1. La responsabilidad Ser responsable también es tratar de que todos nuestros actos sean realizados de acuerdo con una noción de justicia y de cumplimiento del deber en todos los sentidos. Los valores son la base de nuestra convivencia social y personal. La responsabilidad es un valor, porque de ella depende la estabilidad de las relaciones personales. La responsabilidad es valiosa, porque es difícil de alcanzar.
2. La honestidad La honestidad es una cualidad humana que consiste en comportarse y expresarse con coherencia y sinceridad, y de acuerdo con los valores de verdad y justicia. En su sentido más evidente, la honestidad puede entenderse como el simple respeto a la verdad en relación con el mundo, los hechos y las personas; en otros sentidos, la honestidad también implica la relación entre el sujeto y los demás, y del sujeto consigo mismo.
3. La amistad El trato diario y la amistad con Jesucristo nos llevan a una actitud abierta, comprensiva, que aumenta la capacidad de tener amigos. La oración afina el alma y la hace especialmente apta para comprender a los demás, aumenta la generosidad, el optimismo, la cordialidad en la convivencia, la gratitud… virtudes que facilitan al cristiano el camino de la amistad.
4. La honradez Que mejor jueces que nosotros mismos para saber si en un momento dado actuamos con honradez en todas las circunstancias que se nos presentan, seremos nosotros los que nos reprochemos si realmente fuimos honrados o no, y si no, eso nos convierte en ladrones, para tener una buena consciencia hay que devolver de inmediato todo lo que no nos corresponde.
5. El amor El amor se piensa como un tópico muy filosófico, incluso puede sonarnos a discurso religioso, sin embargo es necesario pensarlo como el referente más general que nos permite tomar decisiones éticas. Es la base de toda nuestra actuación, cuando se le considera y también cuando no se le toma en cuenta. Como sociedad estamos de acuerdo en que lo mejor de la educación, del intelecto, de las potencialidades humanas deben encaminarse al bien individual y de la humanidad, no a la justicia fría, no a la responsabilidad de cada cual, ni al cumplimiento de las obligaciones que nos tocan, sino más allá: tratar a cada quien como quisiéramos ser tratados, con amor.
6. La tolerancia Podría decirse en términos generales que la TOLERANCIA consiste en no oponerse a algo, teniendo el poder o la capacidad para hacerlo, tolerar es aguantar, consentir, permitir, soportar, sufrir en silencio y en beneficio de otros
7. La obediencia Dentro del proceso de desarrollo, formación e incluso crecimiento integral del niño, no hay un aspecto tan importante, tan debatido, discutido, polemizado, como el de la enseñanza de la obediencia, por supuesto muy directamente ligado a la disciplina. La obediencia es la disposición voluntaria de sujetarse a algún tipo de autoridad, que generalmente si divide en dos grandes parámetros: la obediencia a alguien (persona, institución, ley); o la obediencia a Dios.
8. El respeto El respeto o reconocimiento es la consideración de que alguien o incluso algo tiene un valor por sí mismo y se establece como reciprocidad: respeto, reconocimiento mutuo. El término se refiere a cuestiones morales y éticas, es utilizado en filosofía política y otras ciencias sociales como la antropología, la sociología y la psicología. El respeto en las relaciones interpersonales comienza en el individuo, en el reconocimiento del mismo como entidad única que necesita que se comprenda al otro. Consiste en saber valorar los intereses y necesidades de otro individuo en una reunión.
9. La solidaridad La verdadera solidaridad, aquella que está llamada a impulsar los verdaderos vientos de cambio que favorezcan el desarrollo de los individuos y las naciones, está fundada principalmente en la igualdad universal que une a todos los hombres. Esta igualdad es una derivación directa e innegable de la verdadera dignidad del ser humano, que pertenece a la realidad intrínseca de la persona, sin importar su raza, edad, sexo, credo, nacionalidad o partido.
10. La humildad Una persona que personifique la humildad hará el esfuerzo de escuchar y de aceptar a los demás. Cuanto más acepte a los demás, más se tendrá a esa persona en gran estima y más se la escuchará. Una palabra dicha con humildad tiene el significado de mil palabras.