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EL VERDADERO ESTADO DE LOS MUERTOS Y LA
                RESURRECCIÓN.  P OR AL E XANDE R GE LL .




Impregnada en prácticamente todas las culturas del mundo y raíz de casi todo conjunto de
creencias religiosas es que algo inmaterial, llámese Alma o Espíritu, sobrevive a la muerte del
cuerpo. Esto ha derivado en un gran número de doctrinas y creencias tales como la
inmortalidad del alma, el espiritismo, la reencarnación, el purgatorio, invocar espíritus de
muertos, los tormentos eterno del infierno, etc.

En general, "el alma" se concibe como un principio interno, vital y espiritual, fuente de todas
las funciones físicas y en concreto de las actividades mentales. La creencia en alguna clase de
alma que puede existir independiente del cuerpo se encuentra en casi todas las culturas y
religiones conocidas. Esta creencia afirma que el ser humano tiene dentro de sí mismo una
especie de consciencia con cuerpo inmaterial que continua viviendo después de la muerte
física. Es como si el hombre viviere dentro de un cascaron llamado cuerpo; cuando este
cascaron se deteriora y muere entonces el supuesto hombre interno (alma) queda libre y
continua viviendo una vida inmortal. Por tanto lo que postula el 99 punto 9 por ciento de todas
las religiones del mundo es que en realidad la muerte nunca ha existido; ya que,
supuestamente, lo que muere es el cuerpo, pero el alma (el hombre interior o entidad
espiritual) queda con una vida sin fin.

Muchos piensan que la persona que muere, si se ha portado bien, va INMEDIATAMENTE al
cielo; caso contrario, si se ha portado mal; va INMEDIATAMENTE al infierno o al purgatorio.
Otros piensan que va al mundo de los espíritus. Hay quienes sostienen que se reencarna en
otro ser que nace, superior o inferior de acuerdo a como ha vivido su karma aquí. Hay un sin
fin de doctrinas religiosas que coinciden con una idea fundamental: “Hay algo dentro de
nosotros que es inmortal, que sigue viviendo cuando uno muere.” Ese algo dicen que es el
alma.
La realidad es que la distancia que separa a la enseñanza bíblica sobre la vida y la muerte en
contraste del conjunto de enseñanzas comunes a través de la historia y de toda cultura que
existe, es la más poderosa validez para no dudar de su absoluta veracidad, y así guiarnos a la
verdad; ya que las sagradas escrituras postula algo muy diferente a las creencias populares y
culturales de todos los tiempos. Por tanto debemos preguntarnos: ¿Qué dice la biblia sobre
este tema? ¿Existe dentro del ser humano un alma inmortal? ¿El ser humano continua
viviendo inmediatamente muere? ¿Por qué casi todas las religiones del mundo afirman que
existe el alma inmortal dentro del ser humano?. ¿existe en realidad un lugar de tormentos
llamado infierno?.




        PRIMERA PARTE: EL HOMBRE MISMO ES UN ALMA.

Para poder conocer si existe dentro del ser humano un alma inmortal o no, lo primero que
tenemos que analizar es cuál era el estado de existencia de Adán y Eva cuando Dios los creó;
ya que ellos son el reflejo primordial de toda la raza humana. Este es el relato bíblico:

‘’Entonces Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y
fue el hombre un ser viviente. ’’ Génesis 2: 7.

En este breve versículo encontramos muchas de las respuestas que necesitamos para poder
saber y entender en que consiste el verdadero estado del hombre desde su misma creación. Lo
primero es que Adán no tenía existencia alguna antes de que Dios lo creára del polvo de la
tierra. Adán no estaba vivo en el ámbito espiritual en forma de alma inmortal o espíritu con
conciencia para luego Dios meterlo dentro del cuerpo de barro; la realidad es bien simple:
Adán llegó a tener existencia solo después que Dios soplara el aliento o hálito de vida en el
cuerpo de barro. Esto debemos tenerlo bastante claro desde el mismo principio de este
estudio: ¿cuál fue el resultado de la combinación del cuerpo de barro y el hálito (espíritu) de
vida dado por Dios?: el pasaje dice: y fue el hombre un ser viviente.

En algunas traducciones bíblicas la palabra ser viviente se traduce muy correctamente como:
alma viviente. Lo que la Biblia enseña es que el hombre es un ALMA VIVIENTE gracias a la
combinación del cuerpo y el espíritu. Es decir: cuerpo + espíritu = Alma viviente.

El primer hombre, Adán, llegó a ser, según las Escrituras hebreo arameas, un alma viviente (ne
´phesh en hebreo), es decir, una persona viviente después que Dios le proporcionó el aliento
de vida (ruaj en hebreo) al cuerpo de polvo. No dice el texto que se le haya dado un alma
inmortal o que se le haya introducido una psikhé (en griego) que vivía de forma invisible
dentro de Adán.

En 1 Corintios 15:45 el apóstol pablo certifica esto de la siguiente manera:

“Así también está escrito: ‘’El primer hombre Adán vino a ser alma viviente.’’
Aquí las Escrituras Griegas Cristianas concuerdan con las Escrituras Hebreas en cuanto a lo que
es el alma bíblica. Al comparar estos versículos nos damos cuenta que el apóstol Pablo traduce
ser viviente por alma viviente, en otras palabras ser viviente y alma viviente son sinónimos.
Esto también da a entender que la vida de Adán comenzó exactamente en ese momento.

Dios formó al primer hombre del polvo de la tierra y para darle vida (aliento o espíritu) Dios
sopló en el hombre lo que la biblia llama espíritu de vida o aliento de vida; es decir: energía
vital (RUAJ). Esto quiere decir que antes de ese soplo de Dios este primer hombre llamado
Adán no estaba vivo (no existía) en ninguna parte. Cuando el aliento o espíritu de vida entró
dentro del hombre hecho del polvo entonces este se convirtió en un alma viviente o ser
viviente; esto quiere decir que el ser humano en realidad no tiene un alma dentro de sí; en
realidad: el hombre mismo es un alma. Esto lo certifica un hombre sabio llamado Job;
Leámoslo:

‘’El espíritu de Dios me hizo, y el soplo del omnipotente me dio vida... de barro fui yo
también formado’’. Job 33:4-6.

Vemos aquí la presencia de tres elementos: Tierra, espíritu de vida y ser viviente. Ser o alma
viviente, Psique, es el resultado de la unión de los otros dos:

Tierra + soplo de vida = Ser viviente.

Cuerpo + espíritu = Alma viviente.

Soma + Pneunma = Psique (en griego).

El alma es la persona misma. En 1 Pedro 3:20; con relación al alma bíblica dice:

“En los días de Noé… unas pocas personas, es decir, ocho almas, fueron llevadas a salvo a
través del agua.”

En Josué 11:11 también aclara una característica del alma bíblica:

“Se pusieron a herir a filo de espada a todas las almas que había en ella.”

Notemos aquí que el alma bíblica, es algo que se podía tocar con la espada, por lo que las
almas de ese texto no podrían haber sido espíritus.

Además, observamos el uso de la palabra alma en el sentido de persona en romanos 13:1, que
exhorta: “Toda alma esté en sujeción a las autoridades superiores”, Este versículo no ofrece
ningún indicio de que el alma sea algo inmaterial que sobreviva al cuerpo inmediatamente
este muere; sino que especifica que el alma es la persona misma.

No es el alma lo que da la vida, sino el halito de vida o espíritu que Dios puso en el hombre. Ya
lo dijo el mismo Jesús:

‘’El espíritu es lo que da vida; la carne para nada aprovecha. Juan 6: 63.

Ese espíritu no es una entidad que sigue consciente después de la muere; sino que es
simplemente la energía vital que da vida al cuerpo de polvo. Esto es precisamente lo que
enseña el apóstol Santiago, es decir; que es el espíritu o aliento de vida lo que mantiene al ser
humano con vida y no una supuesta alma inmortal:

‘’Pues como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta’’.
Santiago 2: 26.

El siguiente versículo es la confirmación de lo que venimos hablando:

‘’Si pensara en retirarnos su espíritu, en quitarnos su hálito de vida, todo el género humano
perecería, ¡la humanidad entera volvería a ser polvo!’’. Job 34: 14-15.

Cuando hablamos del 'polvo' por ejemplo, algunos se preguntan que como pudiera ser, que de
algo tan sencillo se hiciera algo tan complicado, como lo es el cuerpo humano? No tendría que
ser este 'polvo' algo especial? Y aquí la ciencia moderna realmente nos ha dado una ayuda, al
reducir toda cosa existente a unos 120 elementos fundamentales, como lo son el helio,
hidrogeno, oxigeno, nitrógeno, carbono, etc... y todo lo hecho, está hecho de los mismos
elementos. Así que cuando recogemos un poco de polvo en nuestras manos, o un terruño,
aunque sea difícil creerlo, el terruño y la mano están hechos de los mismos materiales, solo
que en diferentes proporciones, y no diferentes estructuras.

Ciertamente el alma muere; no es inmortal: la misma boca de Dios lo confirma de la siguiente
manera:

‘’He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el
alma que pecare, esa morirá.’’ Ezequiel 18:4.

También debemos preguntarnos:

¿Qué hay de los animales? ¿También son almas? Pues bien, observemos cómo describe la
Biblia la creación de los animales: Dios pasó a decir: Enjambren las aguas un enjambre de
almas vivientes (seres vivientes). En el siguiente día creativo, ordenó: Produzca la tierra almas
vivientes según sus géneros, animal doméstico y animal moviente y bestia salvaje de la tierra
según su género (Génesis 1:20- 24). Por ello, tanto los seres humanos como los animales son
almas; esta es la forma en que lo afirma la biblia:

Dice en Eclesiastés 3: 18-20 de la siguiente manera: ‘’Pensé también con respecto a los
hombres: «Dios los está poniendo a prueba, para que ellos mismos se den cuenta de que son
como los animales. Los hombres terminan igual que los animales; el destino de ambos es el
mismo, pues unos y otros mueren por igual, y el aliento de vida es el mismo para todos, así
que el hombre no es superior a los animales. Realmente, todo es absurdo, y todo va hacia el
mismo lugar. »Todo surgió del polvo, y al polvo todo volverá.’’

Eclesiastés 3:19-21 dice: “Hay un suceso final con respecto a los hijos de la humanidad y un
suceso final con respecto a las bestias, y ellos tienen el mismo suceso final. Como muere el
uno, así muere la otra; y todos ellos tienen un solo espíritu, de modo que no hay
superioridad del hombre sobre la bestia, porque todo es vanidad. Todos están yendo a un
solo lugar’’.
Debido a que heredamos el pecado y la muerte de Adán, todos los humanos morimos y
regresamos al polvo, al igual que los animales; ya que ‘’la paga del pecado es la muerte’’. En el
relato del diluvio podemos ver que en aquella gran destrucción mundial no hubo diferencia
entre los animales y los seres humanos, es decir: tanto Dios como la muerte trató a todos por
igual sin hacer ningún tipo de diferencia; Leámoslo:

‘’Así murió todo ser viviente (alma viviente), que se movía sobre la tierra: las aves, los animales
salvajes y domésticos, todo tipo de animal que se arrastraba por el suelo, y todo ser humano.
Pereció todo ser que habitaba la tierra firme y tenía aliento de vida. Dios borró de la faz de la
tierra a todo ser viviente, desde los seres humanos hasta los ganados, los reptiles y las aves
del cielo. Todos fueron borrados de la faz de la tierra. Sólo quedaron Noé y los que estaban
con él en el arca’’. Génesis 7: 21-23.

Vemos entonces que todos los seres creados viven por la voluntad y el poder de Dios. Son
receptores dependientes de la vida o el aliento que le da Dios. Desde el más sublime Serafín,
hasta el ser animado más humilde, todos son renovados por la Fuente de la vida. Su Espíritu o
aliento es el que nos hace vivir, por lo tanto ahora es más fácil entender lo que es la muerte: la
inversa de la vida; esto es lo que afirma las escrituras cuando un hombre muere:


‘’Y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dió’’: Eclesiastés
12:9.

Debemos preguntarnos: ¿Qué sucedería si Dios decidiera la extinción de todos los seres
vivientes?: observe ahora la respuesta bíblica:

‘’les quitas el hálito, dejan de ser, y vuelven al polvo”. Salmos 104:29.

Los defensores de la doctrina de la inmortalidad del alma postulan que en realidad el alma no
muere: que lo que muere es el cuerpo: pero vemos que las sagradas escrituras no dan ningún
tipo de apoyo a tal creencia. Por ejemplo En Ezequiel 18:4, 20 el Señor dice que ‘’el ALMA que
peque, esa morirá’’. Ya sabemos que el alma es la persona completa: por tanto ese pasaje de
Ezequiel es de una claridad irrefutable: el alma es mortal. Es tan así que el hombre no puede
de ninguna manera ganar la pelea con la muerte cuando esa hora le toca; esto es lo que afirma
las escrituras; Leámoslo:

‘’No hay quien tenga poder sobre el aliento de vida, como para retenerlo, ni hay quien tenga
poder sobre el día de su muerte’’. Eclesiastés 8: 8.

Es cierto que hay pasajes bíblicos en los que se menciona que el alma sale del cuerpo o regresa
a él. Por ejemplo cuando la Biblia explica que Raquel murió al dar a luz, lo hace con estas
palabras: “Al ir saliendo el alma de ella (porque murió), lo llamó por nombre Ben-oní; pero su
padre lo llamó Benjamín” (Génesis 35:18). Y al referirse a la resurrección del hijo de una viuda,
1 Reyes 17:22 dice: “Jehová escuchó la oración de Elías, de modo que el alma del niño volvió
dentro de él, y llegó a vivir”. ¿Cómo podemos explicar estos textos? Pues es sencillo,
recordemos que uno de los significados de la palabra alma es “vida”. Por lo tanto, el alma de
Raquel iba saliendo de ella en el sentido de que su vida se estaba extinguiendo. De hecho,
algunas Biblias expresan el sentido de la frase “al ir saliendo el alma de ella” con otras
palabras; por ejemplo, “escapándosele ya la vida” (Biblia del nuevo milenio) o “con su último
aliento’’. De modo similar, en el caso del hijo de la viuda, fue su vida lo que volvió a él (1 Reyes
17:23). O sea que la muerte, es expirar; observen las raíces griegas de esta palabras en
español: ex - fuera, spiros - respiración, aliento; en pocas palabras: sin aliento. Así que hasta
nuestro idioma reconoce que la muerte viene cuando el aliento sale. No hay en el hombre una
parte espiritual que sobreviva a la muerte del cuerpo.

Salmos 146:4 dice:

“Sale su espíritu, él vuelve a su suelo; en ese día de veras perecen sus pensamientos.”

La palabra hebrea que se traduce espíritu aquí es un derivado de ruaj. Algunos traductores la
vierten aliento. Cuando esta ruaj —o fuerza vital activa— sale del cuerpo, los pensamientos de
la persona perecen; no continúan en otra región o esfera.

‘’El espíritu no es la persona (el alma), sino la energía que da la vida a la persona. Sería algo
así como la energía eléctrica que hace funcionar los aparatos eléctricos. Cuando no hay
energía, el aparato no funciona. De igual forma, el cuerpo sin el espíritu está muerto,
inactivo (Santiago 2:26). Cuando morimos, el cuerpo vuelve al polvo de la tierra de donde
fue hecho, y esa energía o espíritu vuelve al Señor que la dio (Eclesiastés 12:7), entonces el
alma muere (Ezequiel 18:4,20), y dejamos de existir, hasta el día de la resurrección. ¡En
ningún caso es el alma lo que vuelve al Señor, sino el espíritu! Observe que el espíritu no
desciende al Hades o Sheol, sino que vuelve al Señor que lo dió. Por lo tanto, los que
enseñan que en el Hades hay espíritus: ¡están mintiendo! La Biblia no dice por ninguna parte
que en el Sheol (Hades) existan espíritus. Los patriarcas sabían que los muertos descendían
al Sheol (Génesis 37:34-35), es decir, al reino de los muertos, en el interior de la tierra.
¡Dicho lugar no estaba en un "más allá", sino debajo de la tierra! En las Escrituras no se dice
por ninguna parte que el Sheol se encuentre en un "más allá". El Sheol o Hades siempre
están en el interior de la tierra, donde van a parar los muertos que son sepultados. La Biblia
no dice por ninguna parte que en el Sheol existan personas vivas, ¡¡ahí solo moran los
cadáveres de los fallecidos!!, ya que se trata del reino de los MUERTOS, ¡no de los vivos! El
Sheol o Hades no son un sepulcro individual, sino el reino de los muertos, siendo el sepulcro
el símbolo físico. El sepulcro es la puerta por la que se entra al reino de los muertos, el Sheol
(Hades). Jesús dijo que esas "puertas" del Hades no prevalecerán contra su Iglesia (Mateo
16:18), En otras palabras, los sepulcros no podrán contener para siempre a los cristianos
muertos, ya que estos resucitarán y vencerán a la muerte y el Hades’’. (1Corintios 15:51-55).
(Las 21 tesis de tito).

La Palabra de Dios contesta que no hay nada que los humanos tengan como resultado del
nacimiento que, al morir, los haga superiores a las bestias. Sin embargo, debido a la provisión
misericordiosa de Dios mediante Cristo, a los humanos que ejercen fe se les ha ofrecido la
perspectiva de vivir para siempre. Para muchos de la humanidad esto se realizará mediante la
resurrección, cuando la fuerza vital activa procedente de Dios les imparta vigor de nuevo en un
nuevo cuerpo; entonces el hombre volverá a ser nuevamente un alma o ser viviente; pero en
este caso inmortal (no morirá jamás).
El salmo 104 hablando de la dependencia que tiene todo lo creado a su creador afirma que
todo ser viviente vive por el halito o aliento de vida dado por Dios; por tanto cuando este
espíritu o halito de vida es quitado todo regresa al polvo; tanto en los humanos como en
cualquier ser viviente (animales); Leámoslo:

‘’Todos ellos esperan en ti, que le des alimento a su tiempo. Tú les das, y ellos recogen;
abres la mano, y se colman de bienes. Si escondes tu rostro, se aterran; si les quitas el
aliento, mueren y vuelven al polvo. Pero si envías tu Espíritu, son creados, y así renuevas la
faz de la tierra.’’ Salmos 104: 27-30.

El apóstol Pedro citó de los escritos de Moisés acerca de Jesús y dijo:

“En verdad, cualquier alma que no escuche a ese Profeta será completamente destruida de
entre el pueblo.” (Hechos 3:23).

En consistencia con esta verdad fundamental, ni una sola vez en todos sus versículos dice la
Biblia que las almas humanas o las almas animales sean inmortales, imperecederas, que
no puedan ser destruidas ni morir; en realidad no existe en toda la biblia la frase alma
inmortal. Sin embargo, hay docenas de textos bíblicos que muestran que el alma puede morir
o ser muerta. (Levítico 23:30; Santiago 5:20). Hasta de Jesucristo la Biblia dice:

“Derramó su alma hasta la mismísima muerte.” (Isaías 53:12).

‘’Si el alma fuera inmortal, Jesús HABRÍA MENTIDO. Jesús dijo que vino para dar su ALMA (su
vida) en rescate de muchos: " Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para
servir, y para dar su vida (alma) en rescate por muchos." (Marcos 10:45). La palabra griega
traducida por "vida" es psijé, que también es traducida por ALMA. El alma es el ser vivo, la
persona. Ahora bien, si el alma fuera inmortal, ¡¡entonces Jesús no habría dado su alma o
vida en rescate!!, es decir, NO HABRÍA MUERTO, y no existiría la redención por su sangre.
Por lo tanto, la doctrina de la inmortalidad del alma es absolutamente diabólica, ¡es un
ataque frontal contra el Evangelio!, sin embargo, es una doctrina enseñada por la inmensa
mayoría de aquellos que se hacen llamar "cristianos". Fue el diablo quién engañó a Eva,
diciendo que, si pecaban, no morirían, es decir, serían inmortales (Génesis 3:4).La doctrina
de la inmortalidad del alma la originó hace milenios el propio Satanás. Esta mentira diabólica
se propagó por todo el mundo, y hoy la enseñan miles de falsos profetas y de falsos
maestros que se hacen pasar por ministros del CRISTO, pastores y evangelistas. Muchos
"maestros de la Biblia" enseñan que el alma no resucita, porque ellos dicen que no muere,
sin embargo, la palabra de Dios dice que el alma muere, por tanto, resucita. Por eso es que,
en Apocalipsis 20:4, leemos que Juan vio las almas de los mártires cristianos resucitadas: "Y
vi las ALMAS...y volvieron a vivir (resucitaron) y reinaron con Jesús mil años". Por lo tanto,
es el ALMA, la persona, lo que resucitará, porque el alma MUERE. Observe bien, si los
muertos volverán a vivir cuando resuciten, significa que ellos no están vivos en ningún lugar.
Si los muertos ya estuvieran vivos, entonces no tendría sentido que la Escritura diga
VOLVIERON A VIVIR, si ellos ya están vivos, ¿para qué van a volver a vivir? Los muertos
volverán a vivir (resucitarán) porque ahora no están vivos en ningún sitio. Jesús dijo bien
claro que los muertos vivirán, ¡en tiempo futuro! "Yo soy la resurrección y la vida, el que
cree en mi, aunque esté muerto, VIVIRÁ" (Juan 11:25), si los muertos ya estuvieran vivos en
un "más allá", entonces Jesús NUNCA habría dicho esas palabras, sino que habría dicho algo
como esto: "el que cree en mi, aunque esté muerto, no está muerto de verdad, sino que
sigue vivo en el más allá". Por lo tanto, los "cristianos" que enseñan la doctrina de la
inmortalidad del alma, es decir, la doctrina de que el alma sobrevive a la muerte, NO SON
cristianos. La Biblia dice bien claro que los muertos duermen en el polvo de la tierra (Daniel
12:2, Juan 11:11, Hechos 7:60, 1Corintios 11:30, 15:20, 1Tesalonicences 4:13-14, 5:10), y,
como ya hemos visto, es la persona quien duerme en el sepulcro, ¡¡no solamente su
cuerpo!!. La palabra de Dios lo que hace es utilizar el símil de la dormición para enseñar que
los muertos resucitarán con toda certeza. Cuando dormimos, despertamos después. De igual
forma, cuando alguien muere, que tenga la seguridad de que Dios le despertará el día de la
resurrección. Es interesante saber que, para Dios, los muertos no duermen, sino que viven
(Lucas 20:38), ¿por qué? por la sencilla razón de que Dios ve el futuro, y, por tanto, él ve a
todos los muertos resucitados y vivos (Lucas 20:35-37).’’ (Las 21 tesis de tito. COM).

Vemos, pues, que el alma humana es la persona misma, y cuando la persona muere, es el alma
humana lo que muere.

Por lo tanto; la biblia demuestra con suma claridad que los muertos están inconsciente en el
sueño de la muerte; Leámos varios pasajes que lo certifican:

1. Los muertos nada saben: "Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos
nada saben..." Eclesiastés 9:5.

2. Mueren sus sentimientos. "También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca
más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol...porque en el Seol [sepulcro],
adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría." Eclesiastés 9:6, 10.

3. Perecen sus pensamientos. "Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra; en ese mismo día
perecen sus pensamientos." Salmos 146:4.

4. No saben nada, ni de sus seres más queridos. "Sus hijos tendrán honores, pero él no lo
sabrá; o serán humillados, y no entenderá de ello." Job 14:21.

5. Ni siquiera alaban a Dios. "No alabarán los muertos al SEÑOR, ni cuantos descienden al
silencio." Salmos 115:17. (Algunos evangélicos pentecostales predican la mentira de que el
cristiano que muere pasa de forma inmediata al cielo a ‘’alabar y exaltar a Cristo’’).

6. La muerte no hace diferencia entre sabios y necios, Buenos y malos. ‘’Pues nadie se
acuerda jamás del sabio ni del necio; con el paso del tiempo todo cae en el olvido, y lo mismo
mueren los sabios que los necio’’. Eclesiastés 2:16.

