En Valverde de la Vera, provincia de Cáceres, se celebra este ritual a partir de las 12 de la noche de Jueves Santo. Los empalaos recorren el entramado medieval de las calles del pueblo en el más absoluto silencio. Se arrodillan y rezan en diferentes lugares, guiados únicamente por la luz de sus lazarillos. Hay que tener cuidado. Ojo con el flash. Puede cegarles y, en caso de caídas, los golpes llegarían a ser muy graves, al no tener forma de defenderse, con sus brazos enlazados a un pesado madero.