Este documento reflexiona sobre si vale la pena vivir la vida. Aunque a veces sentimos que la vida no vale la pena por el sufrimiento, en realidad no es la vida en sí lo que nos hace sufrir, sino nuestras propias expectativas sobre cómo debería ser el mundo. El dolor y las derrotas son oportunidades para replantear cómo estamos viviendo la vida. El autor recomienda buscar un espacio diario de reflexión para aceptar los retos de la vida con humildad.