7. Es por esto que Dios tiene misericordia; porque El sabe que somos polvo. ‘’Tan compasivo
es el SEÑOR con los que le temen como lo es un padre con sus hijos. Él conoce nuestra
condición; sabe que somos polvo``. Salmos 103:13-14.

8. Los muertos duermen. "Mas el hombre morirá... ¿y dónde estará él? ... hasta que no haya
cielo, no despertarán, ni se levantarán de su sueño". Job 14:10-12.
Lázaro estuvo 4 días muerto en el sepulcro. Jesús comparó la muerte de lázaro con el sueño
cuando dijo: ‘’lázaro duerme’’, cuando los demás discípulo escucharon esas palabras dijeron:
‘’si duerme, entonces se va a sanar’’, pero Cristo les especifica que en realidad lázaro estaba
muerto. Simplemente Jesús comparó la muerte con la inconsciencia del sueño. Cuando maría
le reprocha a Cristo por la muerte de lázaro Jesús le dice: ‘’yo soy la resurrección y la vida, el
que cree en mi, aunque este muerto; vivirá’’. Note que la palabra vivirá esta en tiempo futuro:
por tanto maría, como todos los judíos, entendió que Cristo se refería a la resurrección de los
muertos al final de los días; lo cual es correcto. La palabra vivirá también deja claro que lázaro
no estaba vivo en ninguna otra parte en forma de alma o espíritu inmortal. Entonces Cristo,
para que todos supieran que él era el comisionado por Dios para devolverle la vida a los
muertos, va a la tumba y, en alta voz, Dice: ‘’lázaro, sal fuera’’: y el muerto resucitó; es decir:
volvió a vivir. Como podemos ver Jesús llamó a lázaro, el cual estaba muerto. Ese muerto
estaba en su tumba, es decir: no se encontraba en otro sitio vivo en forma de alma inmortal.
Lázaro no regresó del más allá, ni vino del paraíso ni del cielo a meterse en el cuerpo que
estaba en el sepulcro. Simplemente Cristo dijo la palabra y Dios activó el ruaj (energía vital)
regenerando de esta forma el cuerpo de lázaro. Imagínense que lázaro hubiera estado vivo en
forma de alma inmortal en algún paraíso espiritual antes que Cristo lo resucitara; seguro que
hubiera dado el gran testimonio para que esa experiencia quedara registrada como enseñanza
para los creyentes. Además; si lázaro hubiera estado en algún paraíso seguro que se hubiera
enojado con Cristo por sacarlo de ese lugar de delicia para traerlo de nuevo a pasar aflicciones
en este mundo. La verdad es que lázaro no dijo nada de eso porque él estuvo en la
inconsciencia de la muerte por 4 días, y así se hubiera quedado por milenios hasta en día de la
resurrección si Cristo no lo hubiese llamado de vuelta a la vida en ese momento. (Leer Juan
capitulo 11).

Únicamente Dios es el único que puede darle vida al género humano: y esa vida el la da a
través de Jesucristo. Es por esto que debemos obedecer al señor en todo, y perseverar hasta el
final.

‘’El cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en
hacer el bien, buscan gloria, honra e inmortalidad.’’ Romanos 2:6-7.

 El hombre debe de buscar la inmortalidad ya que naturalmente no la posee, el único que tiene
inmortalidad es Dios:

‘’El único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible y a quien ninguno de los
hombres ha visto ni puede ver. A él sea la honra y el imperio sempiterno. Amén’’. 1 Timoteo
6:16.

Por lo tanto; la definición bíblica de alma es sencilla y coherente: designa a un ser humano, a
un animal o a la vida que hay en ellos.

Llegamos a la conclusión bíblica de que el alma es el producto resultante de la unión del
espíritu o energía de vida dado por Dios con el cuerpo de polvo; y la muerte es la ausencia del
espíritu o hálito de vida del cuerpo; es lo contrario a la vida. Cuando el ser humano muere esa
energía vital regresa a Dios y el cuerpo se desintegra y se convierte nuevamente el polvo. Ese
ruaj o espíritu de vida no tiene conciencia; sinó que se funde en el poder de Dios como un
archivo o testimonio de quien era esa persona: es por eso que Dios conoce a todos los que han
muerto. Todos los muertos permanecen en sus sepulcros hasta el día de la resurrección.

Ahora que conocemos esto debemos preguntarnos: ¿de dónde surge la doctrina de la
inmortalidad del alma y de los tormentos eternos del infierno?.




        SEGUNDA PARTE: PROCEDENCIA DE LA DOCTRINA
         SATÁNICA DE LA INMORTALIDAD DEL ALMA Y LOS
                    TORMENTOS ETERNOS.

Dios le dijo a Adán que el día que desobedeciera, comiendo del árbol de la ciencia del bien y el
mal, ciertamente iba a morir. Pero hubo otra opinión que fue susurrada a los oídos de Eva,
compañera de Adán: "No moriréis" , le dijo aquella vos (Génesis 3:4), en contraposición al
claro y preciso mandato de Dios. Y a pesar de que la tierra esta llena de cementerios y tumbas
que prueban la afirmación divina, existe aún en el hombre la idea de una inmortalidad a pesar
de todo; bajo los mismos términos que le fueron susurrados a Eva: "No morirás", pese a todo
lo que hagas en tu vida. Esa opinión fue derivando en muchos conceptos y doctrinas con los
cuales se ha bombardeado la sensibilidad de las personas doloridas por la pérdida de algún ser
querido. Se divulgan por medio de películas, folletos, sectas y credos que defienden las teorías
de la reencarnación, los tormentos del infierno, el purgatorio, el contacto con los muertos y el
culto a los espíritus. Todas estas tienen una raíz común: la creencia de la inmortalidad del alma
que es lo mismo que espiritismo; todo esto esta fundamentado en las palabras de aquel que le
habló a Eva diciéndole: ‘’no moriréis’’.

¿Quién le dijo a Eva que nunca morirían aunque desobedecieran a Dios?. El apóstol pablo da la
siguiente respuesta:

‘’pero temo, que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de
alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo. ’’ 2corintios 11: 3.

Notamos que quien le dijo a Eva que nunca morirían (doctrina de la inmortalidad del alma y el
fundamento del espiritismo), según el apóstol pablo, fué la serpiente. Pero debemos
preguntarnos: ¿Quién es esta serpiente?. En el libro de apocalipsis 12:9 se habla sobre la
identidad de ese ser que habló con Eva en el huerto de Edén; dice:

‘’y fue lanzado el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual
engaña al mundo entero’’.
Vemos como la misma biblia identifica a esta serpiente con el dragón llamado diablo y Satanás.
El trabajo de este ser es engañar al mundo entero.

Mientras que Dios le dice al ser humano en su principio ‘’el día que comas de ese árbol
ciertamente morirás,’’ luego aparece el diablo diciendo totalmente lo contrario; es decir: no
moriréis.

Para nosotros poder llegar al fundamento de la verdad debemos analizar que sucedió con
Adán y Eva después que desobedecieron a Dios: ¿murieron o no murieron? ¿Quién tenía la
razón: Dios o el diablo?.

Después que Adán y Eva obviaron el mandato de Dios y comieron del fruto prohibido, Dios
viene a hablar con ellos y a emitir el juicio (el castigo) por la transgresión. Lo primero es que
Dios castiga a la serpiente y la condena a vivir siempre arrastrándose y a comer polvo hasta el
día de su destrucción. Dice la biblia que el hombre es polvo y al polvo va a regresar por tanto la
serpiente (Satanás) devora seres humanos engañándolos y llevándolos a la destrucción a
través del pecado. Es por esto que la palabra de Dios dice que el diablo anda como león
rugiente buscando a quien devorar. Luego Dios emite juicio en contra de la mujer
condenándola a parir con grandes dolores y a vivir queriéndose imponer sobre el hombre pero
este la dominará. Por último Dios emite juicio sobre Adán condenándolo a mantenerse del
sudor de su frente en un mundo maldito que va a producir cardos y espinos (leer génesis 3: 8-
18).

Si nosotros aplicáramos la idea de la cristiandad católica y pentecostal a la desobediencia de
Adán podemos decir que este, después de muerto, se encuentra vivo sufriendo el castigo de
los sufrimientos eterno del infierno donde, supuestamente, van a parar todos aquellos que
mueren en desobediencia y sin el perdón de Dios. Pero ¿le sucedió esto a Adán? Vean la
condena de Adán dictada por la misma boca de Dios:

‘’con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste
tomado; pues polvo eres y al polvo volverás’’.

Como podemos ver; Dios no condenó a Adán a quemarse sin poder morir en el fuego del
infierno por desobediente. Tampoco lo introdujo, después de muerto, en el purgatorio para
purificarlo y luego llevarlo al paraíso como creen los católicos; pero tampoco lo perdonó y se lo
llevó al cielo después de muerto. La condena que Dios le impuso a Adán no tiene
absolutamente nada que ver con ninguna vida inmediata después de la muerte. Antes de Adán
recibir el aliento de vida él era simplemente polvo; por consiguiente la condena de Adán
consiste en regresar al estado de inexistencia de donde Dios lo había una vez sacado. Esas son
las palabras que Dios le pronunció: ‘’polvo eres y al polvo vas a volver’’. Por tanto, desde el
día que pecaron, Adán y Eva comenzaron el proceso de degeneración (envejecimiento) que al
final les llevó a la muerte. Me gusta mucho la definición que da el gran erudito bíblico Tito
Martínez sobre el estado primordial de Adán y Eva; dice:

‘’Debemos entender que Dios no creó a Adán y Eva inmortales, ni tampoco mortales, sino
que los creó en un estado NEUTRO, y luego la mortalidad vino sobre ellos cuando pecaron...
esto lo ha estado ignorando totalmente la cristiandad durante siglos, pero ahora la verdad
está siendo dada a conocer de forma clara y sencilla. Lo que hizo Dios es prohibirles el acceso
al árbol de la vida, para que no comieran de ese árbol y vivieran para siempre; pues si
hubieran comido del árbol de la vida, después de pecar, entonces Adán y Eva hubieran
vivido para siempre y con ellos también el pecado hubiese sido eterno. La serpiente
astutamente se adelantó, porque esa serpiente sabía bien claro que si tomaban y comían
primero del fruto del árbol de la vida no tendrían la necesidad de comer del árbol del bien y
del mal, ya que iban a tener la vida eterna. Es por esto que Dios los expulsó del huerto de
Edén y protegió la entrada con un Querubín y una espada de fuego para que ningún mortal
pudiera llegar al árbol de la vida.’ (Foro cristianos bíblicos Gabito grupos).

‘’ Y dijo Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora,
pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para
siempre. ’’ Génesis 3: 22.

Como se puede ver, Adán y Eva nunca llegaron a tomar del árbol de la vida, por lo tanto ellos
jamás fueron inmortales.

Noten en este versículo que Dios ve al hombre como los dioses (Elohim) porque podían
conocer entre el bien y el mal; no porque fueran inmortales como los dioses. Por eso vemos
que al final del versículo Dios evita que coman del árbol de la vida para que no puedan vivir
para siempre. Por lo tanto; si el mismo Dios ha evitado que vivan para siempre por haber
pecado ¿Cómo vamos a creer y tolerar esa falsa doctrina de la inmortalidad del alma?. Si el
mismo Dios condenó a Adán a la muerte ¿Cómo vamos a creer, igual que Eva, a la voz
mentirosa de la serpiente la cual dijo lo contrario a lo que el Señor dijo?.

Algunos supuestos ‘’teólogos’’ dicen que la mentira de la serpiente consistió en decir que
serían como Dios (dioses), eso que dicen es otra burda mentira, y lo demostraré de la forma
más sencilla. Veamos lo que dijo Dios:

Génesis 3:22: ‘’Y dijo Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el
mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva
para siempre.’’

Como se puede ver es el propio Dios quien dijo que el hombre llegó a ser como los dioses, es
decir, como Elohim, en el sentido de conocer el bien y el mal, ¡exactamente lo mismo que dijo
el diablo!, Aquí lo tienen:

‘’ Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis
de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Génesis 3:4-
5.

 Lo que hizo el diablo es mezclar la mentira con la verdad. La mentira consistió en enseñar que
el alma es inmortal, es decir: que ellos seguirían viviendo aunque pecaran (no moriréis), y la
verdad consistió en decir que si pecaban serían como Dios, en el sentido de conocer y poder
decidir entre el bien el mal.

Por otra parte; el diablo llamó mentiroso a Dios, diciendo que serían inmortales aunque
pecaran, ¡he ahí el inicio de la doctrina de la inmortalidad del alma!, Una mentira satánica que
se extendió por toda la tierra y que es predicada por todas las religiones falsas del mundo. Esta
es la práctica satánica que durante miles de años el diablo ha estado utilizando para engañar al
mundo, y especialmente la utiliza actualmente en el S.I.A. (sistema iglesiero apóstata) para
engañar a los cristianos ingenuos que se inclinan por las supersticiones y el espiritismo. El
propio Dios dice bien claro que somos como dioses en el sentido de conocer y poder decidir
entre el bien y el mal, no en el sentido de la inmortalidad, sinó en el sentido de conocer el
bien el mal. Por tanto la gran mentira de todos los siglos consiste en el ‘’no moriréis’’ que
pronunció Satanás cuando en realidad el mismo Dios había dicho que ‘’ciertamente morirían’’.
¿Cuál de los dos tuvo la razón?. Dios le dijo lo siguiente a Adán:

"el día que de él comieres, ciertamente morirás", el texto lo que dice simplemente es que el
día que Adán tomara del fruto de ese árbol prohibido "MORIRÁS", observen que LA PALABRA
"MORIRÁS" ESTÁ EN TIEMPO FUTURO, es decir, Adán desobedeció a Dios, pero él MORIRÍA
EN EL FUTURO. Ahora bien, resulta que en Génesis 2:7 se dice bien claro que Adán era UN
ALMA VIVIENTE, y esa alma MURIÓ a la edad de 930 años, por tanto lo que Dios dijo se
cumplió al pie de la letra quedando de este modo Satanás como el vil mentiroso que es. Adán
no se fue ni al cielo ni al infierno; tampoco reencarnó en otra persona; mucho menos fue al
purgatorio: simplemente regresó al polvo de donde había sido sacado y el aliento de vida que
lo mantenía vivo se fundió en el poder de Dios; desde ese día permanece en la inexistencia.
Esto es lo que afirma las sagradas escrituras cuando el hombre muere:

“Sale su espíritu, él vuelve a su suelo; en ese día de veras perecen sus pensamientos.”
Salmos 146:4.

Esta condena de Adán fue traspasada a toda su descendencia, por tanto todos los seres
humanos mueren de la misma forma que Adán, eso es exactamente lo que afirma las
escrituras griegas cristianas; Leámoslo:

‘’ Por medio de un sólo hombre el pecado entró en el mundo, y por medio del pecado entró
la muerte; fue así como la muerte pasó a toda la humanidad, porque todos pecaron.’’
Romanos 5: 12.

La serpiente invitaba a una aparente inmortalidad más completa, "con conocimiento del bien y
del mal", Pero nunca dijo nada de sus nefastas consecuencias para el hombre, ni del poder
que ejercería lo malo en él, ni cuánto lo corrompería, pues el ser que la propuso, (Satanás), era
un ser corrompido desde su mismo principio de creación.

Como hijos de Adán, en nuestro código genético tenemos escrita la muerte lenta de nuestro
cuerpo, como resultado de llevar también encima los efectos del mal y del pecado (Pecado, es
decir: no imitar a la perfección las cualidades divinas, un estado incompleto; errado o
inacabado en cuanto a la finalidad para la que fuimos creados; incumplimiento o desacato a las
normas divinas entre el Bien y el Mal).

"por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios." (Romanos 3:23).

"Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús
Señor nuestro." (Romanos 6:23).
Note que la vida eterna solamente la han de recibir aquellos que están en Cristo nuestro
señor; el día de la resurrección: nadie más; por el contrario: los malvados solo van a recibir la
destrucción eterna, es decir: para siempre dejaran de existir, Leámoslo:

‘’Porque los malignos serán destruidos, Pero los que esperan en el Señor, ellos heredarán la
tierra. Pues de aquí a poco no existirá el malo; Observarás su lugar, y no estará allí. Pero los
mansos heredarán la tierra, Y se recrearán con abundancia de paz’’. Salmos 37:9-11.

 Porque los rectos habitarán la tierra, Y los perfectos permanecerán en ella, Mas los
‘’


impíos serán cortados de la tierra, Y los prevaricadores serán de ella
desarraigados.’’   Proverbios 2:21-22.

Luego que Adán y Eva fueron expulsados del jardín de Edén ellos comenzaron a multiplicarse y
le nacieron hijos e hijas. La biblia muestra que aunque las personas de ese tiempo Vivian varios
cientos de años al final todos morían; solo basta leer todo el capítulo 5 de génesis para darnos
cuenta de esa realidad. Veámos solo tres ejemplos de esos pasajes:

 ‘’Cuando Adán llegó a la edad de ciento treinta años, tuvo un hijo a su imagen y
semejanza, y lo llamó Set. Después del nacimiento de Set, Adán vivió ochocientos
años más, y tuvo otros hijos y otras hijas. De modo que Adán murió a los
novecientos treinta años de edad. Set tenía ciento cinco años cuando fue padre de
Enós. Después del nacimiento de Enós, Set vivió ochocientos siete años más, y tuvo
otros hijos y otras hijas. De modo que Set murió a los novecientos doce años de
edad.’’ Génesis 5: 3-8.

 Matusalén tenía ciento ochenta y siete años cuando fue padre de Lamec. Después
 ‘’


del nacimiento de Lamec, Matusalén vivió setecientos ochenta y dos años más, y
tuvo otros hijos y otras hijas. De modo que Matusalén murió a los novecientos
sesenta y nueve años de edad.’’ Génesis 5: 25-27.

Como podemos ver ninguno de los descendiente de Adán a podido sobrevivir a la muerte; y
eso nos incluye a nosotros, ya que ninguno de ellos pudieron comer del árbol de la vida y de
este modo vivir para siempre.

Después de mostrar que los inicuos finalmente han de ser todos destruidos, la siguiente
pregunta que podría surgir en la mente del es lector: ¿Qué puede decirse del infierno del que
tanto oímos en las iglesias populares? Si el destino de todos los inicuos es destrucción
completa, ¿de qué sirve un lugar como el infierno, en el cual se nos ha enseñado a creer?
Porque se dice que es tan necesario para la recepción de los inicuos, como el cielo de la
teología popular lo es para los justos. Si los inicuos han de ser destruidos en el sentido de ser
borrados de la existencia, y si hay un lugar como el infierno, cuando se haya completado la
destrucción, quedará totalmente vacío. ¿Es que, también, ha de cesar de existir el infierno así
como aquellos que estaban destinados a ser sus eternos habitantes, o es que no existe
semejante lugar?. Cualquiera que sea el lugar que a los inicuos se les permita ocupar por una
temporada, es evidente que ha de venir el tiempo en que no lo ocuparán más; porque el
salmista dice: "Pues de aquí a poco no existirá el malo; observarás su lugar, y no estará allí"
(Salmos 37:10). Sin embargo, esto no significa que Dios tiene un lugar en particular asignado
para los inicuos en el cual todos han de ser reunidos para ser sometidos a torturas, y que ese
lugar ha de dejar de existir. Sencillamente significa que cuando los inicuos cesan de existir, no
podrán ser encontrados en ninguna parte, porque no habrá lugar asignado para la
permanencia de nadie, sino solamente para aquellos que estén aptos para disfrutar
bendiciones eternas; esto es: después de la resurrección de los muertos. De ahí que Job dice,
cuando por un momento perdió de vista la esperanza de salvación:

"Los ojos de los que me ven, no me verán más; fijarás en mí tus ojos, y dejaré de ser. Como
la nube se desvanece y se va, así el que desciende al Seol no subirá; no volverá más a su
casa, ni su lugar le conocerá más" (Job 7:8-10).

Por lo tanto, el lugar de los inicuos es el que ocupan en esta vida y cuando sean "consumidos
y se desvanezcan" en el lago de fuego, ningún lugar será profanado por su presencia en todo
el universo de Dios. Por lo tanto; vamos ahora a narrar de donde surgió la doctrina morbosa y
mentirosa de los tormentos eternos del infierno.

BABEL: CUNA DEL ESPIRITISMO:
Después del engaño que Satanás le introdujo a la humanidad a través de Eva, es decir; la
mentira del no moriréis: la humanidad se corrompió, al punto que la maldad había llenado
la tierra. En génesis 6 leemos que ciertos seres llamados hijos de dios, o dioses (Elohim)
según el texto hebreo original, vinieron a la tierra a tener relaciones con las hijas de los
hombres en un acto de fornicación sobrenatural; una abominación. De la unión antinatural
de esos dioses que vinieron de las regiones celestes con las mujeres humanas sus hijos
nacieron gigantes: unos hombres enormes llenos de maldad. Leamos lo que dice génesis 6:
4:

 Al unirse los hijos de Dios con las hijas de los seres humanos y tener hijos con
‘’


ellas, nacieron gigantes, que fueron los famosos héroes de antaño. A partir de
entonces hubo gigantes en la tierra.’’

Estos gigantes provocaron tanta maldad que el mismo Dios decidió el exterminio de todo lo
que existía sobre la tierra, con excepción de Noé y su familia; Leámoslo:

‘’Al ver el SEÑOR que la maldad del ser humano en la tierra era muy grande, y que
todos sus pensamientos tendían siempre hacia el mal, se arrepintió de haber hecho
al ser humano en la tierra, y le dolió en el corazón. Entonces dijo: «Voy a borrar de
la tierra al ser humano que he creado. Y haré lo mismo con los animales, los
reptiles y las aves del cielo. ¡Me arrepiento de haberlos creado!» Pero Noé contaba
con el favor del SEÑOR.’’ Génesis 6: 5-8.

Como podemos ver; la decisión de Dios es destruir a todo el género humano de ese entonces
junto con todos los animales. Note que Dios no hace diferencia entre los animales y los
humanos cuando envió el diluvio para destruirlos; Leámoslo:

 Así murió todo ser viviente que se movía sobre la tierra: las aves, los animales
‘’


salvajes y domésticos, todo tipo de animal que se arrastraba por el suelo, y todo
ser humano. Pereció todo ser que habitaba la tierra firme y tenía aliento de
vida. Dios borró de la faz de la tierra a todo ser viviente, desde los seres humanos
hasta los ganados, los reptiles y las aves del cielo. Todos fueron borrados de la faz
de la tierra. Sólo quedaron Noé y los que estaban con él en el arca. Y la tierra
quedó inundados ciento cincuenta días. Génesis 7: 21-24.

Como podemos ver todos fueron destruidos, borrados de la faz de la tierra; tanto los
humanos como los animales tuvieron un mismo final. Es por esto que las sagradas escrituras
aseguran que no existe diferencia entre la muerte de un animal y un ser humano: Leámoslo:
‘’Pensé también con respecto a los hombres: «Dios los está poniendo a prueba, para que
ellos mismos se den cuenta de que son como los animales. Los hombres terminan igual que
los animales; el destino de ambos es el mismo, pues unos y otros mueren por igual, y el
aliento de vida es el mismo para todos, así que el hombre no es superior a los animales.
Realmente, todo es absurdo, y todo va hacia el mismo lugar. »Todo surgió del polvo, y al
polvo todo volverá.’’ Eclesiastés 3: 18-20. (si postulamos que todos los humanos que Dios
destruyó en el diluvio siguen vivos en forma de espíritus inmortales sufriendo el supuesto
castigo de los tormentos del infierno; tenemos que decir también que todos los animales que
murieron en el diluvio también se encuentran en ese lugar: lo cual es totalmente ridículo).

