2. Am 6:1a, 4-7
¡Ay de los que se sienten seguros en Sión
y viven confiados en el monte de Samaría...!
Duermen en camas de marfil;
se apoltronan en sus divanes;
comen los corderos del rebaño
y los terneros del establo;
canturrean al son del arpa,
inventando como David,
instrumentos musicales,
beben el vino en elegantes copas,
y se ungen con delicados perfumes,
sin dolerse por la ruina de José.
Por eso irán al destierro
a la cabeza de los deportados,
y se acabará la orgía de los disolutos.
No les apena el
3. Salmo 145
Alaba, alma mía, al Señor.
Él hace justicia a los oprimidos,
y da pan a los hambrientos.
El Señor da libertad a los cautivos.
4. Alaba, alma mía, al Señor.
el Señor abre los ojos a los ciegos,
el Señor levanta a los humillados,
el Señor ama a los justos;
El Señor protege al emigrante.
5. Alaba, alma mía, al Señor.
Sostiene a la viuda y al huérfano,
pero trastorna el camino
de los malvados.
¡El Señor reina por siempre,
tu Dios, Sión, por todas las edades!
6. 1Tm 6:11-16 Pero tú, hombre de Dios, evita todo esto,Pero tú, hombre de Dios, evita todo esto,
practica la honradez, la religiosidad, la fe, el amor, lapractica la honradez, la religiosidad, la fe, el amor, la
paciencia y la dulzura. Mantente firme en el noblepaciencia y la dulzura. Mantente firme en el noble
combate de la fe, conquista la vida eterna para la cualcombate de la fe, conquista la vida eterna para la cual
has sido llamado y de la cual has hecho solemnehas sido llamado y de la cual has hecho solemne
profesión delante de muchos testigos.profesión delante de muchos testigos.
Te exhorto ante Dios, que da la vida a todas las cosas,Te exhorto ante Dios, que da la vida a todas las cosas,
y ante Jesucristo, que dio testimonio de la verdad antey ante Jesucristo, que dio testimonio de la verdad ante
Poncio Pilato, a que guardes este precepto sin manchaPoncio Pilato, a que guardes este precepto sin mancha
ni culpa hasta la manifestación de nuestro Señorni culpa hasta la manifestación de nuestro Señor
Jesucristo, que en su momento llevará a cabo elJesucristo, que en su momento llevará a cabo el
bienaventurado y único Soberano, el Rey de reyes, elbienaventurado y único Soberano, el Rey de reyes, el
Señor de los señores, el único que posee laSeñor de los señores, el único que posee la
inmortalidad y habita una luz inaccesible, a quieninmortalidad y habita una luz inaccesible, a quien
ningún hombre ha visto ni puede ver. A él, honor yningún hombre ha visto ni puede ver. A él, honor y
poder eterno. Amén.poder eterno. Amén.
Hasta que se manifieste Jesucristo, nuestro
8. Conversando cerca de la puerta de Damasco. Jerusalén
Lucas 16: 19-31
Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino, y todos los días
celebraba espléndidos banquetes. Y había también un pobre, llamado Lázaro,
tendido en el portal y cubierto de úlceras, que deseaba saciar su hambre con
lo que tiraban de la mesa del rico. Hasta los perros venían a lamer sus
úlceras. Un día el pobre murió y fue llevado por los ángeles al seno de
Abrahán. También murió el rico y fue sepultado. Y en el abismo, cuando se
hallaba entre torturas, levantó los ojos el rico y vio a lo lejos a Abrahán y a
Lázaro en su seno. Y gritó: «Padre Abrahán, ten piedad de mí y envía a Lázaro
para que moje en agua la yema de su dedo y refresque mi lengua, porque no
soporto estas llamas». Abrahán respondió: «Recuerda, hijo, que ya recibiste
tus bienes durante la vida, y Lázaro, en cambio, males. Ahora él está aquí
consolado mientras tú estás atormentado. Pero, además, entre vosotros y
nosotros se abre un gran abismo, de suerte que los que quieran pasar de aquí
a vosotros, no puedan; ni tampoco puedan venir de ahí a nosotros». Replicó el
rico: «Entonces te ruego, padre, que lo envíes a mi casa paterna, para que
diga a mis cinco hermanos la verdad y no vengan también ellos a este lugar
de tormento». Pero Abrahán le respondió: «Ya tienen a Moisés y a los
profetas, ¡que los escuchen!». Él insistió: «No, padre Abrahán; si se les
presenta un muerto, se convertirán». Entonces Abrahán le dijo: «Si no
escuchan a Moisés y a los profetas, tampoco harán caso aunque resucite un
muerto».
9. En los tiempos de los apóstoles, de la Virgen María y de losEn los tiempos de los apóstoles, de la Virgen María y de los
primeros creyentes, hubo una invitación a vivir con granprimeros creyentes, hubo una invitación a vivir con gran
sencillez y a compartir. El Evangelio nos invita a vivir ahora ysencillez y a compartir. El Evangelio nos invita a vivir ahora y
siempre una sencillez de corazón que mueva a una sencillezsiempre una sencillez de corazón que mueva a una sencillez
de vida.de vida.
Roger de Taizé
10. En los tiempos de los apóstoles, de la Virgen María y de losEn los tiempos de los apóstoles, de la Virgen María y de los
primeros creyentes, hubo una invitación a vivir con granprimeros creyentes, hubo una invitación a vivir con gran
sencillez y a compartir. El Evangelio nos invita a vivir ahora ysencillez y a compartir. El Evangelio nos invita a vivir ahora y
siempre una sencillez de corazón que mueva a una sencillezsiempre una sencillez de corazón que mueva a una sencillez
de vida.de vida.
Roger de Taizé