o principios de Junio. -¿Y en dónde te piensas aliviar? -Voy a buscar a la partera que ayudó a la prima de Felipe, pero ya que pasen más meses. -Si quieres te acompaño, no sea que te vaya a pasar estando sola y es mejor que sepamos antes adonde vive. Pasaron los meses y Dominga continuaba con los malestares del embarazo, con vómito y mareos, pasaba días sin querer levantarse de su cama. Felipe se empezaba a desesperar ya que al llegar a su casa encontraba todo tirado, en ocasiones Dominga se sentía tan mal que no hacia ni la comida, le pedía a su esposo que comprara algo en algún lugar o que le pidiera a la vecina que por favor le hiciera la comida teniendo que pagársela. El cuatro de junio Dominga empezó a sentir contracciones y debido a que Felipe ya se había ido a trabajar y llegaría hasta el viernes, buscó a Juana. -Juana, estoy empezando a sentir que ya voy a dar a luz, busca a la partera por favor. 10
  • 7. Juana sale corriendo a buscarla. Llegan y la partera le pide a Juana toallas limpias y que ponga agua a calentar. Al presentarse el momento de recibir al bebé de Dominga, la partera se espanta. -¡Dios Santo!, ¿qué es esto? – exclama. Al escucharla, corre Juana a ver qué está pasando y ve lo que está recibiendo la partera, parece que había dado a luz no a un niño sino a alguna clase de animal. Dominga que estaba escuchando, pregunta qué pasa. -Nada hija, nada, es que tenía enredado el cordón en el cuello. Pero la partera y Juana están sorprendidas del bebé que trajo Dominga. La partera corta el cordón umbilical y le entrega a Juana al bebé para que lo cubra con las toallas. Después la partera comienza a limpiarlo esperando que esa piel se le desprenda de alguna forma. Sale Juana del cuarto con el bebé para que no lo vea Dominga. Al ver que sale Juana del cuarto le pregunta a la partera. -¿Qué fue? -Es niño, pero hay que limpiarlo bien. 11 -Quiero verlo – le dice Dominga. -Sí, en cuanto lo limpie bien. La partera se queda pensando que decirle para evitarle una sorpresa. Al ver que no le llevan a su niño al cuarto, pide que se lo entreguen para verlo, entonces la partera regresa con ella y le dice: -Mira Dominga, los niños al nacer no han alcanzado su completo desarrollo y deben pasar varios meses para que tengan la apariencia de un niño normal, pero tu hijo presentó un problema. -¿Qué tiene?, quiero verlo. Ante la insistencia Juana se lo lleva. Dominga se lleva una terrible sorpresa al verlo. -¿Eso es mi hijo?, ¿qué tiene?, ¿por qué nació así?, eso no parece un niño. -Te repito, hay que esperar unos días, tal vez mejore – le dice la partera. -¿Pero cómo va a mejorar?, si no parece humano. -Hay que esperar para que lo lleves al médico, además el niño respira bien, no se ve que tenga otro problema. Se retira la partera, y Dominga preocupada, le dice a Juana: -¿Qué va a decir Felipe cuando lo vea? Al día siguiente Felipe llega a su casa y Juana 12
  • 8. que se quedó con Dominga para ayudarla lo recibe con la noticia. -Señor Felipe, Dominga ya tuvo a su bebé. -¿Ya?, ¿y qué fue? -Niño, pero tiene un problema señor Felipe. -¿Qué problema? -Pues su aspecto. -¿Qué?, ¿pues qué tiene?, quiero verlo. Juana saca al bebé del cuarto mientras Dominga duerme y se lo muestra. -¿Qué es esto?, ¡maldita sea!, tanto tiempo de esperar para que tenga a un hijo de monstruo. Al escucharlo que grita, Dominga se despierta y se pone a llorar. Juana le pide a Felipe que se calme porque Dominga está delicada. Entra Felipe al cuarto adonde está Dominga y ella le pregunta con tristeza - ¿ya viste al niño Felipe? Felipe por un momento guarda silencio. -Sí ya lo vi – contesta. Sin decir más palabras sale del cuarto dejando a Dominga llorando. Se sale de su casa y repite las palabras. -¡Maldita sea!, tanto tiempo esperar para que tenga a un hijo de monstruo. Se dirige a la cantina a tomarse unas copas y se 13 encuentra a su compañero de trabajo quien al verlo le pregunta: -¡Felipe!, ¿qué te pasa?, no me digas, ¿a poco ya eres papá? -Todavía no- le contesta. -Bueno, pero de todos modos vamos a festejar que vas a ser papá - le dice su compañero. Al llegar Felipe, Dominga le pregunta al día siguiente, por qué no llegó. -Te estuve esperando, ¿por qué no llegaste? -Los compañeros quisieron que fuéramos a festejar de que voy ser papá y para no dar sospecha de nada, me fui con ellos. -¿Y por eso llegas así de borracho?, ojalá yo también me pueda ir a emborrachar para olvidarme de lo que está pasando Felipe. Por otro lado, Juana la vecina al dejar a Dominga, se encarga de dar la noticia. Unas vecinas al encontrársela en el mercado le preguntan: -¿Qué pasó Juana?, ¿ya tuvo Dominga a su hijo? Juana les contesta. -Sí, pero pobre Dominga, fue niño pero salió mal. -¿Pues qué tiene? – le preguntan. -Parece un animalito, nació lleno de escamas y gris. 14
  • 9. -Pobre Dominga, tanto que hizo para tener al hijo que quería y lo que le salió – le responden. Al pasar cinco días, Dominga le dice a Felipe que quiere llevar al niño al médico para que lo revise. -¡Pues llévalo tú!, yo tengo que trabajar -le contesta Felipe. Al día siguiente salen los dos muy temprano y se encaminan a la clínica. Felipe la deja y se va a su trabajo por lo que Dominga llega sola con el niño bien cubierto. Al llegar le dice a la enfermera que quiere ver al médico para que revise a su hijo que tiene cinco días de nacido. La enfermera trata de ver al niño pero Dominga le dice que no lo quiere destapar porque está delicado. -No ha llegado el médico, tiene que esperarlo- le dice la enfermera. -Si señorita, lo espero. Al llegar el médico, Dominga pasa a consulta. -Buenos días señora, ya veo que tuvo a su bebé, ¿salió todo bien? – le pregunta. -No doctor, por eso vengo. -¿Qué pasó señora? Dominga lo descubre y se lo muestra. El médico al verlo se sorprende, su piel estaba llena de escamas y tenía un color gris. -Dígame doctor, ¿qué tiene mi hijo? 15 El médico le pide que lo acueste y entonces lo destapa y lo revisa. -Pues al parecer es una especie de queratosis pero con otro problema que le da ese color que tiene, le dice el médico. -Pero ¿por qué salió así doctor? -Mire señora, pueden ser causas hereditarias o genes anormales que podemos traer y no lo sabemos. -¿Pero, así se va a quedar para siempre? - pregunta Dominga. -Habrá que ver si hay algún tratamiento, sin embargo no hay ninguna seguridad señora, ¿pero su esposo no vino con usted? -No, él ya no pudo faltar al trabajo, ya ha faltado varios días y ahora no lo pueden correr con el niño que tenemos, le dice Dominga. -¿No la pudo acompañar otra persona, algún familiar? -No tengo familia aquí, mi mamá está en Tabasco y no pudo venir, está ya muy delicada, una vecina se ofreció pero es muy chismosa. El médico termina de revisar a su hijo y sin verle otro problema se lo entrega, Dominga sale de la clínica con el niño cubriéndolo bien para que nadie lo vea. Al aproximarse a su casa, se detiene observando que no haya vecinas en la calle. 16
  • 10. Se apura para entrar a su casa. Destapa a su hijo y se pone a observarlo. -¿Qué hice?, todo por querer tener a un hijo, como voy a hacerle, Felipe me da a dejar ahora salió peor, voy a estar sola y con un fenómeno, cómo voy a amamantarlo, me da miedo acercarlo a mi pecho. Dominga deja al niño en su cuna quien la observa sin ningún llanto. Llega nuevamente tarde Felipe y tomado. Dominga está esperándolo pero ahora no le reprocha nada, sabe porque llega así. -Felipe, está el niño en la cuna. -Que bien, espero que no vaya a empezar a llorar, vengo muy cansado y me voy a acostar en la sala para que no me vaya a despertar con sus chillidos y digo chillidos porque eso parece un animal no un niño. Dominga se acuesta triste y preocupada. A media noche empieza a llorar el niño y Dominga se apresura a amamantarlo para que Felipe no se moleste, sin embargo, se despierta gritándole. -¡Calla a ese monstruo, que no me deja dormir! Pasan los días y al salir al mercado Dominga, se encuentra con su vecina, quien sabiendo de la condición de su niño ya no había ido a visitarla. -Dominga, no te había visto, seguramente estás 17 muy ocupada con tu niño ¿verdad? -Sí Juana ya lo llevé al médico para que lo revisara, nos dijo que está delicado y que debe permanecer aislado. -¿Lo dejaste solo? -Sí Juana, aproveché que se quedó dormido para venir al mercado, por eso me tengo que apurar. Pasaron varias semanas y a su vecina, quien al encontrársela constantemente le preguntaba por el niño, ya no la había invitado a pasar a su casa a platicar para no tener problemas con Felipe, hasta que un día hablando con él le comentó. -Felipe ya no es posible ocultar por más tiempo al niño, siempre que me encuentro a Juana me pregunta cómo está, además seguramente ya informó a otras del problema del niño y debemos tomar una decisión, ya han pasado dos meses. Felipe se queda pensando y le dice a Dominga: -Mira Dominga, tú síguele diciendo a la vecina y a los demás que está delicado, que el médico nos pidió que no tuviera contacto con nadie para evitar que se contagie de alguna enfermedad y que por eso debe permanecer aislado. -Pero Felipe, ella me ayudó y no quiero ser malagradecida -le contesta Dominga. 18
  • 11. -Pues entonces dile que le agradeces lo que te ha ayudado pero que al niño no lo puedes sacar y no quieres que nadie se le acerque, ya veremos después qué hacemos con ese niño. Pasan varios meses y el hijo de Dominga y Felipe se muestra más fuerte cada día, sin embargo a Dominga se le hace más difícil salir de compras y dejar solo al niño por inquieto, hasta ahora ha logrado dejarlo solo sin riesgos aunque llorando, pero piensa ¿qué va a pasar cuando ya empiece a caminar? Felipe ha tratado de alejarse del niño, por lo que Dominga se ha hecho cargo totalmente de él con la ventaja de que no se ha enfermado y en las noches duerme más tranquilo, evitando así la molestia a Felipe. Conforme pasan los meses el niño va mostrando una vivacidad como un pequeño animal curioso, lo que provoca mayor atención de Dominga quien va tomándole más cariño y al ver que intenta levantarse lo ayuda para que empiece a caminar. Una noche al llegar Felipe le dice: -¡Mira Felipe!, ya empieza a caminar, es muy fuerte. Felipe le contesta indiferente. 19 -Qué bueno. -¡Oye Felipe!, no hemos pensado que nombre le vamos a poner al niño, ¿qué nombre te gustaría? -Me da igual. -Bueno, entonces que se llame Macario como mi abuelo, me gusta ese nombre. Conforme el niño empieza a caminar, le tiene que pedir a Felipe que se haga cargo de él para ir ella de compras al mercado, siendo ese su único paseo desde que nació Macario. Al quedarse solo con el niño, éste trata de acercarse a su papá para que lo cargue y Felipe lo rechaza constantemente. -¡Quítate chamaco!, no me molestes, espera a tu madre que ya no tarda- le dice Felipe a su hijo. Dominga va mostrándole mayor afecto y compasión a Macario al ver que Felipe lo rechaza, hasta que en una ocasión le reclama. -Felipe, no seas malo, él no tiene la culpa de haber nacido así, como quiera es tu hijo. -Es mi hijo pero no se parece a mí ni a nadie, más bien parece un fenómeno de circo. Al decir eso, se queda pensado y le dice a Dominga: -¡Oye! qué buena idea se me ha ocurrido, vamos a donarlo a un circo para que se hagan cargo de él. 20