Sin embargo, esos dioses o elohim que descendieron para ligarse con las hijas de los hombres
en actos sexuales contra naturaleza y de extrema fornicación no corrieron la misma suerte que
los seres humanos, es decir: no fueron destruidos en las aguas del diluvio. Ellos fueron
encarcelados por orden de Dios en un lugar llamado abismo o tártaros hasta el día del juicio.
Eso es lo que afirma las escrituras en el libro de judas; Leámoslo:

‘’ Y a los ángeles que no mantuvieron su posición de autoridad, sino que
abandonaron su propia morada, los tiene perpetuamente encarcelados en
oscuridad para el juicio del gran Día. Así también Sodoma y Gomorra y las ciudades
vecinas son puestas como escarmiento, al sufrir el castigo de un fuego eterno, por
haber practicado, como aquéllos, inmoralidad sexual y vicios contra la naturaleza.
Judas 6-7.

Como podemos ver; el pecado de esos ángeles fue parecido a los actos sexuales
antinaturales que cometieron los pervertidos que vivieron en Sodoma y Gomorra. Estas
palabras son confirmadas por el apóstol Pedro cuando dijo lo siguiente:

"Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al Tártaro los
entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio, Tampoco perdonó al
mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete
personas, y trajo el diluvio sobre el mundo de los impíos. También condenó por
destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y
poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente. ’’ (2Pedro 2:4-6).

Satanás no esta encerrado en el abismo todavía, ya que en tiempos posteriores al diluvio la
biblia certifica que Satanás aun andaba por la tierra (Job 1: 7); y tiene su cuartel generar en
cierta regiones celestes del segundo cielo (efesios 6: 12). Pero, según el libro de apocalipsis,
cuando Cristo venga por segunda vez a destruir el gobierno mundial de la bestia y a
rescatar a su pueblo; entonces Satanás va a ser atado por mil años en esa prisión llamada el
abismo. De lo que si estamos bíblicamente seguros es que en este preciso momento los que
se encuentran encarcelados en ese lugar son los ángeles que tuvieron relaciones con las
humanas y engendraron gigantes. En ese lugar no existen ni almas ni espíritus de seres
humanos.

La palabra hebrea utilizada para definir esa prisión o abismo es la palabra: Tejóm y define a
un lugar profundo debajo de la masa de agua del océano. Recordemos que al principio de la
creación las aguas cubrían la faz del abismo: por tanto esa prisión llamada abismo se
encuentra en el fondo del mar.

Hemos venido narrando toda esta historia para demostrar como Satanás, el gran engañador,
ha tomado el significado de aquel abismo donde están presos esos ángeles rebeldes y le ha
dado otros significados: uno de ellos es el de un lugar de tormento donde caen las almas
supuestamente inmortales de los seres humanos malvados. Otros son El purgatorio, el
limbo, la invocación de espíritus familiares, la reencarnación, etc, etc. Veamos como se
desarrollaron esas creencias satánicas:

Inmediatamente después del diluvio las personas nuevamente comenzaron a multiplicarse.
Nuevamente el diablo incita la rebelión contra Dios a los seres humanos a través de Ninrot,
fundador de babel, es decir: babilonia. La esposa de Ninrot es su propia madre Semiramis:
una sacerdotisa dueña de todos los secretos de la religión mistérica de babilonia. Esa mujer
era considerada una diosa y la llamaban ‘’reina del cielo’’. Tanto Semiramis como Ninrot
eran brujos, sacerdotes y hechiceros al servicio de Satanás. Ellos aprendieron las artes
mágicas y la invocación de los demonios. En esa cultura rebelde se comienza a dar el culto a
los dioses, la astrología o adoración a los astros, se desarrolla la doctrina de la inmortalidad
del alma Y EL ESPIRITISMO en varias connotaciones. Allí nace la idea de la invocación de los
espíritus de los familiares muertos, enterrar a las personas junto a sus pertenencias,
incluyendo varios esclavos (a los cuales enterraban aun estando vivos), para que puedan ser
usados por ese difunto en el más allá. También se creía en la reencarnación, es decir; la
transmigración de las almas de un cuerpo a otro una y otra vez cada vez que morían. Es
entonces que muy astutamente Satanás toma la idea del abismo donde están presos los
ángeles hasta el día del juicio y le da la connotación de un lugar de tormento de fuego lleno
de demonios donde van a parar las almas de los perversos pecadores. A ese lugar en la
religión sumeria la comenzaron a llamar   Abzu. Los sacerdotes babilonios comandado por
Semiramis comenzaron a enseñar a las personas que para librar a sus seres queridos de ese
lugar de tormentos tenían que honrar a los dioses con ofrendas, regalos, cultos y sacrificios
humanos: de este modo aquellas almas eran supuestamente sacadas de aquel lugar de
tormentos y eran llevados al paraíso donde habitaban los dioses. Pero todo era una burda
mentira: todas las riquezas adquiridas eran para el uso de los sacerdotes y de los reyes; los
cuales les infundían al pueblo ideas de superstición, fabulas y mitos y por esto ellos vivían con
gran temor al mundo desconocido del supuesto mas allá. Cundo Dios castiga a los moradores
de babel confundiéndoles el lenguaje, estos se esparcen por todo el mundo llevando consigo
sus creencias babilónicas, con excepción del pueblo hebreo, conocidos como semitas, es decir,
descendientes de Sem. La idea babilónica de la inmortalidad del alma, de los tormentos
eternos y del espiritismo fue desarrollándose en todas las culturas de la tierra.

El infierno mesopotámico: Unos 2.500 años antes del nacimiento de Jesús; los sumerios y los
babilonios creían en un mundo subterráneo que llamaban el país sin retorno. Esa creencia
antigua se refleja en los poemas sumerios y acadios conocidos como “La epopeya de
Gilgamés” y el “Descenso de Istar al mundo subterráneo”. Istar es la misma Semiramis que
gobernaba en babel: también era conocida como la diosa Isis entre los egipcios, Astarté entre
los sidonios, Aserá entre los filisteos, Venus entre los griegos, afrodita entre los romanos y la
virgen maría entre los católicos. Los mesopotámicos describen la morada de los muertos como
una casa de oscuridad, “la casa de la cual nadie que ha entrado en ella puede salir”.

Respecto a las condiciones que imperan allí, un antiguo texto asirio dice que “el otro mundo
está lleno de terror”. El príncipe asirio a quien supuestamente se le concedió ver esta morada
subterránea de los muertos testificó que le “temblaron las piernas” por lo que vió. Al describir
a Nergal, el rey del mundo subterráneo, el príncipe escribió: “Con un clamor horroroso me
gritó airadamente como una furiosa tormenta”.

Religiones de Egipto y del Oriente:
Los egipcios de la antigüedad creían en la inmortalidad del alma y tenían su propio concepto
del más allá. The New Encyclopædia Britannica declara: “Los textos funerarios de los egipcios
describen el camino al otro mundo como estando lleno de peligros terribles: monstruos
espantosos, lagos de fuego, puertas por donde no se puede pasar a menos que se usen
fórmulas mágicas, y un barquero siniestro cuya intención malvada hay que frustrar por
medios mágicos”.

Las religiones indoiranias desarrollaron diversas creencias acerca del castigo después de la
muerte. Respecto al hinduismo, la Encyclopædia Universalis francesa dice: “Hay innumerables
descripciones de los 21 infiernos ideados por los hindúes. Los pecadores son devorados por
bestias salvajes y serpientes, asados laboriosamente, mutilados, atormentados con sed y
hambre, hervidos en aceite, o pulverizados en recipientes de hierro o piedra”.

El jainismo y el budismo tienen sus propias interpretaciones del más allá, donde se atormenta
a los pecadores impenitentes. El zoroastrismo, fundado en Irán, o Persia, también tiene un
infierno: un lugar frío y hediondo donde se atormenta a las almas de los pecadores.

Es interesante notar que parece que los tormentos del infierno no son eternos según las
creencias egipcia, hindú, jainí, budista y zoroástrica. Según estas religiones, después de un
período de sufrimiento, las almas de los pecadores pasan a otro lugar u otra condición,
dependiendo del concepto que tenga la religión en particular sobre el destino humano. Sus
ideas acerca del infierno son similares al concepto católico del purgatorio ligado con la teoría
de la reencarnación.

 Esta idea de la inmortalidad del alma y los tormentos eternos fue absorbida siglos después por
el filósofo platón y fue propagada por todo el mundo griego y romano siglos antes de cristo.
Llamaban Hades a la región de los muertos, y creían que la gobernaba un dios que llevaba ese
mismo nombre. Según la mitología a ese dios Le asignaron tres consejeros de Estado; tres
amas de gobierno que llamaron las Furias; tres Parcas para hilar, devanar y cortar el hilo de la
vida del hombre; y como en la antigüedad cada héroe tenía un perro para que vigilara la
puerta de su casa, concedieron a Hades, también llamado Plutón por los romanos, un perrazo
con tres cabezas, llamado Cancerbero; en ese reino todo se contaba por tres. Los consejeros
de Estado eran Minos, Eaco y Radamanto: uno juzgaba la Grecia, otro el Asia Menor y el
tercero la Europa. En el libro Orpheus—A General History of Religions, el erudito francés
Salomon Reinach escribió lo siguiente acerca de los griegos: “Una creencia muy popular era
que el alma entraba en las regiones infernales después de haber cruzado el río Estigia en la
barca del viejo barquero Caronte, quien exigía como pasaje un óbolo [moneda], que se
colocaba en la boca del difunto. En las regiones infernales, el alma comparecía ante los tres
jueces de ese lugar; si se le condenaba por sus delitos, tenía que sufrir en el Tártaro. Los
griegos hasta inventaron un limbo, la morada de los niños que habían muerto durante la
infancia, y un purgatorio, donde se purificaban las almas mediante cierto castigo leve”. Según
The World Book Encyclopedia, las almas que iban a parar al Tártaro “sufrían tormento eterno”.

Los primeros que se burlaron de los infiernos fueron los poetas. Virgilio unas veces se ocupa de
ellos hablando seriamente en la Eneida, porque el tono serio era a propósito para su asunto, y
otras veces se burlaba de ellos en las Geórgicas. Lo mismo hizo Lucrecio y Horacio, Cicerón y
Séneca. El emperador Marco Aurelio raciocina más filosóficamente que los citados escritores.
Dice: «El que teme la muerte, lo que teme es verse privado de sus sentidos o experimentar
otras sensaciones; pero el que pierde los sentidos no sufre ninguna pena ni miseria alguna, y
el que tiene sentidos de otra clase se convierte en otra criatura.» Nada podía replicar a este
argumento la filosofía profana. Esto no obstante, como la contradicción es inherente a la
especie humana y parece que sirva de base a nuestra naturaleza, al mismo tiempo Cicerón
decía públicamente: «No hay ninguna vieja que crea esas tonterías.» Lucrecio confesaba que
esas ideas causaban gran impresión en la imaginación del pueblo, y que él se proponía
destruirlas. Lo cierto es que en las últimas capas sociales, unos se reían del infierno, pero les
hacía temblar a otros; unos conceptuaban fábulas ridículas el Cancerbero, las Furias y Plutón, y
otros ofrecían continuamente ofrendas a los dioses infernales. Algunos filósofos que no creían
en la fábula del infierno deseaban sin embargo que esa creencia refrenara al populacho. De
esos filósofos fueron TImeo de Locres y el político e historiador Polibio; que decía: «El infierno
es inútil para los sabios, pero es necesario para la plebe insensata.»

Sucedía entonces lo mismo que sucede ahora. Tanto los católicos como los modernos
protestantes (evangélicos, pentecostales, etc.) están atados a esa creencia supersticiosa de los
tormentos del infierno, del cual predican desde los pulpitos tratando de infundir terror en la
almas pecadoras para que se arrepientan. Muchos supuestamente vienen a Cristo, no porque
fueron convencidos por el espíritu de Dios, sino por el temor de caer en aquel lugar de
tormento donde un Dios airado pone en suplicio y torturas a los difuntos pecadores. Por lo
tanto, en esas iglesias muchas personas vienen no porque encontraron el amor de Dios, sino
para librarse de la furia de un dios trino que es capaz de someter a tormentos eternos en el
fuego a todos aquellos que lo desafíen.

En Italia los etruscos —cuya civilización precedió a la de los romanos— también creían en el
castigo después de la muerte. El Dictionnaire des Religions comenta: “Los etruscos cuidaban
mucho de sus muertos debido al concepto que tenían de las regiones infernales. Como los
babilonios, ellos creían que eran lugares de tortura y desesperación para los manes [los
espíritus de los muertos]. El único alivio para ellos venía de las ofrendas propiciatorias que
hacían sus descendientes”. Otra fuente declara: “Las tumbas de los etruscos muestran
escenas de horror que sirvieron de inspiración para las pinturas cristianas del infierno
cuando, siglos después, surgió el catolicismo romano”.

Los romanos adoptaron el infierno etrusco y lo llamaron Orco o Infierno. También tomaron de
los griegos los mitos acerca de Hades, el rey del mundo subterráneo, y lo llamaron Orco o
Plutón.

En roma a aquel lugar de tormento lo llamaban inframundo o infernus (en latín). Todos esos
lugares tenían la misma idea babilónica de un lugar de fuego habitado por demonios, dioses
malignos, titanes y almas de seres humanos condenados a los tormentos de aquellos seres
superiores.

Notemos que en la cultura hebrea esta creencia no existía. Por ejemplo: moisés, escritor de los
primeros cinco libros de las escrituras hebreas nunca escribió sobre un lugar de tormentos
donde los muertos en realidad no estaban muertos, sino que seguían vivos como almas
inmortales. Es el mismo moisés quien escribió la historia de Adán y Eva; por tanto la creencia
de moisés era que el hombre era un alma viviente por la combinación del cuerpo de barro y el
aliento de vida (ruaj en hebreo) dado por Dios; por tanto moisés estaba seguro que el ser
humano al morir regresaba al polvo, la inexistencia. Alguien que vivió cerca de la época de
moisés fue Job Este hombre era tenido como un hombre muy sabio. Job creía que cuando el
hombre moría quedaba en la inconsciencia de la muerte, es decir, en la inexistencia; Leámoslo:

"Mas el hombre morirá... ¿y dónde estará él? ... hasta que no haya cielo, no despertarán, ni
se levantarán de su sueño". Job 14:10-12.

‘’ ¿Por qué me sacaste de la matriz? Hubiera yo expirado, y ningún ojo me habría visto.
Fuera como si nunca hubiera existido, Llevado del vientre a la sepultura’’. Job 10: 18-19.

Pero también Job creía en la resurrección de los muertos, es decir: que un día futuro Dios
nuevamente iba a darle vida a los muertos nuevamente; Leámoslo:

 Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo; Y después de
‘’


deshecha esta mi piel, En mi carne he de ver a Dios; Al cual veré por mí mismo, Y
mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí’’. Job 19:
25.27.

Es por eso que Job, en medio de su fuerte aflicción, quería ocultarse en el Seol, es decir: en
el sepulcro. El quería morir para que luego Dios le devolviera la vida:

‘’!!Oh, quién me diera que me escondieses en el Seol, Que me encubrieses hasta
apaciguarse tu ira, Que me pusieses plazo, y de mí te acordaras!’’. Job 14: 13.

En la mentalidad de esos hebreos no existía ni rastro de un lugar de tormento en el Seol.
Cristo y sus apóstoles tenían esa misma creencia, es decir: que todos los muertos estaban
en los sepulcros hasta el día de la resurrección. Es por esto que Cristo dijo:

"Vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo
bueno, saldrán a resurrección de vida, más los que hicieron lo malo, a resurrección de
condenación" (Juan 5:28-29).

 No hay ninguna indicación en las Escrituras de que se castigue inmediatamente después de la
muerte a un alma en un infierno de fuego supuestamente habitado por el diablo y sus
demonios; los cuales, supuestamente: disfrutan día y noche torturando esas almas pecadoras
por toda la eternidad. Esta doctrina escalofriante provino de las religiones posdiluvianas de
Babel, no de la Biblia. La doctrina de la cristiandad sobre el castigo en el infierno se originó de
los babilonios primitivos. La idea católica del sufrimiento remediador en el purgatorio se
remonta a las religiones primitivas de Egipto y del Oriente. El limbo se tomó de la mitología
griega. Las oraciones y ofrendas a favor de los muertos eran prácticas de los etruscos.

Por lo tanto debemos preguntarnos: ¿Cuándo y Cómo se introdujo en las creencias cristiana la
idea de la inmortalidad del alma y de los tormentos eternos del infierno?.

DE BABILONIA A ROMA; DE ROMA AL CATOLICISMO APOSTATA.
Como dijimos antes: después que Dios confundió el lenguaje de las personas que habitaban
en babel, estos se esparcieron por toda la tierra llevando consigo sus creencias
supersticiosas, mitos, fabulas y tradiciones paganas babilónicas. La doctrina satánica de la
inmortalidad del alma y los tormentos eternos llegó a roma siglos antes de Cristo. Los
romanos creían en el inframundo al cual llamaban infernus;      del latín inférnum o ínferus: que
significa inferior, subterráneo: la palabra en realidad, en su raíz antigua, no significa un lugar
de tormentos eternos; sino simplemente indica un lugar que esta debajo de otro: por ejemplo:
cuando un tren entra a un túnel subterráneo se dice que esta entrando al infierno, es decir: un
lugar inferior. Pero los antiguos romanos le dieron una connotación de lugar de tormentos a la
palabra latina inférnum.

Cuando el cristianismo comenzó a expandirse por todo el mundo romano muchas creencias
paganas comenzaron a infiltrarse en ella. Los apóstoles de Cristo sostenían una verdadera
batalla en contra de todas esas herejías. Es por esto que el apóstol Pablo aconsejaba a los
cristianos de la siguiente manera:

"Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de
la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos." (Romanos 16:17).

He aquí la razón de por que pablo aconsejaba a los cristianos que se apartaran de todos
aquellos que querían meter doctrinas falsas en el cristianismo:

"Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe,
escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios" 1ª Timoteo 4:1.

‘’Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sinó que teniendo comezón de
oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la
verdad el oído y se volverán a las fábulas’’. (2 Timoteo 4:3-4). Una fabula, o mito, es
precisamente la creencia supersticiosa de que los muertos seguían vivos en forma de espíritus
o almas inmortales después de muertos.

Después de la muerte de los apóstoles surgieron los llamados padres de la iglesia. Algunos de
estos nuevos dirigentes de la iglesia estaban influenciados por las creencias griegas o
helenísticas traídas siglos antes por el filósofo platón, el cual creía en la inmortalidad del alma
y en los dioses en trinidad. También en ese tiempo se levantaron los apologistas; estos eran
verdaderos defensores de la verdad cristiana fundadas por Cristo y sus apóstoles. Los
apologistas contendían tanto en contra de las falsas doctrinas de los gnósticos como también
en contra de las herejías platónicas que estaban introduciendo en el cristianismo algunos
dirigentes llamados los padres de la iglesia. La Biblia NO enseña que al morir iremos a vivir en
el cielo para estar con la Deidad. Esa creencia provino de los llamados gnósticos (una secta
híbrida del judaísmo y del helenismo de los primeros dos siglos de la Era Cristiana). Sin duda
Platón (427-347 Antes de Cristo) inspiró a los gnósticos en la creencia de un “alma inmortal”
que abandona el cuerpo en ocasión de la muerte física. Platón, el filósofo Griego no cristiano,
creyó y enseñó que el hombre tiene un alma inherentemente inmortal que sobrevive a la
muerte física. Se sabe que Platón influyó sobre los Padres de la Iglesia como Orígenes.
También influenció sobre Agustín de Hipona, principal teólogo del catolicismo (Siglo IV). En la
Edad Media el platonismo estuvo en pleno auge en el cristianismo Latino. Platón, a su vez,
estuvo influenciado por los Misterios Órficos y de los conceptos pitagóricos y zoroastrianos.

Satanás estaba decidido a corromper el cristianismo. Viendo que la persecución desatada a
través de los emperadores romanos no evitaba que los cristianos se multiplicaran; optó por la
estrategia de levantar una nueva religión que pareciera cristiana. Es por esto que en el siglo
cuarto después de Cristo el emperador romano Constantino decide proclamar el cristianismo
como la religión oficial del imperio romano. Constantino nunca fue cristiano: él creía en
muchos dioses e introdujo a Cristo en el panteón como un dios más del grupo de dioses. Ese
emperador lo que veía era una estrategia política, ya que los cristianos eran muchos y
convenía tenerlos como aliados. Este nuevo cristianismo, supuestamente libre de persecución,
estaba unido al gobierno romano, es decir; ya el cristianismo no era la novia de Cristo; sino
que ahora era la consorte del imperio mundano, convirtiéndose de este modo en una iglesia
ramera. Las creencias romanas que habían venido de babilonia fueron sistemáticamente
infiltradas en el nuevo cristianismo. El dios sol que los romanos adoraban en las saturnalias (de
donde proviene la falsa doctrina de la navidad católica) le cambiaron el nombre por Jesús. A
Semiramis, diosa babilonia, la comenzaron a llamar virgen maría. A Jesús lo redujeron a un
pedazo de pan recortado en forma redonda, para darle la forma del dios sol, llamado hostia. La
trinidad egipcia (la cual procede de babilonia) que tenía el nombre de Isis, Horus y Seb le
cambiaron el nombre por padre-hijo-espíritu santo. Podemos encontrar las siglas o iníciales de
la trinidad pagana tanto en la hostia como también en el escudo de la orden más poderosa del
catolicismo: la orden jesuita. Toda la autoridad de esa iglesia ramera quedó en las manos de
un supuesto vicario de Cristo , una dinastía o secuencia de hombres que a través de los siglos
han gobernado la iglesia católica a los cuales los fieles llaman papa, cumpliéndose de esta
manera estas palabras de Jesús:

"Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal
manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos" Mateo 24:24.

Se comenzaron a vender indulgencias papales, es decir: una carta firmada por el papa de turno
donde se perdonaban los pecados de aquellos que compraban dichas cartas. Mientras más
pagaban por las indulgencia más pecados se perdonaban y más supuestas bendiciones venían
sobre ese supuesto creyente. La indulgencia más cara era aquella donde se perdonaban los
pecados pasados, presentes y futuros (algo muy parecido al nuevo evangelio de la prosperidad
tan de moda entre los modernos evangélicos: donde a Dios lo han convertido en un mercader
que esta obligado a bendecir a quien más dinero y bienes les dén a los pastores, apóstoles y
profetas a través de supuestos pactos, diezmos y donativos). En esa nueva religión cristiana a
maría la pusieron por encima de Jesús: incluso la llaman la madre de Dios y reina del cielo
(títulos que tenía la pagana Semiramis babilónica). También crearon la falsa doctrina de la
infabilidad papal, es decir, que toda palabra o decisión del papa tenía que tomarse como una
orden de Dios y no se podía rebatir ni desafiar. Los papas, muy astutamente, persiguieron a
muerte a los verdaderos cristianos que se guiaban por la biblia. Para eso levantaron la santa
inquisición: una maquinaria represiva que encarcelaba, torturaba y asesinaba a todos aquellos
que se opusieran al papa y a la santa madre iglesia católica, apostólica y romana.

Al igual que las religiones paganas se comenzó a adorar a los santos muertos. Los papas,
apoyados por los demás obispos y sacerdotes, decían que esos santos muertos estaban en el
cielo intercediendo por los que estaban en la tierra. Por tanto las imágenes, estatuas y
reliquias de esos supuestos santos muertos eran compradas por los fieles y llevadas a sus
hogares para rendirles tributo. También se adoraban estas imágenes dentro de aquella iglesia
falsa. La doctrina satánica de la inmortalidad del alma fue acomodada en el nuevo
cristianismo. Se decía que los creyentes, al morir iban directamente al cielo, pisoteando de
manera olímpica estas palabras de Cristo:
Nadie ha subido jamás al cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre.’
‘’


Juan 3: 13).

