opinión y perspectiva sobre personas con y sin empatía

1. Empáticamente condenado.
A.S.M.
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EMPÁTICAMENTE CONDENADO
Empatía; del gr. ἐμπάθεια empátheia.
1. f. Sentimiento de identificación con algo o alguien.
2. f. Capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos.
Real Academia Española
Siempre me he preguntado; ¿cómo será vivir sin empatía? Probablemente se
asemeje a la bendita ignorancia que muchas personas presumen y gozan, mientras
que otros envidian. Y la envidian con justa razón pues ya nunca podrán disfrutarla;
han traspasado las barreras de la ignorancia y descubierto los horrores de una cruda
y desagradable realidad. Realidad que les recuerda lo pequeño e insignificantes que
son, así como lo poderoso que es la ignorancia dentro de las masas, gobernando sin
dirección ni sentido, cometiendo los mismos errores una y otra vez, y culpando a lo
que sea posible culpar.
Tanto es el poder de la ignorancia, que ha podido provocar resultados atroces, y en
repetidas ocasiones; como por ejemplo la masacre de San Miguel Canoa. Donde
fueron brutalmente asesinados a golpes un grupo de jóvenes provenientes de la
Benemérita Universidad de Puebla, debido a una serie de malinterpretaciones,
conflictos internos entre los pobladores, y la nula información acerca de lo que
pasaba en ese momento en las comunidades aledañas al pueblo.
Vivir sin empatía debe ser la búsqueda insaciable de momentos placenteros en todo
momento, nada más importa. Entonces los criminales que han cometido actos
atroces seguramente son personas que carecen de empatía, claro además de presentar
en algunos casos algún déficit y/o trastorno mental. Sin embargo estos son los
ejemplos más obvios de una persona sin empatía.
Pero ¿Cuántas personas no han hecho algo intencionalmente que afecta a otro
individuo, aun cuando sabían de antemano que le iba afectar al otro individuo? En
México hay una frase muy famosa que lo ejemplifica y que se ejerce en todo el

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mundo: el que no transa no avanza. La cual quiere decir en otras palabras que; para
avanzar, transcender, tener éxito y prosperar en la vida, si o si debe defraudar,
engañar, robar, etc. Mentir y engañar para culpar a y salir bien librado de alguna
situación, o ser promovido en el trabajo, o para redimir responsabilidades. Todo lo
anterior se ve diario cualquier parte del mundo. Y aunque en algunas personas surge
cierto remordimiento y sensación de culpa (alguna ligera señal de empatía), la
conducta se lleva a cabo para obtener algún beneficio personal a costa de otros.
La empatía es la capacidad que lleva al ser humano a ejercer sus acciones con ética,
con responsabilidad, con honor. Impide que violentes y quieras matar a un ser
humano, aunque este haya cometido algo atroz. Provoca que ayudes a otras personas
o les desees algún bien. Y también te lleva al sufrimiento cuando un ser querido está
pasando por una terrible situación en la cual no hay forma alguna en la que puedas
ayudarle.
¿Y que pasa cuando en lugar de carecer de empatía, se tiene mucha?
En un mundo ideal, donde la mayoría de las personas tuvieran una intensa empatía;
la raza humana tendría una evolución inimaginable difícil de describir en estos
días, pues la existencia del ser humano al fin tendría un propósito dentro del planeta,
una existencia autosustentable, armoniosa y plena tanto con su especie, como con las
muchas otras especies de seres vivos con los que convivimos, no sería destructiva,
egoísta, y sinsentido como lo es actualmente.
Desafortunadamente la raza humana no es así; al contrario, conforme pasan los años
cada vez se observan menos personas con empatía, con algún interés por lo que vive,
siente y percibe otra persona. Aun cuando esta persona sea alguien que se quiere
mucho, o al menos que se dice querer mucho porque el afecto seguramente está
estrechamente relacionado con la empatía. La empatía actualmente en 2021, es un
término fuertemente arraigado en nuestras mentes, pero que nunca aplicamos dentro