  • 12. -¡Estás loco!, ni lo vuelvas a pensar, es mi hijo aunque esté así, si tú no lo quieres yo sí y un día de estos voy a salir con él a la calle, ya estuvo bueno de estarlo ocultando, además va a ir a la escuela cuando tenga la edad, de todos modos algún día lo van a ver. Cada día que pasa Macario se muestra más inquieto, se pone a observar por la ventana a través de una cortina que le permite ver a la calle pero sin que lo vean, y para evitar que corra dicha cortina Dominga le dice al niño: -No vayas a abrir la cortina, si te ven te roban. Macario empieza a hablar, aprende rápido, además de su fortaleza también muestra una capacidad de aprender rápidamente todo. Un día al salir Dominga y pedirle nuevamente a Macario que no se deje observar, el niño que ya cumplió los dos años le pregunta: -¿Por qué? -Porque eres un niño especial. -No soy como tú ni como mi papá, ¿por qué? -Porque así lo quiso Dios, ya te dije eres especial, eres muy fuerte y listo, más que otros niños. -¿Por qué? -No sé hijo pero lo importante es que eres un niño muy sano, casi no te enfermas. 21 Al pasar tres años y sin sacar a Macario del encierro, Dominga decide ir a la clínica a hablar con el doctor Durán. Se presenta y después de algunos pacientes pasa al consultorio. -Pase señora, dígame ¿qué tiene?- le dice el doctor. -No doctor, yo no tengo nada, soy Dominga, ¿no se acuerda de mí? -¡Ah, sí!, ¿cómo ha estado?, ¿qué me cuenta de su hijo?, no lo ha traído en estos años para que lo revise. -Sí doctor no lo he traído, por eso vengo a hablar con usted. -¿Está enfermo? -No doctor, mi hijo ya tiene tres años y está fuerte, casi no se me ha enfermado, no lo saco a ningún lado pero vengo a verlo a usted para que me diga si mi hijo se puede curar del mal que tiene, usted dijo que podía mejorar, no lo hemos querido sacar a la calle para que lo vean y traten como un monstruo. -Mire señora Dominga, tráigalo y veremos que se puede hacer, necesito ver si ha avanzado su problema. -Bueno, lo voy a traer mañana, le tengo que avisar a mi esposo. 22
  • 13. Al llegar Felipe a su casa le comenta Dominga que fue a ver a médico y que éste le pidió que llevara a Macario para revisarlo y ver si hay algún tratamiento para que mejore su piel. -Pues vamos no quiero que nadie nos moleste preguntando qué tiene, ya de por sí han fastidiado mucho preguntando. Al día siguiente le dicen a Macario que lo van a llevar al médico pero que debe ir bien tapado para que no lo vean y lo molesten, al escuchar el niño que lo va a sacar a la calle su mamá se emociona, es la primera vez que saldrá de su casa. -Te voy a tapar bien, no quiero que te vean y empiecen a molestarnos, no debes destaparte, ¿oíste Macario? -Salen con su hijo bien tapado a la cita con el médico, tratan de que no los vean pero se topan con algunas vecinas que quieren detenerlos para ver al niño, ella les dice que ya se les hace tarde para la cita y que además que el niño está pesado para cargarlo. Macario trata de destaparse pero Felipe lo regaña. -¡Niño!, te dijo tu mamá que no debes destaparte. Sin embargo con lo inquieto que es, logra ver algo por un pequeño espacio de la sábana que lo 23 que lo cubre, va observando todo lo que para él es nuevo. Llegan a la clínica y tienen que esperar a que se desocupe el médico. Otras pacientes también esperan y comienzan a preguntar qué le pasa al niño. -Está enfermo, tiene gripa -les contesta Dominga. Macario se pone inquieto y trata de destaparse, Felipe lo regaña y le pega. -¡Estate quieto chamaco!, no te puedes destapar. Ante los regaños, el niño empieza a llorar por lo que Dominga se lo quita a Felipe y sale cargándolo de la clínica para tratar de calmarlo. -Macario, ya te dije que no te puedes destapar. -Tengo mucho calor. -Está bien, te voy a destapar un poco pero no trates de quitarte la sábana. Dominga busca un rincón para destapar un poco a Macario tratando de que no lo vean. Regresan a la clínica y los llama el médico para que pasen al consultorio. -A ver señora, vamos a ver a este niño. Al destaparlo lo empieza a revisar y viendo que ninguna parte de su cuerpo está libre de esa apariencia escamosa les dice: -Miren, no les voy a mentir, ya le había dicho yo a 24
  • 14. la señora que su niño presenta un tipo de queratosis y por la extensión en su cuerpo no creo que haya algún tratamiento que sirva, podría decirles que lo lleven a alguna clínica para enfermedades de la piel pero no creo que se pueda hacer algo, sin embargo ustedes deciden. -Pero doctor usted le dijo a mi esposa que podría mejorar -le dice Felipe. -Sí, pero no se ve ninguna mejoría, al contrario veo que avanzó, por otro lado el niño está saludable y fuerte, se tendrán que acostumbrar a su estado y él también se tendrá que acostumbrar a que lo vean así, no lo pueden tener encerrado toda la vida. Felipe y Dominga se quedan mirando, se paran y salen del consultorio desconsolados. -¿Qué vamos a hacer Felipe?, como dice el médico, no lo vamos a poder tener encerrado. -¿Y qué quieres?, ¿que todo mundo lo vea como un monstruo?, ya veremos qué hacemos. Pasa otro año y al niño ya no lo puede dejar solo. -Felipe, el niño está muy inquieto por estar encerrado, hace muchas travesuras por lo mismo, hay que buscar la manera de que pueda salir a correr y jugar -le dice Dominga. -Voy a ver qué hago para sacarlo algún día sin 25 que lo vea nadie, estoy pensando que mi amigo Cirino me preste una casita que tiene desocupada y está alejada, puede ser que lo llevemos un domingo. -Que sea pronto Felipe, el niño está desesperado por salir para correr y jugar fuera de la casa. Llega el sábado y deciden salir en la noche ya que queda sola la calle. Se dirigen a la casa de su amigo Cirino para que Macario pueda correr y jugar sin que lo vean. Al día siguiente dejan que salga de la casa del amigo de Felipe, Macario se pone feliz por sentirse libre. -¡Míralo Felipe!, pobre niño, solo así puede estar sin que lo vean y ni moleste nadie. -Pero no vamos a poder estar así, estoy pensando que lo mejor será entregarlo a alguien para que lo cuide, tal vez en un internado con algunas monjas. -¡Ya te dije que no!, es nuestro hijo, -Dominga, si el niño sale a la calle lo van a molestar y vamos a terminar peleándonos con los vecinos, además así no puede ir a la escuela, lo van a tratar como un fenómeno, lo van a rechazar y a burlarse de él, ya sabes cómo son los chamacos, además tengo amigos que ya no he podido ver, siempre me están preguntando por él, 26
  • 15. ya no sé qué decirles-le responde Felipe Regresan el domingo al atardecer cuidándose de que no los vean llegar a su casa. Su vecina Juana, que sabe cómo nació el hijo de Dominga siempre que se la encuentra le pregunta por el niño y ella le sigue dando la respuesta de que está delicado por su estado. -¡Qué barbaridad!, pues cuídalo. Al llegar a su casa del mercado, le vuelve a decir a su marido. -Felipe, no podemos tener más tiempo encerrado al niño, ya sabemos que no va a mejorar, así va a crecer, además su salud es buena. -¿Y qué?, si no puede vivir normalmente como cualquier niño- le contesta Felipe. -Pues debemos darle oportunidad de que por lo menos vaya a la escuela. -¿Para qué?, ¿para que lo molesten los chamacos?, ¿para pasar vergüenzas? -Pues es mejor que ya sepan todos cómo está. -Me lleva la fregada, pues lo llevarás tú a la escuela, yo no voy a pasar vergüenzas con la gente ni a soportar las burlas de otros. Llega el fin de semana y Dominga decide llevar a Macario a la casa del amigo de su marido, le pide las llaves a Felipe y ya no sale de madrugada, se lo lleva con una gorra en la cabeza. 27 -¡Miren!, ahí va la vecina con su hijo, es verdad lo que decía Juana. Los niños que están en la calle ven a Macario y van atrás de él. -¿Qué le pasó a su hijo, señora?, ¿se quemó? -Sí chamacos, ahora dejen de fastidiar. Macario oye a los niños y le pregunta a su mamá: -¿Sí mamá, es verdad que me quemé? -No hijo, así naciste, pero para que no estén molestando los chamacos les dije que sí. Dominga, al salir con Macario, siente un alivio porque ya se le quitó la angustia de estar ocultándolo. Llega a la casa de Cirino y se siente tranquila, ahora Macario va a poder salir a la calle a convivir con otros niños aunque sabe que lo van a estar molestando. Al regresar, varios niños ya los estaban esperando. Los acompañan a su casa murmurando por el aspecto de Macario. -Ya estuvo bueno niños, ¡ya lárguense!, ya se acabó el espectáculo, ¡fuera! -Llegan a su casa y Macario le pregunta a su mamá: -¿Mamá no puedo salir a la calle a jugar? -Todavía no Macario, te pueden molestar, tal vez 28
  • 16. más adelante cuando se acostumbren a verte más seguido. Llega Felipe de trabajar y le comenta Dominga lo que pasó. -Ya vieron todos a Macario. -Sí, ahora cuando nos vean van a decir, ahí van los papás del fenómeno. -No seas así Felipe, ya se irán acostumbrando a verlo y dejarán de molestarnos. -No lo creo, al contrario vendrá más gente y no para admirarlo, comenta Felipe. Pasan los días y Macario insiste en salir a la calle para jugar. -Mamá, ¿me dejas salir a jugar?, no me va a pasar nada. Dominga, ante la insistencia del niño, decide dejarlo salir a la calle a jugar con su trompo y los niños que lo ven se le empiezan a acercar. Uno de ellos le pregunta: -Cómo te llamas? -Macario- le responde. -¿No te duele tu quemada? -sigue preguntando el niño. -No, y no estoy quemado, así nací. -¿Por qué? -No sé. -¿Puedes jugar? 29 -Sí, responde Macario. -Entonces vamos a jugar con la pelota. Y Macario empieza a jugar con los niños de su calle, Dominga quien observa desde la puerta está feliz porque su hijo ya empieza a disfrutar como cualquier niño normal. Al caer las seis de la tarde, sale Dominga para decirle a su hijo que ya se meta, que ya va a oscurecer y al entrar a su casa Macario le dice: -¡Mamá! ya puedo jugar con otros niños, ¡qué divertido¡ -Qué bien Macario, nada más no te vayas a caer, el médico dijo que deberíamos tener cuidado de que no te rasparas. -Sí mamá me voy a cuidar. Felipe, quien no ha dicho a los del trabajo del problema de su hijo, Fabián, su compañero, le pregunta: -Felipe, ¿qué pasó con tu hijo?, ¿cuántos años tiene y cuándo viene el otro? -No va haber otro, ahí nos quedamos, con uno es suficiente, la cosa no está para tener más hijos Fabián. Fabián, quien ya había oído por ahí que el hijo de Felipe tenía un problema, le pregunta: -¿Y a quién se parece tu hijo? -Pus a la familia de mi esposa. 30