El mito pagano de los tormentos eternos se afirmó en esta nueva religión romana disfrazada
de cristiana. A ese lugar de tormentos se le comenzó a llamar infierno. También se
inventaron la creencia del purgatorio, es decir, un lugar intermedio donde las personas que
no eran muy malas, y tampoco muy buenas, iban, después de muertos por supuesto, para
ser purificados a través del fuego. El Purgatorio siempre hizo rebosar las arcas de la religión
pagana que lo enseñó. El Purgatorio abre la puerta a todo tipo de extorsiones de los
sacerdotes. Sacerdotes de época tan antigua como la de los Misterios Satánicos de Egipto
aprendieron que las oraciones por los muertos que estaban en el purgatorio no podían ser
efectivas a menos que los sacerdotes intervinieran, y cada persona sabe que el sacerdote no
puede intervenir a menos que primero reciba un pago especial. En cada país, en cada era, los
sacerdotes paganos han usado esta doctrina del Purgatorio para aprovecharse de los tiernos
sentimientos de pérdida de los seres amados, prometiendo orar por esa pobre alma que
partió, para hacer más corta su estancia en el Purgatorio; a cambio de un buen pago
monetario por supuesto. Esto es lo que dice el dogma católico escrito en los catecismo: El
Purgatorio: LAS ALMAS DE LOS JUSTOS QUE EN EL INSTANTE DE LA MUERTE ESTÁN
GRAVADAS POR PECADOS VENIALES O POR PENAS TEMPORALES DEBIDAS POR EL PECADO
VAN AL PURGATORIO. Purgatorio = lugar de purificación. Papa Gregorio X 1271-1276. II
Concilio de Lyon, 1274. "Las almas que partieron de este mundo en caridad con Dios,
con verdadero arrepentimiento de sus pecados, antes de haber satisfecho con verdaderos
frutos de penitencia por sus pecados de obra y omisión, son purificados después de la
muerte con las penas del purgatorio. " Dz. 464.

También los católicos, al igual que otras culturas paganas, creen en el limbo. Ese lugar es para
aquellas almas que mueren sin haber alcanzado la edad de la razón y que no han recibido el
bautismo. Debido a que tienen el pecado original de sus almas no pueden entrar en el cielo,
pero ya que tampoco tienen pecado personal o bien, no se van a sufrir el infierno. Así, se
colocan en el limbo, un estado de felicidad natural.

Por lo tanto, Llegado el cristianismo católico y ya instaurado como religión oficial bajo la tutela
del imperio romano, los primeros cristianos apenas mencionan el infierno hasta que en el siglo
IV San Agustín, padre de la iglesia actual, en su libro “La Ciudad de Dios” habla de castigos y
cita que son los pecados sexuales los que principalmente llevan al infierno y donde surgen
ideas tan peregrinas como que los niños no bautizados no van al cielo.

Durante la Alta Edad Media, cuando la peste, la guerra y el hambre asoló Europa, el infierno
tiene el mayor protagonismo, una legión de predicadores influenciados por las enseñanzas de
“San” Agustín se dedicaban a relatar los tormentos del infierno.

Curiosamente la gente acudía a las iglesias en masa a escuchar estos sermones, no en busca de
esperanza, sino para deleitarse con la imaginativa narración totalmente morbosa de estos
predicadores, de la misma manera que actualmente vamos al cine a ver una buena película de
terror. Si ya de por sí los relatos eran escalofriantes, el arte representado en las iglesias
ayudaba a tener una idea de lo que era el infierno, de hecho si entráis en las iglesias veréis más
imágenes del infierno que del cielo. Por ejemplo: la capilla Sixtina esta llena de horrendos
cuadros, pinturas y dibujos de demonios, diablos y almas sufriendo en el fuego del infierno:
todo esto pintado por el pintor Miguel Ángel.

Con el Renacimiento, el infierno alcanza su máximo esplendor gracias al genial Dante Alighieri
con su “Divina Comedia” y su “Inferno”, donde miles de fanáticos creen que lo relatado por
Dante es el infierno de verdad.

Pocos llegaron a entender que el texto era la particular venganza de Dante contra el Vaticano,
ya que éste había arrestado, quitado sus posesiones y exiliado a Dante; si se lee “Inferno” y no
nos recreamos en los tormentos, veremos que la gran mayoría de los castigados son jefes de la
iglesia católica o personas influyentes de ésta.

Con esto se puede apreciar que el infierno es la mezcla de todas las religiones anteriores,
siendo la más importante de ellas la babilónica.

Por lo tanto: la creencia del alma inmortal y los tormentos eternos son parte del vino de la fornicación de
babilonia descrita en apocalipsis capítulos 17 y 18. El infierno de fuego es un dogma católico tal y como
se lee en las normas del catecismo:

El Catecismo de la Iglesia Católica afirma: "La enseñanza de la Iglesia afirma la existencia del
infierno y su eternidad Inmediatamente después de la muerte las almas de los que mueren
en estado de pecado mortal descienden a los infiernos y allí sufren las penas del infierno,
'fuego eterno'. La pena principal del infierno consiste en la separación eterna de Dios en
quien únicamente puede tener el hombre la vida y la felicidad para el que fue creado y por la
que anhela”. (CIC 1035).

El Dogmas Católicos de La existencia del infierno y de que es eterno, fue definido dogma de fe
en el IV Concilio de Letrán. En el Magisterio de la Iglesia, nos encontramos con el Sínodo de
Constantinopla, celebrado en el año 543, en el que se condenó la temporalidad del infierno:
«Si alguno dice o mantiene que el suplicio de los demonios y de los hombres impíos es
temporal, y que tendrá fin después de algún tiempo, o que haya restitución y reintegración
de los demonios o de los hombres impíos, sea anatema» (Denz 211/411). Dogmas Católicos
(3) LG c.7, nº 48: afirma la necesidad de vigilancia «para no ser apartados al fuego eterno,
tinieblas exteriores, llanto y rechinar de dientes». (4) Pablo VI, Profesión de Fe, AAS 60
(1.968) 444: «los que los rechazaron (el amor y la piedad de Dios) hasta el final, serán
destinados al fuego que nunca cesará». (5) Los nn. 1033-1037 enseñan la doctrina de la
Iglesia sobre el Infierno. (6) CCE n.1035. Dogmas Católicos Igualmente en el año 1215 el IV
Concilio de Letrán, definió contra la posición de los albigenses: «todos resucitarán con sus
propios cuerpos, que ahora tienen, para que reciban según sus obras, ya hayan sido buenas
o malas, los unos con el diablo pena perpetua, y los otros con Cristo gloria sempiterna»
(Denz 429/801). El Magisterio reciente no se ha recatado de confirmar la doctrina de la
Iglesia sobre el particular: la afirman expresamente el Vaticano II (3); Pablo VI en su
Profesión de Fe (4) y el Catecismo de la Iglesia Católica (5) entre otros documentos.

En su libro de 1994, Cruzando el umbral de la esperanza, el Papa Juan Pablo II escribió que
demasiado a menudo "predicadores, catequistas, maestros... ya no tienen el coraje para
predicar la amenaza del infierno" (página 183).
Todo lo que Satanás necesitaba para levantar una cristiandad totalmente apostata,
corrompida y desviada de la verdad, lo ha logrado a través de la iglesia católica romana. Todas
las creencias, tradiciones, fabulas y mitos que nacieron en babel y que luego se esparció por
todo el mundo pagano, ahora se encuentran dentro de esa iglesia pervertida, pero, eso sí: bien
disfrazado de cristianismo. Esta es la razón por la cual apocalipsis capítulos 17 y 18 compara a
esa iglesia apostata con BABILONIA LA GRANDE; LA MADRE DE LAS RAMERAS Y LAS
ABOMINACIONES DE LA TIERRA.

Para lograr fundamentar la idea de los tormentos eternos en el cristianismo, la gran ramera
comenzó a introducir la palabra infierno dentro de algunas versiones bíblicas traducidas al
latín. De este modo la idea pagana de un supuesto infierno de fuego se ha levantado dentro de
la cristiandad apostata, tanto dentro de las liturgias de la gran ramera, como también de las
hijas que salieron de ella; es decir: las iglesias que salieron del catolicismo romano como los
protestantes, de los cuales proceden los modernos evangélicos y pentecostales, línea
supuestamente cristiana, pero que apoya muchas de las doctrinas y creencias de la gran
ramera; ellos apoyan la adoración de la santísima trinidad católica, el cobro de diezmo (las
antiguas indulgencias católicas), ellos también creen que sus pastores son infalibles (al igual
que los papas) y que esta prohibido que alguien juzgue sus enseñanzas, celebran la fiesta
pagana de la navidad, creen en el infierno de tormentos eternos, y también creen que los
creyentes al morir van inmediatamente al cielo.

Lo que hicieron los jerarcas católicos guiados por Satanás fue tomar la palabra hebrea Seol, la
cual significa sepultura y que los TRADUCTORES transcribieron con la palabra griega hades, y
también tomaron la palabra griega gehenna pronunciada por Cristo en algunos pasajes y muy
astutamente las cambiaron por la palabra latina infierno, junto con la idea pagana de un lugar
de tormento.

La mejor manera de determinar el significado de una palabra bíblica es examinar el uso que se
le da en la Biblia misma. Al emplear este método escaparemos del prejuicio teológico al cual
están sujetos todos los compiladores de diccionarios. Casi todo el Antiguo Testamento se
escribió en el idioma hebreo, y el Nuevo Testamento en el griego. Afortunadamente, tenemos
una traducción del Antiguo Testamento en el idioma griego, llamada la Septuaginta, una
traducción que se hizo alrededor del año 250 a.C. Esto nos permite comparar las palabras
hebreas con las griegas en el Antiguo Testamento, y nos ayuda a entender su significado en
todos los pasajes de las Escrituras. La palabra hebrea de la cual se ha tomado la idea de
infierno es Sheol; y en griego, cuando se aplica a lo mismo, es Hades. Hay otra palabra griega
en el Nuevo Testamento que se ha traducido incorrectamente como infierno, y es Gehenna;
pero examinaremos esta palabra más adelante. Resulta que los traductores, en versiones
modernas de la Biblia en castellano, ya no vierten la palabra Sheol como infierno, sino que la
han traducido como sepulcro en Eclesiastés 9:10 y en Cantares 8:6. En todos los otros 63 casos
donde aparece se ha transliterado como Seol. Esto nos ayuda a ver cómo ellos han lidiado con
esta palabra al descubrir que no coincidía con la teoría con la cual su teología había
corrompido su mente en las iglesias de creencias apostatas.

Examinemos ahora algunos de los pasajes donde aparece la palabra Sheol [transliterada al
castellano como Seol y veamos si podemos hacer que concuerden con la teoría popular acerca
del infierno, y si no se puede, dejemos entonces que nuestra mente llegue a la conclusión a la
que los pasajes mismos nos llevarán. Vamos anotar también los pasajes donde en diferentes
versiones bíblicas la palabra Seol la vierten como sepulcro.

Sheol -- el Sepulcro o Estado de los Muertos:

Génesis 37:35 -- "Mas él no quiso recibir consuelo, y dijo: Descenderé enlutado a mi hijo
hasta el Seol. [sepulcro]".

Génesis 42:38 -- "Y si le aconteciere algún desastre en el camino por donde vais, haréis
descender mis canas con dolor al Seol".

1 Samuel 2:6 -- "El Señor mata, y él da vida; él hace descender al Seol, y hace subir".

1 Reyes 2:6 -- "Tú, pues, harás conforme a tu sabiduría: no dejarás descender sus canas al
Seol en paz".

Job 14:13 -- "¡Oh, quién me diera que me escondieses en el Seol, que me encubrieses hasta
apaciguar tu ira".

Job 17:13 -- "Si yo espero el Seol [sepulcro] en mi casa; haré mi cama en las tinieblas".

Salmos 30:3 -- "Oh, Señor, hiciste subir mi alma del Seol [sepulcro]; me diste vida, para que no
descendiese a la sepultura".

Salmos 49:14 -- "Como rebaños que son conducidos al Seol, la muerte los pastoreará".

Oseas 13:14 -- "De la mano del Seol los redimiré, los libraré de la muerte. Oh muerte
[sepulcro], yo seré tu muerte [destrucción]" (compárese con 1 Corintios 15:55).

Eclesiastés 9:10 -- "En el sepulcro [Seol], adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni
sabiduría".

Salmos 31:17 -- "Sean avergonzados los impíos, estén mudos en el Seol [sepulcro].

Ezequiel 32:27 -- "Y no yacerán con los fuertes de los incircuncisos que cayeron, los cuales
descendieron al Seol [sepulcro] con sus armas de guerra, y sus espadas puestas debajo de sus
cabezas".

Salmos 16:10 -- "Porque no dejarás mi alma en el Seol [sepulcro], ni permitirás que tu santo
vea corrupción". (Pedro usa esto para probar que Cristo resucitó de entre los muertos, en
Hechos 2:27, 30-32).

Por estos testimonios es evidente que los escritores inspirados no interpretaban la palabra
Seol como un lugar de tormento eterno. Si sustituimos a la palabra Seol por la frase 'lugar de
tormento eterno' en estos textos, veremos lo absurdo que es la teoría de la teología moderna.
Haría decir a Jacob: 'No quiero recibir consuelo; y descenderé enlutado a mi hijo hasta el
lugar de tormento eterno'. Y haría decir a David: 'Que sus canas no desciendan al lugar de
tormento eterno en paz", como si fuera posible ir a semejante lugar en paz. Haría decir a Job:
'¡Oh, quién me diera que me escondieses en el lugar de tormento eterno, que me
encubrieses hasta apaciguar tu ira', lo cual significaría orar para ir de mal en peor. Haría decir
a David y Pedro que Cristo fue al lugar de tormento eterno, pero que no fue dejado allí. Ahora
bien, si tenemos presente que el destino final de los inicuos es que se les castigará con
la muerte eterna, es decir, que serán arrojados a las tinieblas de la muerte y al sepulcro,
entonces podemos entender fácilmente el uso de la palabra Seol cuando los traductores la han
transliterado como 'Seol [sepulcro]; tal es el caso, por ejemplo, en Salmos 9:17 -- "Los malos
serán trasladados al Seol, todas las gentes que se olvidan de Dios".

Tomemos, por ejemplo, las palabras de Ezequiel 32:27 -- "Y no yacerán con los fuertes de los
incircuncisos que cayeron, los cuales descendieron al Seol [Sheol = sepulcro] con sus armas
de guerra, y sus espadas puestas debajo de sus cabezas". Aquí se muestra que 'Seol' es un
lugar donde los poderosos yacen "con sus espadas puestas debajo de sus cabezas", aludiendo
a la costumbre de colocar la espada del guerrero debajo de su cabeza cuando son depositados
en el sepulcro. Qué absurdo es suponer que los soldados van al 'infierno' de la creencia
popular donde reposarán con sus espadas debajo de sus cabezas. Por lo tanto, el uso de la
palabra sheol en este y otros pasajes citados muestra que los escritores inspirados no le
atribuían a dicha palabra el significado de 'infierno' que se le da en nuestros días. No hay un
solo pasaje en el que tenga un significado tan absurdo como el de "infierno de sufrimientos
eternos’’, y el hecho que los testimonios citados muestren que se refiere al sepulcro, un
significado que ni la mente del más ardiente creyente en la teoría popular no puede resistir, es
suficiente en sí mismo para excluir su aplicación al "infierno" de la creencia popular; porque,
¿cómo podría emplearse la misma palabra para dos lugares tan marcadamente diferentes
como el sepulcro, donde todo es oscuridad e insensibilidad, y uno encendido con ominosas
llamas, donde se experimenta la más profunda sensibilidad de una tortura sin fin?.

Si acudimos al Nuevo Testamento encontramos que la misma conclusión es irresistible. Por
supuesto, aquí tenemos la palabra griega hades, en vez de la palabra hebrea sheol. Que ambas
palabras significan lo mismo, se verá en los casos en que el Nuevo Testamento cita del
Antiguo. En Salmos 16 David dice proféticamente de Cristo:

"Porque no dejarás mi alma en el Seol [sepulcro], ni permitirás que tu santo vea corrupción".

Este pasaje se cita en Hechos 2:27, 31 -- "Porque no dejarás mi alma en el Hades [sepulcro],
ni permitirás que tu Santo vea corrupción".

Ambos pasajes hablan de la resurrección de Cristo del lugar donde estuvo durante su muerte,
un lugar donde comúnmente los hombres 'ven corrupción'; pero en el cual Dios no permitió
que Cristo permaneciese sinó que en su caso hizo una excepción, y no lo dejó en
el sheol o hades, sinó que lo resucitó de entre los muertos antes de que se pudriera su cuerpo.
De ahí que Pablo dice que había declarado a los corintios que "Cristo murió por nuestros
pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día,
conforme a las Escrituras" (1 Corintios 15:3-4). Cuando Cristo murió "derramó su vida hasta la
muerte" (Isaías 53:3, 4). De modo que cuando estaba muerto lo bíblico y lógico es que no
estaba vivo, y dondequiera que haya sido depositado cuando murió, ahí estuvo hasta que
resucitó. Lo depositaron en el sepulcro; pero no "permaneció" allí; y al declarar el hecho Pedro
dice: "Su alma no fue dejada en el Hades [sepulcro]", y el salmista al profetizar esto acerca de
sí mismo y de Cristo dijo: "Pero Dios redimirá mi vida del poder del Seol [sepulcro], porque él
me tomará consigo" (Salmos 49:15).

Ahora bien, esto muestra que el término sheol significaba para el Salmista lo mismo que la
palabra hades significaba para Pedro. Ambos pasajes hablan del mismo acontecimiento, esto
es, la resurrección de Cristo. Ahora podemos examinar el uso de la palabra hades en los otros
pasajes donde ocurre en el Nuevo Testamento.

Hades--El Sepulcro o Estado de los Muertos:

Mateo 11:23 -- "Y tú, Capernaum, que eres levantada hasta el cielo, hasta el Hades [sepulcro]
serás abatida".

‘’Esta predicción de nuestro Señor se cumplió literalmente; porque en las guerras entre los
romanos y los judíos estas ciudades fueron totalmente destruidas, de tal modo que en el
presente no quedan vestigios de Betsaida, Corazín o Capernaum" (Clark, Commentary).

Por lo tanto, ser abatido hasta el Hades, o sepulcro, significaba ser destruido.

Mateo 16:18 -- "Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi
iglesia; y las puertas del Hades [sepulcro] no prevalecerán contra ella".

"Las puertas del Hades"--, dice Parkhurst--, puede aludir siempre a la forma de los sepulcros
judíos".

Las puertas del sepulcro no prevalecerán porque la iglesia será liberada en el día de la
resurrección y exclamará: "¿Dónde... está, oh sepulcro [hades], tu victoria?" (1 Corintios
15:55).

1 Corintios 15:55 -- "¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro [hades], tu
victoria?"

Apocalipsis 1:18 -- "Yo soy... el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que yo vivo por los
siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades [sepulcro]".

Apocalipsis 6:8 -- "Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre
Muerte, y el Hades le seguía [sepulcro]".

Apocalipsis 20:13, 14 -- "Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades
entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la
muerte y el Hades [sepulcro] fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda".

Lucas 16:23 -- "Y en el Hades alzó sus ojos".

Queda totalmente aclarado para el lector que estos pasajes se aplican al sepulcro, excepto,
quizás, uno; aquel en que se dice que el hombre rico alzó la vista en el Hades. Nos
proponemos explicar esta parábola más adelante, pero aquí diremos que la parábola del
hombre rico y Lázaro estaba dirigida a los fariseos (Lucas 16:14), quienes, al haber aceptado las
tradiciones que invalidaban la Palabra de Dios, se habían hecho creyentes en el dogma pagano
de la existencia consiente de las almas desincorporadas. Para hallar una habitación para estas
después de la muerte, inventaron un lugar donde eran preservadas las almas buenas y malas a
la espera del día del juicio; y a ese lugar daban el nombre de hades. En esta parábola nuestro
Señor usó la teoría de ellos para representar la catástrofe nacional que dentro de poco vendría
sobre ellos por medio de la destrucción de Jerusalén, y su tormento a manos de los romanos y
otras naciones entre las cuales padecerían (este es uno de los significados de esa parábola). El
hecho que el Salvador usara la teoría de ellos en parábola no lo compromete con esa teoría así
como tampoco el uso de la palabra Beelzebú (Mateo 12:27) lo compromete con la ficción
pagana del dios de las moscas. Debe recordarse que nuestro Señor no hizo ningún intento por
corregir a los fariseos y mostrarles la falacia de los dogmas paganos que ellos habían abrazado.
Sabía que ellos se creían justos, así que les dijo irónicamente: "No he venido a llamar a justos"
(Mateo 9:13). Está escrito que "sin parábolas no les hablaba" (Mateo 13:34); y la razón que
dio para esto fue: "Porque a vosotros [los discípulos] os es dado saber los misterios del reino
de los cielos; mas a ellos no les es dado" (Mateo 13:11).

Lo primero que suelen decir los falsos maestros que han pervertido el verdadero significado de
esta parábola es que, según ellos, no se trata de una parábola, sino de una historia real y
literal. Esto es completamente falso y ridículo, ya que esta parábola es la última de seis
parábolas seguidas, y que son las siguientes:

1- Parábola de la gran cena (Lucas 14:15-25).

2- Parábola de la oveja perdida (Lucas 15:1-7).

3- Parábola de la moneda perdida (Lucas 15:8-10).

4- Parábola del hijo pródigo (Lucas 15:11-32).

5- Parábola del mayordomo infiel (Lucas 16:1-13).

6- Parábola del rico y Lázaro (Lucas 16:19-31).

Los que han pervertido el significado verdadero de esta parábola suelen decir que no se trata
de una parábola, porque se mencionan nombres propios: Lázaro y Abraham, sin embargo, ese
argumento es una falacia, porque el hecho de que se mencionen nombres propios no significa
que no sea una parábola. Ya ha quedado demostrado que se trata de la última de una serie de
6 parábolas, por lo tanto, es imposible que se trate de una historia real y literal. Pero no solo
eso, esta parábola del rico y Lázaro empieza exactamente igual que la parábola anterior, la del
mayordomo infiel, las dos parábolas empiezan así: “Había un hombre rico…” Esto demuestra
sin ninguna duda que esta parábola del rico y Lázaro de ninguna manera es una historia real o
literal. Por lo tanto, el primer argumento falso que esos falsos maestros esgrimen ya ha
quedado pulverizado.

 El relato del rico y Lázaro NO ES UNA HISTORIA LITERAL, sino una prosopopeya, donde Cristo
hizo hablar a tres personas muertas como si estuvieran vivas, y este mismo estilo literario es el
que Isaías usó en Isaías 14:8-11 para describir a los muertos que están en el Seol (el sepulcro),
los cuales salen a recibir al rey de Babilonia, e igualmente describe a los cipreses y los cedros
del Líbano hablando, ¡todo ello es una prosopopeya!, no una historia literal. Aceptar la
parábola del rico y Lázaro de forma literal lleva a conclusiones ridículas, porque entonces
resulta que los salvos podrán ver y hablar con los condenados que estén en el lago de fuego,
todos los creyentes cabrían en el ceno de Abrahán, y una gota de agua en la punta del dedo
puede quitar la sed de un hombre atormentado por las llamas.

En esta parábola Cristo sencillamente lo que hizo es enseñar que los creyentes estarán con
Abraham, cuando el Reino de Dios venga a la tierra (Lucas 13:27-29), mientras que los
incrédulos, como el rico, estarán fuera del Reino de Dios, siendo atormentados por el fuego,
donde después serán destruidos en cuerpo y alma (Mateo 10:28), ¡esta es la verdadera
interpretación de la parábola del rico y Lázaro!.

Aunque las Escrituras no pueden ser reforzadas por nada que puedan decir los escritores,
muchos se sienten más confiados si saben que escritores populares apoyan cualquier punto de
vista que ellos puedan tomar. A veces los comentaristas dan honestamente una verdadera
exposición, aun cuando los pasajes que ellos han comentado condenen las teorías que ellos
tanto aprecian; y sobre el tema que estamos señalando, esto queda ilustrado en las siguientes
citas:

AUTORES POPULARES COMENTAN LA PALABRA INFIERNO:

"La palabra hebrea sheol se traduce correctamente como infierno en un sentido general, si se
quiere significar lo mismo que la antigua palabra latina infernus, el receptáculo tapado de
todos los muertos, donde los buenos y los malos reposan juntos en un estado de
INCONSCIENCIA; pero muy incorrectamente y muy desvergonzadamente si se pretendía que
fuese un símbolo del infierno de la creencia popular y tradicional como un lugar de tormento
consciente sólo para los inicuos. Pero nosotros, sin la menor reserva, condenamos a los
traductores; puesto que ellos evidentemente se han esforzado por obscurecer el verdadero
sentido de la palabra sheol, y para sostener el significado tradicional del infierno a expensas de
la verdad y la uniformidad. Si la palabra sheol se hubiese traducido uniformemente como
hoyo o sepulcro o el estado de los muertos, o incluso como las mansiones de los muertos,
nunca se le habría relacionado con una idea tan absurda como la de un lugar de tormento
consciente" (Bible versus Tradition, pagina 188).