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de nuestras vidas diarias, si acaso se vislumbra lo que es la empatía en casos severos
donde una gran cantidad de personas se encuentran sufriendo, como por ejemplo en
desastres naturales donde mueren y sufren muchos seres humanos. Mucha gente
seguramente dirá lo contrario; que aún existe empatía y bondad dentro de nosotros y
que el autor de este texto sólo está viendo la raza humana de una forma
distorsionada por algunos sentimientos coléricos y acontecimientos aleatorios.
Lo que yo veo; es la empatía al borde de la extinción, al igual que la propia raza
humana. He visto que en situaciones donde se debe cooperar, coordinar y actuar de
manera racional, se hace lo contrario; basta con observar lo sucedido durante la
actual pandemia del virus SARS-COV-2. Conforme el virus iba llegando a cada uno
de los países, estos países se veían sometidos a la escasez de insumos médicos
básicos porque la gente acaparaba todo. Aún no había rastros del virus dentro de las
comunidades, pero todos ya contaban con cubrebocas, geles sanitizantes, alcohol y
hasta con oxímetros. En algunos países hasta el papel higiénico escaseó, ¿que
pretendían hacer? ¿momificarse con el papel higiénico para que el virus no entrara?
Seguramente por esta conducta masiva de la gente, mucho personal de salud se vio
afectado, contagiado, o incluso murió, por no contar con la suficiente cantidad de
cubrebocas o de alcohol. Ah pero todas las familias ya contaban con litros de
alcohol y cajas llenas se cubrebocas, los cuales se utilizaron una sola vez, en el
mejor de los casos bien utilizado por cuidar a un contagiado o para evitar contagiar a
otros. Pero seguramente muchos de estos insumos fueron desperdiciados, mal
empleados o simplemente para ir a dar la vuelta, visitar al amigo(a), familiar o a la
pareja. Mucha gente que hizo compras de pánico provoco el sufrimiento y muerte de
personas que no tuvieron acceso a esos productos que escasearon.
Con lo anterior estimado lector, si tu aún cuentas con una pizca de empatía, o de
razón, seguramente sentiste un malestar o incomodidad (aunque sea uno muy
ligero) en el vientre, como si se tensará parte del intestino o del estómago, o un

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obstáculo para tragar saliva cómodamente. Pues esa ligera incomodidad o malestar
es una pizca de lo que siente una persona altamente empática, que vive en una
sociedad que va de mal en peor. Pero ese malestar es mucho más intenso y surge
mientras suceden las cosas o incluso antes de que sucedan. Como se comentó al
inicio del texto; un empático intenta ayudar y sufre cuando alguien sufre. Pero ¿qué
puede hacer un empático cuando no hay insumos médicos disponibles? Solo esperar
la noticia de cuantos muertos y contagiados hay. Y sentir impotencia por no poder
hacer algo al respecto.
En muchas ocasiones el sufrimiento del empático puede llegar a ser más intenso que
el sufrimiento del ser perjudicado, esto por la impotencia de poder responder ante un
acto ajeno a él. Como cuando se castiga o humilla a un niño por ensuciar su ropa, o
cuando se mata a un animal, o cuando se humilla y violenta a una mujer y esta no
hace nada más que tolerar y pasar por alto tales abusos y humillaciones. Muchas de
estas personas violentadas están tan acostumbradas a tales tratos, que pueden llegar
a pasar por alto tal evento. Sin embargo para el empático, nada remedia un
sufrimiento intenso por un daño que sufre un ser vivo que no merece tales tratos. El
empático puede demandar, exigir, golpear o matar al abusador pero eso no remedia
nada. Los malestares que se manifiesta un empático son los mismos que cualquier
persona presenta en una situación de preocupación o ansiedad extrema. Con la
diferencia de que para el empático sucede en prácticamente cualquier situación
donde algún ser vivo se ve expuesto a un poco de malestar o sufrimiento por mínimo
que este sea. De tal manera que estos malestares van desgastando física y
mentalmente al empático día tras día, y las consecuencias de esto son casi idénticas
a las condiciones de desgaste físico-mental que presentan aquellas personas con
trastornos de ansiedad o depresivos crónicos.
Actualmente el tratamiento que reciben las personas altamente empáticas es
prácticamente el mismo que reciben las personas con trastornos de ansiedad y

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depresión, sin embargo la probabilidad de que surtan efectos beneficiosos para la
persona empática son menores, ya que estos consisten en técnicas para hacer frente
ante situaciones de ansiedad, así como la aceptación de aquellas situaciones en las
que no se pueda llevar a cabo algún cambio por parte del paciente. Pero para el
empático todas aquellas situaciones que le causan ansiedad y que no puede cambiar
son todas aquellas que le causan molestias, además son demasiadas situaciones las
que se le presentan diariamente; la cantidad de personas carentes de empatía van en
aumento; para estas personas las cosas sin importancia resultan ser importantes hoy
en día, y lo que es vital se menosprecia y se malgasta. De tal manera que las pocas
personas que aún están dotados con empatía, con aquella capacidad que podría
mejorar a la raza humana, están condenados a una vida diaria de malestar y
sufrimiento hasta el día de su muerte. O al menos hasta que una serie de sucesos
lleven a la humanidad al borde de la extinción, y los sobrevivientes despierten tal
capacidad exclusiva del ser humano con la que somos dotados desde que nacemos, y
vamos perdiendo mientas crecemos y convivimos en esta sociedad completamente
irracional y disfuncional.
A.S.M. 22-11-2021