2. A través de los años, en verdad, ¿qué aprendiste? Ni a soñar ni a creer, ni siquiera a olvidar como un vidrio, a la noche, que lo empaña, al pasar, como una primavera que, de nuevo, se viste.
3. No orientaron tu alma, los libros que leíste, de teorías lejanas, confusas como un mar; y, sordo a los secretos del mundo, sin amar, sigues con tu experiencia, que es una amiga triste.
4. Ya cansado de viajes en que nada te instruye, lo mismo que una barca junto a un río nocturno, estás junto a los astros de un firmamento que huye... ¡Ah, sólo sabrás algo cuando sepas sufrir, cuando el dolor se vuelva tu maestro taciturno, y veas que la muerte nos enseña a vivir!