  • 17. -¡Ah, qué bien! - responde su compañero sin insistir más. Al salir del trabajo, le dice Fabián. -Vamos a tomarnos unas cervezas Felipe, está fresca la tarde. -Bueno vamos, pero nada más unas. -Seguro Felipe, no nos vayan a regañar nuestras viejas, ¿verdad? Y echa la carcajada. -Llegan a la cantina y piden las cervezas -¿Cómo vez Felipe?, el cabrón de Juan ya anda con otra vieja, no entiende, su vieja ya lo andaba dejando por lo mismo-le dice Fabián. -Pues allá él - comenta Felipe Continúan con la plática y con las cervezas, hasta que Felipe sin darse cuenta empieza a emborracharse, lo que era la intención de su compañero de trabajo para que le dijera la verdad de su hijo. -¡Carajo Fabián!, de haber sabido no hubiera tenido hijo. -¡Ah caray!, ¿y por qué Felipe? -Porque el chamaco me salió mal, chinga, tanto que queríamos un hijo y lo que nos salió. -¿Pus que tiene tu hijo Felipe? Pregunta Fabián. -Pus parece un animal, nació todo lleno de escamas -le responde Felipe. 31 -¡Ah caray Felipe!, y no nos habías dicho nada. -Pus como les voy a decir si siento que me lleva la chingada con ese niño, le dije a Dominga que lo deberíamos dejar con algunas monjas y no quiso, no sabe lo que vamos a batallar con el niño, ya hasta lo quiere meter a una escuela. -Ah qué Felipe!, pues que le vas a hacer si así nació, ni modo que lo tengas en una jaula encerrado, y además para cuando sea grande debe trabajar aunque esté así, ¿no? -Pus eso sí, de todos modos algún día se va a quedar solo. Se terminan las cervezas y sale cada quien para su casa. Al llegar, Dominga le reclama. - ¿Adónde anduviste Felipe?, ¿te fuiste de borracho otra vez con tus amigotes, verdad? -¿Y cuál es el problema?, ¿por qué armas tanto escándalo? -Además para qué quieres que llegue temprano, ya sabes que cada vez que veo a Macario, me digo, ¿qué hice para tener un hijo así? -Felipe, ¡cállate!, te está escuchando el niño. -Pues no me jodas. -Mejor vete a dormir, estás muy tomado- le responde Dominga. Felipe se retira a la recámara y Macario que 32
  • 18. escucha los gritos se despierta y oye a su papá lo que dijo. -Mamá, ¿por qué no me quiere mi papá?, ¿porque nací así? -No hijo, lo que pasa que tu padre se preocupa porque quiere que te alivies. Macario se retira pensativo y triste a su cama. Dominga, pensando en la escuela para Macario empieza a enseñarle a leer y escribir lo poco que sabe ya que ella no terminó la primaria. Al cumplir los siete años, Dominga le dice a Felipe que va a llevarlo a la escuela. -Pues ya te dije, lo llevas tú-le responde Felipe. Al día siguiente, Dominga se lleva al niño a la escuela para inscribirlo. Al llegar la detiene una maestra en la entrada y le pregunta: -¿Está enfermo el niño?, si es contagioso no puede pasar. -¡No!, mi hijo no tiene ninguna enfermedad contagiosa, así nació. Le responde Dominga. -¿Qué necesita señora? -Vengo a inscribirlo. -Espere, voy a avisarle al maestro José. La maestra se dirige a la dirección para informarle al maestro, de una señora que trae a inscribir a 33 su hijo pero que tiene un problema. -¿Qué problema tiene el muchacho? Le pregunta el director a la maestra. -Pues parece que tiene alguna enfermedad, como si tuviera una alergia pero dice su mamá que no es contagioso, que así nació. -A ver, mejor voy a verlo antes de que pase, ya sabe cómo son las madres, si lo ven no vayan a empezar a decir que hay una enfermedad contagiosa en la escuela. Sale a ver a Dominga y a su hijo. -Buenos días señora, me dicen que quiere inscribir a su hijo en la primaria. -Sí maestro, ya tiene siete años y necesita ir a la escuela. -Pero, ¿qué le pasó a su hijo? -Así nació maestro, el médico nos dijo que es un problema genético, no es nada contagioso, ya estaría yo igual. -Bien, pero si se inscribe ya sabe cómo lo pueden molestar otros niños – le responde el maestro José. -Mi hijo ya sabe que le pueden hacer burlas, pero ya he hablado con él de su problema y le he dicho que de la cabeza no está mal, es solo su piel y eso no impide que pueda estudiar, además es muy listo y sale a jugar a la calle con otros niños. -Bueno señora, pues pase para que llene los 34
  • 19. papeles de inscripción y necesita traerme una foto de su hijo. -¿Y cómo se llama el muchacho? -Macario – responde Dominga. Al entrar a la escuela, los niños que lo ven empiezan a comentar de su apariencia. -¡Miren!, ¿qué es eso?, parece una lagartija gigante dice uno. Con curiosidad varios niños se acercan a la dirección para ver a Macario. -¿Qué quieren niños? a ver, retírense de aquí, vayan a jugar antes de que suene la campana -les reclama el maestro. -Señora, necesito que me traiga un certificado médico de que el niño no tiene ninguna enfermedad contagiosa y que puede ir a la escuela. -Sí maestro José, se lo puedo traer, el médico de la clínica conoce a Macario. Salen de la escuela a su casa, Macario va feliz. -¿Ya voy a ir a la escuela verdad mamá? -Sí Macario, pero primero le tengo que llevar al maestro los papeles que me pide. Al recabar todos los documentos que le pidieron, Dominga logra inscribirlo en la primaria y va a su primer día de clase. Macario provoca la curiosidad de algunos niños y miedo en otros por su aspecto, pero una maestra 35 de nombre Dolores, lo recibe y lo lleva con el maestro de su salón de clases. -Maestro Benjamín, le traigo a este niño, se llama Macario, se lo encargo. El maestro, al verlo le pregunta al oído a la maestra Dolores: -¿Qué tiene este niño, está enfermo? No maestro Benjamín, lo que me dijo el maestro José es que el niño así nació y que no tiene nada contagioso. Macario sin voltear a ver a nadie se sienta en el lugar que le indica el maestro y escucha con atención la clase. Los niños se le quedan mirando, por lo que el maestro les pide que pongan atención. -A ver niños, pongan atención a la clase, ya dejen en paz a su compañero. Suena la campana para el recreo y Macario se queda sentado en su lugar. -Niño, sal es la hora del recreo. Sale Macario y los niños se le acercan con curiosidad y uno de ellos le pregunta: -¡Oye!, ¿qué tienes, que te pasó? -Nada así nací- responde Macario. Le hacen las mismas preguntas que le hicieron los niños de la calle donde vive. -¿Te duele? - le pregunta otro. 36
  • 20. -No – contesta. -¿Puedes jugar? -Sí. Responde Macario y comienza a jugar con sus compañeros de clase, se va sintiendo más confiado por convivir ahora con los niños de la escuela. Al terminar las clases, Dominga lo recoge y le pregunta: -¿Cómo te fue hijo? -Bien mamá, jugué con varios niños. -¡Qué bueno Macario!, vámonos. Los niños que lo ven se despiden de él. -Adiós Macario. -Adiós – responde. Camino a su casa le platica a su mamá lo que le pasó en la escuela, cómo jugó con los niños de su salón, lo que le enseñó el maestro y de la tarea que le dejaron. Al llegar a su casa estaba feliz, ahora se sentía como cualquier niño, aunque tiene su problema ya no le importa. Al atardecer llega Felipe a su casa y Macario le comenta de la escuela. -¡Papá!, fui a la escuela. -¿Y cómo te fue?, ¿no te molestaron los chamacos? -le pregunta Felipe. 37 -Al principio, pero después jugué con mis compañeros de clase. -¡Qué bien Macario! Pasan varios meses y Macario lleva su vida sin problemas. Un fin de semana, al estar jugando con los niños de su calle, uno de ellos en plan de broma le dice: -Macario, ¿sabes qué?, pareces un cocodrilo. Los niños se ríen de la broma pero Macario no se molesta, abre la boca como si fuera un cocodrilo y empieza a corretearlos en plan de juego y a partir de ese momento le dicen cocodrilo y después COCO. Así se corre la voz y la gente que lo conoce y los compañeros de su escuela lo llaman todos COCO, hasta sus maestros terminan diciéndole así. Macario, quien va creciendo y a pesar de su problema se fortalece cada día más, cumple los nueve años y un día en la escuela se enfrenta con otro niño llamado Tomás que seguido le hace burla. -COCO ¿a quién te comiste hoy, a tu papá o a tu mamá? – le pregunta. Eso hace enojar a Macario quien lo empuja y con su fuerza el niño cae y se golpea la cabeza con el borde de una guarnición abriéndose la cabeza y sangrando. 38
  • 21. Con el escándalo, los maestros van a ver qué está pasando y se encuentran con el niño herido. Preguntan qué pasó y los niños les dicen que COCO lo empujó. Ante tal situación llevan a Macario a la dirección y esperan a que llegue Dominga por él. Al llegar, la maestra Dolores le dice que Macario está en la dirección y que tiene que pasar con el maestro José. La recibe el maestro y le dice: -Señora su hijo al empujar a un compañero lo tiro y se lastimó la cabeza y no podemos tolerar algo así. Dominga, quien ya había sabido por Macario que ese niño lo estaba molestando le responde al maestro. -Maestro José, ese niño ha estado molestándolo y ustedes no han hecho nada. -Señora, le advertí que podrían molestar a su hijo por el problema que tiene, ya sabe cómo son los niños a esta edad, no podemos seguir teniendo riesgos de esta forma por su hijo, cualquier otro alumno lo puede molestar y puede presentarse algo todavía más grave, los papás de Tomás se pueden quejar y a nosotros no nos conviene, por lo que ya no podemos tener a su hijo en esta escuela. 39 Macario sale expulsado de la escuela. -¿Qué hiciste Macario?, ¿por qué empujaste a ese niño, mira lo que provocaste? -Pero mamá, me dijo que me comí a mi papá y a mi mamá y eso me dio mucho coraje. -Pues sí Macario pero ahora qué vamos a decirle a tu papá, tanto trabajo que costó meterte a la escuela. Al llegar Felipe, Dominga le comenta: -Felipe, expulsaron de la escuela a Macario porque se peleó con un niño que constantemente lo estaba molestando. -Pues ya sabías que lo iban a molestar, ¿pero ahora qué? -No sé Felipe, Macario tiene que aprender a hacer algo o de qué va a vivir. -¿Y en qué crees que pueda trabajar?, en todos lados va a tener problemas, el único lugar en donde lo podrían recibir para trabajar sería en un circo -le comenta Felipe a Dominga. -Tú insistes en eso, no lo voy a entregar a ningún circo. -Pues piénsalo, porque como dices de qué va a vivir. Macario escucha la discusión entre Felipe y Dominga y piensa que su papá quiere deshacerse de él. 40
  • 22. Pasan semanas y Macario se dedica a jugar en la calle con sus amigos. Un día sábado al llegar Felipe a su casa nuevamente borracho, empieza a discutir con Dominga y la golpea, Macario al ver eso trata de intervenir pero Felipe lo empuja y lo tira, Dominga continua reclamándole por lo que nuevamente la golpea. Macario, por defender a su mamá toma un palo que se encontraba cerca y le da a Felipe un golpe en la cabeza que lo tira y lo deja inconsciente. -¡Mira lo que hiciste chamaco!, lastimaste a tu papá, tú tienes la culpa- le reclama Dominga. Al escuchar Macario el reproche de su mamá, se siente sorprendido y confundido, pensaba que su mamá era la única que lo quería por lo que sale enojado y corre rumbo a la casa que les prestaba el amigo de su padre, atraviesa un campo de cultivo esperando que alguna víbora lo muerda y termine así su vida. Se detiene en un árbol a llorar hasta que oscurece. Al pasar a caballo por el lugar Indalecio, quien tiene una tienda de semillas y granos, el animal se espanta al ver a Macario y casi tira a Indalecio. 41 -¡Quieto animal! -le grita a su caballo y saca su machete para defenderse. -¿Quién eres tú? -le pregunta Indalecio. -Me llamo Macario señor.-responde. -¿Y qué haces a estas horas de la noche?, ¿no sabes que es peligroso?, hay víboras venenosas y alacranes. -¡Vete a tu casa muchacho! -No señor, me escapé de mi casa. -¡Ah qué muchacho!, a ver, súbete al caballo y me vas contando en el camino. Al subirse al caballo, Indalecio lo ve y le pregunta. -¿Qué te pasó, por qué estas así? -Así nací señor. -¿Y por qué te escapaste de tu casa? Macario le comenta lo que pasó, del golpe que le dio a su papá en la cabeza y del reproche de su madre. -Por eso no quiero regresar a mi casa señor – le dice Macario. -Me llamo Indalecio, ¿y qué vas a hacer tu solo?, ¿quién te va a cuidar y en dónde vas a vivir? -No sé señor, me vine aquí a ver si una víbora me mordía, así como estoy nadie me quiere, ni mis papás. Al escucharlo se compadece de él y le dice. -Ven conmigo, te voy a llevar al almacén, por el momento ahí te podrás quedar. 42
