3. Llamado General
Todos queremos ser felices y son muchas
las ofertas de felicidad que recibimos.
Hemos de aprender a distinguir cuáles son
las que verdaderamente nos harán ser
felices.
¿Cómo dice la gente que se consigue la
felicidad?
¿Cómo se plantean y cómo consiguen ser
felices los personajes de tus series
favoritas?
4. Llamado General
¿Qué caminos te muestran tus padres, tus
abuelos, tus profesores y tus educadores
para que seas feliz en esta vida? ¿Qué te
suelen aconsejar?
¿Qué se dice entre tus amigos y
conocidos?
¿Y tú qué dices?
Conseguir ser feliz no es algo que se pueda
lograr desde un planteamiento egoísta. Al
contrario, he de convencerme de que para
ser verdaderamente feliz tendré que hacer
felices a cuantos me rodean; y he de
trabajar y esforzarme para que lo sean.
5. Llamado General
El deseo de felicidad que todos llevamos
dentro ha sido puesto por Dios para que le
busquemos. Por tanto, necesitamos de
Dios para poder ser felices.
A lo largo de la historia de la salvación,
desde la creación hasta la venida de
Jesucristo, Dios nos ha querido mostrar el
camino que conduce a la felicidad y a la
vida; hemos de escucharle, fiarnos de lo
que nos dice y ponerlo por obra. El
resultado es que seremos realmente felices
y para siempre.
6. Llamado General
Dios creó al hombre para que viva y sea
feliz «El Señor Dios formó al hombre del
polvo de la tierra, sopló en su nariz un
hálito de vida, y el hombre se convirtió en
un ser viviente.» (Gn 2,7)
«El Señor Dios plantó un huerto en Edén, al
oriente, y en él puso al hombre que había
formado... para que lo cultivara y lo
guardara.» (Gn 2,7.15)
7. Llamado Particular
La Vocación no es sólo lo que tú quieres ser
y hacer, es ante todo lo que Dios quiere
que tú seas y hagas; no es algo que tú
inventas, es algo que encuentras; no es el
proyecto que tú tienes sobre ti mismo, es
el proyecto que Dios tiene sobre ti y que tú
debes realizar.
8. Llamado Particular
Por eso, para descubrir tu vocación, lo
primero que debes hacer es dialogar con
Dios: orar. Sólo mediante la oración podrás
encontrar lo que Dios quiere de ti. En la
oración, el Espíritu Santo afina tu oído para
que puedas escuchar: "Habla, que tu siervo
escucha" (I S 3,10).
Sólo en el diálogo con Jesús podrás oír su
voz que te llama: "ven y sígueme"(Lc
18,22); o bien, escucharás que te dice:
"vuelve a tu casa y refiere lo que Dios ha
hecho por ti" (Lc. 8,38).
9. Llamado Particular
Para poder descubrir lo que Dios quiere de ti, tienes que aprender a escuchar,
estar atento, experimentar. Para esto, necesitas saber hacer silencio en torno a ti
y en tu interior. El ruido te impedirá percibir.
Está atento a todo, a tus deseos, a tus miedos, a tus
inquietudes, a tus proyectos. Escucha a todos: a los que
aprueban tu inquietud, a los que la critican. Dios se vale
de diversos intermediarios para hacerte oír su voz.
Escúchate a ti mismo: ¿A qué se inclina tu corazón ?
¿Qué es lo que anhelas? Aprende a mirar a los hombres
que te rodean, ¿qué te está diciendo Dios a través de su
pobreza, de su ignorancia, de su dolor, de su esperanza,
de su necesidad de Dios... ? Escucha al Padre que, a
través de la historia concreta de los hombres, te revela
manera como quiere que colabores en la instauración
del Reino.
10. Llamado Particular
Los caminos para realizar la vocación
consagrada son múltiples. No es suficiente
querer entregar tu vida a Dios y desear
dedicarte al servicio de tus hermanos. Es
necesario saber dónde quiere Dios que tú
lo sirvas. Tal vez quiere que lo sirvas como
sacerdote diocesano, o como miembro de
una congregación religiosa, etc.
11. Llamado Particular
Vocación Marianista
Nos mueve el deseo de seguir más de cerca a Jesús
de Nazaret. Su persona nos atrae, y queremos vivir
su estilo de vida. Unidos a él, nos comprometemos
a vivir como él vivió: pobre, casto y obediente.
Hacemos públicamente estos tres votos que
expresan estas tres características de la vida de
Jesús.
La pobreza es la entrega gratuita de todo lo que
somos y tenemos, poniéndolo en común y
renunciando a la propiedad privada. Jesús no se
guardo para sí mismo ni la propia vida
12. Llamado Particular
Vocación Marianista
La castidad nos lleva a amar a Dios y a
las personas, pero sobre todo a los
más necesitados. La castidad es la
llamada a amar con todo el corazón,
sin reclamar para nosotros el amor
exclusivo de nadie. Queremos amar
como ama Jesús, esto nos lleva a
renunciar a fundar una familia o vivir
en pareja.
La obediencia es la búsqueda
constante de la Voluntad de Dios. Nos
lleva a buscar el bien sobre todo,
incluso por encima de de nuestros
intereses personales.
13. Llamado Particular
Vocación Marianista
La vida común es una gran experiencia
humana. Una fuente de riqueza y
también muchas veces de dificultades.
Nosotros vivimos así, compartiendo
bienes, éxitos, fracasos, logros y
dificultades. En algunos casos nuestro
techo es amplio; un gran colegio, por
ejemplo. Otras veces es más reducido
y frágil; una casa de vecinos en un
barrio.
Tenemos
comunidades
numerosas y otras, en cambio,
formadas
por
tres o cuatro
marianistas.
14. Llamado Particular
Vocación Marianista
• ¿Cómo se llega a ser religioso marianista?
• 1. El primer momento es percibir de alguna manera la
llamada de Dios y expresar el deseo y la ilusión de ser
religioso.
• 2. El segundo es cuando, con la orientación de un
religioso se estudia con serenidad si efectivamente
Dios te llama por ese camino.
• 3. Tercer momento: el prenoviciado. Es una año en el
que se vive en una comunidad marianista para conocer
por dentro este tipo de vida y de poder tomar una
decisión más madura.
15. Llamado Particular
Vocación Marianista
• ¿Cómo se llega a ser religioso marianista?
• 4. El cuarto paso, el más importante, se llama noviciado. Los que
están en esta etapa viven en una comunidad especial durante
dos años. Al frente de la misma hay un religioso que ayuda a los
jóvenes a prepararse con total decisión y profundidad a ser
marianistas. Al terminar los dos años, si uno está convencido de
que esa es su vida, hace los primeros votos.
• 5. La siguiente etapa es la que va desde los primeros votos a los
votos perpetuos y suele durar cinco o seis años. Incluye la
realización de estudios civiles y religiosos, así como, en el caso
de los varones, el discernimiento para orientarse hacia el
sacerdocio o hacia la vida religiosa laical. Los que van a ser
sacerdotes harán después los correspondientes estudios en el
seminario.
16. Llamado Particular
Los religosos vamos descubriendo que Dios nos ha llamado a vivir un amor radical, y que entregándonos a esa
llamada, encontramos la felicidad. Éste es nuestro tesoro. Y, como dijo Jesús, "donde está tu tesoro, está
también tu corazón"