La lectura habla de un hombre rico que planea derribar sus graneros y construir otros más grandes para almacenar su abundante cosecha. Sin embargo, Dios le dice que esa noche morirá y todo lo que ha acumulado será de otra persona. Jesús enseña que no se debe ser codicioso y que los bienes deben compartirse, ya que la vida no depende de las riquezas materiales.