  • 23. Llegan a la tienda e Indalecio lleva a Macario al almacén que se encuentra en la parte posterior. -Aquí te puedes quedar, mañana veremos que hacemos. Macario se queda solo y se acomoda en unos costales llenos de semillas, pasa el tiempo y empieza a escuchar los chillidos de las ratas, se pone de pie y las ratas al verlo se espantan, piensan que es un enorme reptil. Al llegar a su casa Indalecio, le comenta a su esposa Antonia que encontró a un niño en el camino porque se escapó de casa de sus papás y que tiene un problema, su piel es como la de un reptil. -¿Y qué vamos a hacer con el chamaco?, nos va a espantar a los clientes si dices que parece un reptil – le dice Antonia. -No te preocupes, nos puede ayudar en el almacén a mover los costales sin salir a la tienda, el muchacho se ve fuerte, nada más le damos de comer. Antonia de mala manera acepta lo que le dice su esposo y así pasa un año Macario, ayudando a Indalecio a cargar y a acomodar los costales. Un día se presenta una clienta que, al salir de repente Macario al mostrador de la tienda, se espanta y sale corriendo. -¿Ya ves Indalecio? por culpa del chamaco se fue 43 una clienta que siempre nos compra- le dice Antonia. Al oír nuevamente eso, Macario agarra sus cosas, le da las gracias a Indalecio y se va. Toma el camino que va a Playa Linda, camina por dos días y llega al poblado, se oculta cerca de una casa pero los perros empiezan a ladrar por su presencia, sale una señora que al verlo se espanta y corre a avisarle a su marido. -¡Nicolás, el chupacabras está afuera, le voy a avisar a todos! Nicolás sale con machete en mano y al buscar encuentra a Macario, levanta su machete para darle el golpe y Macario grita. -¡No, espere!, soy un niño. Nicolás se detiene y lo ve. -¿Qué cosa?, ¿tu quién eres o qué eres? -Me llamo Macario señor, no hago daño a nadie, así nací. -¿Y qué estás haciendo aquí, muchacho? -Llegué caminando desde Pajapan y solo quería pasar la noche, tengo frío y hambre, no he comido en dos días. Llegan los demás pobladores armados y Nicolás los detiene. -¡Esperen!, no es el chupacabras, es un muchacho, déjenlo, ¿no ven como esta?, mejor vamos a ayudarlo. 44
  • 24. -A ver Josefina, tráele algo de comer. A partir de ese día reciben a Macario, quien les dice que en su pueblo le decían COCO por cocodrilo y que se escapó de su casa, lo alojan en un cuarto utilizado como bodega y comienza su vida en compañía de los pescadores de esa playa, quienes acostumbrados a ver animales con escamas lo aceptan sin problemas. El tiempo que pasa en la playa ayudando en la pesca, lo fortalece más por el trabajo duro cargando las redes y empujando y jalando las lanchas para entrar y salir del mar, aprende a nadar y a pescar, su vida pasa con tranquilidad. COCO cumple dieciséis años y un día, pensado en sus padres le comenta a Nicolás que quiere ir a verlos. -Señor Nicolás, quiero ver a mis padres, no los he visto desde que me escapé de mi casa hace siete años. -Pues ve COCO, son tus padres, me has ayudado mucho y me vas a hacer falta pero si tienes que irte pues adelante – le dice Nicolás. COCO, quien ha ahorrado todo el dinero que le ha dado Nicolás, toma sus cosas y se despide de todos los que lo conocen. Se va triste ya que pasó esos años feliz en la playa y en el mar pescando y conviviendo con los 45 pobladores y pescadores quienes lo aceptaron sin problemas desde el primer día que lo encontraron. COCO se va caminando a Pajapan y al llegar la gente lo ve y alguien que lo recuerda comenta de su presencia. -¡Miren!, ahí está ese muchacho que le decían COCO, ya regresó. COCO se dirige hacia casa de sus padres y se topa con un amigo que lo conocía. -¡COCO!, ¿adónde anduviste? -Me fui a la playa, allá estuve todos estos años, vine a ver a mis papás. -Pues será a tu mamá, porque tú papá ya murió. -¿Cómo?- pregunta Macario. -Lo atropelló un camión, tu papá andaba tomado. -¿Cuándo fue eso? -Hace dos años – le dice su amigo. -¿Y qué sabes de mi mamá? -Pues tu mamá creo que está enferma, se dedica a lavar ropa y a otras cosas para poder vivir. -Pues a eso vine, a verla – le dice COCO. Deja a su amigo para llegar a la casa donde vivía de niño. Toca la puerta, sale su mamá y se sorprende. -¿COCO?, ¡hijo!, ¿adónde anduviste?, creímos que te habías muerto, no supimos nada de ti todos estos años. -No mamá, anduve por varios lados y llegué 46
  • 25. a Playa Linda ahí viví con los pescadores, trabajando con una persona que conocí, me pagó los años que estuve ayudándole en la pesca. -Qué bueno Macario. -¿Tú cómo has estado mamá?, te ves mal. -Sí Macario, estoy enferma, me he sentido débil, tengo una tos que no se me quita y tu papá murió en un accidente hace dos años. -Sí me lo contó Pedro, lo encontré antes de llegar a la casa. -No te preocupes mamá ya no me voy a ir, te voy a cuidar-le dice COCO. Al escuchar lo que le dice Macario se pone a llorar. -Macario, perdóname, no quise echarte la culpa. -No hay problema mamá, eso ya está olvidado, ahora lo que importa es que tú estés bien. A partir de ese momento COCO se hace cargo de su mamá, va a visitar a Indalecio, el de la tienda de granos y semillas para ver si le da trabajo nuevamente. -Señor. Indalecio, ¿cómo está? -Hola COCO, cómo has crecido, ¿tú cómo estás? -Bien señor Indalecio, lo visito para ver si me puede dar trabajo. -Pues sí COCO, mi esposa está enferma y me serías de gran ayuda. Y COCO comienza a trabajar en el almacén 47 nuevamente, carga con facilidad los costales, el trabajo en la playa con los pescadores lo fortalecieron. Un día su mamá se siente mal. -¿Qué tienes mamá? -Me siento mal Macario, me siento muy cansada, además esta tos que no se me quita. -Acuéstate y descansa, en la semana te voy a llevar al médico. -¿Adónde Macario?, el médico de la clínica se fue a trabajar a Minatitlán y no ha llegado otro, en la clínica solo está una enfermera. -Pues te voy a llevar a Minatitlán, buscaremos al médico para que te vea. COCO, le avisa a Indalecio que tiene que llevar a su mamá al médico. Se preparan para ir a Minatitlán. Se dirigen a la estación del autobús y al tratar de subirse al autobús que los llevará, el chofer los detiene. -¡Espere!, ¿qué tiene el muchacho?, le pregunta a Dominga. -Así nació señor, no está enfermo, no tiene nada, déjenos subir. Logran subirse al autobús con la mirada de varios pasajeros sobre COCO. Llegan a Minatitlán y bajan del autobús. 48
  • 26. Caminan por la calle y la gente se sorprende al ver a COCO. Pregunta a una señora si sabe adónde está el Centro de Salud. La señora al ver su estado piensa que es para él y le dice: -Pues en la Avenida Dieciocho de Octubre. -Gracias señora. -Mamá primero vamos a buscar algún lugar adonde quedarnos y después vamos a la clínica - le dice COCO a su mamá. Encuentran un pequeño hotel y al entrar le piden una habitación a la persona de la recepción. -Perdón señora, ¿tiene habitaciones? La señora se queda viendo a COCO, escucha la tos de Dominga y piensa: Si se quedan estos dos puedo perder a los clientes que se hospedan. -No hay habitaciones disponibles – les contesta. -¿En dónde podemos encontrar otro hotel? - pregunta COCO. -Hay otro a dos calles. -Gracias - le responde COCO. Salen de dicho hotel y se dirigen hacia donde les indicaron. COCO, viendo la reacción de la señora del primer hotel, le pide a su mamá que entre ella sola. 49 -Disculpe señor, ¿tiene habitaciones? -Sí, ¿para usted sola? – le pregunta. -No, es para mí y para mi hijo, ahorita viene. -Entonces con dos camas. -¿Para cuántos días señora? -Yo creo que dos- le responde Dominga. Se registra, le dan la llave y sale a la calle a decirle a COCO que entre. Pasan frente al señor de la recepción quien ve a COCO pero ya no puede decir nada, ya le entregó la llave a Dominga. Suben a la habitación con sus maletas y se acomodan para pasar la noche. -¿Cómo te sientes mamá? Le pregunta COCO a Dominga. -Muy cansada hijo, siento que me falta el aire. -Descansa, mañana probablemente vamos a caminar mucho. El viaje fue largo y le provocó mucho agotamiento a Dominga. Al día siguiente salen a buscar el Centro de Salud, preguntan si algún camión los deja cerca. Para un autobús y le preguntan al chofer: -Señor, ¿pasa usted por la clínica que está en la Avenida Dieciocho de Octubre?- le pregunta Dominga. -Los dejo a dos calles – responde el chofer. 50
  • 27. Se suben y pagan sus boletos. Las personas ven a COCO como si fuera un animal raro y un niño le dice a su mamá: -¡Mira mamá!, ¿qué es?. La mamá lo calla, pero su pregunta provoca que los que no han visto a COCO, volteen a verlo. Al aproximarse, el chofer les indica que en la próxima calle deben bajar. Se bajan del autobús y caminan hacia el Centro de Salud. Entran a la clínica y se dirigen a la recepción. A su paso las miradas están sobre COCO quien pasa sin hacerles caso, por el momento le interesa más su mamá que el morbo de la gente que lo ve. -Señorita, ¿se encuentra el doctor Durán? Pregunta Dominga a la enfermera quien no vio a COCO hasta que lo tuvo enfrente. Se le queda viendo y él le repite para sacarla de su sorpresa. -¿Puede pasar mi mamá a consulta con el doctor Durán? -Este, sí, ¿cuál es el nombre de la señora? -Dominga Benítez Martínez. Tomen asiento y espere a que los llame. Pasan algunos minutos y la llaman. -Señora Benítez venga. -¿Tiene carnet? 51 -Sí señorita, tenga. -¿Tiene alguna identificación? Le muestra su credencial del IFE. Anota sus datos y le da su carnet. Después de varios pacientes, le toca el turno a Dominga. Entran al consultorio y el médico los reconoce. -¿Cómo está señora? - Mal doctor, me siento mal. -¿Qué le pasa?- le pregunta. -Tengo mucha tos doctor y me siento muy débil. -A ver vamos a tomarle la presión y a revisar sus pulmones. Al terminar le dice a Dominga: Se necesita una radiografía de sus pulmones, le voy a dar la orden para que se la tomen urgente y me la trae de inmediato. -Sí doctor -responde Dominga. -¿Él es su hijo? – le pregunta el médico. -Sí doctor, se llama Macario. -Y cuántos años tienes ya Macario. -Dieciocho – le responde COCO. -Pero, ¿qué tiene mi mamá, doctor? -Eso es lo que vamos a ver con la radiografía. -¿Y adónde me toman la radiografía doctor? - pregunta Dominga. -Vayan al Hospital General que está enfrente y 52