"Hades significa literalmente aquello que está en oscuridad. Un cuidadoso examen llevará a la
conclusión de que en estos pasajes donde ocurre la palabra hades no hay ninguna
justificación para la idea de un estado intermedio, sino que se refieren al sepulcro, tanto de los
justos como de los inicuos". Dr. Kitto, Cyclopedia [Enciclopedia].

"La palabra original hades, derivada de a, que significa no, y de idien, que significa ver--el
invisible receptáculo o mansión de los muertos--, corresponde a sheol en hebreo. La palabra
infierno, que se usa en algunas traducciones, ahora expresa un significado incorrecto de la
palabra original, porque se usa sólo para dar a entender el lugar de los condenados. Pero como
el vocablo infierno viene del término latino infernus, que significa tapar u ocultar [...], el
significado literal de la palabra original hades estaba en tiempos antiguos bien expresada por
ella".--Dr. Adam Clarke, Commentary [Comentario].
##El verdadero estado de los muertos y la resurrección##. por alexander gell estudiante de la biblia. (1)
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  • 1. EL VERDADERO ESTADO DE LOS MUERTOS Y LA RESURRECCIÓN. P OR AL E XANDE R GE LL . Impregnada en prácticamente todas las culturas del mundo y raíz de casi todo conjunto de creencias religiosas es que algo inmaterial, llámese Alma o Espíritu, sobrevive a la muerte del cuerpo. Esto ha derivado en un gran número de doctrinas y creencias tales como la inmortalidad del alma, el espiritismo, la reencarnación, el purgatorio, invocar espíritus de muertos, los tormentos eterno del infierno, etc. En general, "el alma" se concibe como un principio interno, vital y espiritual, fuente de todas las funciones físicas y en concreto de las actividades mentales. La creencia en alguna clase de alma que puede existir independiente del cuerpo se encuentra en casi todas las culturas y religiones conocidas. Esta creencia afirma que el ser humano tiene dentro de sí mismo una especie de consciencia con cuerpo inmaterial que continua viviendo después de la muerte física. Es como si el hombre viviere dentro de un cascaron llamado cuerpo; cuando este cascaron se deteriora y muere entonces el supuesto hombre interno (alma) queda libre y continua viviendo una vida inmortal. Por tanto lo que postula el 99 punto 9 por ciento de todas las religiones del mundo es que en realidad la muerte nunca ha existido; ya que, supuestamente, lo que muere es el cuerpo, pero el alma (el hombre interior o entidad espiritual) queda con una vida sin fin. Muchos piensan que la persona que muere, si se ha portado bien, va INMEDIATAMENTE al cielo; caso contrario, si se ha portado mal; va INMEDIATAMENTE al infierno o al purgatorio. Otros piensan que va al mundo de los espíritus. Hay quienes sostienen que se reencarna en otro ser que nace, superior o inferior de acuerdo a como ha vivido su karma aquí. Hay un sin fin de doctrinas religiosas que coinciden con una idea fundamental: “Hay algo dentro de nosotros que es inmortal, que sigue viviendo cuando uno muere.” Ese algo dicen que es el alma.
  • 2. La realidad es que la distancia que separa a la enseñanza bíblica sobre la vida y la muerte en contraste del conjunto de enseñanzas comunes a través de la historia y de toda cultura que existe, es la más poderosa validez para no dudar de su absoluta veracidad, y así guiarnos a la verdad; ya que las sagradas escrituras postula algo muy diferente a las creencias populares y culturales de todos los tiempos. Por tanto debemos preguntarnos: ¿Qué dice la biblia sobre este tema? ¿Existe dentro del ser humano un alma inmortal? ¿El ser humano continua viviendo inmediatamente muere? ¿Por qué casi todas las religiones del mundo afirman que existe el alma inmortal dentro del ser humano?. ¿existe en realidad un lugar de tormentos llamado infierno?. PRIMERA PARTE: EL HOMBRE MISMO ES UN ALMA. Para poder conocer si existe dentro del ser humano un alma inmortal o no, lo primero que tenemos que analizar es cuál era el estado de existencia de Adán y Eva cuando Dios los creó; ya que ellos son el reflejo primordial de toda la raza humana. Este es el relato bíblico: ‘’Entonces Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. ’’ Génesis 2: 7. En este breve versículo encontramos muchas de las respuestas que necesitamos para poder saber y entender en que consiste el verdadero estado del hombre desde su misma creación. Lo primero es que Adán no tenía existencia alguna antes de que Dios lo creára del polvo de la tierra. Adán no estaba vivo en el ámbito espiritual en forma de alma inmortal o espíritu con conciencia para luego Dios meterlo dentro del cuerpo de barro; la realidad es bien simple: Adán llegó a tener existencia solo después que Dios soplara el aliento o hálito de vida en el cuerpo de barro. Esto debemos tenerlo bastante claro desde el mismo principio de este estudio: ¿cuál fue el resultado de la combinación del cuerpo de barro y el hálito (espíritu) de vida dado por Dios?: el pasaje dice: y fue el hombre un ser viviente. En algunas traducciones bíblicas la palabra ser viviente se traduce muy correctamente como: alma viviente. Lo que la Biblia enseña es que el hombre es un ALMA VIVIENTE gracias a la combinación del cuerpo y el espíritu. Es decir: cuerpo + espíritu = Alma viviente. El primer hombre, Adán, llegó a ser, según las Escrituras hebreo arameas, un alma viviente (ne ´phesh en hebreo), es decir, una persona viviente después que Dios le proporcionó el aliento de vida (ruaj en hebreo) al cuerpo de polvo. No dice el texto que se le haya dado un alma inmortal o que se le haya introducido una psikhé (en griego) que vivía de forma invisible dentro de Adán. En 1 Corintios 15:45 el apóstol pablo certifica esto de la siguiente manera: “Así también está escrito: ‘’El primer hombre Adán vino a ser alma viviente.’’
  • 3. Aquí las Escrituras Griegas Cristianas concuerdan con las Escrituras Hebreas en cuanto a lo que es el alma bíblica. Al comparar estos versículos nos damos cuenta que el apóstol Pablo traduce ser viviente por alma viviente, en otras palabras ser viviente y alma viviente son sinónimos. Esto también da a entender que la vida de Adán comenzó exactamente en ese momento. Dios formó al primer hombre del polvo de la tierra y para darle vida (aliento o espíritu) Dios sopló en el hombre lo que la biblia llama espíritu de vida o aliento de vida; es decir: energía vital (RUAJ). Esto quiere decir que antes de ese soplo de Dios este primer hombre llamado Adán no estaba vivo (no existía) en ninguna parte. Cuando el aliento o espíritu de vida entró dentro del hombre hecho del polvo entonces este se convirtió en un alma viviente o ser viviente; esto quiere decir que el ser humano en realidad no tiene un alma dentro de sí; en realidad: el hombre mismo es un alma. Esto lo certifica un hombre sabio llamado Job; Leámoslo: ‘’El espíritu de Dios me hizo, y el soplo del omnipotente me dio vida... de barro fui yo también formado’’. Job 33:4-6. Vemos aquí la presencia de tres elementos: Tierra, espíritu de vida y ser viviente. Ser o alma viviente, Psique, es el resultado de la unión de los otros dos: Tierra + soplo de vida = Ser viviente. Cuerpo + espíritu = Alma viviente. Soma + Pneunma = Psique (en griego). El alma es la persona misma. En 1 Pedro 3:20; con relación al alma bíblica dice: “En los días de Noé… unas pocas personas, es decir, ocho almas, fueron llevadas a salvo a través del agua.” En Josué 11:11 también aclara una característica del alma bíblica: “Se pusieron a herir a filo de espada a todas las almas que había en ella.” Notemos aquí que el alma bíblica, es algo que se podía tocar con la espada, por lo que las almas de ese texto no podrían haber sido espíritus. Además, observamos el uso de la palabra alma en el sentido de persona en romanos 13:1, que exhorta: “Toda alma esté en sujeción a las autoridades superiores”, Este versículo no ofrece ningún indicio de que el alma sea algo inmaterial que sobreviva al cuerpo inmediatamente este muere; sino que especifica que el alma es la persona misma. No es el alma lo que da la vida, sino el halito de vida o espíritu que Dios puso en el hombre. Ya lo dijo el mismo Jesús: ‘’El espíritu es lo que da vida; la carne para nada aprovecha. Juan 6: 63. Ese espíritu no es una entidad que sigue consciente después de la muere; sino que es simplemente la energía vital que da vida al cuerpo de polvo. Esto es precisamente lo que
  • 4. enseña el apóstol Santiago, es decir; que es el espíritu o aliento de vida lo que mantiene al ser humano con vida y no una supuesta alma inmortal: ‘’Pues como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta’’. Santiago 2: 26. El siguiente versículo es la confirmación de lo que venimos hablando: ‘’Si pensara en retirarnos su espíritu, en quitarnos su hálito de vida, todo el género humano perecería, ¡la humanidad entera volvería a ser polvo!’’. Job 34: 14-15. Cuando hablamos del 'polvo' por ejemplo, algunos se preguntan que como pudiera ser, que de algo tan sencillo se hiciera algo tan complicado, como lo es el cuerpo humano? No tendría que ser este 'polvo' algo especial? Y aquí la ciencia moderna realmente nos ha dado una ayuda, al reducir toda cosa existente a unos 120 elementos fundamentales, como lo son el helio, hidrogeno, oxigeno, nitrógeno, carbono, etc... y todo lo hecho, está hecho de los mismos elementos. Así que cuando recogemos un poco de polvo en nuestras manos, o un terruño, aunque sea difícil creerlo, el terruño y la mano están hechos de los mismos materiales, solo que en diferentes proporciones, y no diferentes estructuras. Ciertamente el alma muere; no es inmortal: la misma boca de Dios lo confirma de la siguiente manera: ‘’He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá.’’ Ezequiel 18:4. También debemos preguntarnos: ¿Qué hay de los animales? ¿También son almas? Pues bien, observemos cómo describe la Biblia la creación de los animales: Dios pasó a decir: Enjambren las aguas un enjambre de almas vivientes (seres vivientes). En el siguiente día creativo, ordenó: Produzca la tierra almas vivientes según sus géneros, animal doméstico y animal moviente y bestia salvaje de la tierra según su género (Génesis 1:20- 24). Por ello, tanto los seres humanos como los animales son almas; esta es la forma en que lo afirma la biblia: Dice en Eclesiastés 3: 18-20 de la siguiente manera: ‘’Pensé también con respecto a los hombres: «Dios los está poniendo a prueba, para que ellos mismos se den cuenta de que son como los animales. Los hombres terminan igual que los animales; el destino de ambos es el mismo, pues unos y otros mueren por igual, y el aliento de vida es el mismo para todos, así que el hombre no es superior a los animales. Realmente, todo es absurdo, y todo va hacia el mismo lugar. »Todo surgió del polvo, y al polvo todo volverá.’’ Eclesiastés 3:19-21 dice: “Hay un suceso final con respecto a los hijos de la humanidad y un suceso final con respecto a las bestias, y ellos tienen el mismo suceso final. Como muere el uno, así muere la otra; y todos ellos tienen un solo espíritu, de modo que no hay superioridad del hombre sobre la bestia, porque todo es vanidad. Todos están yendo a un solo lugar’’.
  • 5. Debido a que heredamos el pecado y la muerte de Adán, todos los humanos morimos y regresamos al polvo, al igual que los animales; ya que ‘’la paga del pecado es la muerte’’. En el relato del diluvio podemos ver que en aquella gran destrucción mundial no hubo diferencia entre los animales y los seres humanos, es decir: tanto Dios como la muerte trató a todos por igual sin hacer ningún tipo de diferencia; Leámoslo: ‘’Así murió todo ser viviente (alma viviente), que se movía sobre la tierra: las aves, los animales salvajes y domésticos, todo tipo de animal que se arrastraba por el suelo, y todo ser humano. Pereció todo ser que habitaba la tierra firme y tenía aliento de vida. Dios borró de la faz de la tierra a todo ser viviente, desde los seres humanos hasta los ganados, los reptiles y las aves del cielo. Todos fueron borrados de la faz de la tierra. Sólo quedaron Noé y los que estaban con él en el arca’’. Génesis 7: 21-23. Vemos entonces que todos los seres creados viven por la voluntad y el poder de Dios. Son receptores dependientes de la vida o el aliento que le da Dios. Desde el más sublime Serafín, hasta el ser animado más humilde, todos son renovados por la Fuente de la vida. Su Espíritu o aliento es el que nos hace vivir, por lo tanto ahora es más fácil entender lo que es la muerte: la inversa de la vida; esto es lo que afirma las escrituras cuando un hombre muere: ‘’Y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dió’’: Eclesiastés 12:9. Debemos preguntarnos: ¿Qué sucedería si Dios decidiera la extinción de todos los seres vivientes?: observe ahora la respuesta bíblica: ‘’les quitas el hálito, dejan de ser, y vuelven al polvo”. Salmos 104:29. Los defensores de la doctrina de la inmortalidad del alma postulan que en realidad el alma no muere: que lo que muere es el cuerpo: pero vemos que las sagradas escrituras no dan ningún tipo de apoyo a tal creencia. Por ejemplo En Ezequiel 18:4, 20 el Señor dice que ‘’el ALMA que peque, esa morirá’’. Ya sabemos que el alma es la persona completa: por tanto ese pasaje de Ezequiel es de una claridad irrefutable: el alma es mortal. Es tan así que el hombre no puede de ninguna manera ganar la pelea con la muerte cuando esa hora le toca; esto es lo que afirma las escrituras; Leámoslo: ‘’No hay quien tenga poder sobre el aliento de vida, como para retenerlo, ni hay quien tenga poder sobre el día de su muerte’’. Eclesiastés 8: 8. Es cierto que hay pasajes bíblicos en los que se menciona que el alma sale del cuerpo o regresa a él. Por ejemplo cuando la Biblia explica que Raquel murió al dar a luz, lo hace con estas palabras: “Al ir saliendo el alma de ella (porque murió), lo llamó por nombre Ben-oní; pero su padre lo llamó Benjamín” (Génesis 35:18). Y al referirse a la resurrección del hijo de una viuda, 1 Reyes 17:22 dice: “Jehová escuchó la oración de Elías, de modo que el alma del niño volvió dentro de él, y llegó a vivir”. ¿Cómo podemos explicar estos textos? Pues es sencillo, recordemos que uno de los significados de la palabra alma es “vida”. Por lo tanto, el alma de Raquel iba saliendo de ella en el sentido de que su vida se estaba extinguiendo. De hecho, algunas Biblias expresan el sentido de la frase “al ir saliendo el alma de ella” con otras
  • 6. palabras; por ejemplo, “escapándosele ya la vida” (Biblia del nuevo milenio) o “con su último aliento’’. De modo similar, en el caso del hijo de la viuda, fue su vida lo que volvió a él (1 Reyes 17:23). O sea que la muerte, es expirar; observen las raíces griegas de esta palabras en español: ex - fuera, spiros - respiración, aliento; en pocas palabras: sin aliento. Así que hasta nuestro idioma reconoce que la muerte viene cuando el aliento sale. No hay en el hombre una parte espiritual que sobreviva a la muerte del cuerpo. Salmos 146:4 dice: “Sale su espíritu, él vuelve a su suelo; en ese día de veras perecen sus pensamientos.” La palabra hebrea que se traduce espíritu aquí es un derivado de ruaj. Algunos traductores la vierten aliento. Cuando esta ruaj —o fuerza vital activa— sale del cuerpo, los pensamientos de la persona perecen; no continúan en otra región o esfera. ‘’El espíritu no es la persona (el alma), sino la energía que da la vida a la persona. Sería algo así como la energía eléctrica que hace funcionar los aparatos eléctricos. Cuando no hay energía, el aparato no funciona. De igual forma, el cuerpo sin el espíritu está muerto, inactivo (Santiago 2:26). Cuando morimos, el cuerpo vuelve al polvo de la tierra de donde fue hecho, y esa energía o espíritu vuelve al Señor que la dio (Eclesiastés 12:7), entonces el alma muere (Ezequiel 18:4,20), y dejamos de existir, hasta el día de la resurrección. ¡En ningún caso es el alma lo que vuelve al Señor, sino el espíritu! Observe que el espíritu no desciende al Hades o Sheol, sino que vuelve al Señor que lo dió. Por lo tanto, los que enseñan que en el Hades hay espíritus: ¡están mintiendo! La Biblia no dice por ninguna parte que en el Sheol (Hades) existan espíritus. Los patriarcas sabían que los muertos descendían al Sheol (Génesis 37:34-35), es decir, al reino de los muertos, en el interior de la tierra. ¡Dicho lugar no estaba en un "más allá", sino debajo de la tierra! En las Escrituras no se dice por ninguna parte que el Sheol se encuentre en un "más allá". El Sheol o Hades siempre están en el interior de la tierra, donde van a parar los muertos que son sepultados. La Biblia no dice por ninguna parte que en el Sheol existan personas vivas, ¡¡ahí solo moran los cadáveres de los fallecidos!!, ya que se trata del reino de los MUERTOS, ¡no de los vivos! El Sheol o Hades no son un sepulcro individual, sino el reino de los muertos, siendo el sepulcro el símbolo físico. El sepulcro es la puerta por la que se entra al reino de los muertos, el Sheol (Hades). Jesús dijo que esas "puertas" del Hades no prevalecerán contra su Iglesia (Mateo 16:18), En otras palabras, los sepulcros no podrán contener para siempre a los cristianos muertos, ya que estos resucitarán y vencerán a la muerte y el Hades’’. (1Corintios 15:51-55). (Las 21 tesis de tito). La Palabra de Dios contesta que no hay nada que los humanos tengan como resultado del nacimiento que, al morir, los haga superiores a las bestias. Sin embargo, debido a la provisión misericordiosa de Dios mediante Cristo, a los humanos que ejercen fe se les ha ofrecido la perspectiva de vivir para siempre. Para muchos de la humanidad esto se realizará mediante la resurrección, cuando la fuerza vital activa procedente de Dios les imparta vigor de nuevo en un nuevo cuerpo; entonces el hombre volverá a ser nuevamente un alma o ser viviente; pero en este caso inmortal (no morirá jamás).
  • 7. El salmo 104 hablando de la dependencia que tiene todo lo creado a su creador afirma que todo ser viviente vive por el halito o aliento de vida dado por Dios; por tanto cuando este espíritu o halito de vida es quitado todo regresa al polvo; tanto en los humanos como en cualquier ser viviente (animales); Leámoslo: ‘’Todos ellos esperan en ti, que le des alimento a su tiempo. Tú les das, y ellos recogen; abres la mano, y se colman de bienes. Si escondes tu rostro, se aterran; si les quitas el aliento, mueren y vuelven al polvo. Pero si envías tu Espíritu, son creados, y así renuevas la faz de la tierra.’’ Salmos 104: 27-30. El apóstol Pedro citó de los escritos de Moisés acerca de Jesús y dijo: “En verdad, cualquier alma que no escuche a ese Profeta será completamente destruida de entre el pueblo.” (Hechos 3:23). En consistencia con esta verdad fundamental, ni una sola vez en todos sus versículos dice la Biblia que las almas humanas o las almas animales sean inmortales, imperecederas, que no puedan ser destruidas ni morir; en realidad no existe en toda la biblia la frase alma inmortal. Sin embargo, hay docenas de textos bíblicos que muestran que el alma puede morir o ser muerta. (Levítico 23:30; Santiago 5:20). Hasta de Jesucristo la Biblia dice: “Derramó su alma hasta la mismísima muerte.” (Isaías 53:12). ‘’Si el alma fuera inmortal, Jesús HABRÍA MENTIDO. Jesús dijo que vino para dar su ALMA (su vida) en rescate de muchos: " Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida (alma) en rescate por muchos." (Marcos 10:45). La palabra griega traducida por "vida" es psijé, que también es traducida por ALMA. El alma es el ser vivo, la persona. Ahora bien, si el alma fuera inmortal, ¡¡entonces Jesús no habría dado su alma o vida en rescate!!, es decir, NO HABRÍA MUERTO, y no existiría la redención por su sangre. Por lo tanto, la doctrina de la inmortalidad del alma es absolutamente diabólica, ¡es un ataque frontal contra el Evangelio!, sin embargo, es una doctrina enseñada por la inmensa mayoría de aquellos que se hacen llamar "cristianos". Fue el diablo quién engañó a Eva, diciendo que, si pecaban, no morirían, es decir, serían inmortales (Génesis 3:4).La doctrina de la inmortalidad del alma la originó hace milenios el propio Satanás. Esta mentira diabólica se propagó por todo el mundo, y hoy la enseñan miles de falsos profetas y de falsos maestros que se hacen pasar por ministros del CRISTO, pastores y evangelistas. Muchos "maestros de la Biblia" enseñan que el alma no resucita, porque ellos dicen que no muere, sin embargo, la palabra de Dios dice que el alma muere, por tanto, resucita. Por eso es que, en Apocalipsis 20:4, leemos que Juan vio las almas de los mártires cristianos resucitadas: "Y vi las ALMAS...y volvieron a vivir (resucitaron) y reinaron con Jesús mil años". Por lo tanto, es el ALMA, la persona, lo que resucitará, porque el alma MUERE. Observe bien, si los muertos volverán a vivir cuando resuciten, significa que ellos no están vivos en ningún lugar. Si los muertos ya estuvieran vivos, entonces no tendría sentido que la Escritura diga VOLVIERON A VIVIR, si ellos ya están vivos, ¿para qué van a volver a vivir? Los muertos volverán a vivir (resucitarán) porque ahora no están vivos en ningún sitio. Jesús dijo bien claro que los muertos vivirán, ¡en tiempo futuro! "Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mi, aunque esté muerto, VIVIRÁ" (Juan 11:25), si los muertos ya estuvieran vivos en
  • 8. un "más allá", entonces Jesús NUNCA habría dicho esas palabras, sino que habría dicho algo como esto: "el que cree en mi, aunque esté muerto, no está muerto de verdad, sino que sigue vivo en el más allá". Por lo tanto, los "cristianos" que enseñan la doctrina de la inmortalidad del alma, es decir, la doctrina de que el alma sobrevive a la muerte, NO SON cristianos. La Biblia dice bien claro que los muertos duermen en el polvo de la tierra (Daniel 12:2, Juan 11:11, Hechos 7:60, 1Corintios 11:30, 15:20, 1Tesalonicences 4:13-14, 5:10), y, como ya hemos visto, es la persona quien duerme en el sepulcro, ¡¡no solamente su cuerpo!!. La palabra de Dios lo que hace es utilizar el símil de la dormición para enseñar que los muertos resucitarán con toda certeza. Cuando dormimos, despertamos después. De igual forma, cuando alguien muere, que tenga la seguridad de que Dios le despertará el día de la resurrección. Es interesante saber que, para Dios, los muertos no duermen, sino que viven (Lucas 20:38), ¿por qué? por la sencilla razón de que Dios ve el futuro, y, por tanto, él ve a todos los muertos resucitados y vivos (Lucas 20:35-37).’’ (Las 21 tesis de tito. COM). Vemos, pues, que el alma humana es la persona misma, y cuando la persona muere, es el alma humana lo que muere. Por lo tanto; la biblia demuestra con suma claridad que los muertos están inconsciente en el sueño de la muerte; Leámos varios pasajes que lo certifican: 1. Los muertos nada saben: "Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben..." Eclesiastés 9:5. 2. Mueren sus sentimientos. "También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol...porque en el Seol [sepulcro], adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría." Eclesiastés 9:6, 10. 3. Perecen sus pensamientos. "Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra; en ese mismo día perecen sus pensamientos." Salmos 146:4. 4. No saben nada, ni de sus seres más queridos. "Sus hijos tendrán honores, pero él no lo sabrá; o serán humillados, y no entenderá de ello." Job 14:21. 5. Ni siquiera alaban a Dios. "No alabarán los muertos al SEÑOR, ni cuantos descienden al silencio." Salmos 115:17. (Algunos evangélicos pentecostales predican la mentira de que el cristiano que muere pasa de forma inmediata al cielo a ‘’alabar y exaltar a Cristo’’). 6. La muerte no hace diferencia entre sabios y necios, Buenos y malos. ‘’Pues nadie se acuerda jamás del sabio ni del necio; con el paso del tiempo todo cae en el olvido, y lo mismo mueren los sabios que los necio’’. Eclesiastés 2:16. 7. Es por esto que Dios tiene misericordia; porque El sabe que somos polvo. ‘’Tan compasivo es el SEÑOR con los que le temen como lo es un padre con sus hijos. Él conoce nuestra condición; sabe que somos polvo``. Salmos 103:13-14. 8. Los muertos duermen. "Mas el hombre morirá... ¿y dónde estará él? ... hasta que no haya cielo, no despertarán, ni se levantarán de su sueño". Job 14:10-12.
