El poema describe a un hombre cuyo corazón toca la puerta de la mujer que ama, aunque ella sólo lo ve como un amigo. A pesar de que ella probablemente no esté despierta pensando en él, su corazón continúa tocando su puerta como un mendigo loco en busca de su limosna de ternura.
2. Mi viejo corazón toca a una puerta, mi viejo corazón, como un mendigo con el afán de su esperanza incierta pero callando lo que yo no digo.
3. Porque la que me hirió sin que lo advierta, la que sólo me ve como un amigo si alguna madrugada está despierta nunca será porque soñó conmigo...
4. Y sin embargo, ante la puerta oscura mi corazón, como un mendigo loco va a pedir su limosna de ternura. Y cerrada otra vez, o al fin abierta, no importa si alguien oye cuando toco, porque nadie sabrá cuál es la puerta. ERA Producciones