  • 28. entreguen la orden, les dice que es urgente, que la necesito hoy. -Está bien doctor. Antes de que salgan del consultorio, el doctor le pregunta a Macario. -¿Y tú como has estado Macario? -Bien doctor, yo me siento bien. -Bueno, entonces vayan a la radiografía. Salen de la clínica y se dirigen al Hospital General. Entran y a su paso todos ven a COCO, piensan que él está enfermo. Llegan a la recepción y le entregan a la enfermera la orden para la radiografía de Dominga Señorita, el médico de la clínica nos dijo que era urgente que me tomen una radiografía -le dice Dominga. -Sí señora, aquí lo dice. Les da la orden para rayos X y los envía al laboratorio. Llegan a rayos X y Dominga entrega la orden. Entra para la radiografía, se la toman y siguiendo las indicaciones del médico se la entregan de inmediato. Salen del hospital y se van a la clínica a entregarle al doctor Durán la placa radiográfica. 53 Llegan a la clínica y después de varios pacientes entran Dominga y COCO, le entregan al médico la radiografía y se sientan. El médico empieza a revisarla y detecta un problema. -¿Qué tengo doctor? - pregunta Dominga. -Hay que hacerle otros estudios señora. -¿Pero qué ve doctor? -Se observan algunas sombras, pero antes de un diagnóstico es necesario que se le hagan otras pruebas. -¿Qué pruebas doctor? -El médico que la deberá atender en el Hospital General, le dirá que otras pruebas necesitará, tendrán que hacer cita en medicina interna y entregar la radiografía al médico, aquí en la clínica hay limitaciones para la atención como la que usted necesita señora. -Está bien doctor, responde Macario. Salen de la clínica y se dirigen al Hospital General, piden cita para que atiendan a Dominga y le entregan el carnet a la enfermera. -¿Con quién vienen a consulta? -Con el médico de medicina interna, traemos una radiografía que le hicieron a mi mamá. -¿De dónde le tomaron la radiografía? -De los pulmones señorita -le contesta Dominga. 54
  • 29. -Le voy a dar cita para el próximo martes para que pasen con el médico general. -Señorita, el médico de la clínica nos dijo que es urgente que atiendan a mi mamá y que le entregáramos al doctor de medicina interna la radiografía, además venimos de Pajapan y ya no tenemos dinero para quedarnos más tiempo - le dice COCO a la enfermera, quien viendo la situación de ambos les comenta: -Les voy a hacer un espacio para que entren a consulta a las doce el día de mañana, pero no vayan a llegar tarde, traten de llegar antes por si el doctor de medicina general no tiene pacientes, el de medicina interna no está, anda en un congreso en Jalapa. -Está bien señorita. Se retiran del Hospital y se dirigen al hotel en donde se hospedan, son las siete de la noche y no han comido. COCO se queda muy preocupado por lo que les dijo el doctor, además su mamá sigue con la tos y se ve muy cansada y débil, los años de respirar el humo de la leña que se usaba para cocinar en casa de sus padres y Felipe de fumar frente a ella hicieron daño a su débil salud. -Mamá, voy a comprar algo para que comamos - le dice COCO. 55 -No tengo hambre Macario. -Pero tienes que comer algo, no hemos comido nada, solo desayunamos algo de fruta. Sale COCO a la calle por algo para comer. Llega a un lugar en donde venden antojitos. -Buenas noches, ¿me puede preparar algo para llevar? La señora que prepara los antojitos se le queda viendo asustada y después le pregunta: -¿Qué le preparo? -Deme picadas por favor. La señora se apresura a preparar lo que pidió Macario para que se vaya pronto ya que unos clientes que iban a entrar para pedir también algo al verlo se fueron. Llega al hotel y le presenta a su mamá lo que le trajo. -Ten mamá, come algo. -Macario, no tengo hambre, me siento muy cansada. -Tienes que comer - le insiste COCO. Dominga apenas prueba algo y se recuesta en la cama. Al día siguiente se dirigen al hospital, entran y le entregan a la enfermera de turno el carnet. -Traemos una radiografía que le tomaron ayer a mi mamá. 56
  • 30. -¿A qué doctor quieren ver? -Al médico general señorita, nos dijeron que no está el de medicina interna. Le regresa el carnet a Dominga y se dirigen al consultorio; esperan a que le toque el turno, sale la paciente y entran. -Buenos días doctor- saluda Dominga. El médico mira a COCO pero no pregunta nada. -Buenos días señora. -Traigo una radiografía que me tomaron el día de ayer de los pulmones, el doctor Durán de la clínica de salud me mandó a que me la tomaran, dijo que era urgente. -A ver démela. El médico ve la radiografía, observa las manchas y al terminar le dice a Dominga. -Señora, debe usted ir a Coatzacoalcos. -¿Qué tiene mi mamá, doctor? – le pregunta COCO. -Se observan unas manchas y debe ir a Oncología. -¿Por qué doctor? - pregunta Dominga. -Porque tienen que hacerle otras pruebas - les dice el doctor pero sin comentarle a Dominga la sospecha de que sea cáncer. -Tiene que ir al Seguro Social para que le den el pase. -¿Tiene Seguro Social señora? 57 -Seguro Popular doctor, me registraron en la clínica de salud. -Pues tiene que ir de inmediato a Coatzacoalcos. Al salir del consultorio, COCO le dice a su mamá que se espere, que le va a preguntar algo al médico. -Doctor, ¿le puedo preguntar algo? -Sí dime. -¿Qué tiene mi mamá? -No te quiero preocupar, pero hay que descartar que sea cáncer, por eso es necesario que le saquen otra radiografía y le hagan otras pruebas. -Gracias doctor. Sale COCO del consultorio a punto de llorar y Dominga le pregunta: -¿Qué le preguntaste al doctor COCO? -Que cuál era la dirección del Seguro Social en Coatzacoalcos pero me dijo que no sabía, que preguntáramos a la enfermera a ver si ella nos podía dar la dirección. Se dirigen con la enfermera y COCO le pregunta si tiene la dirección del Seguro Social de Coatzacoalcos. Les da la dirección y se dirigen nuevamente a la clínica para despedirse del doctor Durán. Llegan a la clínica y pasan con el doctor. -¿Que pasó señora?, ¿qué les dijeron? -Que tenemos que ir a Coatzacoalcos al Seguro 58
  • 31. Social a Oncología, doctor, no estuvo el doctor de medicina interna. -Pues vayan lo más pronto que puedan. -Sí doctor pero ya que estamos con usted quisiera que revisara a Macario, ya ve que nació con su problema. -A ver Macario, quítate la camisa –le pide el doctor. COCO se la quita y empieza a revisarlo y al terminar les dice -Señora, veo que todo su cuerpo está igual, este tipo de queratosis a veces disminuye y otras veces avanzan y en el caso de Macario continuó, me informé de su caso, es un tipo de queratosis que se conoce con el nombre de ictiosis vulgar, pero además con un trastorno pigmentario que le da ese color gris que tiene, lo único que debe hacer es cuidarse de alguna herida, fuera de eso puede llevar su vida lo más normal que pueda, ya sé que es y ha sido difícil, pero no le impide trabajar, y por cierto Macario, ¿a qué te dedicas? -Trabajé unos años en Playa Linda con los pescadores, por eso ahorré y pude traer a mi mamá a Minatitlán pero ya se me está acabando el dinero. -¿Y qué piensas hacer? -le pregunta el médico. -Pues tengo que buscar un trabajo doctor para 59 seguir ayudando a mi mamá. -Conozco a una persona que es de Cosoleacaque y que era amigo de mi padre, tiene un taller en donde hace bolsas y cinturones de piel, me platica de su negocio cuando viene a Minatitlán y pasa a verme, si quieres te doy su dirección para que lo vayas a ver, le dices que me conoces - le dice el doctor Durán. -Se lo voy a agradecer doctor, si me urge. El médico le da la dirección y se despiden. Salen de la clínica y se dirigen al hotel por sus cosas. Son las doce del día y COCO tiene hambre. -Mamá vamos a comer algo antes de irnos a Coatzacoalcos. -Sí Macario vamos, también tengo hambre y mucha sed. Se detienen en un puesto en la calle y piden nuevamente sus picadas y como siempre se le quedan mirando a COCO con sorpresa y morbo. Terminan y van por sus cosas al hotel y COCO le dice a su mamá: -Tenemos que ir a Coatzacoalcos, mamá. -No Macario, vámonos para Pajapan tú ya no tienes dinero ¿y qué vamos a hacer si nos quedamos por allá?, mejor me dejas y vas a ver al señor que te dijo el doctor para que te dé trabajo, 60
  • 32. juntas dinero y yo también con la lavada de ropa que hacía. -Pero tú estás muy débil, ¿cómo vas a trabajar así? -Pues así lo he hecho desde que murió tu papá Macario, además hay deudas que dejó, pidió prestado dinero a un señor y se le tiene que pagar si no me van a quitar la casa, me enteré de que tu papá anduvo con una señora que tiene dos hijos y que fue abandonada por el marido cuando se fue a trabajar a Estados Unidos, por eso las deudas de tu padre. -Vámonos para Pajapan, me dejas y te regresas. -¿Pero cómo te voy a dejar así mamá? -Macario si no tenemos dinero no podemos ir a Coatzacoalcos. Se dirigen a la estación del autobús y salen para Pajapan. Al llegar encuentran un mensaje que le dejaron a Dominga, le dan un plazo de cinco días para pagar las deudas que dejó Felipe por el dinero que pidió prestado dejando en garantía la casa. -¿Ya ves Macario?, por eso te digo que tengo que trabajar y tú también para que me ayudes. -Voy a decirle a esa persona que nos espere, que he estado enferma pero que vamos a juntar el dinero-le dice Dominga -Está bien mamá, pero no me voy hasta que 61 hables con esa persona. -Si Macario, mañana voy a hablar con el señor Pérez. Al día siguiente, Dominga sale en la tarde a buscarlo, pero al sentirse mal se regresa a su casa. -¿Qué tienes mamá? -Me sentí mal Macario, me voy a acostar un rato para descansar y luego voy. -Está bien mamá, descansa. Dominga se acuesta en su cama y se queda dormida. Macario viendo que no se despierta la deja dormir. Al día siguiente, al tratar de despertarla no lo logra. -¡Mamá, mamá!, despierta. La toca COCO y esta fría, Dominga por el cansancio y por el cáncer ya avanzado que tenía, sufre un paro cardiaco. Macario insiste en despertar a su mamá, sale de su casa corriendo buscando a la vecina. -¡Señora Juana, señora Juana! Le grita COCO desesperado. -¿Qué pasa Macario, por qué gritas? -Mi mamá no se despierta señora y esta fría. Corren para su casa y Juana toca a Dominga, ve que está pálida y fría. 62
  • 33. -¡Dominga, despierta, despierta! Insiste pero ya no despierta y después de un rato le dice a COCO. -Macario, tu mamá está muerta. COCO se suelta a llorar. Juana, sale a buscar ayuda de otros vecinos que entran a la casa para ver a Dominga acostada en su cama. Le cubren la cara y empiezan a rezarle. Al terminar los rezos, Juana le dice a Macario que hay que prepararla. -COCO, voy a buscar a una persona que sabe preparar a los difuntos, no se puede quedar así tu mamá. COCO solo mueve la cabeza aceptando lo que le dice Juana. Llega Juana con la señora Arcelia quien trae los ungüentos, vendas y menjurjes para que no se eche a perder tan rápido el cuerpo de Dominga y para que no huela mal. COCO, está en estado de shock, los que lo conocen tratan de consolarlo. -Macario, hay que conseguirle un ataúd a tu mamá - le dice Juana a COCO. -Sí señora, voy a buscar a un carpintero para que haga uno rápido. Sale COCO a buscarlo y al encontrarlo le dice que 63 necesita un ataúd para su mamá que acaba de fallecer. El carpintero quien ya ha hecho ataúdes, comienza a cortar y a clavar rápidamente la madera. Mientras, Juana y otras vecinas se ocupan en conseguir veladoras y flores para el ataúd. Al atardecer, llega COCO con el carpintero cargando el ataúd y depositan el cuerpo de Dominga en él, pasa la noche velando a su mamá acompañado por Juana y dos vecinas. Al día siguiente, cargando el ataúd COCO, el esposo de Juana y otros vecinos, se dirigen al panteón municipal para enterrar a Dominga. Esperan a que COCO y el esposo de Juana concluyan la fosa para enterrarla. Al depositar el ataúd y cubrirlo con tierra, se retiran todos menos COCO que permanece en el panteón hasta oscurecer, ahora se siente más solo que nunca y lamenta haber dejado a su mamá esos años que estuvo en Playa Linda. Llega a su casa y al verla sola sin su mamá comienza a llorar hasta quedarse dormido en la mecedora de madera en la que Dominga solía sentarse a descansar. El señor Pérez con quien se tienen las deudas que dejó el papá de COCO, se entera de la noticia 64