  • 9. Lázaro estuvo 4 días muerto en el sepulcro. Jesús comparó la muerte de lázaro con el sueño cuando dijo: ‘’lázaro duerme’’, cuando los demás discípulo escucharon esas palabras dijeron: ‘’si duerme, entonces se va a sanar’’, pero Cristo les especifica que en realidad lázaro estaba muerto. Simplemente Jesús comparó la muerte con la inconsciencia del sueño. Cuando maría le reprocha a Cristo por la muerte de lázaro Jesús le dice: ‘’yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mi, aunque este muerto; vivirá’’. Note que la palabra vivirá esta en tiempo futuro: por tanto maría, como todos los judíos, entendió que Cristo se refería a la resurrección de los muertos al final de los días; lo cual es correcto. La palabra vivirá también deja claro que lázaro no estaba vivo en ninguna otra parte en forma de alma o espíritu inmortal. Entonces Cristo, para que todos supieran que él era el comisionado por Dios para devolverle la vida a los muertos, va a la tumba y, en alta voz, Dice: ‘’lázaro, sal fuera’’: y el muerto resucitó; es decir: volvió a vivir. Como podemos ver Jesús llamó a lázaro, el cual estaba muerto. Ese muerto estaba en su tumba, es decir: no se encontraba en otro sitio vivo en forma de alma inmortal. Lázaro no regresó del más allá, ni vino del paraíso ni del cielo a meterse en el cuerpo que estaba en el sepulcro. Simplemente Cristo dijo la palabra y Dios activó el ruaj (energía vital) regenerando de esta forma el cuerpo de lázaro. Imagínense que lázaro hubiera estado vivo en forma de alma inmortal en algún paraíso espiritual antes que Cristo lo resucitara; seguro que hubiera dado el gran testimonio para que esa experiencia quedara registrada como enseñanza para los creyentes. Además; si lázaro hubiera estado en algún paraíso seguro que se hubiera enojado con Cristo por sacarlo de ese lugar de delicia para traerlo de nuevo a pasar aflicciones en este mundo. La verdad es que lázaro no dijo nada de eso porque él estuvo en la inconsciencia de la muerte por 4 días, y así se hubiera quedado por milenios hasta en día de la resurrección si Cristo no lo hubiese llamado de vuelta a la vida en ese momento. (Leer Juan capitulo 11). Únicamente Dios es el único que puede darle vida al género humano: y esa vida el la da a través de Jesucristo. Es por esto que debemos obedecer al señor en todo, y perseverar hasta el final. ‘’El cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en hacer el bien, buscan gloria, honra e inmortalidad.’’ Romanos 2:6-7. El hombre debe de buscar la inmortalidad ya que naturalmente no la posee, el único que tiene inmortalidad es Dios: ‘’El único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible y a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver. A él sea la honra y el imperio sempiterno. Amén’’. 1 Timoteo 6:16. Por lo tanto; la definición bíblica de alma es sencilla y coherente: designa a un ser humano, a un animal o a la vida que hay en ellos. Llegamos a la conclusión bíblica de que el alma es el producto resultante de la unión del espíritu o energía de vida dado por Dios con el cuerpo de polvo; y la muerte es la ausencia del espíritu o hálito de vida del cuerpo; es lo contrario a la vida. Cuando el ser humano muere esa energía vital regresa a Dios y el cuerpo se desintegra y se convierte nuevamente el polvo. Ese
  • 10. ruaj o espíritu de vida no tiene conciencia; sinó que se funde en el poder de Dios como un archivo o testimonio de quien era esa persona: es por eso que Dios conoce a todos los que han muerto. Todos los muertos permanecen en sus sepulcros hasta el día de la resurrección. Ahora que conocemos esto debemos preguntarnos: ¿de dónde surge la doctrina de la inmortalidad del alma y de los tormentos eternos del infierno?. SEGUNDA PARTE: PROCEDENCIA DE LA DOCTRINA SATÁNICA DE LA INMORTALIDAD DEL ALMA Y LOS TORMENTOS ETERNOS. Dios le dijo a Adán que el día que desobedeciera, comiendo del árbol de la ciencia del bien y el mal, ciertamente iba a morir. Pero hubo otra opinión que fue susurrada a los oídos de Eva, compañera de Adán: "No moriréis" , le dijo aquella vos (Génesis 3:4), en contraposición al claro y preciso mandato de Dios. Y a pesar de que la tierra esta llena de cementerios y tumbas que prueban la afirmación divina, existe aún en el hombre la idea de una inmortalidad a pesar de todo; bajo los mismos términos que le fueron susurrados a Eva: "No morirás", pese a todo lo que hagas en tu vida. Esa opinión fue derivando en muchos conceptos y doctrinas con los cuales se ha bombardeado la sensibilidad de las personas doloridas por la pérdida de algún ser querido. Se divulgan por medio de películas, folletos, sectas y credos que defienden las teorías de la reencarnación, los tormentos del infierno, el purgatorio, el contacto con los muertos y el culto a los espíritus. Todas estas tienen una raíz común: la creencia de la inmortalidad del alma que es lo mismo que espiritismo; todo esto esta fundamentado en las palabras de aquel que le habló a Eva diciéndole: ‘’no moriréis’’. ¿Quién le dijo a Eva que nunca morirían aunque desobedecieran a Dios?. El apóstol pablo da la siguiente respuesta: ‘’pero temo, que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo. ’’ 2corintios 11: 3. Notamos que quien le dijo a Eva que nunca morirían (doctrina de la inmortalidad del alma y el fundamento del espiritismo), según el apóstol pablo, fué la serpiente. Pero debemos preguntarnos: ¿Quién es esta serpiente?. En el libro de apocalipsis 12:9 se habla sobre la identidad de ese ser que habló con Eva en el huerto de Edén; dice: ‘’y fue lanzado el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero’’.
  • 11. Vemos como la misma biblia identifica a esta serpiente con el dragón llamado diablo y Satanás. El trabajo de este ser es engañar al mundo entero. Mientras que Dios le dice al ser humano en su principio ‘’el día que comas de ese árbol ciertamente morirás,’’ luego aparece el diablo diciendo totalmente lo contrario; es decir: no moriréis. Para nosotros poder llegar al fundamento de la verdad debemos analizar que sucedió con Adán y Eva después que desobedecieron a Dios: ¿murieron o no murieron? ¿Quién tenía la razón: Dios o el diablo?. Después que Adán y Eva obviaron el mandato de Dios y comieron del fruto prohibido, Dios viene a hablar con ellos y a emitir el juicio (el castigo) por la transgresión. Lo primero es que Dios castiga a la serpiente y la condena a vivir siempre arrastrándose y a comer polvo hasta el día de su destrucción. Dice la biblia que el hombre es polvo y al polvo va a regresar por tanto la serpiente (Satanás) devora seres humanos engañándolos y llevándolos a la destrucción a través del pecado. Es por esto que la palabra de Dios dice que el diablo anda como león rugiente buscando a quien devorar. Luego Dios emite juicio en contra de la mujer condenándola a parir con grandes dolores y a vivir queriéndose imponer sobre el hombre pero este la dominará. Por último Dios emite juicio sobre Adán condenándolo a mantenerse del sudor de su frente en un mundo maldito que va a producir cardos y espinos (leer génesis 3: 8- 18). Si nosotros aplicáramos la idea de la cristiandad católica y pentecostal a la desobediencia de Adán podemos decir que este, después de muerto, se encuentra vivo sufriendo el castigo de los sufrimientos eterno del infierno donde, supuestamente, van a parar todos aquellos que mueren en desobediencia y sin el perdón de Dios. Pero ¿le sucedió esto a Adán? Vean la condena de Adán dictada por la misma boca de Dios: ‘’con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres y al polvo volverás’’. Como podemos ver; Dios no condenó a Adán a quemarse sin poder morir en el fuego del infierno por desobediente. Tampoco lo introdujo, después de muerto, en el purgatorio para purificarlo y luego llevarlo al paraíso como creen los católicos; pero tampoco lo perdonó y se lo llevó al cielo después de muerto. La condena que Dios le impuso a Adán no tiene absolutamente nada que ver con ninguna vida inmediata después de la muerte. Antes de Adán recibir el aliento de vida él era simplemente polvo; por consiguiente la condena de Adán consiste en regresar al estado de inexistencia de donde Dios lo había una vez sacado. Esas son las palabras que Dios le pronunció: ‘’polvo eres y al polvo vas a volver’’. Por tanto, desde el día que pecaron, Adán y Eva comenzaron el proceso de degeneración (envejecimiento) que al final les llevó a la muerte. Me gusta mucho la definición que da el gran erudito bíblico Tito Martínez sobre el estado primordial de Adán y Eva; dice: ‘’Debemos entender que Dios no creó a Adán y Eva inmortales, ni tampoco mortales, sino que los creó en un estado NEUTRO, y luego la mortalidad vino sobre ellos cuando pecaron... esto lo ha estado ignorando totalmente la cristiandad durante siglos, pero ahora la verdad
  • 12. está siendo dada a conocer de forma clara y sencilla. Lo que hizo Dios es prohibirles el acceso al árbol de la vida, para que no comieran de ese árbol y vivieran para siempre; pues si hubieran comido del árbol de la vida, después de pecar, entonces Adán y Eva hubieran vivido para siempre y con ellos también el pecado hubiese sido eterno. La serpiente astutamente se adelantó, porque esa serpiente sabía bien claro que si tomaban y comían primero del fruto del árbol de la vida no tendrían la necesidad de comer del árbol del bien y del mal, ya que iban a tener la vida eterna. Es por esto que Dios los expulsó del huerto de Edén y protegió la entrada con un Querubín y una espada de fuego para que ningún mortal pudiera llegar al árbol de la vida.’ (Foro cristianos bíblicos Gabito grupos). ‘’ Y dijo Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. ’’ Génesis 3: 22. Como se puede ver, Adán y Eva nunca llegaron a tomar del árbol de la vida, por lo tanto ellos jamás fueron inmortales. Noten en este versículo que Dios ve al hombre como los dioses (Elohim) porque podían conocer entre el bien y el mal; no porque fueran inmortales como los dioses. Por eso vemos que al final del versículo Dios evita que coman del árbol de la vida para que no puedan vivir para siempre. Por lo tanto; si el mismo Dios ha evitado que vivan para siempre por haber pecado ¿Cómo vamos a creer y tolerar esa falsa doctrina de la inmortalidad del alma?. Si el mismo Dios condenó a Adán a la muerte ¿Cómo vamos a creer, igual que Eva, a la voz mentirosa de la serpiente la cual dijo lo contrario a lo que el Señor dijo?. Algunos supuestos ‘’teólogos’’ dicen que la mentira de la serpiente consistió en decir que serían como Dios (dioses), eso que dicen es otra burda mentira, y lo demostraré de la forma más sencilla. Veamos lo que dijo Dios: Génesis 3:22: ‘’Y dijo Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.’’ Como se puede ver es el propio Dios quien dijo que el hombre llegó a ser como los dioses, es decir, como Elohim, en el sentido de conocer el bien y el mal, ¡exactamente lo mismo que dijo el diablo!, Aquí lo tienen: ‘’ Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Génesis 3:4- 5. Lo que hizo el diablo es mezclar la mentira con la verdad. La mentira consistió en enseñar que el alma es inmortal, es decir: que ellos seguirían viviendo aunque pecaran (no moriréis), y la verdad consistió en decir que si pecaban serían como Dios, en el sentido de conocer y poder decidir entre el bien el mal. Por otra parte; el diablo llamó mentiroso a Dios, diciendo que serían inmortales aunque pecaran, ¡he ahí el inicio de la doctrina de la inmortalidad del alma!, Una mentira satánica que
  • 13. se extendió por toda la tierra y que es predicada por todas las religiones falsas del mundo. Esta es la práctica satánica que durante miles de años el diablo ha estado utilizando para engañar al mundo, y especialmente la utiliza actualmente en el S.I.A. (sistema iglesiero apóstata) para engañar a los cristianos ingenuos que se inclinan por las supersticiones y el espiritismo. El propio Dios dice bien claro que somos como dioses en el sentido de conocer y poder decidir entre el bien y el mal, no en el sentido de la inmortalidad, sinó en el sentido de conocer el bien el mal. Por tanto la gran mentira de todos los siglos consiste en el ‘’no moriréis’’ que pronunció Satanás cuando en realidad el mismo Dios había dicho que ‘’ciertamente morirían’’. ¿Cuál de los dos tuvo la razón?. Dios le dijo lo siguiente a Adán: "el día que de él comieres, ciertamente morirás", el texto lo que dice simplemente es que el día que Adán tomara del fruto de ese árbol prohibido "MORIRÁS", observen que LA PALABRA "MORIRÁS" ESTÁ EN TIEMPO FUTURO, es decir, Adán desobedeció a Dios, pero él MORIRÍA EN EL FUTURO. Ahora bien, resulta que en Génesis 2:7 se dice bien claro que Adán era UN ALMA VIVIENTE, y esa alma MURIÓ a la edad de 930 años, por tanto lo que Dios dijo se cumplió al pie de la letra quedando de este modo Satanás como el vil mentiroso que es. Adán no se fue ni al cielo ni al infierno; tampoco reencarnó en otra persona; mucho menos fue al purgatorio: simplemente regresó al polvo de donde había sido sacado y el aliento de vida que lo mantenía vivo se fundió en el poder de Dios; desde ese día permanece en la inexistencia. Esto es lo que afirma las sagradas escrituras cuando el hombre muere: “Sale su espíritu, él vuelve a su suelo; en ese día de veras perecen sus pensamientos.” Salmos 146:4. Esta condena de Adán fue traspasada a toda su descendencia, por tanto todos los seres humanos mueren de la misma forma que Adán, eso es exactamente lo que afirma las escrituras griegas cristianas; Leámoslo: ‘’ Por medio de un sólo hombre el pecado entró en el mundo, y por medio del pecado entró la muerte; fue así como la muerte pasó a toda la humanidad, porque todos pecaron.’’ Romanos 5: 12. La serpiente invitaba a una aparente inmortalidad más completa, "con conocimiento del bien y del mal", Pero nunca dijo nada de sus nefastas consecuencias para el hombre, ni del poder que ejercería lo malo en él, ni cuánto lo corrompería, pues el ser que la propuso, (Satanás), era un ser corrompido desde su mismo principio de creación. Como hijos de Adán, en nuestro código genético tenemos escrita la muerte lenta de nuestro cuerpo, como resultado de llevar también encima los efectos del mal y del pecado (Pecado, es decir: no imitar a la perfección las cualidades divinas, un estado incompleto; errado o inacabado en cuanto a la finalidad para la que fuimos creados; incumplimiento o desacato a las normas divinas entre el Bien y el Mal). "por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios." (Romanos 3:23). "Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro." (Romanos 6:23).
  • 14. Note que la vida eterna solamente la han de recibir aquellos que están en Cristo nuestro señor; el día de la resurrección: nadie más; por el contrario: los malvados solo van a recibir la destrucción eterna, es decir: para siempre dejaran de existir, Leámoslo: ‘’Porque los malignos serán destruidos, Pero los que esperan en el Señor, ellos heredarán la tierra. Pues de aquí a poco no existirá el malo; Observarás su lugar, y no estará allí. Pero los mansos heredarán la tierra, Y se recrearán con abundancia de paz’’. Salmos 37:9-11. Porque los rectos habitarán la tierra, Y los perfectos permanecerán en ella, Mas los ‘’ impíos serán cortados de la tierra, Y los prevaricadores serán de ella desarraigados.’’ Proverbios 2:21-22. Luego que Adán y Eva fueron expulsados del jardín de Edén ellos comenzaron a multiplicarse y le nacieron hijos e hijas. La biblia muestra que aunque las personas de ese tiempo Vivian varios cientos de años al final todos morían; solo basta leer todo el capítulo 5 de génesis para darnos cuenta de esa realidad. Veámos solo tres ejemplos de esos pasajes: ‘’Cuando Adán llegó a la edad de ciento treinta años, tuvo un hijo a su imagen y semejanza, y lo llamó Set. Después del nacimiento de Set, Adán vivió ochocientos años más, y tuvo otros hijos y otras hijas. De modo que Adán murió a los novecientos treinta años de edad. Set tenía ciento cinco años cuando fue padre de Enós. Después del nacimiento de Enós, Set vivió ochocientos siete años más, y tuvo otros hijos y otras hijas. De modo que Set murió a los novecientos doce años de edad.’’ Génesis 5: 3-8. Matusalén tenía ciento ochenta y siete años cuando fue padre de Lamec. Después ‘’ del nacimiento de Lamec, Matusalén vivió setecientos ochenta y dos años más, y tuvo otros hijos y otras hijas. De modo que Matusalén murió a los novecientos sesenta y nueve años de edad.’’ Génesis 5: 25-27. Como podemos ver ninguno de los descendiente de Adán a podido sobrevivir a la muerte; y eso nos incluye a nosotros, ya que ninguno de ellos pudieron comer del árbol de la vida y de este modo vivir para siempre. Después de mostrar que los inicuos finalmente han de ser todos destruidos, la siguiente pregunta que podría surgir en la mente del es lector: ¿Qué puede decirse del infierno del que tanto oímos en las iglesias populares? Si el destino de todos los inicuos es destrucción completa, ¿de qué sirve un lugar como el infierno, en el cual se nos ha enseñado a creer? Porque se dice que es tan necesario para la recepción de los inicuos, como el cielo de la teología popular lo es para los justos. Si los inicuos han de ser destruidos en el sentido de ser borrados de la existencia, y si hay un lugar como el infierno, cuando se haya completado la destrucción, quedará totalmente vacío. ¿Es que, también, ha de cesar de existir el infierno así como aquellos que estaban destinados a ser sus eternos habitantes, o es que no existe semejante lugar?. Cualquiera que sea el lugar que a los inicuos se les permita ocupar por una temporada, es evidente que ha de venir el tiempo en que no lo ocuparán más; porque el salmista dice: "Pues de aquí a poco no existirá el malo; observarás su lugar, y no estará allí" (Salmos 37:10). Sin embargo, esto no significa que Dios tiene un lugar en particular asignado para los inicuos en el cual todos han de ser reunidos para ser sometidos a torturas, y que ese lugar ha de dejar de existir. Sencillamente significa que cuando los inicuos cesan de existir, no podrán ser encontrados en ninguna parte, porque no habrá lugar asignado para la
  • 15. permanencia de nadie, sino solamente para aquellos que estén aptos para disfrutar bendiciones eternas; esto es: después de la resurrección de los muertos. De ahí que Job dice, cuando por un momento perdió de vista la esperanza de salvación: "Los ojos de los que me ven, no me verán más; fijarás en mí tus ojos, y dejaré de ser. Como la nube se desvanece y se va, así el que desciende al Seol no subirá; no volverá más a su casa, ni su lugar le conocerá más" (Job 7:8-10). Por lo tanto, el lugar de los inicuos es el que ocupan en esta vida y cuando sean "consumidos y se desvanezcan" en el lago de fuego, ningún lugar será profanado por su presencia en todo el universo de Dios. Por lo tanto; vamos ahora a narrar de donde surgió la doctrina morbosa y mentirosa de los tormentos eternos del infierno. BABEL: CUNA DEL ESPIRITISMO: Después del engaño que Satanás le introdujo a la humanidad a través de Eva, es decir; la mentira del no moriréis: la humanidad se corrompió, al punto que la maldad había llenado la tierra. En génesis 6 leemos que ciertos seres llamados hijos de dios, o dioses (Elohim) según el texto hebreo original, vinieron a la tierra a tener relaciones con las hijas de los hombres en un acto de fornicación sobrenatural; una abominación. De la unión antinatural de esos dioses que vinieron de las regiones celestes con las mujeres humanas sus hijos nacieron gigantes: unos hombres enormes llenos de maldad. Leamos lo que dice génesis 6: 4: Al unirse los hijos de Dios con las hijas de los seres humanos y tener hijos con ‘’ ellas, nacieron gigantes, que fueron los famosos héroes de antaño. A partir de entonces hubo gigantes en la tierra.’’ Estos gigantes provocaron tanta maldad que el mismo Dios decidió el exterminio de todo lo que existía sobre la tierra, con excepción de Noé y su familia; Leámoslo: ‘’Al ver el SEÑOR que la maldad del ser humano en la tierra era muy grande, y que todos sus pensamientos tendían siempre hacia el mal, se arrepintió de haber hecho al ser humano en la tierra, y le dolió en el corazón. Entonces dijo: «Voy a borrar de la tierra al ser humano que he creado. Y haré lo mismo con los animales, los reptiles y las aves del cielo. ¡Me arrepiento de haberlos creado!» Pero Noé contaba con el favor del SEÑOR.’’ Génesis 6: 5-8. Como podemos ver; la decisión de Dios es destruir a todo el género humano de ese entonces junto con todos los animales. Note que Dios no hace diferencia entre los animales y los humanos cuando envió el diluvio para destruirlos; Leámoslo: Así murió todo ser viviente que se movía sobre la tierra: las aves, los animales ‘’ salvajes y domésticos, todo tipo de animal que se arrastraba por el suelo, y todo ser humano. Pereció todo ser que habitaba la tierra firme y tenía aliento de vida. Dios borró de la faz de la tierra a todo ser viviente, desde los seres humanos hasta los ganados, los reptiles y las aves del cielo. Todos fueron borrados de la faz de la tierra. Sólo quedaron Noé y los que estaban con él en el arca. Y la tierra quedó inundados ciento cincuenta días. Génesis 7: 21-24. Como podemos ver todos fueron destruidos, borrados de la faz de la tierra; tanto los humanos como los animales tuvieron un mismo final. Es por esto que las sagradas escrituras aseguran que no existe diferencia entre la muerte de un animal y un ser humano: Leámoslo:
  • 16. ‘’Pensé también con respecto a los hombres: «Dios los está poniendo a prueba, para que ellos mismos se den cuenta de que son como los animales. Los hombres terminan igual que los animales; el destino de ambos es el mismo, pues unos y otros mueren por igual, y el aliento de vida es el mismo para todos, así que el hombre no es superior a los animales. Realmente, todo es absurdo, y todo va hacia el mismo lugar. »Todo surgió del polvo, y al polvo todo volverá.’’ Eclesiastés 3: 18-20. (si postulamos que todos los humanos que Dios destruyó en el diluvio siguen vivos en forma de espíritus inmortales sufriendo el supuesto castigo de los tormentos del infierno; tenemos que decir también que todos los animales que murieron en el diluvio también se encuentran en ese lugar: lo cual es totalmente ridículo). Sin embargo, esos dioses o elohim que descendieron para ligarse con las hijas de los hombres en actos sexuales contra naturaleza y de extrema fornicación no corrieron la misma suerte que los seres humanos, es decir: no fueron destruidos en las aguas del diluvio. Ellos fueron encarcelados por orden de Dios en un lugar llamado abismo o tártaros hasta el día del juicio. Eso es lo que afirma las escrituras en el libro de judas; Leámoslo: ‘’ Y a los ángeles que no mantuvieron su posición de autoridad, sino que abandonaron su propia morada, los tiene perpetuamente encarcelados en oscuridad para el juicio del gran Día. Así también Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas son puestas como escarmiento, al sufrir el castigo de un fuego eterno, por haber practicado, como aquéllos, inmoralidad sexual y vicios contra la naturaleza. Judas 6-7. Como podemos ver; el pecado de esos ángeles fue parecido a los actos sexuales antinaturales que cometieron los pervertidos que vivieron en Sodoma y Gomorra. Estas palabras son confirmadas por el apóstol Pedro cuando dijo lo siguiente: "Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al Tártaro los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio, Tampoco perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, y trajo el diluvio sobre el mundo de los impíos. También condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente. ’’ (2Pedro 2:4-6). Satanás no esta encerrado en el abismo todavía, ya que en tiempos posteriores al diluvio la biblia certifica que Satanás aun andaba por la tierra (Job 1: 7); y tiene su cuartel generar en cierta regiones celestes del segundo cielo (efesios 6: 12). Pero, según el libro de apocalipsis, cuando Cristo venga por segunda vez a destruir el gobierno mundial de la bestia y a rescatar a su pueblo; entonces Satanás va a ser atado por mil años en esa prisión llamada el abismo. De lo que si estamos bíblicamente seguros es que en este preciso momento los que se encuentran encarcelados en ese lugar son los ángeles que tuvieron relaciones con las humanas y engendraron gigantes. En ese lugar no existen ni almas ni espíritus de seres humanos. La palabra hebrea utilizada para definir esa prisión o abismo es la palabra: Tejóm y define a un lugar profundo debajo de la masa de agua del océano. Recordemos que al principio de la creación las aguas cubrían la faz del abismo: por tanto esa prisión llamada abismo se encuentra en el fondo del mar. Hemos venido narrando toda esta historia para demostrar como Satanás, el gran engañador, ha tomado el significado de aquel abismo donde están presos esos ángeles rebeldes y le ha dado otros significados: uno de ellos es el de un lugar de tormento donde caen las almas supuestamente inmortales de los seres humanos malvados. Otros son El purgatorio, el
