El documento describe las tradiciones del Día de Todos los Santos en Polonia, cuando se creía que las almas de los muertos regresaban a la tierra y necesitaban hogueras para guiar su camino a casa, así como cuidados para asegurar su amistad y paz en el otro mundo; hoy en día, el 1 de noviembre la gente enciende velas en los cementerios para recordar a sus seres queridos fallecidos y mantener sus almas vivas en la memoria.