  • 34. de la muerte de Dominga y preocupado por no tener quien se las vaya a pagar acude al día siguiente a la casa de COCO, al llegar toca la puerta. Sale COCO y pregunta quién es. El señor Pérez se queda sin palabras por la sorpresa de ver a COCO y después de recuperarse del asombro le dice: -Soy el señor Pérez, ¿y tú quién eres? -Soy Macario, el hijo de la señora Dominga, ¿qué se le ofrece? -Tu mamá me debía dinero y le di de plazo hasta hoy para pagarme o tendría que desocupar su casa, ya esperé mucho y yo también tengo que pagar a otras personas que me esperan que también les pague el dinero que le conseguí a tu papá, así que vine a ver si ya tenían el dinero. -¿Y cuánto se le debe señor Pérez? -Cuarenta mil pesos. Al escuchar la cantidad COCO se queda espantado, sabe que no tiene ese dinero y que no lo podría conseguir de inmediato. -Señor Pérez, no tengo esa cantidad de dinero, si usted me podría esperar yo se lo pagaría como vaya pudiendo. -Ya esperé mucho, la señora me estuvo dando largas y ya no puedo esperar, así que si no 65 tienes ese dinero me tendré que quedar con la casa para venderla y así recuperar lo que me deben. COCO sabe que su casa de dos cuartos y el pequeño terreno no valen mucho así que le dice. -Señor Pérez, no le puedo pagar, solo déjeme sacar algunas cosas y se la entrego. -Está bien, te doy dos días. Se retira el señor Pérez y COCO cierra la puerta, ahora al perder también su casa ve más vacía su vida, solo y rechazado por su apariencia. Busca a la señora Juana para decirle lo que está pasando, le pide que vaya a su casa para regalarle los pocos muebles que tiene. -Señora Juana, llévese lo que pueda, prefiero que usted se quede con las cosas que tenía mi mamá que dejárselas a ese señor. -Está bien Macario, le voy a decir a mi esposo, pero ¿tú que vas a hacer?, ¿adónde te vas a quedar? -Me voy a ir a Cosoleacaque a buscar a una persona para ver si me puede dar trabajo, es un señor que me dijo el Dr. Durán que lo buscara para ver si podía trabajar con él, aquí ya no tengo nada que hacer. Al sacar la vecina y su esposo las cosas de Dominga, COCO toma la poca ropa que tiene y se 66
  • 35. dirige a tomar el autobús que va a Minatitlán para de ahí tomar otro a Cosoleacaque, El chofer que ya lo había visto con Dominga, lo deja subir sin problema. Al llegar a Minatitlán y tratar de tomar el autobús para Cosoleacaque el chofer lo detiene y le hace la misma pregunta como la primera vez que tomó el autobús. -Espera ¿qué tienes? -Nada señor, así nací. Con desconfianza el chofer permite que se suba y arranca para Cosoleacaque. Llega a las ocho de la noche, la señora Juana le preparó algo de comida para el viaje pero la consumió en el camino, llega hambriento y sin dinero. Tarde y sin conocer a nadie no le queda más remedio que buscar un lugar para pasar la noche. Caminando llega a la plaza municipal y se acomoda en una banca para pasar la noche, el cansancio y depresión hacen que caiga profundamente dormido. A la mañana siguiente, se despierta al escuchar el ruido de los vehículos que empiezan a transitar por las calles de la plaza y por las campanadas de la Iglesia de la Preciosa Sangre de Cristo. Se levanta, ve la parroquia y se dirige a ella para 67 preguntar a alguien si conocen un taller donde hacen bolsas y cinturones de piel, las personas con las que se encuentra al verlo se alejan de él por lo que entra a la iglesia y espera a ver al párroco para preguntarle si conoce dicho taller. Al encontrarlo se acerca despacio para que no se vaya a espantar. -Perdone padre, estoy buscando un lugar en donde trabajan la piel. El cura se queda sorprendido, primero por su apariencia y luego por su pregunta, piensa que se refiere a un lugar donde pueden curar la piel. -¿A qué te refieres hijo?, ¿a un clínica para la piel? -No padre, a un taller donde hacen bolsas y cinturones. Se queda pesando un rato y le dice -¡Ah sí!, hay uno en un callejón que está por la calle de Miguel Hidalgo. -Gracias padre. Sale COCO de la iglesia y se dirige a la dirección que le dio el párroco. Camina por la calle con la gorra puesta, lentes oscuros y un trapo enrollado en el cuello para tratar de taparse y que no lo moleste la gente. Al llegar a la dirección ve que están abiertas las puertas de un pequeño zaguán y se presenta con 68
  • 36. Arnulfo, el dueño del negocio quien estaba colgando bolsas y cinturones en ganchos para exhibición. -Buenas tardes – le dice COCO. Arnulfo levanta la vista y lo ve sorprendido como todos. -¿Sí, qué se te ofrece? -Señor, me llamo Macario Sánchez, me mandó con usted el doctor Durán para ver si me podía dar trabajo. -¿Y qué sabes hacer, en qué has trabajado? -Estuve varios años en Playa Linda, ayudando en la pesca. -Pues aquí no vendemos pescado – le contesta Arnulfo. -Sí, ya sé señor, pero puedo aprender, el doctor Durán me dijo lo que usted hace, necesito trabajar, acaba de fallecer mi madre y me quitaron la casa de mis padres. Al escucharlo y ver su estado, se compadece de él, además el ayudante que tenía se fue y necesita quien le ayude. -Pues bueno, vamos a ver como trabajas, estarás a prueba pero sin paga, solo te daré para tus alimentos, ¿en dónde estás viviendo? -Llegué de Pajapan anoche, me quedé a dormir en una banca en la plaza municipal. 69 -Si el doctor Durán te conoce entonces te voy a dar un lugar para que te quedes en el taller, pasa. Entra COCO y siente un alivio por tener por lo menos un lugar adonde podrá dormir. -Me llamo Arnulfo, ¿tú dices que te llamas Macario? Si señor Arnulfo, pero en mi pueblo me decían COCO. -¿Y por qué COCO? -Por cocodrilo, ya ve que mi piel se parece a la de un cocodrilo. -Está bien, pues te llamaré también COCO. Pasan a la parte posterior en donde están las pieles y mesas del taller, el cual está separado del lugar de exhibición por una sábana y le muestra a COCO las pieles y materiales que usa para la fabricación de las bolsas y cinturones. -Aquí en este espacio puedes dormir, deja aquí tus cosas, te voy a mostrar los tipos de pieles y materiales para que vayas conociéndolos. Se los muestra y al terminar le dice: -Me vas a ayudar a cortar las pieles y después te enseñaré a coser para formar las bolsas y cinturones, -¿Has comido algo? -No señor, ya se me acabó el dinero. -Entonces espérame aquí, le voy a decir a mi 70
  • 37. mujer que prepare algo para que comas, voy a mi casa, está a un lado del negocio. Lo deja en el taller, no deja que salga adonde tiene colgadas las bolsas y cinturones en exhibición, no quiere que vaya a asustar a alguna clienta. Regresa con la comida y se la da a COCO quien se la come rápidamente por el hambre que ya tenía. Al terminar busca a Arnulfo que está sentado y trabajando en una mesa colocando los herrajes de las bolsas y en espera de clientes. Se asoma por la sábana para entregarle el plato y el vaso. -Gracias señor Arnulfo- le dice COCO. -Está bien COCO, espérame en el taller, te voy a dar las pieles que vas a cortar. Arnulfo no quiere que se asome. Espera COCO y mientras ve las pieles que le mostró Arnulfo, comienza a tocarlas y a sentir la textura o tersura de cada una, hay pieles de becerro, de cerdo y algunas pocas de víbora y cocodrilo. Aparece Arnulfo y le dice: -Mira COCO esta es piel de becerro, ya está marcada, ve las líneas, vas a cortarla para hacer una bolsa, hazlo con cuidado, si echas perder 71 una te la descontaré del salario que te voy a pagar cuando ya hayas aprendido. Se regresa a la mesa para seguir colocando los herrajes de las bolsas que ya tiene fabricadas, las tiene que terminar para entregarlas a un cliente que se las llevará a Coatzacoalcos. COCO empieza a cortar con mucho cuidado la piel, cuidando de no hacer un mal corte. Al terminar se asoma por la sábana para decirle a Arnulfo que ya acabó. -Ahorita voy COCO, solo grítame, te escucho bien. -Está bien señor Arnulfo. Comprende que no quiere que la gente se espante con su presencia. Arnulfo se va hacia la parte posterior para revisar cómo cortó la piel COCO, viendo que está bien hecho el trabajo. -Muy bien COCO, ahora te doy éstas que también están marcadas para que las cortes. Así vuelve a cortar las pieles para dejarlas listas para que Arnulfo empiece a coserlas. Al anochecer, antes de retirarse Arnulfo a su casa y cerrar las puertas del taller se despide de Macario. -COCO, ya es hora de cerrar, mañana nos vemos, ya sabes en donde te puedes quedar, tengo que cerrar por fuera. 72
  • 38. -Está bien señor Arnulfo. Arnulfo cierra las puertas con llave, deja encerrado a COCO, no quiere que se vaya a ir con algunos materiales ya que no lo conoce bien todavía. COCO se acomoda sobre algunas pieles sintiendo la suavidad por primera vez de una piel aunque solo sea de un animal, la toca, la suaviza piensa que es la piel de una hermosa mujer y así se queda dormido. Al día siguiente Arnulfo abre las puertas, COCO se despierta rápidamente, se quedó profundamente dormido por el cansancio y por lo satisfecho con la comida que le dio Arnulfo. -Buenos días COCO. -Buenos días señor Arnulfo. -¿Cómo dormiste? –le pregunta a COCO. -Muy bien, las pieles son muy suaves y cómodas. -Qué bien, solo cuida que no se tuerzan ya que se pueden cuartear. -Sí señor Arnulfo, las voy a cuidar bien - responde COCO. -Te traje tu almuerzo – le dice Arnulfo. -Gracias, la comida de ayer estaba muy rica. -Qué bueno, cuando termines te voy a enseñar el equipo y los materiales para que vayas aprendiendo. 73 -Sí señor Arnulfo, me voy a fijar muy bien. Termina su almuerzo COCO y le grita a Arnulfo: -¡Ya estoy listo señor Arnulfo! -Ahora voy, espérame a que guarde las bolsas que van a venir a recoger. Al concluir se pasa al taller y empieza a enseñarle las máquinas, las diversas agujas e hilos, los tipos de herrajes y adornos que se utilizan para hacer las bolsas, COCO observa con mucha atención. -COCO, ahora te voy a decir los pasos para elaborar una bolsa. Arnulfo va diciéndole los pasos. -Primero se hace un boceto, después se hacen los moldes en una cartulina y esos se pasan al cuero para hacer los cortes, después se empieza con la costura de la bolsa, se coloca el cierre o botones y por último los herrajes y adornos. -Estos son los pasos para hacer una bolsa COCO. -Muy bien señor Arnulfo – le responde. Llega el cliente que va a recoger las bolsas que fabricó Arnulfo. -¡Vengo por las bolsas señor Arnulfo! Grita el cliente sabiendo que generalmente se encuentra en su taller. Sale del taller para hacer la entrega. 74