  • 17. limbo, la invocación de espíritus familiares, la reencarnación, etc, etc. Veamos como se desarrollaron esas creencias satánicas: Inmediatamente después del diluvio las personas nuevamente comenzaron a multiplicarse. Nuevamente el diablo incita la rebelión contra Dios a los seres humanos a través de Ninrot, fundador de babel, es decir: babilonia. La esposa de Ninrot es su propia madre Semiramis: una sacerdotisa dueña de todos los secretos de la religión mistérica de babilonia. Esa mujer era considerada una diosa y la llamaban ‘’reina del cielo’’. Tanto Semiramis como Ninrot eran brujos, sacerdotes y hechiceros al servicio de Satanás. Ellos aprendieron las artes mágicas y la invocación de los demonios. En esa cultura rebelde se comienza a dar el culto a los dioses, la astrología o adoración a los astros, se desarrolla la doctrina de la inmortalidad del alma Y EL ESPIRITISMO en varias connotaciones. Allí nace la idea de la invocación de los espíritus de los familiares muertos, enterrar a las personas junto a sus pertenencias, incluyendo varios esclavos (a los cuales enterraban aun estando vivos), para que puedan ser usados por ese difunto en el más allá. También se creía en la reencarnación, es decir; la transmigración de las almas de un cuerpo a otro una y otra vez cada vez que morían. Es entonces que muy astutamente Satanás toma la idea del abismo donde están presos los ángeles hasta el día del juicio y le da la connotación de un lugar de tormento de fuego lleno de demonios donde van a parar las almas de los perversos pecadores. A ese lugar en la religión sumeria la comenzaron a llamar Abzu. Los sacerdotes babilonios comandado por Semiramis comenzaron a enseñar a las personas que para librar a sus seres queridos de ese lugar de tormentos tenían que honrar a los dioses con ofrendas, regalos, cultos y sacrificios humanos: de este modo aquellas almas eran supuestamente sacadas de aquel lugar de tormentos y eran llevados al paraíso donde habitaban los dioses. Pero todo era una burda mentira: todas las riquezas adquiridas eran para el uso de los sacerdotes y de los reyes; los cuales les infundían al pueblo ideas de superstición, fabulas y mitos y por esto ellos vivían con gran temor al mundo desconocido del supuesto mas allá. Cundo Dios castiga a los moradores de babel confundiéndoles el lenguaje, estos se esparcen por todo el mundo llevando consigo sus creencias babilónicas, con excepción del pueblo hebreo, conocidos como semitas, es decir, descendientes de Sem. La idea babilónica de la inmortalidad del alma, de los tormentos eternos y del espiritismo fue desarrollándose en todas las culturas de la tierra. El infierno mesopotámico: Unos 2.500 años antes del nacimiento de Jesús; los sumerios y los babilonios creían en un mundo subterráneo que llamaban el país sin retorno. Esa creencia antigua se refleja en los poemas sumerios y acadios conocidos como “La epopeya de Gilgamés” y el “Descenso de Istar al mundo subterráneo”. Istar es la misma Semiramis que gobernaba en babel: también era conocida como la diosa Isis entre los egipcios, Astarté entre los sidonios, Aserá entre los filisteos, Venus entre los griegos, afrodita entre los romanos y la virgen maría entre los católicos. Los mesopotámicos describen la morada de los muertos como una casa de oscuridad, “la casa de la cual nadie que ha entrado en ella puede salir”. Respecto a las condiciones que imperan allí, un antiguo texto asirio dice que “el otro mundo está lleno de terror”. El príncipe asirio a quien supuestamente se le concedió ver esta morada subterránea de los muertos testificó que le “temblaron las piernas” por lo que vió. Al describir a Nergal, el rey del mundo subterráneo, el príncipe escribió: “Con un clamor horroroso me gritó airadamente como una furiosa tormenta”. Religiones de Egipto y del Oriente:
  • 18. Los egipcios de la antigüedad creían en la inmortalidad del alma y tenían su propio concepto del más allá. The New Encyclopædia Britannica declara: “Los textos funerarios de los egipcios describen el camino al otro mundo como estando lleno de peligros terribles: monstruos espantosos, lagos de fuego, puertas por donde no se puede pasar a menos que se usen fórmulas mágicas, y un barquero siniestro cuya intención malvada hay que frustrar por medios mágicos”. Las religiones indoiranias desarrollaron diversas creencias acerca del castigo después de la muerte. Respecto al hinduismo, la Encyclopædia Universalis francesa dice: “Hay innumerables descripciones de los 21 infiernos ideados por los hindúes. Los pecadores son devorados por bestias salvajes y serpientes, asados laboriosamente, mutilados, atormentados con sed y hambre, hervidos en aceite, o pulverizados en recipientes de hierro o piedra”. El jainismo y el budismo tienen sus propias interpretaciones del más allá, donde se atormenta a los pecadores impenitentes. El zoroastrismo, fundado en Irán, o Persia, también tiene un infierno: un lugar frío y hediondo donde se atormenta a las almas de los pecadores. Es interesante notar que parece que los tormentos del infierno no son eternos según las creencias egipcia, hindú, jainí, budista y zoroástrica. Según estas religiones, después de un período de sufrimiento, las almas de los pecadores pasan a otro lugar u otra condición, dependiendo del concepto que tenga la religión en particular sobre el destino humano. Sus ideas acerca del infierno son similares al concepto católico del purgatorio ligado con la teoría de la reencarnación. Esta idea de la inmortalidad del alma y los tormentos eternos fue absorbida siglos después por el filósofo platón y fue propagada por todo el mundo griego y romano siglos antes de cristo. Llamaban Hades a la región de los muertos, y creían que la gobernaba un dios que llevaba ese mismo nombre. Según la mitología a ese dios Le asignaron tres consejeros de Estado; tres amas de gobierno que llamaron las Furias; tres Parcas para hilar, devanar y cortar el hilo de la vida del hombre; y como en la antigüedad cada héroe tenía un perro para que vigilara la puerta de su casa, concedieron a Hades, también llamado Plutón por los romanos, un perrazo con tres cabezas, llamado Cancerbero; en ese reino todo se contaba por tres. Los consejeros de Estado eran Minos, Eaco y Radamanto: uno juzgaba la Grecia, otro el Asia Menor y el tercero la Europa. En el libro Orpheus—A General History of Religions, el erudito francés Salomon Reinach escribió lo siguiente acerca de los griegos: “Una creencia muy popular era que el alma entraba en las regiones infernales después de haber cruzado el río Estigia en la barca del viejo barquero Caronte, quien exigía como pasaje un óbolo [moneda], que se colocaba en la boca del difunto. En las regiones infernales, el alma comparecía ante los tres jueces de ese lugar; si se le condenaba por sus delitos, tenía que sufrir en el Tártaro. Los griegos hasta inventaron un limbo, la morada de los niños que habían muerto durante la infancia, y un purgatorio, donde se purificaban las almas mediante cierto castigo leve”. Según The World Book Encyclopedia, las almas que iban a parar al Tártaro “sufrían tormento eterno”. Los primeros que se burlaron de los infiernos fueron los poetas. Virgilio unas veces se ocupa de ellos hablando seriamente en la Eneida, porque el tono serio era a propósito para su asunto, y otras veces se burlaba de ellos en las Geórgicas. Lo mismo hizo Lucrecio y Horacio, Cicerón y Séneca. El emperador Marco Aurelio raciocina más filosóficamente que los citados escritores.
  • 19. Dice: «El que teme la muerte, lo que teme es verse privado de sus sentidos o experimentar otras sensaciones; pero el que pierde los sentidos no sufre ninguna pena ni miseria alguna, y el que tiene sentidos de otra clase se convierte en otra criatura.» Nada podía replicar a este argumento la filosofía profana. Esto no obstante, como la contradicción es inherente a la especie humana y parece que sirva de base a nuestra naturaleza, al mismo tiempo Cicerón decía públicamente: «No hay ninguna vieja que crea esas tonterías.» Lucrecio confesaba que esas ideas causaban gran impresión en la imaginación del pueblo, y que él se proponía destruirlas. Lo cierto es que en las últimas capas sociales, unos se reían del infierno, pero les hacía temblar a otros; unos conceptuaban fábulas ridículas el Cancerbero, las Furias y Plutón, y otros ofrecían continuamente ofrendas a los dioses infernales. Algunos filósofos que no creían en la fábula del infierno deseaban sin embargo que esa creencia refrenara al populacho. De esos filósofos fueron TImeo de Locres y el político e historiador Polibio; que decía: «El infierno es inútil para los sabios, pero es necesario para la plebe insensata.» Sucedía entonces lo mismo que sucede ahora. Tanto los católicos como los modernos protestantes (evangélicos, pentecostales, etc.) están atados a esa creencia supersticiosa de los tormentos del infierno, del cual predican desde los pulpitos tratando de infundir terror en la almas pecadoras para que se arrepientan. Muchos supuestamente vienen a Cristo, no porque fueron convencidos por el espíritu de Dios, sino por el temor de caer en aquel lugar de tormento donde un Dios airado pone en suplicio y torturas a los difuntos pecadores. Por lo tanto, en esas iglesias muchas personas vienen no porque encontraron el amor de Dios, sino para librarse de la furia de un dios trino que es capaz de someter a tormentos eternos en el fuego a todos aquellos que lo desafíen. En Italia los etruscos —cuya civilización precedió a la de los romanos— también creían en el castigo después de la muerte. El Dictionnaire des Religions comenta: “Los etruscos cuidaban mucho de sus muertos debido al concepto que tenían de las regiones infernales. Como los babilonios, ellos creían que eran lugares de tortura y desesperación para los manes [los espíritus de los muertos]. El único alivio para ellos venía de las ofrendas propiciatorias que hacían sus descendientes”. Otra fuente declara: “Las tumbas de los etruscos muestran escenas de horror que sirvieron de inspiración para las pinturas cristianas del infierno cuando, siglos después, surgió el catolicismo romano”. Los romanos adoptaron el infierno etrusco y lo llamaron Orco o Infierno. También tomaron de los griegos los mitos acerca de Hades, el rey del mundo subterráneo, y lo llamaron Orco o Plutón. En roma a aquel lugar de tormento lo llamaban inframundo o infernus (en latín). Todos esos lugares tenían la misma idea babilónica de un lugar de fuego habitado por demonios, dioses malignos, titanes y almas de seres humanos condenados a los tormentos de aquellos seres superiores. Notemos que en la cultura hebrea esta creencia no existía. Por ejemplo: moisés, escritor de los primeros cinco libros de las escrituras hebreas nunca escribió sobre un lugar de tormentos donde los muertos en realidad no estaban muertos, sino que seguían vivos como almas inmortales. Es el mismo moisés quien escribió la historia de Adán y Eva; por tanto la creencia de moisés era que el hombre era un alma viviente por la combinación del cuerpo de barro y el
  • 20. aliento de vida (ruaj en hebreo) dado por Dios; por tanto moisés estaba seguro que el ser humano al morir regresaba al polvo, la inexistencia. Alguien que vivió cerca de la época de moisés fue Job Este hombre era tenido como un hombre muy sabio. Job creía que cuando el hombre moría quedaba en la inconsciencia de la muerte, es decir, en la inexistencia; Leámoslo: "Mas el hombre morirá... ¿y dónde estará él? ... hasta que no haya cielo, no despertarán, ni se levantarán de su sueño". Job 14:10-12. ‘’ ¿Por qué me sacaste de la matriz? Hubiera yo expirado, y ningún ojo me habría visto. Fuera como si nunca hubiera existido, Llevado del vientre a la sepultura’’. Job 10: 18-19. Pero también Job creía en la resurrección de los muertos, es decir: que un día futuro Dios nuevamente iba a darle vida a los muertos nuevamente; Leámoslo: Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo; Y después de ‘’ deshecha esta mi piel, En mi carne he de ver a Dios; Al cual veré por mí mismo, Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí’’. Job 19: 25.27. Es por eso que Job, en medio de su fuerte aflicción, quería ocultarse en el Seol, es decir: en el sepulcro. El quería morir para que luego Dios le devolviera la vida: ‘’!!Oh, quién me diera que me escondieses en el Seol, Que me encubrieses hasta apaciguarse tu ira, Que me pusieses plazo, y de mí te acordaras!’’. Job 14: 13. En la mentalidad de esos hebreos no existía ni rastro de un lugar de tormento en el Seol. Cristo y sus apóstoles tenían esa misma creencia, es decir: que todos los muertos estaban en los sepulcros hasta el día de la resurrección. Es por esto que Cristo dijo: "Vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida, más los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación" (Juan 5:28-29). No hay ninguna indicación en las Escrituras de que se castigue inmediatamente después de la muerte a un alma en un infierno de fuego supuestamente habitado por el diablo y sus demonios; los cuales, supuestamente: disfrutan día y noche torturando esas almas pecadoras por toda la eternidad. Esta doctrina escalofriante provino de las religiones posdiluvianas de Babel, no de la Biblia. La doctrina de la cristiandad sobre el castigo en el infierno se originó de los babilonios primitivos. La idea católica del sufrimiento remediador en el purgatorio se remonta a las religiones primitivas de Egipto y del Oriente. El limbo se tomó de la mitología griega. Las oraciones y ofrendas a favor de los muertos eran prácticas de los etruscos. Por lo tanto debemos preguntarnos: ¿Cuándo y Cómo se introdujo en las creencias cristiana la idea de la inmortalidad del alma y de los tormentos eternos del infierno?. DE BABILONIA A ROMA; DE ROMA AL CATOLICISMO APOSTATA. Como dijimos antes: después que Dios confundió el lenguaje de las personas que habitaban en babel, estos se esparcieron por toda la tierra llevando consigo sus creencias supersticiosas, mitos, fabulas y tradiciones paganas babilónicas. La doctrina satánica de la inmortalidad del alma y los tormentos eternos llegó a roma siglos antes de Cristo. Los romanos creían en el inframundo al cual llamaban infernus; del latín inférnum o ínferus: que
  • 21. significa inferior, subterráneo: la palabra en realidad, en su raíz antigua, no significa un lugar de tormentos eternos; sino simplemente indica un lugar que esta debajo de otro: por ejemplo: cuando un tren entra a un túnel subterráneo se dice que esta entrando al infierno, es decir: un lugar inferior. Pero los antiguos romanos le dieron una connotación de lugar de tormentos a la palabra latina inférnum. Cuando el cristianismo comenzó a expandirse por todo el mundo romano muchas creencias paganas comenzaron a infiltrarse en ella. Los apóstoles de Cristo sostenían una verdadera batalla en contra de todas esas herejías. Es por esto que el apóstol Pablo aconsejaba a los cristianos de la siguiente manera: "Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos." (Romanos 16:17). He aquí la razón de por que pablo aconsejaba a los cristianos que se apartaran de todos aquellos que querían meter doctrinas falsas en el cristianismo: "Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios" 1ª Timoteo 4:1. ‘’Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sinó que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas’’. (2 Timoteo 4:3-4). Una fabula, o mito, es precisamente la creencia supersticiosa de que los muertos seguían vivos en forma de espíritus o almas inmortales después de muertos. Después de la muerte de los apóstoles surgieron los llamados padres de la iglesia. Algunos de estos nuevos dirigentes de la iglesia estaban influenciados por las creencias griegas o helenísticas traídas siglos antes por el filósofo platón, el cual creía en la inmortalidad del alma y en los dioses en trinidad. También en ese tiempo se levantaron los apologistas; estos eran verdaderos defensores de la verdad cristiana fundadas por Cristo y sus apóstoles. Los apologistas contendían tanto en contra de las falsas doctrinas de los gnósticos como también en contra de las herejías platónicas que estaban introduciendo en el cristianismo algunos dirigentes llamados los padres de la iglesia. La Biblia NO enseña que al morir iremos a vivir en el cielo para estar con la Deidad. Esa creencia provino de los llamados gnósticos (una secta híbrida del judaísmo y del helenismo de los primeros dos siglos de la Era Cristiana). Sin duda Platón (427-347 Antes de Cristo) inspiró a los gnósticos en la creencia de un “alma inmortal” que abandona el cuerpo en ocasión de la muerte física. Platón, el filósofo Griego no cristiano, creyó y enseñó que el hombre tiene un alma inherentemente inmortal que sobrevive a la muerte física. Se sabe que Platón influyó sobre los Padres de la Iglesia como Orígenes. También influenció sobre Agustín de Hipona, principal teólogo del catolicismo (Siglo IV). En la Edad Media el platonismo estuvo en pleno auge en el cristianismo Latino. Platón, a su vez, estuvo influenciado por los Misterios Órficos y de los conceptos pitagóricos y zoroastrianos. Satanás estaba decidido a corromper el cristianismo. Viendo que la persecución desatada a través de los emperadores romanos no evitaba que los cristianos se multiplicaran; optó por la estrategia de levantar una nueva religión que pareciera cristiana. Es por esto que en el siglo cuarto después de Cristo el emperador romano Constantino decide proclamar el cristianismo
  • 22. como la religión oficial del imperio romano. Constantino nunca fue cristiano: él creía en muchos dioses e introdujo a Cristo en el panteón como un dios más del grupo de dioses. Ese emperador lo que veía era una estrategia política, ya que los cristianos eran muchos y convenía tenerlos como aliados. Este nuevo cristianismo, supuestamente libre de persecución, estaba unido al gobierno romano, es decir; ya el cristianismo no era la novia de Cristo; sino que ahora era la consorte del imperio mundano, convirtiéndose de este modo en una iglesia ramera. Las creencias romanas que habían venido de babilonia fueron sistemáticamente infiltradas en el nuevo cristianismo. El dios sol que los romanos adoraban en las saturnalias (de donde proviene la falsa doctrina de la navidad católica) le cambiaron el nombre por Jesús. A Semiramis, diosa babilonia, la comenzaron a llamar virgen maría. A Jesús lo redujeron a un pedazo de pan recortado en forma redonda, para darle la forma del dios sol, llamado hostia. La trinidad egipcia (la cual procede de babilonia) que tenía el nombre de Isis, Horus y Seb le cambiaron el nombre por padre-hijo-espíritu santo. Podemos encontrar las siglas o iníciales de la trinidad pagana tanto en la hostia como también en el escudo de la orden más poderosa del catolicismo: la orden jesuita. Toda la autoridad de esa iglesia ramera quedó en las manos de un supuesto vicario de Cristo , una dinastía o secuencia de hombres que a través de los siglos han gobernado la iglesia católica a los cuales los fieles llaman papa, cumpliéndose de esta manera estas palabras de Jesús: "Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos" Mateo 24:24. Se comenzaron a vender indulgencias papales, es decir: una carta firmada por el papa de turno donde se perdonaban los pecados de aquellos que compraban dichas cartas. Mientras más pagaban por las indulgencia más pecados se perdonaban y más supuestas bendiciones venían sobre ese supuesto creyente. La indulgencia más cara era aquella donde se perdonaban los pecados pasados, presentes y futuros (algo muy parecido al nuevo evangelio de la prosperidad tan de moda entre los modernos evangélicos: donde a Dios lo han convertido en un mercader que esta obligado a bendecir a quien más dinero y bienes les dén a los pastores, apóstoles y profetas a través de supuestos pactos, diezmos y donativos). En esa nueva religión cristiana a maría la pusieron por encima de Jesús: incluso la llaman la madre de Dios y reina del cielo (títulos que tenía la pagana Semiramis babilónica). También crearon la falsa doctrina de la infabilidad papal, es decir, que toda palabra o decisión del papa tenía que tomarse como una orden de Dios y no se podía rebatir ni desafiar. Los papas, muy astutamente, persiguieron a muerte a los verdaderos cristianos que se guiaban por la biblia. Para eso levantaron la santa inquisición: una maquinaria represiva que encarcelaba, torturaba y asesinaba a todos aquellos que se opusieran al papa y a la santa madre iglesia católica, apostólica y romana. Al igual que las religiones paganas se comenzó a adorar a los santos muertos. Los papas, apoyados por los demás obispos y sacerdotes, decían que esos santos muertos estaban en el cielo intercediendo por los que estaban en la tierra. Por tanto las imágenes, estatuas y reliquias de esos supuestos santos muertos eran compradas por los fieles y llevadas a sus hogares para rendirles tributo. También se adoraban estas imágenes dentro de aquella iglesia falsa. La doctrina satánica de la inmortalidad del alma fue acomodada en el nuevo cristianismo. Se decía que los creyentes, al morir iban directamente al cielo, pisoteando de manera olímpica estas palabras de Cristo:
