3. Mateo 8:24-26
24 De repente, se levantó en el lago una
tormenta tan fuerte que las olas inundaban
la barca. Pero Jesús estaba dormido. 25 Los
discípulos fueron a despertarlo.
—¡Señor —gritaron—, sálvanos, que nos
vamos a ahogar!
26 —Hombres de poca fe —les contestó—,
¿por qué tienen tanto miedo?
Entonces se levantó y reprendió a los
vientos y a las olas, y todo quedó
completamente tranquilo.
5. Éxodo 14:20-21
20 quedando entre los egipcios y los
israelitas. Durante toda la noche, la
nube fue oscuridad para unos y luz para
otros, así que en toda esa noche no
pudieron acercarse los unos a los otros.
21 Moisés extendió su brazo sobre el
mar, y toda la noche el SEÑOR envió
sobre el mar un recio viento del este que
lo hizo retroceder, convirtiéndolo en
tierra seca. Las aguas del mar se
dividieron.
6. Daniel 6:13
Dios es poderoso para controlar los
leones que quieren devorarnos.
7. 13 —¡Pues Daniel —respondieron ellos—, que es uno
de los exiliados de Judá, no toma en cuenta a Su
Majestad ni al decreto que ha promulgado! ¡Todavía
sigue orando a su Dios tres veces al día!
14 Cuando el rey escuchó esto, se deprimió mucho y
se propuso salvar a Daniel, así que durante todo el
día buscó la forma de salvarlo. 15 Pero aquellos
hombres fueron a ver al rey y lo presionaron:
—No olvide Su Majestad que, según la ley de los
medos y los persas, ningún decreto ni edicto emitido
por el rey puede ser derogado.
16 El rey dio entonces la orden, y Daniel fue arrojado
al foso de los leones. Allí el rey animaba a Daniel:
—¡Que tu Dios, a quien siempre sirves, se digne
salvarte!
8. 17 Trajeron entonces una piedra, y con ella taparon la boca del
foso. El rey lo selló con su propio anillo y con el de sus nobles,
para que la sentencia contra Daniel no pudiera ser
cambiada. 18 Luego volvió a su palacio y pasó la noche sin
comer y sin divertirse, y hasta el sueño se le fue. 19 Tan pronto
como amaneció, se levantó y fue al foso de los leones. 20 Ya
cerca, lleno de ansiedad gritó:
—Daniel, siervo del Dios viviente, ¿pudo tu Dios, a quien
siempre sirves, salvarte de los leones?
21 —¡Que viva Su Majestad por siempre! —contestó Daniel
desde el foso—. 22 Mi Dios envió a su ángel y les cerró la boca
a los leones. No me han hecho ningún daño, porque Dios bien
sabe que soy inocente. ¡Tampoco he cometido nada malo
contra Su Majestad!
23 Sin ocultar su alegría, el rey ordenó que sacaran del foso a
Daniel. Cuando lo sacaron, no se le halló un solo rasguño,
pues Daniel confiaba en su Dios. 24 Entonces el rey mandó
traer a los que falsamente lo habían acusado, y ordenó que los
arrojaran al foso de los leones, junto con sus esposas y sus
hijos. ¡No habían tocado el suelo cuando ya los leones habían
caído sobre ellos y les habían triturado los huesos!
10. 32 Así que se fueron solos en la barca a un lugar
solitario. 33 Pero muchos que los vieron salir los
reconocieron y, desde todos los poblados, corrieron por
tierra hasta allá y llegaron antes que ellos.34 Cuando Jesús
desembarcó y vio tanta gente, tuvo compasión de ellos,
porque eran como ovejas sin pastor. Así que comenzó a
enseñarles muchas cosas.
35 Cuando ya se hizo tarde, se le acercaron sus discípulos
y le dijeron:
—Éste es un lugar apartado y ya es muy tarde. 36 Despide
a la gente, para que vayan a los campos y pueblos
cercanos y se compren algo de comer.
37 —Denles ustedes mismos de comer —contestó Jesús.
—¡Eso costaría casi un año de trabajo![b] —objetaron—.
¿Quieres que vayamos y gastemos todo ese dinero en
pan para darles de comer?
11. 38 —¿Cuántos panes tienen ustedes? —preguntó—.
Vayan a ver.
Después de averiguarlo, le dijeron:
—Cinco, y dos pescados.
39 Entonces les mandó que hicieran que la gente se
sentara por grupos sobre la hierba verde. 40 Así que
ellos se acomodaron en grupos de cien y de
cincuenta. 41 Jesús tomó los cinco panes y los dos
pescados y, mirando al cielo, los bendijo. Luego
partió los panes y se los dio a los discípulos para que
se los repartieran a la gente. También repartió los dos
pescados entre todos. 42 Comieron todos hasta
quedar satisfechos, 43 y los discípulos recogieron doce
canastas llenas de pedazos de pan y de
pescado. 44 Los que comieron fueron cinco mil.