  • 39. -Sí, ya las tengo empacadas. Las entrega y el cliente se retira para llevárselas a Coatzacoalcos. Al retirarse vuelve con COCO. -Ahora te voy a enseñar como coser la piel – le dice Arnulfo. Se sienta en donde está la máquina y comienza, y así sigue hasta que concluye la bolsa. -Esta es una bolsa sencilla COCO, hay otros diseños más complicados. -Siéntate tú ahora y coloca los cortes en la máquina. Arnulfo va enseñándole a COCO hasta que termina completamente de hacer la bolsa. -¿Ya viste que no es tan difícil? – le dice a COCO. -Sí señor Arnulfo – responde COCO encantado por la bolsa que hizo. A partir de ese momento, COCO siente una satisfacción y tranquilidad que no había sentido desde que estuvo trabajando con los pescadores, el recuerdo de todo lo malo que pasó va dejando de ser una carga emocional para él. En sus días de descanso sale por la tarde ya que empieza a oscurecer para tratar de pasar desapercibido, le gusta ir a la plaza municipal evitando lo más posible a la gente, siempre con la gorra puesta y lentes oscuros, en ocasiones se 75 sienta en una banca y se retira cuando alguien se acerca para sentarse en la misma banca. De regreso pasa a comprarse algunos antojitos para cenar, acude a un mismo lugar en donde la señora que los prepara ya lo conoce pero evita entrar cuando tiene clientes para que no se asusten por su presencia y para que la señora no deje de prepáraselos. Arnulfo se siente muy satisfecho con el trabajo de COCO. Sigue trabajando en el taller, hasta que en una ocasión acude una hermosa señorita a comprarle una bolsa a Arnulfo y al escuchar su voz dulce COCO siente curiosidad, no había escuchado una voz así. Se asoma lentamente por un espacio entre la sábana y el muro sin que la señorita lo vea. Es una hermosa jovencita, de piel blanca y suave, COCO se queda sorprendido de su belleza, natural y fresca, no puede dejar de verla pero tratando de que no lo vea a él; hasta que se retira COCO vuelve al taller a seguir cosiendo bolsas. Esa noche no puede dormir sin dejar de pensar en ella, toca las pieles como si estuviera tocándola. A partir de ese momento aumenta la calidad de las bolsas que hace COCO, el trabajo lo hace con 76
  • 40. más inspiración, desarrolla una destreza y habilidad que provoca que aumenten los pedidos. En una ocasión, Arnulfo le pide a COCO que vaya a dejar unas pieles que le compró un carpintero para forrar unos sillones que está fabricando para un despacho; le dice que ya le platicó de él, le da la dirección y sale COCO cargando las pieles, trata de ocultar su cara, lleva su gorro y lentes oscuros. Caminando por la calle, algunos lo observan con desconfianza por la forma como trata de ocultar su cara con las pieles, otros que alcanzan a ver parte de su cara, piensan que está quemado y que por eso trae gorra y lentes. Llega a la carpintería y pregunta por el señor Isidro quien es el carpintero que está fabricando los sillones que forrará con las pieles que le lleva COCO. -Buenos días, busco al señor Isidro, traigo unas pieles. -¿Tú eres COCO verdad?- le pregunta el carpintero al verlo. -Sí – le responde. -Me platicó el señor Arnulfo de cómo eras y que te dicen COCO, ¿qué te pasó? -Así nací- le responde COCO -Bueno, déjame las pieles. 77 Se las entrega y empieza a revisarlas. -Está bien. -Entonces ya me voy. -Que te vaya bien COCO- lo despide el carpintero. De regreso, ve a la señorita que se presentó en el taller para comprarle una bolsa a Arnulfo y que lo dejó impresionado por su voz y su belleza, la sigue a distancia tratando de que no lo vea. Ella entra a un lugar adonde sacan fotos y él la espera hasta que salga, la señorita después se dirige a su domicilio y COCO continúa siguiéndola, no la pierde de vista hasta que llega a su casa. Ya viendo donde vive se regresa al taller recordando su hermosa cara y delicado cuerpo. Al llegar Arnulfo le pregunta: -¿Qué te pasó COCO, por qué tardaste? -Pasé a saludar al párroco, no lo había visto desde que llegué de Pajapan, él me ayudó a encontrar su taller- le responde COCO. Pasan los días y COCO sigue pensando en la señorita, sigue trabajando en la fabricación de las bolsas, las clientas aumentan, así como los pedidos del cliente que viene de Coatzacoalcos. Un día a COCO se le ocurre la idea de hacer una bolsa de un diseño muy especial, se inspira en la señorita, selecciona la mejor piel, la más suave y delicada, la trabaja con lentitud para que el 78
  • 41. trabajo salga perfecto, piensa enviársela a su domicilio en forma anónima, trata de que Arnulfo no vea lo que está haciendo para que no se la vaya a pedir trabaja cuando ya se cierra el taller. Trabaja de noche y al concluir la bolsa la esconde para que no la vea Arnulfo, piensa llevársela a la señorita sin que ella lo vea, como un regalo anónimo. Debido a que COCO trabaja más tiempo del debido, la producción de bolsas, cinturones y carteras ha aumentado y con ello los pedidos de clientes que tienen negocios en plazas comerciales debido a la calidad y a nuevos diseños que ha hecho COCO, Arnulfo está muy contento con él, pudo quitar la sábana y colocó un muro con puerta, compró máquinas nuevas sustituyendo a las que tenía, el carpintero le fabricó nuevos estantes donde almacena las pieles y los diversos materiales. Continúa saliendo los domingos al atardecer pero siempre con gorra y lentes oscuros tratando de no espantar a la gente y para que no lo molesten, algunos días va a la calle de la casa de la señorita para ver si sale. En una ocasión a COCO se le ocurre hacerse una máscara de piel para ponérsela y poder salir sin tener que esperar el atardecer y con la intención de permanecer más tiempo cerca del domicilio de la hermosa señorita, le cubre solo la cara para 79 aguantar el calor, le corta pelo al gato de Arnulfo para ponérselo como cejas con la idea de que se parezca más una cara; como con la bolsa, escoge la piel más suave, los tintes adecuados para darle el color de una cara humana, hace las costuras lo más fino posible para que no se noten, no le comenta nada a Arnulfo para que no se vaya a molestar por la piel que usó. Con la máscara ya terminada se la pone y un domingo se anima a salir a las once de la mañana, ya no llama tanto la atención, va con su gorra y se dirige al templo para visitar al párroco, pero antes de entrar ve salir a la señorita, va acompañada de su mamá, se detiene COCO y se voltea para que no lo vea, al pasar la mira sin perderla de vista hasta que sale del atrio para irse a su casa, COCO se queda un tiempo inmóvil, conserva su imagen en la mente hasta que el párroco lo ve de espalda y va hacia él pero no ve que trae la máscara puesta. -¿COCO? COCO sigue pensando en la señorita. -¿COCO?-repite el cura. Se voltea y espanta al párroco. -¿Eh?, señor cura vine a visitarlo y a mostrarle mi máscara. -¡Caray COCO!, me espantaste ahora con esa máscara y tus lentes oscuros, creí que te había pasado algo malo. 80
  • 42. -¿Cómo la ve señor cura? -le responde quitándose los lentes. -Pues bien COCO, hasta parece una cara normal –le contesta el párroco. -Ahora ya puedo salir sin espantar a la gente, aunque cuando se dan cuenta de la máscara me ven raro pero no se espantan. -Que bien COCO, pero ¿cómo te ha ido?, sé que a Arnulfo le está yendo mejor y ha de ser gracias a ti. -Me está yendo muy bien, el señor Arnulfo está contento conmigo y yo también con el trabajo que tengo, después de la muerte de mi madre no me había sentido tan bien como ahora, este trabajo que tengo y los años que pasé en la playa con los pescadores han sido los mejores, me siento tranquilo aunque sé que como estoy nunca podré llevar una vida normal, pero ya me acostumbré a la idea, nada más espero que pueda seguir trabajando con el señor Arnulfo aunque sé que algún día va a fallecer, ya está grande - le dice COCO. Pues sí COCO, pero no debes preocuparte antes de tiempo, ya sabrás que hacer cuando eso pase, además ya aprendiste un oficio y seguramente podrás vivir sin problemas. -Sí señor cura eso espero, pero ya me voy, solo 81 vine a saludarlo y a mostrarle mi máscara. -Que te vaya bien COCO. Se va COCO con rumbo al domicilio de la señorita y se queda en la calle, recargado en la pared de un muro esperando a que salga para seguirla, así permanece hasta que oscurece; sin lograr verla nuevamente se va al taller. Pasa otra semana trabajando y ahora espera el fin de semana para salir y dejarle en la puerta de su domicilio la bolsa que fabricó; con la máscara siente más confianza de salir sin llamar tanto la atención. Llega el sábado y después de cerrar Arnulfo el taller, COCO sale en la tarde llevando la bolsa que le dejará a la señorita, la envuelve en papel y le coloca una nota indicando que es un obsequio de alguien que la admira. Al llegar deja el paquete en la puerta, toca y se va caminando rápido pero sin correr. Sale la mamá, ve el paquete y lo recoge, mira en la calle para saber quién pudo haberlo dejado. COCO quien llega a la esquina, se asoma para ver quien recogió el paquete. La mamá de la señorita lo desenvuelve y ve la hermosa bolsa que COCO fabricó, asimismo la nota que indica que es un obsequio para su hija. -Lucía, ven ¡mira lo que te dejaron! -¿Qué mamá? 82
  • 43. -¡Ven, mira! Lucía, que es el nombre de la señorita que ha cautivado a COCO, sale de su habitación para ver lo que dice su mamá. -¿Es una bolsa? -Sí y mira que bella. -Sí, está muy bonita, ¿pero quién me la dejó? -Aquí esta una nota. Le entrega la nota y Lucía la lee. -Señorita, no sé su nombre, le dejo esta bolsa como un regalo solo porque el gusto de haber visto su belleza, espero la conserve, use y cuide, escogí la bolsa más bonita tratando de que convine con su hermosura. Al terminar de leer la nota le dice su mamá: -¿Quién será, mamá? -Si tú no sabes, yo menos, pero no había visto nunca una bolsa tan bonita, mira la piel, que suave. -Voy a preguntar a Juan si él me la mandó ya ves que me está pretendiendo y no le he hecho caso – le dice Lucía. Se la lleva a su cuarto y antes de guardarla la observa, ve el trabajo, la piel, los detalles. -Qué bolsa tan bonita- piensa. COCO quien ha permanecido en la calle espera a que oscurezca y se retira, se siente satisfecho de la entrega que hizo, piensa que ahora Lucía 83 cargará la bolsa como si fueran del brazo él y ella caminando por la calle. Al día siguiente, siendo domingo, COCO sale a la calle con la máscara puesta, espera ver a Lucía nuevamente salir de la parroquia a la misma hora que el domingo pasado, se queda sentado en el arriate de uno de los árboles del atrio de la iglesia. Al terminar la misa, sale Lucía con su mamá, COCO, quien al observar que lleva la bolsa que le regaló siente una tremenda emoción, espera a que se vayan para seguirla nuevamente. Al caminar Lucía con su mamá, siente que la siguen y voltea, ve a distancia a COCO pero no lo conoce y se queda pensando si será la persona que le dejó la bolsa; antes de que Lucía llegue a su casa, COCO cruza la calle tratando de que no sospeche que la está siguiendo. Llegan a la puerta y Lucía voltea nuevamente, pero ya no ve a COCO quien entró a una tienda y esperó que se metieran a su casa. En la tienda, la persona que despacha ve a COCO y le pregunta que quiere. -Deme un refresco por favor - le dice. La señora observa algo extraño en él, no se había percatado de que traía una máscara ni de sus manos; le entrega el refresco y COCO se regresa al taller, ya no espera hasta el oscurecer. 84