  • 23. Nadie ha subido jamás al cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre.’ ‘’ Juan 3: 13). El mito pagano de los tormentos eternos se afirmó en esta nueva religión romana disfrazada de cristiana. A ese lugar de tormentos se le comenzó a llamar infierno. También se inventaron la creencia del purgatorio, es decir, un lugar intermedio donde las personas que no eran muy malas, y tampoco muy buenas, iban, después de muertos por supuesto, para ser purificados a través del fuego. El Purgatorio siempre hizo rebosar las arcas de la religión pagana que lo enseñó. El Purgatorio abre la puerta a todo tipo de extorsiones de los sacerdotes. Sacerdotes de época tan antigua como la de los Misterios Satánicos de Egipto aprendieron que las oraciones por los muertos que estaban en el purgatorio no podían ser efectivas a menos que los sacerdotes intervinieran, y cada persona sabe que el sacerdote no puede intervenir a menos que primero reciba un pago especial. En cada país, en cada era, los sacerdotes paganos han usado esta doctrina del Purgatorio para aprovecharse de los tiernos sentimientos de pérdida de los seres amados, prometiendo orar por esa pobre alma que partió, para hacer más corta su estancia en el Purgatorio; a cambio de un buen pago monetario por supuesto. Esto es lo que dice el dogma católico escrito en los catecismo: El Purgatorio: LAS ALMAS DE LOS JUSTOS QUE EN EL INSTANTE DE LA MUERTE ESTÁN GRAVADAS POR PECADOS VENIALES O POR PENAS TEMPORALES DEBIDAS POR EL PECADO VAN AL PURGATORIO. Purgatorio = lugar de purificación. Papa Gregorio X 1271-1276. II Concilio de Lyon, 1274. "Las almas que partieron de este mundo en caridad con Dios, con verdadero arrepentimiento de sus pecados, antes de haber satisfecho con verdaderos frutos de penitencia por sus pecados de obra y omisión, son purificados después de la muerte con las penas del purgatorio. " Dz. 464. También los católicos, al igual que otras culturas paganas, creen en el limbo. Ese lugar es para aquellas almas que mueren sin haber alcanzado la edad de la razón y que no han recibido el bautismo. Debido a que tienen el pecado original de sus almas no pueden entrar en el cielo, pero ya que tampoco tienen pecado personal o bien, no se van a sufrir el infierno. Así, se colocan en el limbo, un estado de felicidad natural. Por lo tanto, Llegado el cristianismo católico y ya instaurado como religión oficial bajo la tutela del imperio romano, los primeros cristianos apenas mencionan el infierno hasta que en el siglo IV San Agustín, padre de la iglesia actual, en su libro “La Ciudad de Dios” habla de castigos y cita que son los pecados sexuales los que principalmente llevan al infierno y donde surgen ideas tan peregrinas como que los niños no bautizados no van al cielo. Durante la Alta Edad Media, cuando la peste, la guerra y el hambre asoló Europa, el infierno tiene el mayor protagonismo, una legión de predicadores influenciados por las enseñanzas de “San” Agustín se dedicaban a relatar los tormentos del infierno. Curiosamente la gente acudía a las iglesias en masa a escuchar estos sermones, no en busca de esperanza, sino para deleitarse con la imaginativa narración totalmente morbosa de estos predicadores, de la misma manera que actualmente vamos al cine a ver una buena película de terror. Si ya de por sí los relatos eran escalofriantes, el arte representado en las iglesias ayudaba a tener una idea de lo que era el infierno, de hecho si entráis en las iglesias veréis más imágenes del infierno que del cielo. Por ejemplo: la capilla Sixtina esta llena de horrendos
  • 24. cuadros, pinturas y dibujos de demonios, diablos y almas sufriendo en el fuego del infierno: todo esto pintado por el pintor Miguel Ángel. Con el Renacimiento, el infierno alcanza su máximo esplendor gracias al genial Dante Alighieri con su “Divina Comedia” y su “Inferno”, donde miles de fanáticos creen que lo relatado por Dante es el infierno de verdad. Pocos llegaron a entender que el texto era la particular venganza de Dante contra el Vaticano, ya que éste había arrestado, quitado sus posesiones y exiliado a Dante; si se lee “Inferno” y no nos recreamos en los tormentos, veremos que la gran mayoría de los castigados son jefes de la iglesia católica o personas influyentes de ésta. Con esto se puede apreciar que el infierno es la mezcla de todas las religiones anteriores, siendo la más importante de ellas la babilónica. Por lo tanto: la creencia del alma inmortal y los tormentos eternos son parte del vino de la fornicación de babilonia descrita en apocalipsis capítulos 17 y 18. El infierno de fuego es un dogma católico tal y como se lee en las normas del catecismo: El Catecismo de la Iglesia Católica afirma: "La enseñanza de la Iglesia afirma la existencia del infierno y su eternidad Inmediatamente después de la muerte las almas de los que mueren en estado de pecado mortal descienden a los infiernos y allí sufren las penas del infierno, 'fuego eterno'. La pena principal del infierno consiste en la separación eterna de Dios en quien únicamente puede tener el hombre la vida y la felicidad para el que fue creado y por la que anhela”. (CIC 1035). El Dogmas Católicos de La existencia del infierno y de que es eterno, fue definido dogma de fe en el IV Concilio de Letrán. En el Magisterio de la Iglesia, nos encontramos con el Sínodo de Constantinopla, celebrado en el año 543, en el que se condenó la temporalidad del infierno: «Si alguno dice o mantiene que el suplicio de los demonios y de los hombres impíos es temporal, y que tendrá fin después de algún tiempo, o que haya restitución y reintegración de los demonios o de los hombres impíos, sea anatema» (Denz 211/411). Dogmas Católicos (3) LG c.7, nº 48: afirma la necesidad de vigilancia «para no ser apartados al fuego eterno, tinieblas exteriores, llanto y rechinar de dientes». (4) Pablo VI, Profesión de Fe, AAS 60 (1.968) 444: «los que los rechazaron (el amor y la piedad de Dios) hasta el final, serán destinados al fuego que nunca cesará». (5) Los nn. 1033-1037 enseñan la doctrina de la Iglesia sobre el Infierno. (6) CCE n.1035. Dogmas Católicos Igualmente en el año 1215 el IV Concilio de Letrán, definió contra la posición de los albigenses: «todos resucitarán con sus propios cuerpos, que ahora tienen, para que reciban según sus obras, ya hayan sido buenas o malas, los unos con el diablo pena perpetua, y los otros con Cristo gloria sempiterna» (Denz 429/801). El Magisterio reciente no se ha recatado de confirmar la doctrina de la Iglesia sobre el particular: la afirman expresamente el Vaticano II (3); Pablo VI en su Profesión de Fe (4) y el Catecismo de la Iglesia Católica (5) entre otros documentos. En su libro de 1994, Cruzando el umbral de la esperanza, el Papa Juan Pablo II escribió que demasiado a menudo "predicadores, catequistas, maestros... ya no tienen el coraje para predicar la amenaza del infierno" (página 183).
  • 25. Todo lo que Satanás necesitaba para levantar una cristiandad totalmente apostata, corrompida y desviada de la verdad, lo ha logrado a través de la iglesia católica romana. Todas las creencias, tradiciones, fabulas y mitos que nacieron en babel y que luego se esparció por todo el mundo pagano, ahora se encuentran dentro de esa iglesia pervertida, pero, eso sí: bien disfrazado de cristianismo. Esta es la razón por la cual apocalipsis capítulos 17 y 18 compara a esa iglesia apostata con BABILONIA LA GRANDE; LA MADRE DE LAS RAMERAS Y LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA. Para lograr fundamentar la idea de los tormentos eternos en el cristianismo, la gran ramera comenzó a introducir la palabra infierno dentro de algunas versiones bíblicas traducidas al latín. De este modo la idea pagana de un supuesto infierno de fuego se ha levantado dentro de la cristiandad apostata, tanto dentro de las liturgias de la gran ramera, como también de las hijas que salieron de ella; es decir: las iglesias que salieron del catolicismo romano como los protestantes, de los cuales proceden los modernos evangélicos y pentecostales, línea supuestamente cristiana, pero que apoya muchas de las doctrinas y creencias de la gran ramera; ellos apoyan la adoración de la santísima trinidad católica, el cobro de diezmo (las antiguas indulgencias católicas), ellos también creen que sus pastores son infalibles (al igual que los papas) y que esta prohibido que alguien juzgue sus enseñanzas, celebran la fiesta pagana de la navidad, creen en el infierno de tormentos eternos, y también creen que los creyentes al morir van inmediatamente al cielo. Lo que hicieron los jerarcas católicos guiados por Satanás fue tomar la palabra hebrea Seol, la cual significa sepultura y que los TRADUCTORES transcribieron con la palabra griega hades, y también tomaron la palabra griega gehenna pronunciada por Cristo en algunos pasajes y muy astutamente las cambiaron por la palabra latina infierno, junto con la idea pagana de un lugar de tormento. La mejor manera de determinar el significado de una palabra bíblica es examinar el uso que se le da en la Biblia misma. Al emplear este método escaparemos del prejuicio teológico al cual están sujetos todos los compiladores de diccionarios. Casi todo el Antiguo Testamento se escribió en el idioma hebreo, y el Nuevo Testamento en el griego. Afortunadamente, tenemos una traducción del Antiguo Testamento en el idioma griego, llamada la Septuaginta, una traducción que se hizo alrededor del año 250 a.C. Esto nos permite comparar las palabras hebreas con las griegas en el Antiguo Testamento, y nos ayuda a entender su significado en todos los pasajes de las Escrituras. La palabra hebrea de la cual se ha tomado la idea de infierno es Sheol; y en griego, cuando se aplica a lo mismo, es Hades. Hay otra palabra griega en el Nuevo Testamento que se ha traducido incorrectamente como infierno, y es Gehenna; pero examinaremos esta palabra más adelante. Resulta que los traductores, en versiones modernas de la Biblia en castellano, ya no vierten la palabra Sheol como infierno, sino que la han traducido como sepulcro en Eclesiastés 9:10 y en Cantares 8:6. En todos los otros 63 casos donde aparece se ha transliterado como Seol. Esto nos ayuda a ver cómo ellos han lidiado con esta palabra al descubrir que no coincidía con la teoría con la cual su teología había corrompido su mente en las iglesias de creencias apostatas. Examinemos ahora algunos de los pasajes donde aparece la palabra Sheol [transliterada al castellano como Seol y veamos si podemos hacer que concuerden con la teoría popular acerca
  • 26. del infierno, y si no se puede, dejemos entonces que nuestra mente llegue a la conclusión a la que los pasajes mismos nos llevarán. Vamos anotar también los pasajes donde en diferentes versiones bíblicas la palabra Seol la vierten como sepulcro. Sheol -- el Sepulcro o Estado de los Muertos: Génesis 37:35 -- "Mas él no quiso recibir consuelo, y dijo: Descenderé enlutado a mi hijo hasta el Seol. [sepulcro]". Génesis 42:38 -- "Y si le aconteciere algún desastre en el camino por donde vais, haréis descender mis canas con dolor al Seol". 1 Samuel 2:6 -- "El Señor mata, y él da vida; él hace descender al Seol, y hace subir". 1 Reyes 2:6 -- "Tú, pues, harás conforme a tu sabiduría: no dejarás descender sus canas al Seol en paz". Job 14:13 -- "¡Oh, quién me diera que me escondieses en el Seol, que me encubrieses hasta apaciguar tu ira". Job 17:13 -- "Si yo espero el Seol [sepulcro] en mi casa; haré mi cama en las tinieblas". Salmos 30:3 -- "Oh, Señor, hiciste subir mi alma del Seol [sepulcro]; me diste vida, para que no descendiese a la sepultura". Salmos 49:14 -- "Como rebaños que son conducidos al Seol, la muerte los pastoreará". Oseas 13:14 -- "De la mano del Seol los redimiré, los libraré de la muerte. Oh muerte [sepulcro], yo seré tu muerte [destrucción]" (compárese con 1 Corintios 15:55). Eclesiastés 9:10 -- "En el sepulcro [Seol], adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría". Salmos 31:17 -- "Sean avergonzados los impíos, estén mudos en el Seol [sepulcro]. Ezequiel 32:27 -- "Y no yacerán con los fuertes de los incircuncisos que cayeron, los cuales descendieron al Seol [sepulcro] con sus armas de guerra, y sus espadas puestas debajo de sus cabezas". Salmos 16:10 -- "Porque no dejarás mi alma en el Seol [sepulcro], ni permitirás que tu santo vea corrupción". (Pedro usa esto para probar que Cristo resucitó de entre los muertos, en Hechos 2:27, 30-32). Por estos testimonios es evidente que los escritores inspirados no interpretaban la palabra Seol como un lugar de tormento eterno. Si sustituimos a la palabra Seol por la frase 'lugar de tormento eterno' en estos textos, veremos lo absurdo que es la teoría de la teología moderna. Haría decir a Jacob: 'No quiero recibir consuelo; y descenderé enlutado a mi hijo hasta el lugar de tormento eterno'. Y haría decir a David: 'Que sus canas no desciendan al lugar de tormento eterno en paz", como si fuera posible ir a semejante lugar en paz. Haría decir a Job: '¡Oh, quién me diera que me escondieses en el lugar de tormento eterno, que me
  • 27. encubrieses hasta apaciguar tu ira', lo cual significaría orar para ir de mal en peor. Haría decir a David y Pedro que Cristo fue al lugar de tormento eterno, pero que no fue dejado allí. Ahora bien, si tenemos presente que el destino final de los inicuos es que se les castigará con la muerte eterna, es decir, que serán arrojados a las tinieblas de la muerte y al sepulcro, entonces podemos entender fácilmente el uso de la palabra Seol cuando los traductores la han transliterado como 'Seol [sepulcro]; tal es el caso, por ejemplo, en Salmos 9:17 -- "Los malos serán trasladados al Seol, todas las gentes que se olvidan de Dios". Tomemos, por ejemplo, las palabras de Ezequiel 32:27 -- "Y no yacerán con los fuertes de los incircuncisos que cayeron, los cuales descendieron al Seol [Sheol = sepulcro] con sus armas de guerra, y sus espadas puestas debajo de sus cabezas". Aquí se muestra que 'Seol' es un lugar donde los poderosos yacen "con sus espadas puestas debajo de sus cabezas", aludiendo a la costumbre de colocar la espada del guerrero debajo de su cabeza cuando son depositados en el sepulcro. Qué absurdo es suponer que los soldados van al 'infierno' de la creencia popular donde reposarán con sus espadas debajo de sus cabezas. Por lo tanto, el uso de la palabra sheol en este y otros pasajes citados muestra que los escritores inspirados no le atribuían a dicha palabra el significado de 'infierno' que se le da en nuestros días. No hay un solo pasaje en el que tenga un significado tan absurdo como el de "infierno de sufrimientos eternos’’, y el hecho que los testimonios citados muestren que se refiere al sepulcro, un significado que ni la mente del más ardiente creyente en la teoría popular no puede resistir, es suficiente en sí mismo para excluir su aplicación al "infierno" de la creencia popular; porque, ¿cómo podría emplearse la misma palabra para dos lugares tan marcadamente diferentes como el sepulcro, donde todo es oscuridad e insensibilidad, y uno encendido con ominosas llamas, donde se experimenta la más profunda sensibilidad de una tortura sin fin?. Si acudimos al Nuevo Testamento encontramos que la misma conclusión es irresistible. Por supuesto, aquí tenemos la palabra griega hades, en vez de la palabra hebrea sheol. Que ambas palabras significan lo mismo, se verá en los casos en que el Nuevo Testamento cita del Antiguo. En Salmos 16 David dice proféticamente de Cristo: "Porque no dejarás mi alma en el Seol [sepulcro], ni permitirás que tu santo vea corrupción". Este pasaje se cita en Hechos 2:27, 31 -- "Porque no dejarás mi alma en el Hades [sepulcro], ni permitirás que tu Santo vea corrupción". Ambos pasajes hablan de la resurrección de Cristo del lugar donde estuvo durante su muerte, un lugar donde comúnmente los hombres 'ven corrupción'; pero en el cual Dios no permitió que Cristo permaneciese sinó que en su caso hizo una excepción, y no lo dejó en el sheol o hades, sinó que lo resucitó de entre los muertos antes de que se pudriera su cuerpo. De ahí que Pablo dice que había declarado a los corintios que "Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras" (1 Corintios 15:3-4). Cuando Cristo murió "derramó su vida hasta la muerte" (Isaías 53:3, 4). De modo que cuando estaba muerto lo bíblico y lógico es que no estaba vivo, y dondequiera que haya sido depositado cuando murió, ahí estuvo hasta que resucitó. Lo depositaron en el sepulcro; pero no "permaneció" allí; y al declarar el hecho Pedro dice: "Su alma no fue dejada en el Hades [sepulcro]", y el salmista al profetizar esto acerca de
  • 28. sí mismo y de Cristo dijo: "Pero Dios redimirá mi vida del poder del Seol [sepulcro], porque él me tomará consigo" (Salmos 49:15). Ahora bien, esto muestra que el término sheol significaba para el Salmista lo mismo que la palabra hades significaba para Pedro. Ambos pasajes hablan del mismo acontecimiento, esto es, la resurrección de Cristo. Ahora podemos examinar el uso de la palabra hades en los otros pasajes donde ocurre en el Nuevo Testamento. Hades--El Sepulcro o Estado de los Muertos: Mateo 11:23 -- "Y tú, Capernaum, que eres levantada hasta el cielo, hasta el Hades [sepulcro] serás abatida". ‘’Esta predicción de nuestro Señor se cumplió literalmente; porque en las guerras entre los romanos y los judíos estas ciudades fueron totalmente destruidas, de tal modo que en el presente no quedan vestigios de Betsaida, Corazín o Capernaum" (Clark, Commentary). Por lo tanto, ser abatido hasta el Hades, o sepulcro, significaba ser destruido. Mateo 16:18 -- "Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades [sepulcro] no prevalecerán contra ella". "Las puertas del Hades"--, dice Parkhurst--, puede aludir siempre a la forma de los sepulcros judíos". Las puertas del sepulcro no prevalecerán porque la iglesia será liberada en el día de la resurrección y exclamará: "¿Dónde... está, oh sepulcro [hades], tu victoria?" (1 Corintios 15:55). 1 Corintios 15:55 -- "¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro [hades], tu victoria?" Apocalipsis 1:18 -- "Yo soy... el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que yo vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades [sepulcro]". Apocalipsis 6:8 -- "Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía [sepulcro]". Apocalipsis 20:13, 14 -- "Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades [sepulcro] fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda". Lucas 16:23 -- "Y en el Hades alzó sus ojos". Queda totalmente aclarado para el lector que estos pasajes se aplican al sepulcro, excepto, quizás, uno; aquel en que se dice que el hombre rico alzó la vista en el Hades. Nos proponemos explicar esta parábola más adelante, pero aquí diremos que la parábola del hombre rico y Lázaro estaba dirigida a los fariseos (Lucas 16:14), quienes, al haber aceptado las tradiciones que invalidaban la Palabra de Dios, se habían hecho creyentes en el dogma pagano de la existencia consiente de las almas desincorporadas. Para hallar una habitación para estas
  • 29. después de la muerte, inventaron un lugar donde eran preservadas las almas buenas y malas a la espera del día del juicio; y a ese lugar daban el nombre de hades. En esta parábola nuestro Señor usó la teoría de ellos para representar la catástrofe nacional que dentro de poco vendría sobre ellos por medio de la destrucción de Jerusalén, y su tormento a manos de los romanos y otras naciones entre las cuales padecerían (este es uno de los significados de esa parábola). El hecho que el Salvador usara la teoría de ellos en parábola no lo compromete con esa teoría así como tampoco el uso de la palabra Beelzebú (Mateo 12:27) lo compromete con la ficción pagana del dios de las moscas. Debe recordarse que nuestro Señor no hizo ningún intento por corregir a los fariseos y mostrarles la falacia de los dogmas paganos que ellos habían abrazado. Sabía que ellos se creían justos, así que les dijo irónicamente: "No he venido a llamar a justos" (Mateo 9:13). Está escrito que "sin parábolas no les hablaba" (Mateo 13:34); y la razón que dio para esto fue: "Porque a vosotros [los discípulos] os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado" (Mateo 13:11). Lo primero que suelen decir los falsos maestros que han pervertido el verdadero significado de esta parábola es que, según ellos, no se trata de una parábola, sino de una historia real y literal. Esto es completamente falso y ridículo, ya que esta parábola es la última de seis parábolas seguidas, y que son las siguientes: 1- Parábola de la gran cena (Lucas 14:15-25). 2- Parábola de la oveja perdida (Lucas 15:1-7). 3- Parábola de la moneda perdida (Lucas 15:8-10). 4- Parábola del hijo pródigo (Lucas 15:11-32). 5- Parábola del mayordomo infiel (Lucas 16:1-13). 6- Parábola del rico y Lázaro (Lucas 16:19-31). Los que han pervertido el significado verdadero de esta parábola suelen decir que no se trata de una parábola, porque se mencionan nombres propios: Lázaro y Abraham, sin embargo, ese argumento es una falacia, porque el hecho de que se mencionen nombres propios no significa que no sea una parábola. Ya ha quedado demostrado que se trata de la última de una serie de 6 parábolas, por lo tanto, es imposible que se trate de una historia real y literal. Pero no solo eso, esta parábola del rico y Lázaro empieza exactamente igual que la parábola anterior, la del mayordomo infiel, las dos parábolas empiezan así: “Había un hombre rico…” Esto demuestra sin ninguna duda que esta parábola del rico y Lázaro de ninguna manera es una historia real o literal. Por lo tanto, el primer argumento falso que esos falsos maestros esgrimen ya ha quedado pulverizado. El relato del rico y Lázaro NO ES UNA HISTORIA LITERAL, sino una prosopopeya, donde Cristo hizo hablar a tres personas muertas como si estuvieran vivas, y este mismo estilo literario es el que Isaías usó en Isaías 14:8-11 para describir a los muertos que están en el Seol (el sepulcro), los cuales salen a recibir al rey de Babilonia, e igualmente describe a los cipreses y los cedros del Líbano hablando, ¡todo ello es una prosopopeya!, no una historia literal. Aceptar la parábola del rico y Lázaro de forma literal lleva a conclusiones ridículas, porque entonces
  • 30. resulta que los salvos podrán ver y hablar con los condenados que estén en el lago de fuego, todos los creyentes cabrían en el ceno de Abrahán, y una gota de agua en la punta del dedo puede quitar la sed de un hombre atormentado por las llamas. En esta parábola Cristo sencillamente lo que hizo es enseñar que los creyentes estarán con Abraham, cuando el Reino de Dios venga a la tierra (Lucas 13:27-29), mientras que los incrédulos, como el rico, estarán fuera del Reino de Dios, siendo atormentados por el fuego, donde después serán destruidos en cuerpo y alma (Mateo 10:28), ¡esta es la verdadera interpretación de la parábola del rico y Lázaro!. Aunque las Escrituras no pueden ser reforzadas por nada que puedan decir los escritores, muchos se sienten más confiados si saben que escritores populares apoyan cualquier punto de vista que ellos puedan tomar. A veces los comentaristas dan honestamente una verdadera exposición, aun cuando los pasajes que ellos han comentado condenen las teorías que ellos tanto aprecian; y sobre el tema que estamos señalando, esto queda ilustrado en las siguientes citas: AUTORES POPULARES COMENTAN LA PALABRA INFIERNO: "La palabra hebrea sheol se traduce correctamente como infierno en un sentido general, si se quiere significar lo mismo que la antigua palabra latina infernus, el receptáculo tapado de todos los muertos, donde los buenos y los malos reposan juntos en un estado de INCONSCIENCIA; pero muy incorrectamente y muy desvergonzadamente si se pretendía que fuese un símbolo del infierno de la creencia popular y tradicional como un lugar de tormento consciente sólo para los inicuos. Pero nosotros, sin la menor reserva, condenamos a los traductores; puesto que ellos evidentemente se han esforzado por obscurecer el verdadero sentido de la palabra sheol, y para sostener el significado tradicional del infierno a expensas de la verdad y la uniformidad. Si la palabra sheol se hubiese traducido uniformemente como hoyo o sepulcro o el estado de los muertos, o incluso como las mansiones de los muertos, nunca se le habría relacionado con una idea tan absurda como la de un lugar de tormento consciente" (Bible versus Tradition, pagina 188). "Hades significa literalmente aquello que está en oscuridad. Un cuidadoso examen llevará a la conclusión de que en estos pasajes donde ocurre la palabra hades no hay ninguna justificación para la idea de un estado intermedio, sino que se refieren al sepulcro, tanto de los justos como de los inicuos". Dr. Kitto, Cyclopedia [Enciclopedia]. "La palabra original hades, derivada de a, que significa no, y de idien, que significa ver--el invisible receptáculo o mansión de los muertos--, corresponde a sheol en hebreo. La palabra infierno, que se usa en algunas traducciones, ahora expresa un significado incorrecto de la palabra original, porque se usa sólo para dar a entender el lugar de los condenados. Pero como el vocablo infierno viene del término latino infernus, que significa tapar u ocultar [...], el significado literal de la palabra original hades estaba en tiempos antiguos bien expresada por ella".--Dr. Adam Clarke, Commentary [Comentario].