  • 44. La señora de la tienda se queda preocupada, no lo había visto antes. COCO continúa trabajando con normalidad, hasta que un día escucha la voz de Lucía que se presenta en el taller. -Buenas tardes- saluda Lucía. -Buenas tardes, dígame que se le ofrece - le responde Arnulfo. -Me regalaron esta bolsa y quisiera saber si la hizo usted. Arnulfo observa la bolsa, no reconoce el diseño pero la calidad del trabajo se le hace similar a lo que hace COCO. -No señorita, este modelo no lo hacemos nosotros, está muy bonita, es un modelo que no he visto en ningún lado. -Bueno señor, solo quería saber quién me la regaló. -¿No lo sabe? – le pregunta Arnulfo. -No señor, la dejaron en la puerta de mi casa con una nota para mí y ya pregunté a alguno de mis amigos y ninguno fue. -Seguramente algún admirador anónimo porque es usted muy bonita - le dice Arnulfo. -Seguramente, gracias- se retira Lucía. Arnulfo se queda pensando en la bolsa, ese diseño no lo ha visto y va con COCO para hacerle una pregunta. 85 -COCO. -Si señor Arnulfo, dígame. -Vino una señorita y me trajo una bolsa, me preguntó si aquí la hicimos pero no reconocí el diseño, ¿tú has hecho alguna bolsa especial? -No señor Arnulfo, ¿por qué? -La señorita, quería saber quién se la dio y pensé que alguien podía haber hecho el pedido de una bolsa especial. COCO se queda preocupado, no pensó que Lucía se presentara en el taller para preguntar por la bolsa, no quería que se enterara Arnulfo porque pensó que podría perder el trabajo. Nuevamente el fin de semana sale COCO y va a la calle en donde vive Lucía para ver si logra verla, espera varias horas hasta que sale, se dirige a la farmacia a comprar un medicina para su mamá que se puso enferma, la sigue a distancia, espera a que salga y la sigue de regreso pero la señora de la tienda lo ve. -¡Ahí está esa persona de la máscara!, está siguiendo a Lucía - le comenta a una clienta. Entra Lucía a su casa y COCO se retira, solo quiere verla, sabe que no se le puede acercar ya que la espantaría. COCO continúa con su vida trabajando con Arnulfo, oculto en el taller, pocas personas lo 86
  • 45. conocen pero él vive tranquilo, ocupado en el trabajo sin que lo moleste nadie. Cada fin de semana hace lo mismo, va al templo a esperar a que salga Lucía para verla sabiendo que acostumbra ir a misa a la misa hora cada domingo, ya no va hasta su casa para no levantar sospechas, a veces solo la sigue algunas calles y después se va un rato a la plaza municipal a pasear o a visitar al párroco pero siempre tratando de esquivar a la gente para que no se den cuenta de que trae una máscara. En una ocasión, al estar esperando en el atrio del templo se encuentra a Isidro el carpintero quien al ver sus manos sabe que es COCO. -¿COCO? Voltea y al verlo se queda pasmando y sin poder responder ya que está a punto de salir Lucía del templo. -Señor Isidro - le responde COCO. En ese momento sale Lucía del templo. -¡Oye!, qué bien está tu máscara - le dice Isidro. Al oírlo, Lucia voltea y ve a COCO, ahora se da cuenta de que trae una máscara y recuerda que lo vio seguirla y de que lo ha visto sentado en un arriate algunos domingos. COCO no sabe qué hacer en ese momento pero se queda callado hasta que se va Lucía. 87 -¿Qué hace por aquí señor Isidro?- le responde COCO. -Vengo a ver al párroco, me pidió que le barnizara las bancas que ya están muy gastadas, pero como he tenido mucho trabajo no había venido y quiero ponerme de acuerdo con él para que me diga cuándo quiere que se las barnice, pero ¿tú que estás haciendo aquí? -A veces vengo los domingos a visitar al cura, pero me espero a que termine la misa - le responde. -Que bien COCO. -Pero me voy para que platique usted con él, otro día pasaré. -Está bien COCO, que te vaya bien. -COCO se va del templo, ahora descubrió Lucía que trae una máscara y se va preocupado. Al llegar al taller se quita la máscara y piensa : - Ya no podré verla ni seguirla. Se queda triste y sin comer, hasta el hambre se le quitó de la decepción. Al comenzar la semana empieza desganado a trabajar y Arnulfo nota que se están atrasando los pedidos. -COCO, ¿qué pasó?, te estás atrasando con el trabajo, ya es jueves y el sábado vendrán por el pedido de las bolsas para la señora Reyes, que tienes ¿estás enfermo? 88
  • 46. -No señor Arnulfo, es solo que me siento cansado, pero voy a terminar el trabajo a tiempo, no se preocupe.- Está bien COCO, necesitas unas vacaciones, la semana próxima puedes descansar, no tenemos entregas hasta después de quince días y puedo yo hacer las bolsas que se van al mostrador.- Gracias señor Arnulfo, tengo ganas de ir a Pajapan, ya han pasado dos años y no he ido, aunque no tengo familia es mi pueblo y quisiera ir a visitar a algunas personas que me conocen. Termina la semana y entregado el pedido COCO se va a Pajapan, ahora carga con la máscara para tratar de ocultar su problema. Al llegar se quita la máscara y se dirige al lugar donde vivió, camina para tratar de encontrar a alguno de sus amigos con los que jugaba de niño pero encuentra a Juana barriendo su patio y al verlo se sorprende. -¡COCO! -Señora Juana, ¿cómo ha estado? -Bien hijo, ¿adónde te has metido estos años?- le pregunta Juana. -Pues después de la muerte de mi mamá me fui a Cosoleacaque, encontré trabajo allá y ahora estoy de vacaciones. Qué bueno, pero ¿ya comiste? 89 -No señora, acabo de llegar. Pasa te voy a dar de comer -Gracias señora, ¿pero cómo está su esposo? -El ya murió y yo ahora me dedico a trabajar como tu mamá, lavando y planchando ropa, mi hija se fue a Estados Unidos, también me manda algo de dinero. Entra COCO a la casa de Juana y se sienta para comer. -¿No extrañas a tu mamá COCO?- le pregunta Juana. -Sí señora mucho, pero ahora con el trabajo que tengo me distraigo y ya se me pasó la tristeza. Así pasan las horas platicando hasta que atardece. -Ya me voy señora Juana, me dio mucho gusto platicar con usted. -¿Y adonde te vas a quedar COCO?, si quieres puedes quedarte aquí, tengo una cama de sobra. -Gracias señora, voy visitar al señor Indalecio con quien trabajé en el almacén de granos y semillas, a ver si me da alojamiento en su almacén. -Está bien COCO, pero no dejes de visitarme. -No señora, ahora tengo trabajo y vendré más seguido a Pajapan. Se retira y va a visitar a Indalecio. 90
  • 47. Al llegar a la tienda ve que está bajando con trabajo unos costales de su camioneta para meterlos al almacén, se acerca y le dice: -¿Le ayudo señor Indalecio? Al escucharlo voltea y lo ve. -¡Macario, que sorpresa! -A ver señor Indalecio, déjeme cargar yo esos costales. COCO los carga con facilidad y los va metiendo uno por uno al almacén hasta que termina. -¿Adónde has estado? - le pregunta Indalecio. -En Cosoleacaque, allá estoy viviendo. -¿Y qué haces?. -Trabajando en un taller haciendo bolsas y cinturones de piel. -¿Y cómo te ha ido? -Muy bien señor Indalecio, ya tengo dos años trabajando con el señor Arnulfo que es el dueño, el doctor Durán que ahora vive en Minatitlán me recomendó con él - le responde COCO. -¿Qué haces por aquí? -Tengo vacaciones y quise venir a mi pueblo para visitar a las personas que conozco desde niño y ver también la casa donde viví. -Pues qué bueno que te acuerdas de nosotros Macario. -Me dicen COCO señor Indalecio, ya sabe, por lo de cocodrilo. 91 -¿Y cuánto tiempo te vas a quedar? -Una semana y quería ver si me daba alojamiento en su almacén, le puedo ayudar a cargar y aacomodar los costales como cuando trabajaba con usted. -Está bien COCO, ahora me ayuda un muchacho pero está enfermo y viene hasta pasado mañana, comió mariscos y le hicieron daño porque es alérgico, pero deja tus cosas adonde quieras y acomódate porque ya voy a cerrar el almacén y si no se te ofrece nada me tengo que ir porque mi esposa está enferma, ya por su edad tiene problemas. -Está bien señor Indalecio, me la saluda y gracias. Acomoda los costales para dormir, se siente tranquilo y contento de estar en su pueblo, aunque de momento le viene a la mente Lucía. Así pasa la semana COCO en Pajapan, ayudando a Indalecio, visitando a los amigos que dejó y a los pescadores de Playa Linda. Llega el domingo y se despide de Indalecio, de Juana y de los pocos amigos que tenía, promete volver a Pajapan en otras vacaciones. Antes de subirse al autobús, se pone su máscara para no tener problemas. Llega a Cosoleacaque ya anocheciendo y se 92
  • 48. dirige al taller, con la confianza que ya le tiene Arnulfo le dio llaves para que pudiera entrar y salir cuando quisiera. A la mañana siguiente se levanta y se prepara para trabajar, llega Arnulfo y oye que COCO ya está trabajando. -¿Cómo te fue en tu pueblo, COCO? - le pregunta. .-Bien señor Arnulfo, me encontré con personas y amigos que conozco, estuve muy contento. -¡Qué bueno! y ahora cómo te sientes. -Muy bien señor Arnulfo, gracias por las vacaciones, descansé muy bien. -Pues hay que trabajar, tenemos que entregar un pedido del señor Gutiérrez. -Si señor Arnulfo, le voy a echar ganas para sacarlo a tiempo. Pasa la semana y el domingo sale a pasear al mediodía, ya no va a la parroquia, ahora se queda sentado en una banca de la plaza municipal, con su máscara se siente más seguro. De repente, ve a Lucía, va del brazo de otra persona, es Juan quien logró que fuera su novia, siente envidia, coraje y tristeza, pensaba que sería nada más para él, aunque fuera a distancia y sin poder tocarla. Los sigue y ve que van a la feria que se puso por 93 la fiesta de la parroquia, no los pierde de vista, ve como se divierten y como se besan y eso le da más coraje. Decide dejarlos y se va al taller, entra y se queda pensando en lo que vio trata de quitarse de la mente a Lucía pero no puede, siendo tan hermosa es difícil para él. Esa noche no logra dormir bien. Al no poder haber dormido bien, llega Arnulfo y lo ve que está todavía dormido. -COCO despierta, ya son las nueve, ¿qué tienes? -Perdón señor Arnulfo llegué tarde anoche, estuve en la feria viendo a la gente y los juegos. Está bien, pensé que estabas enfermo. -No señor Arnulfo, ya me levanto para trabajar. Y así pasa otra semana, pero ahora COCO distraído se equivoca con los cortes del pedido de bolsas para la señora Reyes, echa a perder las pieles que compró Arnulfo para ese pedido. -¡Carajo! y ahora qué hago, ya la regué, todo por estar pensando en esa vieja, me va a correr el señor Arnulfo. Al llegar en la tarde Arnulfo, COCO lo llama para decirle la mala noticia. -Señor Arnulfo, tengo algo que decirle. -Dime COCO ¿qué pasa?, te veo preocupado. -Si señor Arnulfo, me equivoqué en los cortes de 94